Contra los que quieren gobernar el mundo y viven sin gobierno. Francisco de Quevedo.
En el mundo naciste, no a enmendarle,
sino a vivirle,… , y padecerle;
puedes, siendo prudente, conocerle;
podrás, si fueres bueno, despreciarle.
Tú debes, como huésped,
habitarle y para el otro mundo disponerle;
enemigo de l’alma, has de temerle,
y, patria, de tu cuerpo, tolerarle.
Vives mal presumidas y ambiciosas horas,
inútil número del suelo,
atento a sus quimeras engañosas;
pues, ocupado en un mordaz desvelo,
a ti no quieres enmendarte,
y osas enmendar en el mundo tierra y cielo.
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