El bálsamo de fierabrás del independentismo, del separatismo catalán
CÉSAR ALCALÁ
Vivimos de cosas pequeñas. Por mucho que chillen y parezcan gigantes, en el fondo son enanos.
El publicista David Ogilvy decía que “si cada uno de nosotros contrata personas más pequeñas que nosotros, nos convertiremos en una compañía de enanos. Pero si cada uno de nosotros contrata a personas más grandes que nosotros, nos convertiremos en una empresa de gigantes”. Y los políticos catalanes del procés no sólo han contratado personas más pequeñas, sino que muchos de ellos lo son.
Uno solo tiene que desplazarse por diferentes municipios de Catalunya y darse cuenta del plantel de políticos del llamado bando independentista. La mayoría de ellos oportunistas que han visto en la política una manera de sacarse un suelo. Con una ideología muy sencilla, pues solo hace falta gritar a favor de la independencia. Y sin un planteamiento claro de lo que quieren para su pueblo, porque no ven más allá de la independencia. Creen que esta palabra es como el bálsamo de fierabrás cervantino.
“Cuando tengamos la independencia todo será una balsa de aceite, todo funcionará a la perfección, tendremos más dinero y la gente vivirá en la abundancia”: Y lo peor es que esta frase se la creen y no solo eso, la transmiten en los medios de comunicación. Es normal ver en diferentes canales personajes bien regados mensualmente por el independentismo, que siguen pronunciando frases como esta, la cual vinculan al expolio fiscal y tantas otras historias que repiten constantemente como un mantra. El expolio fiscal lo están haciendo ellos. En los últimos presupuestos de la Generalitat uno se da cuenta que hay toda una serie de partidas que podríamos llamar trampa. ¿Qué queremos decir?
Como ya hemos comentado, tienen una pléyade de personas que cobran mensualmente para mantener vivo el mensaje de que todo, sin España, sería mejor. Por eso han hinchado el presupuesto de TV3 dentro del apartado cultura. Ellos mismos han reconocido que es una televisión minoritaria. Tiene una cuota de pantalla del 13,5%. Se ha convertido en una televisión pública, regada con el dinero de todos, enfocada a los suyos. Vamos ha hacer una pequeña trampa numérica. Si suponemos que en Cataluña viven 7 millones de personas, esto significa que 945.000 personas la ven. Esta cifra seria cierta si contamos a todos los que viven en Cataluña. Este 13,5% supone que el presupuesto de la Generalitat destine 245,18 millones de euros.
Esta cifra sería correcta, entre comillas, si no fuera una cadena minoritaria. La Generalitat gasta millones de euros para adoctrinar a los ya adoctrinados. Es decir, los que ven TV3 ya votan independentismo. No los van a convencer porque ya lo están. Es tirar el dinero. Recordemos una cifra. En 2005 TV3 la veía el 57% de las personas que se consideraban no independentistas en Cataluña y tenían esta cadena de televisión de referencia. Y, en aquella época, no se subvencionaba con tantos millones de euros. Esto quiere decir que, a más adoctrinamiento, menos personas siguen los postulados que quieren vender.
Lo mismo pasa con el catalán. Ahora hay una polémica que este idioma peligra en Cataluña. Y en cierta parte tienen razón, pero la culpa es de ellos. Han conseguido que las generaciones más jóvenes hablen entre ellos castellano, como acto de rebeldía contra una imposición idiomática y, los que son un poco mayores ven el catalán como el idioma de un golpe de estado, de unas políticas que no son las suyas y deciden hablar en castellano. El independentismo ha conseguido una cosa excepcional. Hubo un personaje muy malo, al que todos odian, que durante 40 años gobernó España. Pues bien, se hablaba más catalán en aquella época que con estos señores que se sienten tan catalanes que están acabando con su idioma.
Como decíamos, tenemos muchos enanos gobernando Cataluña. Y este pensamiento de bajo nivel nos lleva a reivindicar cosas que son ridículas. ERC aprobará los presupuestos de Pedro Sánchez, porque este ha aceptado que en Netflix se hable catalán. Y con esta tontería han salvado la legislatura.
A estas mentes enanas lo único que les importa es que un canal de pago tenga en el menú de idiomas uno que ponga catalán. Luego no lo utilizará nadie o una minoría. Esto es lo de menos. Lo importante es vender que salvan el catalán del malvado avance del castellano en Cataluña. Y no se dan cuenta que, en esta vida, el hombre no acepta imposiciones.
Y así va todo. En vez de preocuparnos de las cosas que importan se centran en pequeñeces. Y son estas minorías las que consideran un gran logro. Y así seguirán viniendo hasta que llegue la independencia y, como el bálsamo de fierabrás, los devuelva a la realidad y se den cuenta que no solo han fracasado, sino que han hundido un país.
¿Qué era el Bálsamo de Fierabrás?
El Bálsamo con el que María Magdalena ungió a Jesús antes de ser enterrado, fue bautizado con el nombre de “Bálsamo de Fierabrás ”. Era una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del cuerpo humano.
Cuando el rey Balán y su hijo Fierabrás conquistaron Roma, robaron en dos barriles los restos del Bálsamo con que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, que tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía.
Tres años antes de la batalla de Roncesvalles, el Emir Balán y su hijo, el gigante Fierabrás, regresan en barco a Al-Ándalus después de un saqueo en la ciudad de Roma, portando las Reliquias de la Pasión: La Corona de Espinas de Cristo, los Clavos con los que fue Crucificado, una Inscripción de la Cruz y el Aceite utilizado para ungir su Cuerpo Muerto. Las tropas de Carlomagno se dirigen a su encuentro para recuperarlas.
Fierabrás era un caballero sarraceno de gigantesca estatura, de grandísima fuerza y gran corazón muy diestro en el manejo de armas. Hijo del poderoso Emir Balán, un hombre muy rico, señor de muchas provincias y gobernador de Al-Ándalus. Mantenía constante conflicto con Roldán y los doce pares, pero tras ser derrotado por éste, se convierten al Cristianismo y en amigos, luchando los dos en filas de Carlomagno.
Su fama se extendió más allá de las sagas Carolingias y aparece como motivo en El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, parodia escrita por el español Miguel de Cervantes y publicada a comienzos de 1605.