Los medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas mienten acerca del proceso de «investidura» para la elección del nuevo presidente del gobierno de España.

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

A veces, cuando ocurre como en la última semana, uno no sabe con qué quedarse si con la idea de que los periodistas de los medios de información más influyentes, diarios, radios, televisiones, etc. son malvados que se dedican a manipular, mentir, desinformar, etc. o son analfabetos funcionales, o como poco mediocres que tienen la osadía de hablar de lo que ignoran y además con una profundísima soberbia; o se dan ambos aspectos al mismo tiempo. El caso es que, salvo excepciones ningún periodista, tertuliano, opinador, comunicador y menos los bufones y trovadores informa verazmente acerca del proceso que ha de seguirse para elegir al nuevo presidente del Gobierno de España, todos se dedican a decir falsedades y ocultan que en el denominado «proceso de investidura», mediante el cual se procederá a nombrar al nuevo presidente del gobierno de España, la figura clave, la persona que tiene la llave que abre la puerta al nuevo gobierno se llama Don Felipe VI.

Según la Constitución Española de 1978, que la mayoría de los españoles desconoce, y al parecer los periodistas también, el Rey de España, el Jefe del Estado y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, tiene encomendada la función, entre otras, de proponer al Congreso de los Diputados de España a la persona que considere más idónea para que presida el nuevo gobierno tras las elecciones generales. La Constitución le otorga la potestad exclusiva a Don Felipe de, tras reunirse con los portavoces de los partidos políticos con representación en el Congreso, proponer -insisto- a quien considere más idóneo. Y, ¡ojo! la persona a quien proponga para que los diputados le otorguen su confianza no es necesario que sea ni diputado ni miembro de ningún partido político. Y, de esto los medios de información no dicen nada de nada. Muy al contrario, lo que afirman es que Don Felipe está obligado a proponer al candidato que le proponga el partido más votado y/o que se sepa de antemano que cuenta con apoyos suficientes para salir elegido…

¿En qué norma legal se afirma tal cosa?

Pues sí, las televisiones, las radios, los diarios digitales y de papel mienten con absoluto descaro. Y dan por hecho que Pedro Sánchez volverá a repetir como presidente del gobierno con el apoyo de socialistas, comunistas, etarras y separatistas; a pesar de los terribles daños que le han causado a España, de una magnitud tal que será muy difícil ponerles remedio. E incluso los hay que afirman que Don Felipe debería no proponer a Alberto Núñez Feijoo que es el presidente del partido más votado en las últimas elecciones generales, dado que no cuenta de antemano con suficientes apoyos excepto los de su propio partido y el de los diputados de VOX, y ninguno de los restantes partidos ha anunciado que lo vaya a apoyar…

Quienes afirman semejantes embustes, como decía más arriba, o incurren en mendacidad mezclada con maldad o una profunda ignorancia, que va acompañada de soberbia, o de todo un poco. Pues, basta con leerse la legislación relativa a las post-elecciones y lo que respecta a las funciones del actual Jefe del Estado, Don Felipe VI, para saber que todo lo que cuentan son embustes.

Cuestión muy diferente es que nuestro rey esté o no dispuesto a ejercer como tal y no ponerse de perfil.

Lo que estos días nos cuentan los periodistas, tertulianos, opinadores, creadores de opinión, bufones y trovadores son falsedades como las que, también, han soltado cada vez que abrían sus bocas cuando estábamos campaña electoral: por ejemplo, ocultan que las elecciones generales son para elegir a los legisladores, a las personas que formarán parte del Congreso de los Diputados y del Senado (las dos «cámaras» que componen las Cortes Generales que es como se llama el Parlamento de España, aunque la también llamada «cámara alta», el Senado apenas tiene atribuciones, por no decir ninguna..). Pues sí, las elecciones del 23 de julio fueron para elegir al Poder Legislativo, el encargado de elaborar las leyes. Aunque, entre otras más funciones, también tenga encomendado controlar, fiscalizar al gobierno y darle su confianza, o no al candidato que proponga el Rey de España, Don Felipe VI; o llegado el caso destituirlo posteriormente mediante una moción de censura…

