JUAN MARIANO PÉREZ ABAD.
VOZ IBÉRICA tiene el permiso de la Tribuna de España y su director, Josele Sánchez, para reproducir el artículo del doctor murciano, Juan Mariano Pérez Abad (Médico Cirujano. Vicepresidente de la Asociación Nacional del Menor Tutelado), sobre el caso Bar España, titulado «Pederastia de élite en España. Toda la verdad sobre el Bar España».
Repetimos: es la reproducción de un artículo (fotos incluidas) que no fue sancionado ni judicializado. Simplemente, vamos a reproducir una serie de artículos sin posicionarnos de un lado u otro.
El caso Bar España vuelve a estar en boca de todo el mundo. Muchos medios lo tachan de bulo, muy pocos siguen señalando a fuertes cargo políticos como miembros de esta supuesta secta ‘satánica’ que llevó a cabo barbaridades de todo tipo con numerosos menores.
Once personas acusadas de difundir supuestas mentiras contra políticos de alto nombre, miembros de las fuerzas de seguridad y de la magistratura a los que se les ha relacionado directamente con una trama de pederastia sin precedentes; caso Bar España, en Benicarló (Castellón).
Sin más preámbulos, ahí va la primera reproducción de muchas sobre el caso Bar España y que señaló directamente al periodista Josele Sánchez y su diario, La Tribuna de España.
«Pederastia de élite en España. Toda la verdad sobre el Bar España», un artículo del doctor murciano Juan Mariano Pérez Abad (La Tribuna de España)
¿Cómo es posible que un asunto tan abominable haya pasado desapercibido para la mayoría durante 20 años?
Más de 20 años después del que puede haber sido el episodio más macabro de la Historia Negra de España, desde las más altas esferas de los Poderes del Estado se ha emprendido una campaña para “enterrarlo a pescozones” y borrarlo definitivamente de la memoria colectiva de nuestra nación.
Durante todos estos años, el caso BAR ESPAÑA ha tenido tan escasa difusión en los grandes medios de comunicación que se ha dado pie a intensos rumores sobre “censura” o bloqueo informativo, propiciados por lo que muchos califican como una auténtica persecución judicial hacia los denunciantes, traducida en penas de prisión, tras condenas por calumnias.
Como consecuencia de ello, son pocas las personas que conocen siquiera el nombre del caso. Superados los destellos de la doble campaña electoral, la nueva causa judicial abierta ahora contra denunciantes y periodistas crea, sin duda, la necesidad de abrir un gran debate público al más alto nivel, para dar luces al gran público la existencia de este monstruoso episodio y de todas las sombras que su deficiente investigación proyecta sobre los Poderes Públicos de nuestro Estado.
De la crónica negra de nuestro País, especialmente en lo referente a la criminalidad pederasta, todo el mundo conoce sobradamente el caso de las Niñas de Alcacer. Esto sucedió en Noviembre de 1992. Todos tenemos la impresión certera de que se dio carpetazo a la investigación del caso para proteger a personajes poderosos. Como Sociedad, la única respuesta de la que fuimos capaces fue la de hacer que el auto-stop prácticamente desapareciera de nuestras carreteras. Casi todos conocen también que, algo después, hubo un caso de prostitución de menores en un bar de homosexuales que involucró a varios artistas famosos y personas influyentes, pero pocos recuerdan su nombre y la fecha aproximada: se trataba del caso Bar Arny, que ocurrió en 1995.
Casi todos aquellos ilustres imputados salieron “de rositas” en un polémico juicio, después de que fuesen anulados los testimonios de muchos de aquellos menores. Las máximas penas correspondieron al dueño y al encargado del local, con 33 y 18 años, pero solo cumplieron 8 y 6 respectivamente.
El proceso estuvo rodeado de un gran revuelo mediático, en el que cabe destacar las intervenciones del escritor Antonio Gala atribuyendo la culpa del delito a los propios menores (“no se puede manchar lo que ya está manchado”) o la de Jesús Vázquez que presentaba una versión “invertida” del episodio, denunciando una “cacería” en contra del colectivo homosexual, a pesar de que solo fue condenado uno de sus miembros: el Marqués de Sotohermoso. Pero muchos de estos influyentes imputados, tras su absolución por falta (o anulación) de pruebas, protestaron por los “daños al honor” que se les había causado durante el proceso judicial.
