En las últimas horas, tal como saben las personas informadas, la multinacional farmacéutica Pfizer ha anunciado que su vacuna contra el Covid-19 es eficaz en un 90%. Ayer todos los medios de información políticamente correctos lo anunciaban a bombo y platillo y añadían que, ayer fue “un gran día para la ciencia y para la humanidad” y que, es el paso definitivo para poner fin a la tremenda crisis de salud pública mundial, originada por el coronavirus… Pfizer es una de las empresas más prestigiosas en el sector farmacéutico por parte de los ciudadanos, gracias a uno de sus medicamentos más mediáticos, la Viagra contra la disfunción eréctil.
Mientras esto sucede, la viróloga china Li-Meng Yan sigue afirmando, sin rodeos, que el SARS-CoV-2, también conocido como “Covid-19” y popularmente como “coronavirus”, es un arma biológica china; algo que oculta la comunidad científica mundial.
Según Li-Meng Yan, La escala y la naturaleza coordinada de este fraude científico pone de manifiesto el grado de corrupción en los ámbitos de la investigación académica y de la salud pública. Como resultado de dicha corrupción, se han producido daños, tanto en la reputación de la comunidad científica, como en el bienestar de la comunidad mundial.
Es importante destacar que, si bien el SARS-CoV-2 cumple con los criterios de un arma biológica especificada por el PLA, su impacto está mucho más allá de lo que se concibe para un arma biológica típica. Además, los registros indican que la liberación de este patógeno armado debería haber sido intencional en lugar de accidental. Por lo tanto, definimos el SARS-CoV-2 como un arma biológica no restringida y la pandemia actual es el resultado de una guerra biológica no restringida. Además, sugiere, Li-Meng Yan que, se lleven a cabo investigaciones sobre el gobierno y las personas sospechosas y que los responsables rindan cuentas de este brutal ataque a la comunidad mundial.
Resumiendo: Li-Meng Yan sostiene que el SARS-CoV-2 es producto de una modificación de laboratorio
Acusa a China de fabricar los datos del genoma del virus RaTG13
Dice que el SARS-CoV-2 se creó utilizando un virus modelo propiedad de un laboratorio del Ejército Popular de Liberación (EPL).
La comunidad científica mundial es parte de una gran “conspiración” para ocultar este fraude científico porque es corrupta.
Define el SARS-CoV-2 como un arma biológica híbrida y la pandemia actual es el resultado de una guerra biológica híbrida.
Al mismo tiempo que todo esto ocurre en el extranjero, en España un señor de nombre Antonio Miguel Rodríguez y del Castillo, tuvo conocimiento –casi de forma accidental- de que un amigo suyo del que sabía que estaba infectado de coronavirus, a los pocos días de habérsele hecho pruebas diagnósticas, se accidentó caminando por su patio y se clavó un objeto de hierro. Su amigo acudió al centro de salud más próximo a que le pusieran la inyección antitetánica, y… ¡Cuál sería su sorpresa cuando, a los pocos días, al realizársele nuevamente un test para ver cómo estaba, respecto de su infección de coronavirus, se descubrió que ya no estaba infectado!
Antonio Miguel Rodríguez “casualmente” (aunque él es de los que repiten constantemente que, las casualidades no existen), entre otras muchas cosas dedica su tiempo a actividades relacionadas con análisis clínicos, como detección de infectados de coronavirus, pruebas de ADN, etc. (También es perito judicial, y mucho más), así que lo que le sucedió a su amigo le llamó especialmente la atención y le suscitó un enorme interés… y se puso a investigar.
Antonio acabó comprobando que las personas vacunadas contra el tétanos, como es el caso de niños y adolescentes a los que se le ha puesto la “triple vírica”, no son propensos a contraer el coronavirus. Pues sí, aunque parezca sorprendente, la vacuna del tétanos genera inmunidad contra la Covid-19. Por eso, el amigo de Antonio dejó de estar infectado a raíz de ponerse la inyección antitetánica, tras pincharse en un pie con un objeto de hierro…
Lo que Antonio Rodríguez ha corroborado en múltiples casos de gente afectada por coronavirus, es lo que los expertos denominan “inmunidad cruzada”. Hace ya mucho tiempo que se sabe qué existen anticuerpos o procesos inmunitarios relacionados con otras enfermedades, que pueden protegernos contra determinados patógenos, y, al parecer éste es el caso de la vacuna contra la DIFTERIA, el TÉTANOS y la TOSFERINA, también conocida como “triple vírica”, con respecto al Covid-19; y, obviamente, de ser cierto sería un paso de gigante para vencer a la enfermedad.
