La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen considera que la libertad de expresión es una enfermedad infecciosa a la que hay que combatir.
CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS
… Que no, que no
Que el pensamiento no puede tomar asiento
Que el pensamiento es estar
Siempre de paso, de paso, de paso
De paso, de paso
… Quien pone reglas al juego
Se engaña si dice que es jugador
Lo que le mueve es el miedo
De que se sepa que nunca jugó
… La ciencia es una estrategia
Es una forma de hacer la verdad
Que es algo más que materia
Pues, el misterio se oculta detrás
… Que no, que no
Que el pensamiento no puede tomar asiento
Que el pensamiento es estar
Siempre de paso, de paso, de paso
De paso
… Hay demasiados profetas
profesionales de la libertad…
«De paso» – Luis Eduardo Aute
La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, se ha acabado sumando plenamente a las filas del globalismo totalitario y liberticida al declarar la guerra a la libertad de expresión y proclamar de manera perversa que los ciudadanos de la UE necesitan ser “vacunados contra la desinformación”.
Todas las justificaciones y «argumentos» -es un decir- son absolutamente falsos por múltiples razones:
1) El conocimiento sobre el mundo evoluciona constantemente a través de la investigación, el debate y la constante divulgación. El conocimiento NO es algo estático. Por eso, los países con regímenes de censura asfixiantes han experimentado un estancamiento intelectual, científico y artístico, además de en la economía y otros muchos aspectos. Sus gobernantes intentan «congelar» la mente humana en el estado en que se encuentra en su momento histórico.
2) NUNCA ningún comité estatal, universitario o eclesiástico ha estado jamás en posesión de la verdad completa sobre ningún asunto. Las ortodoxias oficiales siempre han sido cuestionadas por pensadores heterodoxos. De hecho, casi la totalidad de los avances importantes en el conocimiento humano han sido realizados por pensadores heterodoxos.
3). Como afirmaba John Milton en su panfleto de 1644, Areopagítica: discurso al Parlamento de Inglaterra sobre la libertad de prensa y de expresión sin censura, luchar contra el error es una parte intrínseca del aprendizaje y el descubrimiento. Aprendemos cometiendo errores y corrigiéndolos. Si se suprime la libertad de expresión con el objetivo de impedir la propagación de «pensamientos erróneos», o “vacunar contra ellos”, será extremadamente difícil, si no imposible, que la gente aprenda y descubra.
4) Sin una sola excepción en la historia, quienes ostentan y detentan el poder siempre defienden la ortodoxia que sustenta y extiende su poder y el de sus amigos y partidarios.
Ursula von der Leyen es el mejore ejemplo de ello. Como presidenta de la UE, llevó a cabo negociaciones secretas con el director ejecutivo de Pfizer para comprar por 20.000 millones de euros la vacuna fraudulenta y peligrosa de Pfizer para que pudiera ser administrada a todos los ciudadanos de la Unión Europea. Actualmente está siendo investigada penalmente por su conducta en este asunto que se ha dado en conocer como Pfizergate .
Es necesario tener un enorme descaro -y poca vergüenza- por parte de una poderosa funcionaria de la Unión Europea, probablemente culpable de un gravísimo delito (que se ha procurado ocultar sistemáticamente, con premeditación y alevosía) , para dar lecciones de moral y de buenas costumbres y hablar sobre la necesidad de la censura.
Sin duda, ha llegado el momento de que los ciudadanos de Europa se deshagan de Ursula von der Leyen y su camarilla de tiranos corruptos.
Por otro lado, también cada vez hay más pruebas de que la administración Biden ha estado ejerciendo presión sobre Alemania (que sigue siendo un estado vasallo de Estados Unidos) y la UE para que intensifiquen su régimen de censura.
Von der Leyen promete «vacunar» a la población de la UE contra las «formas de pensar erróneas» Según Ursula, quien actualmente se enfrenta a un caso penal por los extraños contratos del gobierno de la UE, con ella en la presidencia, con compañías farmacéuticas, las personas que tienen opiniones que contradicen la narrativa globalista deben ser «vacunadas» contra el «pensamiento erróneo».