Nuestra Democracia inauguró el nuevo Siglo encubriendo la mayor trama de pederastia en España
Nuestra Democracia inauguró el nuevo Siglo encubriendo una trama de pederastia infanticida e… imponiéndose dicha medida mientras dure la tramitación del presente procedimiento y hasta que recaiga resolución firme que ponga fin al mismo salvo dictado de nueva resolución modificando la presente» (tanto los enunciados en mayúsculas, minúsculas y subrayado, como los errores de puntuación, son copiados literalmente del auto judicial y no responsabilidad de La Tribuna de España).
El auto judicial de la magistrado Da María Lidón Calero Marzá, titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Castellón afecta exclusivamente a nuestro director, Josele Sánchez y no al resto de redactores y colaboradores de La Tribuna de España, como no podría ser de otra manera, pues de lo contrario se estaría conculcando derechos constitucionales de libertad de prensa, información, opinión y expresión.
Así, al menos, lo creí entender perfectamente tras la agradable cena que mantuve el pasado miércoles día 19 con los prestigiosos letrados penalistas Mario García Galindo (abogado defensor de Josele Sánchez y de La Tribuna de España) y Mario Díez Fernández (impulsor de la Asociación Justicia Poética y abogado de las víctimas de pederastia del conocido como «caso Kote Cabezudo»).
Decía que fue una agradable conversación con amigos, pese a cierta fragilidad emocional (que esconde tras su aparente aspereza de viejo reportero de guerra) que creí adivinar en el otro compañero de cena, nuestro director Josele Sánchez, inmerso en una complicadísima situación legal en lo que parece un aquelarre judicial de un sistema que quiere aclarar cuentas con el periodista que está sacando a la luz pública a algunos de los más tenebrosos casos de la historia reciente de España.
Al menos eso es lo que me explicaron ambos reputados penalistas ya que, antes de seguir con estas pequeñas píldoras de explicación de qué fue y qué ocurrió en el «caso Bar España» (una tarea que me impuse hace un par de semanas porque creo que el pueblo español tiene derecho a conocer de manera concisa y real un caso que desgraciadamente no ha tenido la trascendencia mediática de otros que estarán en la mente de todos los lectores) ya que, obviamente, lo último que pretendo es crearme yo también problemas judiciales, ni añadírselos a este periódico que generosamente acoge mis opiniones: «tranquilo, Juan Mariano -creo que vinieron a decirme ambos abogados al unísono- estas medidas, completamente desproporcionadas y a nuestro juicio vulneradoras de derechos fundamentales, afectan sólo a Josele: tú puedes seguir escribiendo o que consideres por conveniente.
Ya más tranquilo también, y por encima de todo, de no empeorar la situación judicial de nuestro director (pues en el auto judicial de marras la magistrado amenaza literalmente a Josele Sánchez de ingresar inmediatamente en prisión en caso de saltarse esta prohibición), seguiré con mis entregas sobre «¿Sabes qué es Bar España?«, unas informaciones muy básicas (lejos de los grandes reportajes de investigación publicados por La Tribuna de España) que sólo pretenden informar al público no iniciado en estos temas sobre este caso del que algunos han dicho que es «la mayor trama de pederastia, secuestros de niños, violaciones y asesinatos de la historia de España».
Bar España era un restaurante de carretera con habitaciones (un puticlub) de Benicarló-Peñíscola, en la zona turística más selecta del norte de la provincia de Castellón.
Lo que lo diferenciaba de otros muchos de su clase era el hecho de que, según contaban los vecinos, en este entraban y salían NIÑOS a horas intempestivas, inadecuadas para su edad.
Al parecer, las primeras denuncias por supuestas prácticas pederastas en ese local datan de 1995. A menudo procedían de los padres de aquellos niños, a los que los Servicios Sociales les habían retirado su tutela y los mantenía internados en residencias de acogida de la zona. En otras ocasiones, de abuelos de niños que eran llevados allí por sus padres drogadictos, a cambio de dinero y droga. Casi hasta final de Siglo, todas aquellas denuncias fueron archivadas directamente sin llegar a ser investigadas.
Se decía que aquellos niños eran utilizados para complacer los caprichos sexuales de personas muy ricas e influyentes de la zona, que era peligroso enfrentarse a ellos, que eran inmunes a la Ley porque estaban protegidos por la Justicia y el Orden Público.
Era un ENTRAMADO que, inicialmente, permanecía resguardado en el más obscuro secreto, atrapado dentro de ambientes sociales marginales vinculados a la delincuencia, el narcotráfico o simplemente a la pobreza.
Tal y como veremos en las siguientes entregas, a pesar del encubrimiento que le proporcionaba las Instituciones del Estado que tenían el deber de perseguirlo y omitían su labor, llegó el día en el que las denuncias al “entramado” consiguieron asomar tímidamente a la luz pública.
