25 de noviembre, día contra un problema inexistente. La gran mentira de la «violencia de género».

Estamos a un paso, exactamente 33 días, de conmemorar un terrible aniversario, el número 20 de la más perversa, cruel, abominable ley de las aprobadas por el Congreso de los Diputados de España desde la llamada «transición». El día 28 de diciembre de 2004, Día de los Santos Inocentes según el santoral católico, la totalidad de los diputados dio su aprobación a la denominada «ley de violencia de género», supuestamente para dar solución a un problema: la violencia de la que son víctimas las mujeres, por el hecho de ser mujeres… Así afirma el preámbulo de la perversa ley en la que se dice sin rodeos que los hombres, varones, por ser hombres, por naturaleza, educación y cultura tenemos tendencia a establecer relaciones con las mujeres «desiguales», de dominación, intrínsecamente violentas… e incluso se puede afirmar que el texto de alguna manera da entender claramente que cualquier relación entre hombre y mujer, aunque sea consentida, es una violación o casi…

VEINTE AÑOS DE APARTHEID POR RAZÓN DE SEXO, VEINTE AÑOS DE ASIMETRÍA PENAL, DE PRESUNCIÓN DE MENDACIDAD Y CULPABILIDAD… Y «POR SI ACASO TE ARREO».

Mediante aquella ley, la más cuestionada por los jueces que debían aplicarla (se presentaron nada menos que 200 cuestiones de inconstitucionalidad contra ella) hasta que el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo de España acabaron avalándola y considerándola correcta, se crearon tribunales de excepción, aunque la Constitución Española los prohíbe tajantemente, en los que sólamente se juzga a los hombres y se les condena más severamente que a las mujeres cuando incurren en el mismo delito y lo que es más grave: con la versión de la mujer como única prueba cuando la mujer supuestamente agredida no puede probar que ha sido violentada…

Desde entonces, exceptuando a Íñigo Errejón, Juan Fernando López Aguilar (portavoz del PSOE en el parlamento Europeo y Ministro de Justicia y promotor de la perversa ley, cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero), el hijo del Presidente del Tribunal Constitucional (Conde Pumpido) y algunos privilegiados más que al parecer tiene bula por ser quienes son, el común de los mortales es detenido, pasa como mínimo una noche en los calabozos de la Policía Nacional o de la Guardia Civil, o de alguna de las policías regionales y no es puesto a disposición judicial tal como obligan las leyes españolas, siendo detenidos ilegalmente y privados del derecho constitucional al recurso de «habeas corpus»… La aplicación de la terrible ley, que consagra en España el derecho de autor, ha supuesto en dos décadas la detención de alrededor de tres millones -3.000.000- de españoles (también algunos extranjeros) y conducido a que más de la cuarta parte de la población reclusa en España (masculina, claro) sea por aplicación de la LVIOGEN de 28 de diciembre de 2004… Por supuesto, la versión oficial es que las denuncias falsas por violencia contra las mujeres no existen… La realidad es que, en cualquier ruptura de pareja, pleito de divorcio, o por la custodia de los hijos menores habidos durante la convivencia, y por la liquidación del régimen económico de gananciales siempre, SIEMPRE, está revoloteando la LVIOGEN de 28 de diciembre de 2004. Claro que, como dice el dogma feminista de género, los hombres siempre mienten, las mujeres nunca, y la violencia -como el coñac Soberano- es cosa de hombres.

Después de este preámbulo, imprescindible, hablemos del 25 de noviembre y la conmemoración del día internacional contra un problema inexistente, tal como afirmo en el título del artículo.

LA GRAN MENTIRA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO:

En España se viene contando, registrando, la violencia doméstica desde 1997. -España poseía entonces alrededor de 40.000.000 de habitantes, en la actualidad somos casi 50.000.000– En aquellos momentos el número de adultos muertos por disputas conyugales (generalmente gente que se lleva mal y está en proceso de ruptura de pareja) rondaba la cifra de cien anuales, de los cuales entre el 55 y el 65 por ciento eran mujeres y el resto hombres… Ese “tono” se mantuvo durante años, hasta que el Gobierno Socialista de Rodríguez Zapatero decidió la regularización masiva de los extranjeros que estaban en España de forma “ilegal”, aproximadamente 5 millones de personas. Aquello supuso que se produjera una subida y el número de muertes de personas adultas, de ambos sexos, en el ámbito familiar se “disparara” hasta 132…

DATOS SOBRE VIOLENCIA Y MALTRATO EN EL PERIODO COMPRENDIDO ENTRE 1997 Y 2005 (datos de los anuarios estadísticos del Ministerio del Interior, coincidentes con los del lnstituto Nacional de Estadísticas y muchos más organismos…)

MUERTES EN EL AMBITO FAMILIAR

Autores: Cónyuge, Ex cónyuge, Novio, Novia, Compañero/a sentimental, hij@s, padre/madre o pariente.

