¿Quién es Dina Bousselham y qué vino a hacer a España?
DINA Y PABLO, PABLO Y DINA… MENTIRAS, TARJETAS DE TELÉFONO Y TURBIOS NEGOCIOS EN EL MAGREB…
El año pasado, 2019, hubo un libro que lleva por título “El Agente Oscuro”, que fue nº1 en ventas. En él, un escritor «anónimo» narra las aventuras y desventuras de un agente de los servicios secretos españoles, el CNI, que logró infiltrarse en las comunidades musulmanas y en el servicio secreto de Marruecos.
El libro está prologado Ignacio Cembrero, periodista, corresponsal y escritor español, especializado en asuntos relacionados con el Magreb. Ignacio Cembrero fue acusado por el gobierno de Marruecos de “enaltecimiento del terrorismo”… y fue acosado con saña por los servicios marroquíes, el lobby marroquí y sus amigos.
Hace ya cuatro años que Cembrero publicó un libro titulado La España de Alá, que es un viaje por las comunidades musulmanas de la España de principios del siglo XXI; en el cual, entre otras muchas cuestiones, abordaba que Marruecos y otros países musulmanes utilizan las redes sociales principalmente para arremeter y denigrar a sus opositores y para restar importancia a todo aquello que pueda publicarse y que pueda perjudicar sus intereses.
Inmediatamente que alguien cuelga en el Facebook algo que perjudica a las autoridades marroquíes, generalmente los primeros en reaccionar e ir contra esa noticia y contra quien la ha colgado son gente o falsos perfiles, que trabajan a las órdenes de esas autoridades.
Indudablemente, influir, vigilar y controlar a las comunidades marroquíes, argelinas, turcas… como hacen los diversos gobiernos musulmanes con sus emigrantes en Europa, o en EEUU, o cualquier otro lugar del mundo, sirve para muchas cosas, como para que no surjan grupos de oposición a los regímenes árabes, pero también para que sean una herramienta de presión para los Estados que acogen a esas comunidades. En España hemos tenido múltiples ejemplos de ello; no es casualidad que Ignacio Cembrero esté en el punto de mira de los servicios secretos marroquíes…
Nada de lo anterior es de extrañar, si tenemos en cuenta que, por ejemplo, en lo concerniente al Sahara Occidental (antiguo Sahara Español), Marruecos gasta millones de dólares anualmente para reclutar a mercenarios-sicarios para defender la ocupación ilegal de la antigua provincia española.
La intención, como pueden suponer, es engañar a la opinión pública y defender la presencia marroquí en el Sahara Occidental, hablamos de individuos generosamente pagados y con instrucciones detalladas de los servicios de inteligencia marroquíes de atacar a Argelia y al Frente Polisario y presentar falsos logros de Marruecos en el Sahara Occidental.
Muchos documentos secretos de los ministerios marroquíes de exteriores y del interior ya publicados por “Chris Coleman” a lo largo de los años, revelan como Marruecos ofrece sobornos y contrata los servicios de extranjeros, entre ellos periodistas y falsos centros de investigación para defender la ocupación del Sahara Occidental por parte de la monarquía alauita.
Los documentos, divulgados por “Chris Coleman”, como ya apuntaba anteriormente, demuestran que el proceso de reclutamiento, supervisado por los servicios de inteligencia marroquí y los Ministerios de Asuntos Exteriores y del Interior de Marruecos, pretende la selección de individuos que den una imagen diferente de la realidad y engañar así a la opinión pública internacional. Entre los sicarios contratados, además de periodistas, también hay políticos influyentes de diversos países occidentales, a los que, también se compra con generosos sobornos.
Cuando uno está al corriente de todo lo anterior, es difícil que se sorprenda cuando descubre a través de los medios de información que, Dina Bousselham, miembro del harén del Vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias Turrión, estuviera vinculada a los servicios de Inteligencia marroquíes, cuando entró en contacto con el jefe de Podemos, y que nadie dude de que ese es un vínculo que no puede desaparecer nunca. También es sabido que, Dina Bousselham es miembro del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2007 por Fouad Ali el Himma, el gran amigo del rey de Marruecos.
El Juez García Castellón (que está siendo víctima de Gansterismo político: El juez del ‘caso Dina’ está sufriendo una campaña de desprestigio y amenazas de muerte, organizada por el gobierno frentepopulista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias…) tiene entre sus manos uno de los asuntos más escabrosos y de mayor trascendencia de la actualidad. No ya por el hecho de que la famosa tarjeta sometida a la destrucción del microondas contuviera fotos íntimas comprometedoras para la propia Dina o para Pablo Iglesias.
Más allá del morbo mediático de segundo nivel, lo que el vicepresidente hiciera o dejara de hacer con ella o con otras afortunadas aspirantes tiene un interés relativo.
Quizás nos encontráramos ante el ‘me too’ de la política española (cierto es que a este señor no se le conoce conquista amorosa alguna fuera de la esfera de sus subordinadas políticas), pero lo que parece estar desvelando el asunto Dina pudiera ir mucho más allá y afectar no solo a la esfera de la intimidad de los implicados sino a la soberanía nacional.
¿Nos encontramos ante un caso de alta traición del vicepresidente del Gobierno?
La pregunta es altamente inquietante, no solo para él sino sobre todo para la Nación española.
El coronel Diego Camacho, ex-agente del CNI, ha señalado directamente a Dina Bousselham al afirmar que estuvo vinculada a los servicios de Inteligencia marroquíes y que ese es un vínculo que no puede desaparecer nunca.
