Ayer, miércoles, presenté en Badajoz el libro «ESPAÑA SAQUEADA: POR QUÉ Y CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ… Y FORMA DE REMEDIARLO», un minucioso diagnóstico de la terrible situación que sufren España y los españoles… también en él se ofrecen soluciones, que haberlas haylas…

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN.

“La nación más fuerte del mundo es, sin duda, España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo”. Frase atribuida a Oto von Bismarck

Tras presentar la semana pasada mi libro en Barcelona, y anteriormente en Madrid, ayer tocaba presentarlo en Badajoz, aunque como se suele decir, «nadie es profeta en su tierra». Evidentemente, decir que hubo una asistencia multitudinaria sería faltar a la verdad. Cuando alguien, como es mi caso, no ha pasado desapercibido ni permanecido en el anonimato desde muy joven, y si le sumamos que yo siempre he procurado tener opinión y criterios propios, y nunca he sido una persona gregaria, y para más INRI siempre (incluso llegando a cometer «sincericidio») generalmente he acostumbrado a llamar a las cosas por su nombre, a llamar al pan, pan y al vino, vino, sin recurrir a circunloquios, eufemismos, etc. pues, es mucha la gente que sabe de mi existencia. Por supuesto, otra cuestión es la gente que realmente me conoce. Es por ello que, para bien y para mal, nunca he dejado al personal indiferente, y he sido la comidilla en la ciudad, en la provincia e incluso la región. Son muchos, por desgracia, los que tienen prejucios acerca de mí, son muchos los que tienen la osadía de juzgarme, opinar de mí, sin tener ni la más remota idea de qué pienso, qué siento, a qué me dedico… Y, no es que me preocupe, pues es un riesgo que corre cualquiera que se convierta en «hombre público», y que no lo duden, no me quita el sueño…

El caso es que ya tocaba presentar mi libro «ESPAÑA SAQUEADA: POR QUÉ Y CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ… Y FORMA DE REMEDIARLO» en mi lugar de nacimiento, y lo hice rodeado de amigos, familiares y conocidos. Tal como ocurrió en Barcelona y Madrid, después de más de dos horas de exposición y coloquio, la gente no tenía ninguna prisa por regresar a sus casas. Por supuesto, con algunos tuve luego el placer de tomar alguna cervecita…

Sería por mi parte pecar de desagradecido si no le diera las gracias al Ateneo de Badajoz por haber organizado el acto y a la Residencia Universitaria «Hernán Cortés» por haberme abierto las puertas a sus instalaciones…

Como ya he contado en alguna que otra ocasión, mi libro «ESPAÑA SAQUEADA: POR QUÉ Y CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ… Y FORMA DE REMEDIARLO» pretendió ser una antología de la multitud de textos dispersos por doquier que yo he publicado a lo largo de décadas. Pero, poco a poco, sin apenas darme cuenta, acabó siendo un diagnóstico minucioso, exhaustivo de la terrible situación que sufre España. Una vez puesto a la faena no tardé mucho en sentirme invitado a proponer soluciones, y escribiendo, escribiendo… acabaron saliendo más de mil páginas que dieron forma a una trilogía.

Como pueden suponer, el libro comienza hablando de qué había en España a mediados de los años 70 del siglo XX, tras la muerte del General Franco. Era inevitable hablar del legado del General, una impresionante herencia, con sus defectos y sus virtudes. Un régimen político nacido tras la victoria de uno de los bandos de una cruel, pavorosa, destructiva guerra. Un régimen político que nació de la nada, pues así se puede llamar a lo que quedó de España tras una guerra de tres años, en la que se destruyó por completo todo y que obligó a poner en marcha el sistema productivo, la industria, la agricultura, el sector servicios, el sistema de enseñanza, el sistema sanitario,… y con el inconveniente del cerco internacional decidido por la ONU, que prohibía a cualquiera de las naciones del mundo a comerciar con España o prestarle cualquier tipo de ayuda.