AÑO 1997:

52 mujeres………….56%

40 hombres………….44%

Total………………………92 personas.

AÑO 1998:

50 mujeres…………..56%

44 hombres…………46%

Total………………………94 personas.

AÑO 1999:

56 mujeres……………60,5%

37 hombres………….39,5%%

Total……………………….93 personas.

AÑO 2000:

67 mujeres……………61%

44 hombres………….39%

Total……………………….111 personas.

AÑO 2001:
68 mujeres……………64%
38 hombres…………..36%
Total…………………….106 personas.

AÑO 2002:
77 mujeres………….61%
49 hombres………..39%
Total………………….126 personas.

AÑO 2003:
84 mujeres………….63%
49 hombres…………37%
Total………………….133 personas.

AÑO 2004:
79 mujeres………….71%
31 hombres…………29%
Total…………………..110 personas.

Año 2005:
71 mujeres…………..51,8%
56 hombres………….48,2%
Total………………….137 personas. (Este año fue cuando fueron «regularizados» 600.000 inmigrantes extracomunitarios, por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero).

Cualquiera que “sepa leer” llega de inmediato a la conclusión de que de estas cifras poco o nada se habla en los medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas… Y por supuesto, no son opiniones, son datos reales de la violencia intrafamiliar en España. Durante la siguiente década, desde 2.005 hasta la actualidad el número de mujeres muertas anualmente por disputas conyugales se ha mantenido en el mismo tono, entre 40 y 50 cada año…

Otro asunto más, del que por descontado tampoco se hacen eco los medios de información: España viene ocupando anualmente el último lugar de la lista de países de la Unión Europea en violencia intrafamiliar; “ranking” que tienen el dudoso honor de encabezar países tan “civilizados” como Alemania, Gran Bretaña, Países Nórdicos…
Insisto: son estadísticas oficiales.

Generalmente en no más del 35% de los crímenes violentos las víctimas son mujeres; pese a ello, el Parlamento ha legislado, desde el año 2003 una normativa especial para castigar «la violencia contra las mujeres» como si ésta fuera un crimen más horrendo que el de «la violencia contra los hombres».

Bueno es que se sepa que no todo el «merito» de las terribles normas anti hombre y anti familia, que consagran en España el «derecho de autor» y la asimetría penal y civil, privan a los hombres del derecho constitucional a la presunción de inocencia, etc. es del PSOE y sus cómplices separatistas, comunistas y etarras. Ya se anticiparon algunos jueces «progresistas» y aplicando la «perspectiva de género» sentaron jurisprudencia en el Tribunal Supremo de España afirmando que, en caso de no existir pruebas de la supuesta agresión sufrida por una mujer, es suficiente su palabra…

Tampoco hay que olvidar que fue con José María Aznar como presidente del Gobierno de España cuando se aprobó el I Plan de Acción contra la Violencia Doméstica (1998-2000). Incluía 57 medidas, entonces novedosas, destinadas a la prevención, sensibilización, educación, formación, apoyo social a las víctimas, protección sanitaria, legislación, práctica jurídica e investigación.

En el año 2001, también fue un Gobierno del PP quien aprobó el II Plan de Acción contra la violencia doméstica (2001-2004), que añadía medidas inmediatas de protección por parte de los juzgados de guardia o la concentración en un solo tribunal de la causa instruida.

En 2002 se creó el Observatorio contra la Violencia Doméstica, para el seguimiento y análisis de las resoluciones judiciales sobre este tipo de violencia. En 2003 se puso en marcha la «orden de protección», que es un mecanismo ideado para dar protección jurídica y policial a las víctimas, así como asistencia social y económica. «Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de las víctimas de la violencia doméstica.

Continuar nombrando los «méritos» contraídos por PP en la dirección de discriminar a los hombres daría para uno o varios libros, pero lo más destacable es que el Partido Popular siempre ha sido cómplice del feminismo de género, o femiestalinismo degenerado, y ha apoyado de manera entusiasta, aplaudiendo a rabiar cuantas normas han sido aprobadas por el Congreso de los Diputados (o los parlamentos regionales) para luchar contra algo inexistente: la violencia de género. Es por ello que el Partido Popular apoyó a la perversa, liberticida y totalitaria Ley Integral contra la Violencia de Género de 28 de diciembre de 2004, Día de los Santos Inocentes, y también dio su apoyo de forma entusiasta al denominado Convenio de Estambul en 2014.

