Eduardo Rodríguez de Brujón y Fernández
Después de que Jorge Bergoglio, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU el 25 de septiembre de 2015, describió la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la cumbre como “un importante signo de esperanza”. Una esperanza que se realizará si la Agenda se implementa de manera verdadera, justa y efectiva”, los caminos de la ONU y del Vaticano, en lo relativo a la Agenda 2030, han transcurrido paralelos.
Como parte de esta marcha que hacía los objetivos de la Agenda 2030 que recorren de la mano Jorge Bergoglio y la ONU, el Pontificio Consejo de la Cultura y la Fundación Cura van a organizar la V Conferencia Internacional titulada: Exploring the Mind, Body & Soul.How Innovation and Novel Delivery Systems Improve Human Health.
La citada conferencia se celebrará, en formato virtual, del 6 al 8 de mayo de 2021 y según la oficina de prensa del Vaticano, “… contará con la presencia de médicos, científicos, especialistas en ética, líderes religiosos, defensores de los derechos de los pacientes, policymakers, filántropos y opinadores que debatirán sobre los últimos descubrimientos en medicina, atención sanitaria y prevención, así como sobre el significado antropológico y el impacto cultural de los avances tecnológicos...”
Los organizadores también resaltarán una conversación sobre el tema: “Bridging Science and Faith” (Tender un puente entre la ciencia y la fe) para explorar los puntos en común entre la religión y la espiritualidad en lo que respecta a la salud y el bienestar, examinando al mismo tiempo la relación entre la mente, el cuerpo y el alma. El debate girará en torno a lo que significa ser humano y buscará áreas de convergencia entre las humanidades y las ciencias naturales. Al término de la Conferencia, Jorge Bergoglio dirigirá un videomensaje a los participantes. La invitación a participar se extiende a sacerdotes, agentes de pastoral de la salud y estudiantes de universidades pontificias y católicas de todo el mundo.
Podemos encontrar información más detallada en el sitio web del Dicasterio: www.cultura.va y en la página web: VaticanConference2021.org.
Pero el título y los logotipos, no sólo son similares a la agenda 2030, sino que el cartel anunciador es simplemente blasfemo: En el aparecen dos manos con guantes de látex de usar y tirar, de los de triste moda a causa de la pandemia originada por el virus chino. Imita al genial fresco que se encuentra pintado en los techos de la Capilla Sixtina del Vaticano, en el que la mano de Dios se junta con la mano de Adán para darle la vida en uno de los momentos de la Creación. Toda una alegoría a la “masónica Nueva Normalidad de la salud humana”.
La blasfemia esta dibujada y ni Satanás podría haber ideado mejor cartel para una conferencia vaticana: Nuestro propio Dios y Señor, que nos creado a su imagen y semejanza, nos puede contagiar el virus comunista y nos tenemos que prevenir profilácticamente de Él.
El título de la conferencia, es en sí mismo increíble: “Explorar la mente, el cuerpo y el alma. Unirse para prevenir y unirse para curar. Una iniciativa mundial de atención sanitaria: cómo la innovación y los nuevos sistemas de prestación de servicios mejoran la salud humana”.
Según la propia información que facilita el propio Vaticano, los participantes en esa conferencia carecen de desperdicio para un católico:
A su vez, los organizadores han contratado a cinco periodistas como moderadores, que proceden exclusivamente de medios de comunicación de izquierdas como CNN, MSNBC, CBS y Forbes.
Esta Conferencia -junto con el Consejo para el Capitalismo Inclusivo de Lynn Forester de Rothschild, el Pacto Mundial por la Educación y el Panteón interreligioso que se celebrará en junio en Astana, Kazajistán- no son más que las muestras de cómo el actual Vaticvano se aleja de la ortodoxia Católica representada en los últimos tiempos, por Juan Palo II y Benedicto XVI.
Según el Arzobispo Carlo Maria Viganò, en carta remitida a los medios de comunicación, donde realizaba reflexiones acerca de la citada conferencia, dice literalmente:
“… La Santa Sede ha renunciado deliberadamente a la misión sobrenatural de la Iglesia, haciéndose sierva del Nuevo Orden Mundial y del globalismo masónico en un contramagisterio anticristiano. Los mismos dicasterios romanos, ocupados por personas ideológicamente alineadas con Jorge Mario Bergoglio y protegidas y promovidas por él, continúan ahora sin freno en su implacable labor de demolición de la Fe, la Moral, la disciplina eclesiástica y la vida monástica y religiosa, en un esfuerzo tan vano como inédito por transformar a la Esposa de Cristo en una asociación filantrópica esclavizada a los Poderes Fuertes.
El resultado es la superposición sobre la verdadera Iglesia de una secta de modernistas heréticos y depravados que se empeñan en legitimar el adulterio, la sodomía, el aborto, la eutanasia, la idolatría y cualquier perversión del intelecto y la voluntad. La verdadera Iglesia está ahora eclipsada, negada y desacreditada por sus mismos pastores, traicionada incluso por quien ocupa el más alto Trono.
El hecho de que la Iglesia profunda haya conseguido elegir a su propio miembro para llevar a cabo este plan infernal de acuerdo con el Estado profundo ya no es una mera sospecha, sino un fenómeno sobre el que es imprescindible preguntarse y arrojar luz. La sumisión de la Cathedra veritatis a los intereses de la élite masónica se está manifestando en toda su evidencia, en el silencio ensordecedor de los Sagrados Pastores y en el desconcierto del Pueblo de Dios, abandonado a sí mismo. Otra demostración de esta degenerada libido serviendi del Vaticano hacia la ideología globalista es la elección de los oradores para dar testimonios y conferencias: partidarios del aborto, del uso de material fetal en la investigación, del declive demográfico, de la agenda pansexual LGBT y, por último, de la narrativa de Covid y las llamadas vacunas.
Para los lectores, Carlo Mª Vigano, fue entre los años 1992 y 2009, con Juan Pablo II, fue Nuncio Apostólico de S.S. en Nigeria; más tarde, con Benedicto XVI desempeñó el cargo de secretario general gobernador de la Ciudad del Vaticano entre 2009 y 2011, y desde esa fecha hasta 2016 fue Nuncio de Su Santidad en Washington, próximo a Ratzingerque denunció el manto de silencio extendido sobre la pederastia en el seno de la Iglesia Católica y se enfrentó al poderoso
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