El Fraude del calentamiento global antropogénico y las Falacias de los «Meteorólogos Calentólogos»

PERO GRULLO DE ABSURDISTÁN
Cada año, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) recibe una cantidad desorbitada de dinero público para ofrecer predicciones del tiempo y, sin embargo, sus pronósticos estacionales fallan de manera estrepitosa. El invierno de 2024-2025 ha sido un claro ejemplo de esta inexactitud: se anunció como «cálido y seco», pero terminó siendo uno de los más lluviosos de la historia reciente. Si ni siquiera pueden prever con precisión el tiempo de los próximos tres meses, ¿cómo pretenden convencernos de que saben lo que sucederá con el clima dentro de 50 o 100 años?
Los Falsos Profetas del Clima
Durante décadas, los llamados «expertos climáticos» han pronosticado catástrofes sin precedentes: aumento del nivel del mar, sequías interminables y temperaturas insoportables. Sin embargo, la realidad no solo desmiente sus predicciones, sino que revela el verdadero carácter de estas alertas: una agenda ideológica disfrazada de ciencia.
El caso de la AEMET en el invierno 2024-2025 ha sido especialmente vergonzoso. Se nos advirtió de un invierno seco y cálido, pero el mes de marzo batió récords históricos de precipitaciones. Ciudades como Jerez de la Frontera y Soria experimentaron las lluvias más intensas desde que existen registros. Los embalses, que supuestamente iban a quedar en niveles críticos, han alcanzado un 86,7% de su capacidad, superando en 14 puntos la media de la última década.
El Negocio del Alarmismo Climático
El alarmismo climático es un negocio multimillonario. Desde instituciones meteorológicas hasta organismos supranacionales, se han destinado ingentes cantidades de dinero público a promover una narrativa del miedo. La Agenda 2030 y las políticas ecológicas restrictivas se basan en estos informes apocalípticos, justificando medidas como la «transición ecológica» o la creación de «cemento ecológico», mientras los ciudadanos ven sus facturas energéticas dispararse y su libertad reducida.
Es revelador cómo cada vez que una predicción catastrofista falla, los científicos del clima no rectifican ni piden disculpas. Simplemente, modifican su discurso y añaden nuevas explicaciones, sin que nadie cuestione su credibilidad.
El Papel de los Medios de Comunicación
Los medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas han desempeñado un papel fundamental en la propagación de estas falacias. Las noticias sobre «el año más caluroso de la historia» o «las temperaturas sin precedentes» se han convertido en titulares frecuentísimos con la única intención de amedrentar a la gente. No importa si el invierno resulta ser más frío de lo esperado: el discurso se adapta para seguir vendiendo el miedo. Si nieva en lugares inesperados, se culpa al «cambio climático»; si hay una ola de calor, también.
Conclusión:
Es hora de exigir a la comunidad científica y a las agencias meteorológicas responsabilidad y rigor. La ciencia no puede ser rehén de la ideología ni del interés económico. Las predicciones climáticas deben basarse en datos contrastables y en un análisis serio, no en modelos fallidos y alarmistas.
Los ciudadanos deben despertar ante la manipulación climática y cuestionar el discurso oficial impuesto. La evidencia reciente demuestra que el cambio climático no sigue un patrón simple de calentamiento constante, sino que responde a fenómenos complejos que la ciencia aún no comprende del todo. Mientras tanto, no podemos permitir que la mentira del «calentamiento global inminente» justifique restricciones, impuestos y sacrificios injustificados en nombre de una causa que, a la luz de los hechos, sigue llena de incertidumbres.