Las cloacas del poder tienen tres patas: la política, la económica y una que olvidamos frecuentemente pero sin la que nada sería posible, la pata mediática.
Sara Serrano.
Atresmedia es, junto a Mediaset, uno de los grandes conglomerados mediáticos de España llegando a unos ingresos netos de más de mil millones de euros en 2019. Con una cuota de pantalla de casi el 27%, agrupa dos canales generalistas –Antena 3 y La Sexta– y otros cuatro temáticos –Mega, Nova, Neox y Atreseries–. Dentro de la línea de negocio de radio, las tres ofertas radiofónicas de Atresmedia –Onda Cero, Europa FM y Melodía FM– alcanzan una audiencia conjunta de 3,5 millones de oyentes, según el último Estudio General de Medios.
En la actualidad, sus accionistas mayoritarios son el grupo Planeta (41,7%) y el gigante de la comunicación alemana UFA/RTL (18,65%). El 11% de su capital restante está en manos de fondos de inversión y el grupo mantiene al menos otro 25% de capital flotante en bolsa. Además, en su consejo de administración se sientan directivos como Aurora Catá, consejera del banco Sabadell desde 2015, Patricia Estany, Managing Director en JP Morgan, María Entrecanales Franco perteneciente a uno de los clanes familiares de constructores más importantes de España o Mónica Ribé Salat, vocal de la Junta de la Asociación Española de Corredurías de Seguros (ADECOSE).
Pero, ¿puede garantizarse el derecho a una información de calidad con fondos de inversión, constructoras entidades financieras y aseguradoras sentados en la sala de mando de un medio de comunicación? Dice David Simon, periodista estadounidense reconvertido en guionista de magníficas series como The Wire o La conjura contra América, que hay un antes y un después en el periodismo tras la entrada del poder financiero en los medios de comunicación.
Atresmedia no está sólo condicionada por sus accionistas, sino también por sus anunciantes. Con una cuota de mercado del 40,7%, sus ingresos por publicidad ascendieron a más de 800 millones de euros en 2019 (Fuente: Arce Media y Media Hotline, 2020)… Los anunciantes mandan. Y la consecuencia es que en vez de información los medios ofrecen publirreportajes.
Sin embargo, tras la crisis financiera los ingresos por publicidad se redujeron y Atresmedia puso en marcha un proyecto para diversificar su negocio: la inversión en empresas emergentes. De este modo, el conglomerado mediático se convierte en accionista de startupscon potencial de crecimiento a cambio de ofrecerles publicidad en sus canales de televisión y radio. El grupo ha invertido más de 50 millones de euros en empresas como Glovo –empresa de reparto que emplea a falsos autónomos–, Job Today –una plataforma que enlaza a trabajadores con empleos precarios–, o Deliberry –una aplicación para solicitar que ‘mamashopers’ te hagan la compra y te la lleven a casa–. El negocio de la explotación 2.0.
Hasta ahora hemos hablado del peso de los intereses económicos en la línea editorial de Atresmedia, pero ¿Cuáles son las relaciones del conglomerado mediático con el poder político?
Para entenderlo tenemos que remontarnos a los orígenes del Grupo Planeta, principal accionista de Atresmedia. El imperio editorial levantado por la familia Lara es el séptimo conglomerado editorial del mundo y ocupa más del 21% del mercado español. Según el diario El Mundo, la familia Lara se situaría entre las cien mayores fortunas de España con un patrimonio de más de 800 millones de euros.
El patriarca de la saga, el andaluz José Manuel Lara Hernández, llegó a Barcelona vestido de legionario, cuando las tropas franquistas la ocuparon en enero de 1939. El editor Enric Borràs Cubells recuerda cómo a principios de los años 50 y bajo la impunidad que le otorgaba el régimen franquista, Lara recorría las imprentas de la ciudad condal requisando papel a punta de pistola. “Yo he sido franquista, y lo seguiré siendo toda mi vida”, reconocía el fundador de Planeta en una entrevista al periodista José Martí Gómez. El viejo Lara se relacionó con las más altas esferas de poder: frecuentaba a Carmen Franco, contribuía económicamente con Alianza Popular y sería nombrado marqués del Pedroso de Lara por el rey. Ideológicamente se situaba entre Fraga y Pío Cabanillas.