«Se destapa el cesto de los trapos sucios»
Todas aquellas denuncias sobre violaciones de niños en el Bar España de Benicarló (Castellón), venían siendo archivadas y ocultadas desde 1995, hasta que Reinaldo Colás Navarro las hizo asomar tímidamente a la opinión pública.
Se trataba de un prestigioso y afamado peluquero, discípulo aventajado del maestro Llongueras, afincado entre la élite más selecta de Castellón. Estaba divorciado de la australiana Dunja Jane Adcock, con la que había tenido 2 hijas, que entonces tenían 3 y 5 años. Ella tenía como nueva pareja al famoso empresario italiano Antonio Giusepe Farina, que había sido Presidente del Club de Futbol de Milán.
Un día, una las niñas (Tamara, la mayor) le contó a su padre, Reinaldo, que Farina estaba abusando sexualmente de ellas y que había presenciado cómo mataban a un niño de dos disparos en el transcurso de un “juego”. Aquello adquiría la apariencia de un ritual satánico en la descripción que hacía la niña, que luego resultó coincidente con la de otros niños. Según la menor, aquello había sucedido en el Bar España y precedió a la violación que perpetró un grupo de adultos a aquel grupo de niños del que ella formaba parte. Un tiempo después, la pequeña grababa este video con su testimonio íntegro:
https://www.youtube.com/watch?v=mFh_X4N1vGQ (https://www.youtube.com/watch?v=mFh_X4N1vGQ).
A partir de ahí, Reinaldo intentó desenmascarar todo aquel entramado mafioso de comercio de drogas, prostitución y asesinato que, además, proporcionaba pederastia en vivo a personajes ricos y poderosos de la Región y colindantes, y producía pornografía cinematográfica pederasta, ocasionalmente de nivel Snuff (con tortura y muerte real de las víctimas) La mayoría de las víctimas (se calcula en, al menos 80 niños violados y 5 muertos) procedían de residencias de acogida para MENORES TUTELADOS situados en las cercanías, como la del Baix Maestrat de Vinaròs, cuyo personal señalaba como colaborador activo del negocio. En otras ocasiones, eran llevados por sus propios padres a cambio de droga o dinero.
Carlos Fabra
Reinaldo, ya fallecido, junto con numerosas víctimas, testigos y arrepentidos a los que consiguió reunir, acusaban como involucrados a miembros destacados del Poder Político y Judicial del entorno de Castellón, tales como el presidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra (al que algunos menores señalaron en sus declaraciones como el autor de la muerte del niño antes citado) el que fue presidente de la C. Autónoma Valenciana Francisco Camps, la juez Sofía Díaz o la secretaria judicial Gracia Botella, entre otros muchos.
Este articulista no a va a entrar en especulaciones sobre la culpabilidad o inocencia de aquellos que se han visto señalados por los testimonios de los 16 niños de 9 familias diferentes que presentaron denuncias, los testigos o los arrepentidos, pero sí que afirma contundentemente que la mejor (si no la única) forma de defenderse de semejante acusaciones (si fueran falsas) habría sido la de exigir el completo y pormenorizado esclarecimiento de todos y cada uno de los muchos detalles que afectaban al caso y que jamás se investigaron, en vez de presentar querellas por falsas denuncias contra aquellas víctimas indefensas, apoyándose en su ventajosa posición ante el Poder del Estado.
No es de mi competencia saber ni decir si son culpables de lo que se les acusó, pero la respuesta que han venido dando les hace adquirir una apariencia lamentable de culpabilidad que les marcará de por vida.
Y sin ser quien para determinar la verosimilitud de las pruebas y testimonios que Reinaldo consiguió reunir, no es improcedente decir que resulta absolutamente ESPELUZNANTE el hecho de que ninguna institución representante del Poder Público, empezando las Fiscalías Superior y de Menores de Castellón, pasando por Mónica Oltra (vicepresidente de la C.A. Valenciana) y terminando por la Presidencia de Gobierno y hasta la Casa Real, durante los 20 años transcurridos desde entonces nunca hayan ordenado emprender una investigación mínimamente rigurosa y una aclaración ante la opinión pública de los hechos denunciados.
Tras el endurecimiento de las medidas de control sobre la divulgación de toda la información referente a Menores que se impuso después del escándalo de pederastia que se produjo muy poco tiempo antes en el Bar Arny de Sevilla, la difusión fue completamente CENSURADA en los grandes medios de comunicación nacional. Dos de los trabajos de investigación periodística más rigurosos sobre este asunto, realizados por Antena 3 y por el por el cineasta Valentí Figueres ( https://youtu.be/QuLaygS_zfY (https://youtu.be/QuLaygS_zfY) ) nunca llegaron a estar al alcance del gran público.