Antonio comentó su descubrimiento, hace ya varias semanas, con colegas, amigos y conocidos… y (como él dice, las casualidades no existen) a los pocos días se encontró con la sorpresa de que muchos medios de información comenzaron a hablar de que un investigador de una Universidad española afirmaba que había realizado un “estudio” mediante el cual había llegado a la conclusión de que la vacuna antitetánica podría ser un remedio para proteger a la gente. El “investigador” afirmaba que se había identificado la existencia de una «extensa inmunidad cruzada».
Tal como ya había constatado mi amigo Antonio Rodríguez, el “investigador” hacía especial hincapié en que el virus es más violento y letal en personas mayores, mientras que la incidencia de casos graves en niños y jóvenes es mucho más bajo. Esto, evidentemente, lleva a la conclusión de que la inmunidad disminuye con el tiempo, o sea, mientras más tiempo haya transcurrido desde la última vez que a una persona se le haya inyectado la vacuna antitetánica mayor riesgo existe de contraer el coronavirus y que éste sea grave e incluso mortal.
Sin duda alguna, sería conveniente considerar el uso de esta vacuna o alguno de sus derivados, capaces de desencadenar la formación de anticuerpos, en la población general, con el objetivo de potenciar la respuesta inmunitaria frente al nuevo coronavirus. Pese a que la DTP se administra en todo el mundo, hay dos versiones: celular y acelurar. Llama especialmente la atención que la incidencia de casos graves sea mayor en países donde se administra la segunda, como en España.
Pero, lo que sí es realmente sorprendente es que, a los pocos días de hacerse eco los medios de información, de la posibilidad de hacer uso de la vacuna contra el tétanos (difteria y tosferina) para combatir el coronavirus; haya habido revistas “médicas” que hayan salido al quite, rápidamente, para afirmar que tal posibilidad no existe y que no existe ninguna evidencia de la capacidad protectora de la vacuna del tétanos frente al Cobid-19.
En fin, el tiempo acabará poniendo a cada cual en su sitio. ¡Ojalá Antonio Rodríguez y del Castillo haya acertado!
VOZ IBÉRICA quiere aprovechar la ocasión para proponerles, a quienes pueda interesar, realizar un trabajo de investigación.
Os proponemos llevar a cabo una investigación, utilizando como herramienta la información que se puede obtener a través de internet. Deberéis descubrir:
Procedimiento
Visionado de vídeos, búsqueda en las páginas-web la información requerida y realización de un informe detallado con la información obtenida.
Consultar acerca del Sars-CoV-2 y dejar comentarios al respecto. Realizar aparte, también, una búsqueda de artículos sobre los últimos avances en la investigación de esta enfermedad y plantear un debate basado en la información obtenida, en nuestra página biogenetic.es
El “Dogma central de la biología molecular” es un concepto que ilustra los mecanismos de transmisión y expresión de la herencia genética. Propone que existe una direccionalidad en la expresión de la información contenida en los genes de una célula, es decir, que el ADN es transcrito a ARN mensajero y que éste es traducido a proteína.
NOTA:
Basándonos en la triple vacuna del tétanos, la difteria y la tos ferina, Tdap puede proteger a adolescentes y adultos del “Sars-CoV-2”. Prueba realizada a 15 personas voluntarias.
Composición de una vacuna existente que podría funcionar:
El primer toxoide tetánico inactiva fue descubierto y producido en 1924. Esta vacuna demostró ser exitosa cuando se fue usada para prevenir el tétanos en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. 2 La vacuna DTP (que es la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) se utilizó por primera vez en 1930 y continuó hasta 1991, cuando fue reemplazada por una forma diferente que incluía la vacuna contra la tos ferina acelular, debido a preocupaciones de seguridad. La mitad de los que recibieron la vacuna DTP tenía enrojecimiento, hinchazón y dolor alrededor del sitio de la inyección,2 lo que convenció a los investigadores para encontrar un sustituto. Existen diversas presentaciones combinadas con el toxoide diftérico y el componente pertussis (DT, Td, DTP, DTPa, dTPa).
Dos nuevas vacunas se pusieron en marcha en 1942. Combinaban tétanos y difteria con la tos ferina acelular (TDaP o DTaP), que se podía dar a adolescentes y adultos (a diferencia de antes, cuando la vacuna sólo se administraba a los niños).2
Este ensayo va dirigido a los jóvenes investigadores o investigadores que en la actualidad no trabajan.
Antonio Miguel Rodriguez y del Castillo
director@biogenetic.es
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