En mi libro se narra todo o casi todo lo que se puso en pie durante el franquismo, todo lo que entonces se construyó y que, salvo excepciones, se fue demoliendo, echando abajo desde aquellos tiempos de «la transición» y que no fue sustituido por nada. Por descontado, surgen preguntas tales como ¿Por qué había que destruir lo que funcionaba y más sin tener alternativa que lo sustituyera o mejorara? ¿Por qué ese empeño de aplicar la «damnatio memoriae», de condenar al olvido lo que de bueno había (que era mucho) tras la muerte del General Franco? ¿Por qué ese empeño de inculcar falsos recuerdos a los españoles, por parte de los «antifranquistas sobrevenidos», manipularlos, y lograr en ellos desmemoria selectiva…?

De todo ello hablé ayer en la presentación de mi libro «ESPAÑA SAQUEADA: POR QUÉ Y CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ… Y FORMA DE REMEDIARLO». Y, tras la relectura de uno de los primeros capítulos, me vuelvo a sentir obligado a retomar el que titulo

EL LEGADO DEL RÉGIMEN DEL GENERAL FRANCO.

Francisco Franco fue un héroe para España, no sólo derrotó al comunismo, también nos salvó de la segunda guerra mundial, desbarató el maquis y el aislamiento impuesto injustamente a España, e incluso reconcilió a los españoles.

Después de tres terribles años de Guerra Civil Española, España estaba absolutamente destrozada. Cualquiera que hubiera tomado las riendas de nuestro país en aquellos años se hubiera encontrado con un erial enorme, un lugar del que poco o nada era aprovechable.

Da lo mismo quién -o quiénes- hubiese sido, si hubiera sido el bando perdedor, los restos del gobierno de la República o el bando vencedor, el gobierno que Franco instauró una vez ganada la guerra.

Tras la guerra, en España sólo existían, hambre, miseria, escasez y estraperlo. La situación perduró hasta bien avanzados los años 50 del siglo pasado.

Aquellos gobiernos, integrados por falangistas con sueños imperiales y deseosos de hacer su «revolución social», pusieron en marcha múltiples cosas, entre otras cuestiones reorganizaron la Seguridad Social, crearon el Auxilio Social, etc. pero no lograron modernizar España. La situación impedía crear riqueza, sólo permitía el reparto de la pobreza.

El aislamiento y el bloqueo que España sufrió durante lustros se debió al hecho de haber apostado por el caballo perdedor de la segunda guerra mundial… Todo ello comenzó a suavizarse a partir de los llamados «Pactos de Madrid de 1953» con los EEUU y se oficializó definitivamente, a raíz de la visita a España del presidente norteamericano Eisenhower en 1959; hasta entonces, a nuestro país sólo le era posible vivir en un régimen autárquico, que impedía crear riqueza y equipararnos al resto de Europa, la Europa que tras la guerra fue beneficiada por el Plan Marshall.

El Plan Marshall fue un programa estadounidense dedicado a la reconversión económica de Europa durante los inicios de la Guerra Fría. El Plan Marshall fue un programa impulsado por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial para ayudar a los países europeos a recuperarse de la destrucción provocada por el conflicto.

A partir del momento en que España comienza a tener relaciones con EEUU y el bloqueo disminuye, hasta desaparecer, el General Franco optó por dar un giro a sus gobiernos. En los años 60, eligió a miembros del Opus Dei, versados en macroeconomía y alejados de los delirios social-revolucionarios de los falangistas. Los llamados «tecnócratas» idearon una serie de planes de desarrollo, según algunos estudiosos calcados de los planes quinquenales de la Unión Soviética, y muy cercanos a la planificación socialista; planes intervencionistas, pero dentro de una cierta economía de mercado libre.