ACTUALMENTE, las páginas web que mantenían encendida esta llama han sido clausuradas por orden del Estado (las Cloacas del Estado).
Desacreditar la veracidad de los hechos desde medios de comunicación vinculados a intereses políticos
Simultáneamente, desde medios de comunicación vinculados a intereses políticos, no dejan de emitir programas que buscan desacreditar la veracidad de los hechos denunciados y manipular la opinión pública, burlándose de nuestra inteligencia con argumentos burdos y demagógicos ( (https://www.youtube.com/watch?v=mRpoeBkJE-Q&feature=share).
El cerco se cierra con el acoso judicial a los periodistas que se han mantenido tenaces en la denuncia, como Josele Sánchez, director del diario digital La Tribuna de España que se encuentra en libertad vigilada, investigado en un proceso penal por calumnias cuya legitimidad procesal está puesta en entredicho.
Como consecuencia de aquella “cruzada por sus hijas” Reinaldo vio malograda su ventajosa posición social, su prestigio profesional y su fortuna, hasta que terminó enfermo y arruinado, cumpliendo una condena de 15 meses por “denuncia falsa”.
Eso, junto con el proceso judicial abierto ahora mismo contra periodistas e internautas que informaban sobre el tema, los 20 años transcurridos sin obtener más de la Justicia que la condena de arrepentidos y denunciantes y la marginalidad social a la que se han visto abocadas la mayoría de aquellas víctimas traumatizadas que ya eran drogados desde aquellos episodios sufridos en su infancia, hace mirar con mucho escepticismo los documentos que han firmado ahora muchos de ellos (hoy adultos) retractándose de las declaraciones que habían estado repitiendo durante todos esos años.
Quizás lo que resulta más grave de todo, lo que parece estar poniendo en entredicho los fundamentos de nuestro Estado de Derecho, es comprobar la gran cantidad de cargos públicos, funcionarios, jueces, fiscales, policías o periodistas que miran para otro lado o colaboran activamente en el encubrimiento de estos hechos. Pero aún resulta de mucho peor pronóstico para el futuro de nuestra Sociedad que a la propia opinión pública parezca importarle bien poco el esclarecimiento de semejante asunto.
Resulta ofensivo que nos quiera convencer de que no hubo niño muerto con el argumento de que no se encontró cadáver alguno, aún a sabiendas de que jamás se buscó y de que lo que nunca han vuelto a aparecer son sus 5 cuerpos vivos. Tan importante debe ser taparlo todo, como para conseguir que un diario como el español se haya visto obligado a adentrarse en el cenagoso terreno de las perversiones pederastas y homicidas del caso “Bar España”. y lo hace a pesar de estar dirigido por el maestro Pedro J. Ramírez, cuyas pintorescas orientaciones sexuales anduvieron en risa de todos los
que, en la primavera de 1997, tuvieron la oportunidad de contemplar el vídeo en el que la negra exuperancia profanaba de placer los dos extremos de su tubo digestivo.
La pandilla pederasta de Bar España y la nueva censura FAKE de Pedro J.
A muchos de nosotros nos resulta impactante que, alrededor de un cuarto de siglo después de los casos de Alcaser, Bar Arny y Bar España y desde varios frentes simultáneos, la élite del Poder (la Pandilla) haya emprendido una gran campaña para intentar darle carpetazo definitivo a todo este conjunto de espeluznantes capítulos que la pederastia española ha dejado plasmados en la crónica de nuestra más reciente historia negra. Todos ellos tienen en común dos cosas: haber conseguido aflorar a la opinión pública (en mayor o menor grado) y haber quedado inconclusos por las graves omisiones e irregularidades que se cometieron durante su investigación y esclarecimiento.
Como consecuencia lógica de ese aparente “encubrimiento institucional”, han surgido infinidad de teorías que, con mayor o menor base probatoria, señalaban como culpables a personajes muy poderosos. Son teorías que han ido resurgiendo periódicamente, como el Guadiana, cobrando cada vez más fuerza como consecuencia del contraste entre aquella desidia en su esclarecimiento y la extraordinaria diligencia con la que se ha venido persiguiendo a los dedos denunciantes que señalaban a tan poderosos “presuntos”.
Resurge ahora en la Justicia este “Guadiana Encubridor” con la fuerza agresiva de una inundación, emprendiendo una nueva campaña de acoso y encarcelamiento contra los denunciantes. Esta vez, se atreve incluso a incluir a periodistas acreditados como Josele Sánchez, exdirector de La Tribuna de España.