Ya en 2015, cuando Pablo Iglesias se la llevó de asesora al Parlamento Europeo, fue relacionada con el entorno de los servicios marroquíes.
Se ha señalado también –aunque no esté confirmado- a su padre como el hombre de dichos servicios en Tánger.
Ya en 2013, en París, Dina se vinculó con el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), una formación de centroderecha marroquí fundada en 2007 por Fouad Ali el Himma, el gran amigo del rey de Marruecos.
Por los mentideros de Madrid circulan inevitablemente unas preguntas de difícil respuesta, por ahora.
¿Es Dina una agente marroquí?
¿Es o fue acaso la “Matahari” del ahora vicepresidente?
¿Tiene información altamente comprometedora para él?
¿Tiene algo que ver su relación con Iglesias con las siguientes cuestiones?
Primera.- Allá por 2015, cuando Bousselham entró a formar parte de la Corte-Harén del actual vicepresidente del gobierno frentepopulista, Pablo Iglesias Turrión, como consejera para asuntos políticos, el periodista Pedro Canales informó que Podemos enfriaba su tradicional posición sobre el Sáhara y que Pablo Iglesias había pasado, desde su proximidad a Dina, de defender ardorosamente al pueblo saharaui a abandonar al Polisario, alineándose con los intereses marroquíes en la cuestión saharaui.
Las quejas de los saharauis hacia Pablo Iglesias son desde entonces notables. Recordemos que España tiene la llave en Naciones Unidas sobre la cuestión del destino del Sáhara Occidental, y que para el reino de Marruecos la recuperación del Sáhara Occidental es una cuestión nacional de primera magnitud.
La más importante en términos políticos, estratégicos y nacionales.
Segunda.- Es un hecho que en febrero de este mismo año, con Iglesias de vicepresidente del Gobierno, España cerró su ventanilla consular en el Sahara Occidental, dejando a 12.000 saharauis que conservan la nacionalidad española sin inmediatez administrativa con España.
Desde hace cuarenta años esa oficina, ubicada en un antiguo edificio del ejército español, autorizaba a emitir certificados administrativos a los saharauis con nacionalidad española y a sus descendientes.
Hasta febrero dicha oficina tenía la potestad para firmar algunos documentos como la autorización a un cónyuge para viajar a España con hijos menores, la concordancia de datos o la verificación de una traducción.
Desde febrero, para cualquier trámite hay que viajar a Rabat, a 1.165 kilómetros.
Según el periódico marroquí Yabiladi.com algunos vieron el cierre como una manifestación más del “abandono” de España de sus “responsabilidades históricas con el pueblo del Sáhara Occidental” y del “reconocimiento de la soberanía marroquí” sobre el territorio.
El cierre es importante porque las oficinas del Aiún ahora sacrificadas eran el archivo de documentos de la población local durante la era colonial, en particular los resultados del censo de 1974, considerado por el Frente Polisario como la base para la organización de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.
Tercera.– A finales de marzo de 2020, en plena crisis del Covid, con las fronteras hispano-marroquís cerradas y el silencio del gobierno español, Rabat publicó dos leyes de demarcación de sus aguas territoriales por las que el reino alauita ampliaba unilateralmente y a costa de España la zona económica exclusiva en 200 millas y la plataforma continental en 350 millas.
Esta ampliación se apropió del monte Tropic, al sur de la isla del Hierro, la zona de la plataforma continental más codiciada por la cantidad de telurio y de metales raros.
Se trata de la mayor reserva conocida del planeta después de la china, indispensable para toda la industria de energías alternativas y electrónica.
Según la norma marroquí, “En la plataforma continental, el Reino tiene derechos exclusivos y soberanos sobre el fondo de los mares y el subsuelo de los mismos con el fin de explorar sus recursos naturales (minerales, fósiles y biológicos, así como poderes reconocidos) de conformidad con los acuerdos y tratados internacionales, que son el Reino de Marruecos, y en las áreas de explotación y utilización de islas artificiales”.
Asimismo, señala que la soberanía marroquí “se extiende al espacio aéreo, así como a la tierra y al fondo de este mar, a lo largo y ancho”. En las aguas de solapamiento con Canarias hay petróleo, gas natural y un recurso nuevo, los hidratos de metano.
Y un dato alarmante: desde el “Brexit”, Londres ha cerrado contratos con Marruecos para el control de El Estrecho a cambio de inversiones multimillonarias en agricultura, pesca, energía y turismo.
Entre ellos, uno por el que la compañía inglesa Energy va a iniciar los estudios y perforaciones petrolíferas frente a las islas españolas en cuanto se supere la crisis del Covid.
¿Ha tenido el estalinista Pablo Iglesias algo que ver con la posición de España en esos temas?
A estas alturas la gente ávida de información no deja de hacerse preguntas y más preguntas que, de momento no tienen respuesta.
El Juez García Castellón acaba de pedir al Congreso de los Diputados el «suplicatorio» para poder enjuiciar a Pablo Iglesias, acaba de abrir la caja de los truenos y cada día nos acercamos más (pese a los obstáculos que tendrá que sortear el valiente juez García Castellón) a la verdad del vicepresidente y la famosa tarjeta de teléfono.
Inevitablemente, cuando se levante el secreto de sumario, acabaremos sabiendo lo que ahora solamente saben los implicados en las mentiras y los negocios turbios en el Magreb… Tiempo la tiempo.