Pues sí, estoy hablando de un ámbito en el que aquello de la corrupción, de la que tanto nos hablan los medios de información, un día sí, y el otro también, es lo más común, y para lo cual es imprescindible la entusiasta colaboración de jueces, fiscales, secretarios judiciales, abogados, forenses, psicólogos, las diversas policías y un largo etc. que obtiene pingües beneficios del sufrimiento ajeno, principalmente de cientos de miles de varones, de sus hijos, de sus familias extensas; un verdadero genocidio, crímenes de lesa humanidad.

En España una de cada cuatro separaciones matrimoniales, o de pareja, va acompañada de denuncia por «malos tratos».

Según la legislación aprobada en España en las últimas décadas, relativa a separaciones, divorcios, relaciones interpersonales, de pareja… los varones españoles nacen “culpables” (algo así como el pecado original del que hablan los católicos) y se les somete a una sistemática discriminación en sus derechos esenciales, discriminación amparada en la denominada «perspectiva de género». Un nuevo fundamentalismo fanático, violento, el feminismo «de género» aliado con el poder político está en el origen de todo ello, y el retroceso al que asistimos respecto de derechos fundamentales no tiene comparación posible en nuestro entorno cultural y civilizatorio.

Y ya para terminar, pues el asunto da para mucho, muchísimo más: estamos hablando de un salvaje retroceso en lo que respecta a los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Española de 1978, de la que dentro de un par de semanas celebraremos su cuadragésimo sexto aniversario (46 años), que todos los días se le niega a la mitad de la población por haber nacido con pene; circunstancia que no es algo casual. La perversa, liberticida y totalitaria Ley de Violencia de Género es la culminación de una ideología que se ha acabado instalando en la sociedad y goza de omnipresencia en las instituciones del Estado de Derecho. Una ideología que se llama feminismo de género, femi-estalinismo. Un régimen político de apartheid, al fin y al cabo, que solo la “sociedad civil” puede derrocar, pues cualquiera que esté bien informado debe de tener en cuenta que las soluciones no vendrán de quienes hacen profesión de la política.

Desde hace varias décadas quienes hacen profesión de la política no paran de aprobar más y más normas con el objetivo de reducir lo que denominan «brechas de género«, otro de los grandísimos embustes que les sirve de pretexto para ahondar más y más en el régimen de apartheid en el que se ha convertido España con el pretexto de la igualdad, o mejor dicho «igual da»; al mismo tiempo que se dotan de pretextos para crear más y más organismos burocráticos mediante los cuales despilfarran nuestros impuestos.

En relación a la cuestión, es bueno entrar en la  web que cita el medio millar de diferencias legales existentes entre hombres y mujeres en España.

Solo la sociedad civil, con su reacción, puede impedir que lo «inverosímil» se adueñe definitivamente de nuestras vidas.

De todas maneras, no todo son malas noticias: los españoles debemos sentirnos especialmente afortunados de vivir y formar parte de la Nación Española, pues España tiene el honor de ser uno de los lugares donde los hombres respetan más a sus esposas, novias y compañeras; tal es así que somos los últimos de la fila de los países de la Unión Europea en cuanto a violencia doméstica y conyugal. Siendo los países supuestamente más civilizados los que encabezan el ranking en violencia doméstica y conyugal: países nórdicos, Gran Bretaña, Alemania.

Las secuelas de la “Ley Integral contra la Violencia de Género” son enormemente destructivas y sin embargo, a pesar de que han pasado 20 años desde su aprobación -el 28 de diciembre de 2004- las voces que se levantan de personas lúcidas y experimentadas pidiendo sensatez y cordura en este ámbito, para que se derogue tan perversa ley anti hombre, y anti familias, y para que se aborden todas las formas de violencia intrafamiliar: de hombre a mujer, de mujer a hombre, de padres a hijos, de hijos a padres, e incluso de nietos a abuelos, etcétera, son enormemente escasas. Por supuesto, lo contrario sería posible si se deja a un lado la instrumentalización política y el exhibicionismo actuales…

Y, ya para terminar, les recomiendo que busquen en internet «500 RAZONES CONTRA UN PREJUICIO», análisis comparativo -realizado por Javier Álvarez Deca en 2014- de una recopilación de estudios internacionales sobre la violencia en la pareja.

file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/500_razones_contra_un_prejuicio.pdf

En este trabajo se presentan los resultados de 500 estudios empíricos sobre la violencia perpetrada o sufrida dentro de la pareja heterosexual, que ponen de manifiesto que la violencia es simétrica y de doble sentido. Y se concluye que las políticas predominantes sobre violencia doméstica, basadas en el prejuicio del modelo unidireccional (hombre perpetrador y mujer víctima), desconocen la mitad del problema y son resultado de ideas preconcebidas incompatibles con los datos objetivos que aportan las investigaciones científicas…

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