Y como todos los estados que vulneran los Derechos Humanos, el nuestro también somete a su control a los grandes medios de comunicación, imponiéndoles sus criterios sobre la “Crónica Pederasta” que pretenden disipar. Y para acallar por completo todas las posibles voces disidentes, ha creado una NUEVA CENSURA PARA REDES SOCIALES que, bautizada con el nombre de “MALDITO BULO” y disfrazada de defensor contra las “FAKE” (noticias falsas) ha sido introducida en Facebook.
La “Gran Prensa Nacional”, sujeta bajo su estrecho control, está siendo utilizada activamente en esta campaña. Tan importante debe ser para “la Pandilla” encubrir las fechorías de la pederastia criminal que han reclutado al gigante NETFLIX para representar una nueva versión de Alcaser, tan solo para decirnos que todas nuestras sospechas son tan solo fruto de un gigantesco FAKE creado artificialmente por el periodismo amarillo del momento. Tal parece como si, más que resucitarlo, hubieran querido sellar su fosa a toda prisa, antes de que el cáncer que padecía Juan Ignacio Blanco le dotara de la capacidad de resucitarlo desde el más allá.
Reinaldo Colás
Tan importante debe ser para ellos taparlo todo, como para conseguir que un diario como El Español se haya visto obligado a adentrarse en el cenagoso terreno de las perversiones pederastas y homicidas del caso “Bar España”. Y lo hace a pesar de estar dirigido por el maestro Pedro J. Ramírez, cuyas pintorescas orientaciones sexuales anduvieron en risa de todos los que, en la primavera de 1997, tuvieron la oportunidad de contemplar el vídeo (seguramente Fake) en el que la negra Exuperancia profanaba de placer los dos extremos de su tubo digestivo.
Exuperancia: los peculiares gustos sexuales de Pedro J. Ramírez
Semejante incursión arriesga temerariamente removerle aquel ridículo y, a lo peor, abre paso a nuevas especulaciones sobre otras posibles aficiones sexuales, como causa explicativa de su repentino interés en darle el carpetazo definitivo a tan obscuro asunto, enterrándolo en falsedades demagógicas. https://www.elespanol.com/reportajes/20190707/toda-verdad-bar-espanaperversiones-politicos-jueces/411709287_0.html (https://www.elespanol.com/reportajes/20190707/toda-verdad-bar-espanaperversiones-politicos jueces/411709287_0.html) https://www.elespanol.com/reportajes/20190708/bar-espana-huesos-no-humanosfabra-ningun/411959339_0.html (https://www.elespanol.com/reportajes/20190708/bar-espana-huesos-no-humanosfabra-ningun/411959339_0.html).
Sus grotescas manipulaciones pretenden confundir nuestro intelecto con la burda estrategia de la doble negación.
Periodismo de invertidos que publican un FAKE para hacernos pensar que la verdad que no les interesa es un FAKE.
Quizás debería sacarse la viga del ojo ciego antes de señalarle paja de borracho a Reinaldo Colás.
Resulta ofensivo que nos quiera convencer de que no hubo niño muerto con el argumento de que no se encontró cadáver alguno, aún a sabiendas de que jamás se buscó y de que lo que nunca han vuelto a aparecer son sus 5 cuerpos vivos. Se ríe de nosotros diciendo que aquellos huesos no eran humanos, tergiversando torticeramente el informe del único análisis que les quiso hacer el Instituto Nacional de Toxicología, que literalmente decía: “Los restos corresponden anatómica y morfológicamente probablemente a la especie humana, aunque el pequeño tamaño y entidad de los restos, no nos permite afirmar con certeza que sean humanos”.
Pedro J. Ramírez se mofa de sus lectores omitiendo que, a pesar de que el hallazgo de estos huesos en el parking del Bar España se consiguió a través de la fugaz incursión de un denunciante que se sentía en peligro de muerte mientras cavaba en su busca, el Juzgado se negó categóricamente a buscar nuevos restos en el solar ni en el Bar España, ni a pedir un análisis más completo de los que tenía.
Censura sobre censura, periodistas de pacotilla engarzan FAKE sobre FAKE para encubrir con la mayor cara dura a esa poderosa pandilla. Nos mantienen a todos en jaque para darles el control de nuestras mentes, permitirles apoderarse de nuestros hijos y despojarnos de nuestros derechos y libertad.
José Carlos Martín de la Hoz Desde que tuvo lugar el hecho histórico de la…
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