España seguía teniendo un sistema económico destrozado, precario, de ahí que, todavía, fuera necesaria una economía planificada. Las políticas del régimen del General Franco funcionaron y pusieron las bases para que se produjeran riqueza, prosperidad, crecimiento…

Con un enorme esfuerzo de la población española y tras los Planes de Desarrollo, cuando muere el General Franco -en 1975- España estaba en el grupo de las diez economías más importantes del Mundo. España consiguió salir de una situación catastrófica y, sin duda, se puede hablar de MILAGRO ECONÓMICO ESPAÑOL. Todo ello no hubiera sucedido, aparte del gran esfuerzo de los españoles, si el régimen de Franco no hubiera dotado a España de una enorme red de infraestructuras, de instalaciones, de equipamientos, de los que antes carecía: pantanos, comunicaciones, industria, reforma agraria, administración pública, sanidad, seguridad social, sistema de enseñanza, etc. Y, negarlo es de necios.

Entonces, en aproximadamente quince años, se produjo un desarrollo sólo comparable al que se ha producido en China desde 1990 a 2010 con crecimientos anuales del Producto Interior Bruto en torno al 8%.

Por el contrario, en los últimos 40 años, España ha crecido muy por debajo de su potencial, menos del 1,5% de media.

El éxito del «milagro económico español» se basó fundamentalmente en la elección de buenos gestores, a los que se dejó hacer.

No está de más destacar que, en el año 1975, cuando murió el General Franco, Corea del Sur era un país enormemente pobre y poseía una población similar a la española. España estaba considerada la 8ª economía del mundo; hoy en pleno siglo XXI, con democracia, los coreanos nos han superado con creces.

Ante la avalancha de mentiras y manipulaciones del Gobierno social-comunista del nuevo Frente Popular, con el silencio -cuando no apoyo- cómplice de la derecha boba, es imprescindible explicar y resaltar, con hechos y cifras cuál fue el balance económico y social de los 40 años del régimen político, de los gobiernos del General Franco; y compararlo luego con el balance económico y social de los 40 años transcurridos desde su muerte, desde de la Transición, el balance del régimen oligárquico y caciquil -pese a que lo llamen democracia-, un régimen político con un sistema electoral disparatado que, propicia la burocracia estatal más ineficiente (pues no usa bien los medios de los que dispone), ineficaz (pues no cumple los objetivos que supuestamente pretende) y despilfarrador de los países de nuestro entorno.

Tampoco está de más recordar que, fueron los integrantes del Frente Popular los que llevaron a España a la guerra incumpliendo (después de cometer fraude electoral en febrero de 1936) la Constitución y las leyes, para aplastar a la mitad de los españoles que no pensaban como ellos y tratar de implantar un régimen semejante al de la Unión Soviética…

Inevitablemente, surge una pregunta: ¿Qué habría sucedido si, en lugar de ganar el «bando nacional», se hubiera producido una victoria del «bando republicano «?

Como ya se indicó más arriba, los años de la posguerra habrían sido igualmente tiempos de miseria, de pobreza, de precariedad, pero con un gobierno totalitario y liberticida, de izquierdas, casi con toda seguridad abiertamente comunista, España se habría convertido en un estado similar a las «repúblicas populares» centroeuropeas o balcánicas existentes hasta 1989.

Afortunadamente, eso no sucedió. Los mejores economistas españoles —desde Fuentes Quintana a Juan Velarde— han estudiado y documentado perfectamente el proceso, desde el desastre económico de la República desde su momento cero a los años de penuria de la posguerra, el bloqueo internacional, el Plan de Estabilización y los años de crecimiento fulgurante hasta 1975.

Y, entonces murió el General Franco y vino un tremendo desastre, “desastre sin paliativos”, como lo denominaría el Rey Juan Carlos, de nombre Adolfo Suárez, un mediocre sin el menor sentido de Estado y sin los conocimientos suficientes para gobernar España. En apenas dos años, Adolfo Suárez situó a España al borde de la ruina, …

Afortunadamente, el profesor y economista Fuentes Quintana (que ya había participado en 1959 junto con otros economistas del régimen del General Franco en el Plan de Estabilización Nacional), elaboró un plan económico de emergencia —Pactos de la Moncloa— que nos salvó ‘in extremis’.

