La España imbécil de Pedro Sánchez, un perfecto imbécil, además de peligroso, ególatra, mentiroso, rencoroso y el peor gobernante que ha tenido España desde la muerte de Franco.
Francisco Rubiales Moreno
En marzo de 2019, este blog Voto en Blanco publicó el artículo «¿Es Pedro Sánchez-un imbécil o un genio?, que tuvo honda repercusión y mas de 200.000 lecturas, en el que se colocaban en la balanza los logros aparentes del presidente y sus fracasos y amenazas, planteando la incógnita de que si sería por fin un héroe o un imbécil.
Hoy, dos años después, aquella incógnita está ampliamente resuelta y no cabe otra conclusión que la de que es un intenso imbécil, además de peligroso, ególatra, mentiroso, rencoroso y el peor gobernante que ha tenido España desde la muerte de Franco.
—
Su único mérito indiscutible es haber conservado el poder a pesar de los estragos que ha causado a España y a los españoles, a los que ha desprestigiado, empobrecido, engañado, humillado, dividido, llenado de odios y rencillas y colocado en la senda del retroceso y el fracaso.
Pero, además, ha destrozado al PSOE, su propio partido, y ha deteriorado seriamente la democracia y la política española, convirtiéndola en una palestra de enfrentamientos, ausencia de autoridad, odios, envidias y rencores, demostrando hasta la saciedad que el sistema político español está indefenso ante lo que representa de desastre la toma del poder por parte de un individuo peligroso, sin capacidad, sin ética y sin escrúpulos.
En España hemos acuñado un término nuevo, el «sanchismo», identificado ya como la corriente y el estilo de gobernar que ha suplantado y destrozado a la democracia y al socialismo.
Cuatro columnas sostienen el «sanchismo» de Pedro Sánchez: la España del odio enfermizo, la España del lumpen, la España de la mentira y el engaño y la España voraz que vive del reparto del botín. Nadie en la España libre, democrática y decente apoya a ese mentecato cruel, que disfruta haciendo con España lo que el verano hace con la nieve.
Hoy, cuando todavía faltan dos años para que termine la nefasta legislatura, puede afirmarse, sin la menor duda, que España es más pobre, mas inmoral, más injusta, mas triste y con menos prestigio y peso en el mundo. El sanchismo, con su gestión errónea y sucia de la pandemia, la convivencia y la economía, ha hecho de España un país más dividido, mas empobrecido, más injusto, más lleno de desempleados, con más empresas arruinadas y con una situación política y económica marcadas por la tragedia, la crisis y el riesgo.
No se trata de opiniones sino de hechos constatados por los datos y estadísticas. La España de Sánchez tiene más desempleados, más suicidas, mas empresarios y autónomos arruinados, mas gente en las colas del hambre y más peligros y amenazas ante un futuro amenazado por dramas como la ruptura de la unidad nacional, la quiebra y hasta la guerra.
Ante la situación, los españoles más conscientes, decentes e informados han descubierto que el sistema político tiene una enorme vía de agua que lo convierte en inseguro y peligroso. Las instituciones que tenían que impedir que un loco destroce la nación desde la cúspide del poder, desde la Monarquía a la Judicatura y las Fuerzas Armadas, no funcionan y responden con una irritante y enferma pasividad ante las agresiones que ponen en peligro la prosperidad, la justicia y la paz.
El único mérito que puede atribuírsele al horroroso sanchismo es el de haber despertado a millones de españoles, que esperan la apertura de las urnas no sólo para castigar a Sánchez, sino para elegir a partidos y personas que prometan cambiar el sistema y corregir sus grandes carencias, entre ellas la de impedir que en el futuro pueda alcanzar el poder y conservarlo impunemente otro Pedro Sánchez devastador.
Si alguien quiere leer el artículo ¿Es Pedro Sánchez un imbécil o un genio?», que pulse AQUÍ.