CARTA PÚBLICA, ABIERTA, PARA QUE SE SEPA, AL ARZOBISPO DE MADRID, JOSÉ COBO (JUDAS)

MIGUEL BERNAD, MANOS LIMPIAS

Los católicos ya sospechábamos que había un «judas» dentro de la Iglesia Católica. Ese judas, se llama José Cobo, Arzobispo de Madrid.

Su felonía ha consistido en entregar la cabeza del Prior del Valle de los Caídos a Pedro Sánchez, el profanador de tumbas.

Desde hace un año, el emisario del profanador de tumbas, ha sido el Ministro Bolaños, un personaje siniestro que tenía como misión decapitar al símbolo pastoral de defensa del Valle de los Caídos.

Pero surge una pregunta, que tiene una respuesta ¿Por qué el judas ha aceptado el chantaje de Bolaños?

La respuesta es clara y contundente: La Iglesia Católica Española, está secuestrada y amordazada por el poder ejecutivo. Las inmatriculaciones de bienes del patrimonio de la iglesia, la casilla a favor de la Iglesia en las declaraciones sobre la renta, el impuesto sobre bienes inmuebles son las hipotecas de la Iglesia Católica Española.

Tenemos una Conferencia Episcopal con dos cadenas mediáticas: Un la COPE y la otra 13 TV, la segunda la menos deficitaria.

Hay otro hecho, que delata esa servidumbre e hipoteca de la Iglesia Católica (La Conferencia Episcopal) al profanador de tumbas. Los ataques a medios críticos con el ejecutivo, han obviado intencionadamente a los medios de comunicación de la Conferencia Episcopal Española.

Monseñor José Cobo Ud. es “judas con mayúscula”, Ud. no tiene dignidad, Ud. es un títere, Ud. no nos representa a los Católicos. Ni un euro para la casilla en la declaración sobre la renta para un judas traidor que representa el mal, la cobardía, su sitio es el infierno.

Miguel Bernad Remón

Pedro Sánchez ha conseguido una nueva infamia. No se atreve a dinamitar el Valle de los Caídos como le piden los suyos pero ha conseguido que el Vaticano cese a Santiago Cantera, el prior de la abadía benedictina que cuida del monumento y de su espíritu.
Con el Papa Francisco en el hospital, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, han decidido ‘tranquilizar’ al Gobierno Sanchez, cuyo interlocutor era Félix Bolaños, uno de nuestros peores ciudadanos, y ordenar la destitución de Santiago Cantera.

Recuerden que Cantera siempre ha dicho que él sólo se iría si el Vaticano, no Moncloa, así se lo ordena. El Vaticano, y José Cobo, el que decía que no aceptaba que se violentaran recintos sacros, se lo ordenan ahora, aunque por conducto interpuesto. Es la primera cesión del Vaticano y de Cobo ante la cristofobia de Moncloa.
Esperemos que la siguiente no sea que la congregación benedictina de Cuelgamuros abandone el Valle… que será lo que ahora intente el Gobierno. Si lo hiciera, no haría falta derribar la cruz del Valle: todo el lugar sagrado sería profanado de hecho en lo que los socialistas llaman la «re-significación» -joé con el nombrecito- del Valle. ¿Se entera usted, monseñor don Pietro Parolin? ¿Se entera usted, monseñor don José Cobo?
Pese a que las mentiras del gobierno social-comunista (divulgadas y amplificadas por los medios afines al socialismo, comunismo, separatistas y filoetarras) afirman lo contrario, los monjes respaldan al prior, Santiago Cantera y al abad, el padre Anselmo, que acaba de cumplir 75 años como sacerdote… a quien siempre olvidamos y nunca deberíamos olvidar si queremos conocer lo que ocurre en el Valle, porque el ritmo y los modos de Dios no son los de los hombres. En cualquier caso, una mentira más del Sanchismo, embuste en el que han colaborado no pocos católicos idiotas.
Santiago Cantera, presentado por el Gobierno como un cura fascista, ha sabido mantener el Valle como aquello para lo que fue creado: un lugar de concordia donde descansan muertos de ambos bancos de la guerra civil de 1936-1939.
Durante las últimas semanas, los medios sanchistas, que siempre anticipan lo que el Gobierno va a a imponer de forma coercitiva, con el BOE en la mano, hablaban, una vez más, con sospechosa insistencia, de «dinamitar» la cruz del Valle de los Caídos.
Insistimos: no estamos luchando contra la izquierda, ni contra el progresismo, estamos luchando contra la cristofobia. Dicho de otra forma: lo que no soporta el Sanchismo del Valle es la cruz de Cristo, la cruz más grande del mundo. Pero dinamitarla, como piden sus más exaltados seguidores, supondría una brutalidad de tal magnitud que, harían visible ese odio a Cristo y a los cristianos.