Pero, insisto, en el actual momento es el Rey de España el único que tiene potestad de proponer al Congreso de los Diputados a la persona que considere más idónea, para que le conceda su confianza. Es el Jefe del Estado quien posee en exclusiva tal potestad, y nadie más; y quien afirme lo contrario o peca de ignorancia o de maldad, o de ambas cosas, aparte de pretender manipular y desinformar. E, insisto: Don Felipe puede nombrar a quien le venga en gana, evidentemente aplicando criterios de capacidad y mérito, de idoneidad, por haber demostrado sobradamente experiencia exitosa en la gestión de dineros ajenos, una persona buena, sabia, que tenga afán de servicio. Y nadie puede privar a Su Majestad de tal potestad.

Por más que a algunos les disguste, les desagrade, e incluso consideren que no es admisible que así sea, LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 LE OTORGA AL REY LA CAPACIDAD -EXCLUSIVA- DE PROPONER AL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS QUE LE CONCEDA SU CONFIANZA A UNA PERSONA DECENTE, SABIA, PARA QUE PRESIDA EL GOBIERNO DE ESPAÑA DURANTE LOS PRÓXIMOS CUATRO AÑOS. Y ESA PERSONA NO TIENE QUE SER OBLIGATORIAMENTE MIEMBRO DE ALGÚN PARTIDO O DIPUTADO.

Constitución Española de 1978.

Título IV. Del Gobierno y de la Administración

Artículo 99
  1. Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
  2. El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
  3. Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
  4. Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
  5. Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.

Don Felipe VI, Rey de España, es el único que puede evitar que Pedro Sánchez vuelva a ser elegido presidente del Gobierno de España por el Congreso de los Diputados. Don Felipe VI es el único que puede impedir que Pedro Sánchez y sus secuaces puedan seguir produciendo a España un mayor daño que el que ya han causado durante los últimos cinco años y que, cada día que pase será más difícil de remediar.

Como ya he mencionado en varias ocasiones, debemos suponer que, aquellos a los que se suele nombrar como «padres de la Constitución» pensaron que ante el riesgo de que se pudiera iniciar un proceso de suicidio colectivo de la Nación Española, e imponerse la dictadura de una mayoría ruidosa dispuesta a arramblar con todo, llevarse todo por delante, demoler el Estado de Derecho, la Monarquía, etc. era imprescindible crear un mecanismo de defensa, un resorte que garantizara que no se impusiera la sinrazón de quienes pretenden destruir España. Es de suponer que esa fue la razón de que se le otorgara al Jefe del Estado, el Rey de España, la potestad de poner remedio a semejante situación.

Así que, señores periodistas, opinadores, trovadores, bufones, tertulianos, «todólogos» y demás creadores de opinión, dejen de mentir, de propagar falsedades, infórmense y dejarán de tener dudas de que si Don Felipe acaba interviniendo y proponiendo al Congreso de los Diputados que dé su confianza e invista a un «Cincinato», estará actuando correctamente, de forma legítima, acorde con la Constitución de 1978, ejerciendo de jefe del Estado.

Y, antes de terminar, me voy a permitir una digresión: por mucho que los periodistas hablen de que fulano, mengano, zutano o perengano son los «candidatos» de tales o cuales partidos a presidir el gobierno de España, antes de las elecciones y posteriormente, tales supuestos candidatos no son tales ¿Quiénes los eligen, mediante qué procedimientos, basándose en qué normas? La ley electoral no prevé tal cosa, como tampoco hay norma alguna que obligue al futuro presidente del gobierno a ser diputado por Madrid… El candidato a presidir el gobierno de España lo elige el Rey de España, tras entrevistarse con los portavoces de los partidos con representación en el Congreso de los Diputados, pero, ¡Ojo! la opinión de los mismos no es vinculante; la última palabra la tiene Don Felipe VI.

Por favor, djen de mentir.

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