Acabó dimitiendo al cabo de un año, por discrepancias con otros ministros de Adolfo Suárez, aunque le dio tiempo a proyectar la reforma fiscal que rompió con el anterior sistema impositivo que, permitió acercarnos a las formas de tributación de Europa. Enrique Fuentes Quintana se marchó profundamente decepcionado, manifestando que “a estos tíos [la oligarquía política] no les importa España, no están por las reformas, ni por la eficiencia que ni saben qué es; solo les importan la relevancia social, los pelotazos, el saqueo de la nación con las comunidades autónomas y los monopolios, y enchufar a cientos de miles de familiares y amigos tan ignorantes y venales como ellos. Con ellos, jamás volveremos a alcanzar crecimientos como los de los últimos 30 años”.

Su análisis fue profético. Durante los siguientes 40 años, España ha crecido muy por debajo de su potencial, menos del 1,5% de media, frente al 6,6% de entre 1950 y1975. Sin embargo, los españoles (profundamente infantilizados y embrutecidos), no son conscientes, aunque más pronto que tarde acabarán dándose cuenta, cuando el Banco Central Europeo deje de comprar deuda y estalle la gigantesca burbuja acumulada para financiar el estado de las autonomías y la gigantesca burocracia estatal creada desde la muerte de Franco.

En 1975, España e Irlanda poseían la misma renta per cápita; hoy, la renta per cápita de España es la mitad de la de Irlanda.

España camina hacia un gigantesco desastre económico, político y social. España tiene hoy la distribución de la renta más injusta de toda la UE. En 1950, la clase media era en España alrededor del 35% de la población, en 1975 la cifra había subido al 56%, la más alta de toda nuestra historia. Pero en 2016 la clase media había descendido al 43%. En línea con ello, la clase baja y la pobreza pasaron del 65% en 1950 al 39% en 1975 —la cifra más baja de toda nuestra historia— y en 2016 la clase baja, y por tanto la pobreza, subieron hasta el 54%.

Sí, en 1975 España no era una «república popular-democrática» (como las de Europa del Este), empobrecida y hambrienta, sino un auténtico milagro, y esto resulta esencial. Lo logrado por España hasta la muerte del General Franco, es el claro ejemplo de lo que un país puede conseguir cuando está bien gobernado. En solo 25 años, nuestra nación experimentó el mayor crecimiento económico y social en cuatro siglos. De un país básicamente subdesarrollado pasó al tener el décimo PIB mundial, hoy el decimoquinto. De una renta per cápita en 1950 equivalente al 45% de la de los nueves países centrales de Europa que, en 1975 constituían la Comunidad Económica Europea, al 83%, el mayor grado de convergencia con la Europa rica jamás alcanzado desde el siglo XVI, hoy en torno al 70%. De una industria que en 1950 representaba el 12% del PIB, al 36% en 1975, y hoy hundida al 15% con una estructura productiva tercermundista de enchufados públicos, especuladores y camareros.

Con solo 700.000 empleados públicos formados y capaces, España funcionaba perfectamente, pero 40 años después, no sabemos cuántos hay, aunque los que dicen estar bien informados, hablan de que quienes reciben salarios del estado, son aproximadamente tres millones y medio, 3.500.000.

Pero no solo fue la economía. La Administración española era en 1975 una de las más eficientes de Europa, gracias a los grandes cuerpos del Estado, abogados, ingenieros o economistas, y un riguroso sistema de oposiciones a todos los niveles. Con solo 700.000 empleados públicos formados y capaces, España funcionaba perfectamente, pero 40 años después ni siquiera sabemos cuántos empleados públicos hay: 3,5 millones según la Agencia Tributaria, la cifra más exacta por razones obvias. De todos ellos, solo un millón ha conseguido la plaza a través de “oposiciones limpias y transparentes”, el resto son enchufados sin preparación. Un puro desastre.

España posee hoy la Administración pública más ineficiente, ineficaz y más cara de la Unión Europea. Sus salarios medios son de 36.600 euros al año frente a los 26.259 del sector privado. Esto no ocurre en ningún país europeo, excepto en Luxemburgo.

