JESÚS LAÍNZ
Primer error: caído el sanchismo, regresará el PSOE de verdad.
Pero el sanchismo no existe. ¿Qué es el sanchismo? ¿Un partido? ¿Una corriente dentro de un partido? ¿Una ideología? ¿Un movimiento social? ¿Una asociación? ¿Una escuela de pensamiento?
La legislatura presidida por Pedro Sánchez no ha implicado la ruptura con la trayectoria anterior del PSOE, sino su continuación. Tres breves ejemplos: la LOGSE de González, por un lado, y el blanqueo de ETA y la Memoria Histórica de Zapatero, por otro, han modelado durante cuatro décadas una sociedad de la que han surgido la hegemonía separatista, el creciente enfrentamiento entre españoles y la hornada incalificable que ha desgobernado España durante estos destructivos últimos años.
Algunos socialistas veteranos se han desmarcado de Pedro Sánchez con el argumento de que esto no es el PSOE. Nada menos que el vicepresidente Alfonso Guerra ha afirmado que el PSOE actual es «otro partido» del que él conoció cuando estuvo en activo. A Guerra y otros quizá les sirva para lavar sus conciencias por su participación en los anteriores gobiernos socialistas, pero no es cierto. El PSOE de Sánchez es el mismo partido que el PSOE de Zapatero y el de González. No sólo eso, sino que hasta es el mismo partido que el PSOE de Largo Caballero, tan admirado por un Sánchez que ha declarado pretender seguir su ejemplo.
No han podido explicarlo mejor los dirigentes socialistas que han salido en defensa de Pedro Sánchez como representante legítimo del PSOE de hoy y de siempre. Dirigentes de la talla de Borrell, Solchaga, Chaves, Maravall y Almunia han firmado hace unos días un manifiesto de apoyo al presidente en el que denuncian a quienes «en el colmo del pensamiento más retorcido, propugnan sin pudor que el PSOE de Sánchez debe perder para que el PSOE de verdad se regenere y vuelva a las esencias perdidas». Y afirman que «la historia del PSOE está con el partido» y que tanto ellos como el presidente del Gobierno «somos herederos de todo el proyecto político socialista».
Esta tergiversación de inventar una palabra para ocultar la verdad recuerda aquello del estalinismo para no decir comunismo. Porque como del comunismo nada malo puede salir, un régimen perverso no puede ser comunista. Y así, rebautizándolo como estalinismo, se bendicen la doctrina marxista, la revolución y los años de gobierno de Lenin, «cosas chulísimas» –diría la comunista Yolanda Díaz– que se estropearon cuando llegó al poder el «fascista» de Stalin.
Pero lo más relevante es que esta vez no ha sido de la izquierda de donde ha salido la cantinela del sanchismo para lavar su imagen, sino de una derecha obsesionada con rescatar al PSOE de su fracaso. Es la derecha la que se empeña en reivindicar un PSOE bueno que habría sido adulterado por Sánchez. Es Núñez Feijóo el que ha proclamado a menudo que prefiere pactar con el PSOE antes que con Vox. «Una coalición PP-PSOE resolvería muchísimos problemas», ha sido, textualmente, una de sus declaraciones a este respecto.
FUENTE: https://www.libertaddigital.com/opinion/2023-07-14/jesus-lainz-gane-o-pierda-gana-la-izquierda-7033491/
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