Su hijo, José Manuel Lara Bosch, asumiría la dirección de Planeta tras la muerte de su padre e iniciaría la diversificación del grupo en el sector audiovisual, culminando con la adquisición de la mayoría de las acciones de Atresmedia en 2003. También fue máximo accionista del Real Club Deportivo Espanyol, miembro del consejo de administración del Banco Sabadell y presidente del Círculo de Economía. Lara Bosch se autodefinía como un “libertario de derechas”.
Pero si hay un personaje clave en el desembarco de Planeta en el sector audiovisual es Mauricio Casals. El “príncipe de las tinieblas”, como es conocido, es actualmente presidente de La Razón y adjunto a la presidencia de Atresmedia. Casals convenció a los socialistas de que retiraran la publicidad de RTVE en beneficio de las cadenas privadas, según contó Javier Pérez Dolset, testigo de los acontecimientos. Casals fue el artífice de la fusión entre Antena 3 y La Sexta, autorizada por Rajoy en contra del dictamen de la Comisión Nacional de la Competencia. Casals intercambiaba SMS con el ex tesorero del PP Luis Bárcenas y, a pesar de ser conocedor de la financiación irregular del partido, su periódico La Razón decidió no publicarlo. Casals actuó de intermediario entre Mariano Rajoy y el ex comisario corrupto José Manuel Villarejo. Casals otorgaba favores desde su habitación del hotel Palace. Siempre Casals. Como sostiene el ex director de El Mundo David Jiménez en su último libro, “Casals no era de izquierdas ni de derechas, era del poder”.
El maquiavelo de Atresmedia decidía también quién se sentaba en las tertulias políticas. A golpe de horas en ‘prime time’convirtió al director de La Razón, Francisco Marhuenda, en uno de los periodistas más conocidos de España. El estrecho colaborador de Mariano Rajoy, contó así con un altavoz privilegiado para promocionar al Partido Popular. Pero no todo fueron rosas. En abril de 2017, Casals y Marhuenda, el creador y su creación, tuvieron que declarar ante la Audiencia Nacional por un presunto caso de coacción a Cristina Cifuentes en el marco de la ‘operación Lezo’. Finalmente, el juez levantaría la imputación después de que la presidenta madrileña declarara que no había sido coaccionada.
Otro habitual en las tertulias televisivas del grupo Atresmedia es el director de Ok diario, Eduardo Inda. El periodista, que ya durante su etapa como director de Marca fue acusado de sensacionalismo y amarillismo, es una pieza fundamental para entender el funcionamiento de las cloacas del Estado. En su declaración en la Audiencia Nacional, Villarejo admitió que el director de Ok diario era uno de sus periodistas de confianza: “Inda no se me olvida, porque con él sí que he hablado mucho”. En esas conversaciones Inda le habría dicho textualmente: “He estado todo el verano viviendo del pendrive. De puta madre”. El pendrive contendría los datos del móvil robado a Dina Bousselham.
De sus tiempos como director del diario Marca data la relación de amistad de Inda con el buque insignia del progresismo de Atresmedia, el director de La Sexta, Antonio García Ferreras, que por aquel entonces era director de comunicación del Real Madrid de Florentino Pérez. Ferreras nunca ha ocultado sus buenas relaciones con el presidente del Real Madrid: “Yo no me llevo bien con Florentino Pérez, me llevo muy bien con Florentino Pérez. Es una persona por descubrir y con él que he aprendido muchísimo”. Contextualicemos, Florentino Pérez, además de presidente del equipo merengue, es un empresario bien relacionado con el poder político. Un ejemplo reciente: su constructora ACS ha subido más de un 16% en bolsa tras la aprobación de la polémica Ley del Suelo en Madrid. Pero volvamos a Ferreras. Según destapaba el director de ctxt, Miguel Mora, el presentador de ‘Al rojo vivo’ se habría reunido a comer en varias ocasiones con el ex comisario Villarejo y con Mauricio Casals. Se cierra el círculo de influencias: Inda-Villarejo-Ferreras-Casals.
Las cloacas del poder tienen tres patas: la política, la económica y una que olvidamos frecuentemente pero sin la que nada sería posible, la pata mediática.
FUENTE: https://laultimahora.es/atresmedia-y-las-cloacas-del-poder/
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