Pero si en lo económico y en la eficacia de la gestión se degrada todo lo llevado a cabo, hasta la desaparición del régimen de Franco, que ahora es llamado de manera despectiva ‘desarrollismo’, olvidando que en España se produjo un crecimiento del 7,5% anual acumulativo durante 15 años, o ‘tecnocracia’ al conocimiento y la excelencia en la gestión pública, frente a la ignorancia y la incompetencia actuales, en lo social el engaño alcanza proporciones inimaginables:

El gobierno social-comunista de Pedro Sánchez, y sus secuaces, afirman que la Seguridad Social la creó un tal Felipe González Marques, mientras, a cientos de miles de viviendas sociales para la clase obrera se les arrancan las chapas para ocultar su origen… realmente increíble. Sería extensísimo citar todo lo creado por el régimen del General Franco, pero, ahí va un pequeño resumen:

En 1975 España era la 2ª potencia mundial en el sector servicios.

En 1975 España tenía la 2ª flota pesquera del mundo y faenaba en los principales caladeros del globo.

En 1975 España era el tercer productor mundial en astilleros.

En 1975 España era la 9ª potencia industrial en el mundo.

En 1975 La industria representaba el 36% del PBI. Ahora no llega al 15%.

En 1975 la Tasa de paro era 3.7%, ahora el número de desempleados son más del 20% de los españoles en edad de trabajar.

En 1975 en España existían 21 universidades laborales y numerosas escuelas laborales. Ahora: cero.

En 1975 había en España tres niveles de ayuda a familias numerosas. El Estado protegía las familias numerosas.

En 1975 los españoles disfrutaban de un mes o 30 días naturales de vacaciones retribuidas al año.

En 1975: Paga extra de Navidad y 18 de Julio.

En 1975: dos medias pagas extras por beneficio de empresa.

En 1975: pagas extras mensuales por quinquenios o trienios.

En 1975: Retorno gratuito o casi gratuito en medios de transporte público urbano en billetes expedidos antes de las 9 AM.

En 1975: Todos los bienes privados eran inembargables. Artículo 32 Fuero de los Españoles.

En 1975: El trabajo tenía prioridad sobre cualquier aspecto. No se podía molestar u obstruir a personas en el ejercicio de su trabajo.

En 1975: El Impuesto de Tráfico de Empresa (ITE, actual IVA) era del 2%, ahora es el 21%.

En 1975: la presión fiscal era el 18.4%. En la actualidad es superior al 30%.

En 1975: la apertura de pequeños negocios apenas implicaba obligaciones, o permisos legales más allá de la higiene y seguridad.

En 1975: Estaba prohibido interrumpir por impago, el suministro de agua, electricidad o carbón en los hogares de los españoles.

En 1975: Los españoles tenían derecho a recibir una pensión a partir de 2 años cotizando a la Seguridad Social, ahora a partir de 35 años. Durante el régimen de Franco se llevó a cabo la creación de la pensión de jubilación, y también de la de viudedad. Y se estableció la edad obligatoria de jubilación.

En 1975: los salarios eran netos, exentos de retenciones y pago de impuestos.

En 1975: La jornada laboral estaba sujeta rigurosamente a 8 horas, permitiendo horas extras en casos de emergencias y previa negociación de precios.

En 1975: el salario mínimo en España era el 90% del salario mínimo europeo. Ahora es el 45%.

En 1975: en 40 años hubo 3 casos de corrupción: Sofico, Matesa y Redondela. En los años democráticos ya se perdió la cuenta.

En 1975: el bajo nivel de delincuencia ofrecía alta seguridad en poblaciones (en la mayoría de España, era frecuente que la gente dejara la puerta abierta y simplemente colgara una cortina).

En 1975: no había empresas de seguridad privada.

En 1975: Le entrega de Viviendas de Protección Oficial era rigurosamente selectiva.

En 1975: La población carcelaria era inferior a 15.000 personas. Ahora 85.000.

