Algunas reflexiones para entender cómo el socialismo destruyó a Venezuela
El régimen chavista, el cual controla el Consejo Nacional Electoral en Venezuela, aún no ha presentado pruebas para respaldar su tesis de que Maduro venció al candidato de la oposición, Edmundo González, por un margen de 51 a 44 por ciento del voto. En Venezuela ya han estallado protestas, violentamente reprimidas, y tanto Estados Unidos como Perú reconocen a González como el presidente electo por cuenta de las actas meticulosamente recolectadas y presentadas por la oposición. Claramente, el plan de Maduro no es huir o negociar, sino aferrarse al poder por medio del fraude y la violencia. Las siguientes reflexiones ayudarán a explicar por qué más del 65% de los votantes venezolanos rechazaron en las urnas al régimen de Maduro.
INFLACIÓN
Chávez se apoderó del Banco Central de Venezuela en 2007. Tras su muerte en 2013, el sucesor, Maduro, heredó niveles de inflación del 40 % anual, tras un fuerte aumento en la década anterior. En 2017, la mala gestión monetaria del régimen chavista había dejado la inflación en el 438% anual.
La inflación anual de tres dígitos -como la que Venezuela experimenta ahora- parece baja comparada con el período hiperinflacionario de 2018 y 2019, cuando el régimen chavista desató una inflación del 65.000 % y del 19.000 %, respectivamente.
DEVALUACIÓN
Chávez devaluó constantemente el bolívar venezolano, tal como hizo Maduro cuando asumió el poder. En 2017, el bolívar había perdido el 92% de su valor frente al dólar desde 2000. Cuando la hiperinflación hacía estragos, Maduro devaluó la moneda en un 95 por ciento, y eliminó once ceros de la moneda en dos años.
Ya en 2018 y 2019, la moneda venezolana había perdido todo valor gracias a los malos manejos monetarios de Chávez y Maduro. En un momento dado, los vendedores ambulantes venezolanos vendían mercancías tejidas con billetes de bolívar. Maduro no tuvo opción aparte de relajar los estrictos controles de cambio. En 2021, gran parte de la economía venezolana estaba dolarizadade facto.
DEUDA
Cuando Chávez ganó sus primeras elecciones en 1998, la deuda como porcentaje del PIB de Venezuela era del 30,7%, un nivel moderado. En el 2013, año de la muerte de Chávez, la deuda ya equivalía el 85,4% del PIB. Desde 2015, la relación deuda/PIB de Venezuela se ha mantenido muy por encima del 100%, habiendo alcanzado un nivel récord del 327,7% en 2020.
EVOLUCIÓN DEL INGRESO Y LA POBREZA
Entre 2003 y 2012, los altos precios del petróleo y el gasto deficitario de Chávez multiplicaron casi por cuatro el PIB per cápita de Venezuela. Tras la bonanza llegaría la quiebra. El colapso del modelo chavista y el mercado bajista del petróleo de mediados de la década de 2010 redujeron el PIB per cápita del país en 2018 a aproximadamente el mismo nivel de 1984, a pesar del éxodo de la población. Lo mismo aplica hoy pese al fuerte repunte de los precios del petróleo desde los mínimos de 2020. De tal manera, el chavismo hizo retroceder a Venezuela cuatro décadas en términos de crecimiento económico.
A través de su extremo despilfarro fiscal, alimentado por la deuda y los ingresos en petrodólares durante el auge petrolero de la década del 2000, Chávez creó el espejismo de una nación que derrotaba a la pobreza. Al inicio de la década de los 2010, la tasa de pobreza había caído por debajo del 30% de la población y la pobreza extrema por debajo del 10%. Luego vino el colapso fiscal, monetario y económico. En 2019, el 96 % de los venezolanos vivía en la pobreza y el 79 % en la pobreza extrema. En 2021, informó el Financial Times, «por primera vez, el venezolano medio es más pobre que el haitiano medio». Venezuela, nación otrora rica, se había convertido en el país más pobre de América Latina.
PRODUCCIÓN PETROLERA
Fuente: U.S. Energy Information Administration.
Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo. Al inicio de la década del 2000, el país producía más de 3 millones de barriles de crudo al día. Incluso después del paro petrolero de 2002-2003, un intento de impedir que Chávez se apoderara de la empresa estatal petrolera (PDVSA), y el posterior despido de 20.000 empleados de PDVSA (de un total de 35.000), Venezuela producía más de 2,5 millones de barriles diarios. Pero Chávez aseguró su declive al tomarse el control de PDVSA, nombrar a sus partidarios en sus filas, y utilizar sus recursos para sus objetivos «revolucionarios», tal como la construcción de vivienda social.
La empresa, pésimamente dirigida, fue incapaz de lidiar con el mercado bajista petrolero que comenzó en 2014.
Las sanciones de la era Trump detuvieron todas las exportaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos, pero las exportaciones de Venezuela al resto del mundo también cayeron precipitadamente, al igual que el consumo interno de petróleo. En 2019, Venezuela producía mucho menos del millón de barriles de crudo al día, una cifra que cayó por debajo de los 500.000 barriles diarios durante la crisis del COVID-19.
Según la propaganda chavista, el colapso de la industria petrolera venezolana se debe exclusivamente a las sanciones de Estados Unidos. Pero la historia ha proporcionado un curioso punto de comparación. A pesar de enfrentar severas sanciones sobre sus propias exportaciones de petróleo desde inicios de 2022, Rusia «ha desafiado las predicciones de graves descensos en su suministro de petróleo», como informó Reuters a finales de 2023. En 2024, se espera que el suministro ruso se mantenga estable. En el caso de Venezuela, es claro que el socialismo bolivariano, no las sanciones, causó la precipitosa caída de PDVSA.