En 1975: el domicilio de los españoles era inviolable, a riesgo de sufrir sanción penal. Ahora un ladrón o un okupa ilegal se mete en tu casa y es un problema sacarlo por vía legal y cuesta un montón de dinero. Y si se te ocurre pelear con el tipo que allane tu morada, el que acaba en el juzgado eres tú.

En 1975 la sanidad pública era «universal», todos los grandes hospitales públicos estaban construidos en 1975, y Franco murió en uno de ellos.

Durante el régimen del General Franco se creó el «Auxilio Social», sembrando España de comedores de beneficencia, gratuitos, para los más necesitados.

Durante el régimen del General Franco se llevó a cabo un plan hidrológico nacional que supuso la construcción de todos los pantanos posibles de España.

El 23 de abril de 1959 se creó el Régimen Especial Agrario al que pudieron acogerse alrededor de 2.300.000 trabajadores del campo, por cuenta ajena y propia.

El 2 de abril de 1961 se creó el Seguro de Desempleo.

El 23 de diciembre de 1970 se creó la Ley de Empleo Comunitario.

Tampoco está de más recordar que en lo político:

El General Francisco Franco evitó que España participara en la segunda Guerra Mundial; aunque haya quien diga que no lo dejaron o que no pudo. El caso es que España no participó, y Franco jugó a la ambivalencia y esperó a ver quién ganaba la Guerra. Bien poco le habría costado tomar el Peñón de Gibraltar como querían los alemanes y entrar de pleno en la Guerra.

El General Franco le evitó a España tener que sufrir guerras coloniales post II Guerra Mundial. Portugal, Inglaterra, Francia las iniciaron para mantener sus colonias (Canal de Suez, Irán, Vietnam, ¡Guerra colonial del imperio portugués hasta 1975!). La verdad es que tampoco estaba España para llevar a cabo guerras coloniales a fe de muchos, pero perfectamente podría haber entrado en esa dinámica con el RIF, en las provincias españolas de África… y no lo hizo.

El General Franco evitó que España cayera en la órbita de los países de la Unión Soviética. Parece una tontería, porque no hemos sufrido esta circunstancia, pero en muchos países del Este de Europa la imagen de la estrella roja de 5 puntas, en la actualidad tiene peor reputación que la esvástica nazi a día de hoy y la tienen prohibida por ley como aquí el escudo preconstitucional. Un recuerdo pésimo del socialismo real.

Durante el régimen del General Franco España funcionaba bajo el imperio de la ley. Sin duda, sus leyes no eran las mejores y eran susceptibles de mejora; pero, lo que sí está comprobado es que no se gobernaba al estilo de Pedro Sánchez y compañía.

“Cuando a uno se le ocurre la idea de aproximarse a la Historia de España y rememorar lo ocurrido en los últimos siglos, estudiar la política española y a sus “políticos”, acaba observando, llegando a la conclusión de que la Nación Española -sí, ESPAÑA, ese lugar del que los “estepaisanos” no desean acordarse y menos nombrar- está subyugada como si fuera una mula atada a una noria, girando y girando, … sin parar, dando vueltas y más vueltas, sin poder avanzar, siempre caminando en círculos, sobre el mismo terreno, siempre tropezando en las mismas piedras, incluso tomándole gusto a caer y volver a levantarse.
Sí, da la impresión de que los españoles estamos amarrados a los mismos problemas desde hace más de un siglo. Cada cierto tiempo vuelven a reabrirse los mismos debates, a aparecer y desaparecer (como el río Guadiana), y vuelta a empezar: que si monarquía o república, que si estado unitario o estado «de las autonomías», que si somos aliados de tales o cuales naciones y luego dejamos de serlo, que si seguimos con concordato con la Santa Sede, o se abole, que si continuamos con un régimen de economía de mercado o, por el contrario, implantamos un régimen intervencionista con planificación centralizada de la economía, que si enseñanza y sanidad privadas o sanidad y enseñanza públicas… que sí…
Es inaplazable que en España se emprenda una cirugía regeneradora, de manera que la “res publica” esté gestionada por personas decentes que aspiren a servir a los españoles y no a servirse, a saquearlos y a parasitar de ellos”.

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