EMIGRACIÓN
Los venezolanos comenzaron a abandonar su país en masa en 2014. En 2022, 6,8 millones de venezolanos residían en el exterior, muchos de ellos como refugiados. Según R4V, una plataforma del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, había 7,77 millones de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo a principios de 2024, de los cuales 6,59 millones vivían en América Latina y el Caribe.
Fuente: Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V)
Colombia es el país que más venezolanos ha recibido en los últimos diez años, con la asombrosa cifra de 2,8 millones; la población total de Colombia en 2013 se situaba justo por encima de los 46 millones, según el Banco Mundial. Le siguen Perú (1,54 millones), Brasil (568.000), Chile (532.000) y Ecuador (444.000). Más allá de América Latina, Estados Unidos y España han recibido el mayor número de migrantes venezolanos. En 2019, un informe de la ONU estimó que Venezuela ya había perdido el 10% de su población debido al éxodo.
PRESOS POLÍTICOS
Al igual que en Cuba, cuyo régimen Chávez admiraba y emulaba, la represión política ha sido un sello distintivo de la era chavista. Desde que Maduro llegó al poder, hubo un fuerte aumento de los presos políticos. Entre los opositores de alto perfil que han sido encarcelados se encuentran Leopoldo López, líder del partido y alcalde local de Caracas, y el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma. Ambos lograron huir de Venezuela.
El número de presos políticos aumentó drásticamente en 2017, cuando el régimen reprimió brutalmente las protestas masivas que surgieron contra la «disolución» de la Asamblea Nacional, liderada por la oposición, y la detención arbitraria de líderes opositores. Aunque el régimen ha utilizado la liberación de ciertos presos políticos como herramienta de negociación en sus frecuentes negociaciones con la oposición, detuvo arbitrariamente a miembros del personal de María Corina Machado, la principal líder opositora, durante la reciente campaña electoral.
TASA DE HOMICIDIO
Chávez tenía poca intención de defender la libertad y la propiedad de los venezolanos. Tampoco salvaguardó su derecho a la vida. La tasa de homicidios en Venezuela aumentó drásticamente bajo su mandato y el de Maduro, alcanzando un máximo de 63 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2014, según cifras oficiales, cuya exactitud ha sido cuestionada. El Observatorio Venezolano de Violencia, un instituto de investigación independiente, ha publicado constantemente cifras que superan las del régimen.
El instituto calculó la tasa de asesinatos de 2013, por ejemplo, en 79 por cada 100.000 habitantes, frente a los 39 por cada 100.000 que reportó el régimen. Como escribió el periodista Jeremy McDermott en 2014: «Desafortunadamente, las afirmaciones del gobierno de que los homicidios en realidad disminuyeron un 30% en 2013 son tan increíbles que deben descartarse.» Con 79 homicidios por cada 100.000 habitantes, añadió, Venezuela «sigue siendo de lejos la nación más peligrosa de América del Sur, y sólo está por detrás de Honduras (con una tasa de 86) como la nación más peligrosa del planeta.»
Pero la tasa de homicidios ha descendido considerablemente desde mediados de la década del 2010, como demuestran las propias cifras del observatorio. En 2023, el instituto reportó 27 homicidios por cada 100.000 habitantes, la tasa más baja desde 2001. Según una teoría, la emigración masiva ha reducido la tasa de homicidios porque grupos criminales enteros también han abandonado Venezuela.
LIBERTAD HUMANA
El Índice de Libertad Humana mide la libertad económica de los países junto con el grado de libertad civil y personal que permiten a sus ciudadanos. El índice, el cual analiza las cifras de 165 países desde el año 2000, demuestra el descenso de Venezuela hacia el autoritarismo desde las primeras etapas del gobierno de Chávez. En el año 2000, Venezuela se encontraba en un rango medio-bajo en el escalafón, pero desde entonces su deterioro en términos de libertad humana fue constantemente. En 2019, cayó al penúltimo puesto. Actualmente, Venezuela ocupa el último lugar en el índice de libertad económica.
El Informe de Libertad Económica en el Mundo publicado por el Instituto Fraser de Canadá junto con el Instituto Cato, desde hace mucho ha venido documentando la estrecha relación entre la libertad económica y la prosperidad. En el primer gráfico podemos apreciar cómo el ingreso per cápita (en USD$ constantes de 2018) de Venezuela cayó de manera marcada entre 1950 y 2021, pasando de tener uno de los más altos de la región, a tener uno de los más bajos. Esta caída coincidió con un aumento considerable en el ingreso por persona promedio de la región, así como también con el despegue de la economía chilena.
Entre 1970 y 2021, Venezuela pasó de ser una de las economías más libres del mundo a ser una de las más reprimidas. Al mismo tiempo, vemos el increíble aumento de libertad económica, y de ingreso, que experimentó Chile. En 1955, el ingreso promedio de Venezuela equivalía a un 60% de aquel de Estados Unidos (en $ constantes de 2011), mientras que en 2022 llegaba solo a un 9% del ingreso promedio estadounidense.
Viene, pues, de muy lejos la pasión estatista e interventora de los gobiernos venezolanos, y también la costumbre de que la función pública sirva para enriquecerse. Pero en el camino, esas dos tradiciones se han agravado monstruosamente por dos factores nuevos: el socialismo y el petróleo.