¡DÉJENNOS VIVIR EN PAZ! SI LAS VACUNAS (COMO DICEN) FUNCIONAN, LA PANDEMIA YA NO EXISTE…

Con la excusa de la crisis sanitaria llevamos alrededor de dos años en los que los diversos gobiernos se pasan por la entrepierna los más elementales derechos y libertades… y dicen sin sonrojarse que, lo hacen por nuestro bien.

Día tras día, semana tras semana, mes tras mes, asistimos a pasmados a una prolongada, interminable campaña de los gobiernos, de los medios de información y creadores de opinión, y determinadas asociaciones profesionales, sindicatos, «oenegés», cuya intención es mantenernos en un estado de alarma constante, en un estado de angustia permanente, y claman por volver a los arrestos domiciliarios del 2020 y por que se paralice nuevamente todo el aparato productivo, como entonces. Y todo ello pese a que la situación actual en apenas se parece a la de hace dos años.

Cuando alguien llega a conclusiones como las que menciono, inevitablemente, obligatoriamente se acaba preguntando: ¿Pero por qué y para qué? ¿A quién o quiénes les puede beneficiar todo esto?

Pues… De todos ellos, a los que más les interesa es a los gobiernos, independientemente de su la ideología. Prueba de ello es que, apenas o en nada se diferencian las pretensiones de la izquierda española y la derecha austriaca…

Y es que los distintos gobiernos se han acostumbrado durante la pandemia a acaparar poderes extraordinarios, casi ilimitados, a actuar arbitrariamente, sin dar explicaciones a nadie (ni si quiera a los diversos parlamentos), a saltarse a la torera los derechos fundamentales de los ciudadanos, e incluso a tomar decisiones contrarias a la constitución, como en el caso del gobierno socialcomunista de España que preside un tal Pedro Sánchez… El gobierno de España ha sido condenado más de una vez por el tribunal constitucional debido a las decisiones que ha tomado, para restringir los derechos y libertades de los españoles, algo que en otro tiempo hubiese supuesto un escándalo sin igual, pero en esta situación no ha habido ni una sola dimisión, y nadie ha asumido responsabilidad de clase alguna.

 Por otro lado, la mayoría de medios de manipulación de masas, practicando un día sí, y el otro también, lo que sólo cabe nombrar como «terrorismo informativo» , imponen a la población una sensación social de alarma injustificada.

Claro que, no es de extrañar si, salvo excepciones casi anecdóticas, casi todos son totalmente dependientes de las subvenciones con las que generosamente los riegan los diversos gobiernos, sean municipales, regionales o nacionales. Por supuesto, todos los medios de información estén encantadísimos de haber visto cómo aumentaba su influencia (y sus mandamases es seguro que rezan día tras día para que la supuesta crisis sanitaria nunca llegue a su fin), pues la información es primordial en momentos tales como los que nos han tocado vivir.

Tampoco haya que olvidar el apoyo entusiasta de algunos profesionales de la asistencia sanitaria y gran parte de los mandos policiales y encargados de velar por el orden público que, han visto como , al ponerse a la lado de los gobiernos han conseguido un estatus superior y mayor relevancia social. Estos son los principales protagonistas de este «film», de esta película, y forman un bloque compacto que, lógicamente (perversa lógica por cierto) no quieren volver a la situación prepandemia y que lo último que desean es renunciar a lo que han ganado.

Ésta y no otra es la cuestión, y hay que decirlo sin tapujos, sin circunloquios: NO EXISTE PANDEMIA.

Teniendo en cuenta que el número de personas vacunadas se acerca al cien por cien, la pandemia del COVID19 deberíamos darla por finalizada.

Y afirmar lo contrario es darles la razón a los «negacionistas» de las vacunas.

Si la mayoría de la gente ya está vacunada, y las autoridades siguen afirmando que la epidemia aún no se ha acabado… ¿Para qué nos hemos vacunado?

Si la vacuna funciona (aunque no evita el contagio), y tal como afirman las autoridades sanitarias y los epidemiólogos, logra que el virus -que no paran de repetirnos que es sumamente letal- sea comparable a un simple resfriado. ¿Por qué nos siguen aterrorizando y hablando insistentemente, desde la noche a la mañana, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, de que la situación sigue siendo muy grave?

¿De veras se ha «disparado» nuevamente la tasa de contagios? Bueno, ¿Y qué?

El número de muertos y la ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos que, es lo que realmente hay que tener en cuenta en estos momentos, están bajando (afortunadamente). Que era lo que se esperaba.

Todas las variantes que han ido surgiendo, de todos los virus hasta ahora conocidos, a lo largo de la historia, siempre han sido mucho más contagiosas y mucho menos letales.

Lo más «normal» y previsible, y más al estar casi todos inoculados con vacunas, será que nos infectemos casi todos, porque la vacuna no previene esto, pero, es de suponer que la mortalidad será mínima, insignificante.

He aquí otra realidad que hay que aceptar: Seguirá habiendo muertos por mucho tiempo, es absurdo pensar lo contrario. Son muchas las enfermedades infecto-contagiosas que todavía no han sido erradicadas, como el caso de la gripe, que siguen causando muertos, año tras año… Hay que aceptar que la muerte existe, que está «ahí», que nos aguarda a la vuelta de la esquina, y que estamos expuestos a ella en todas las actividades que emprendemos en nuestra vida cotidiana… Nos guste más o menos, la vida, nuestra vida es corta y en cualquier momento tocará a su fin.

Si damos por ciertos los datos de la OMS y demás organismos internacionales y gubernamentales, relativos a la pandemia durante el año 2020, el índice de mortandad era inaceptable y de enorme magnitud; pero, indudablemente, los datos actuales no son para pensar que estamos inmersos en una tragedia inconmensurable.

Por poner un ejemplo: en un año «normal», sin COVID19, como el 2018, en España murieron cerca de 1400 personas al día, por múltiples causas. De lo cual, no nos habla ningún medio de información.

En noviembre del 2021, según las autoridades sanitarias, han muerto en España 474 personas, debido al COVID19, o lo que es lo mismo que 16 muertes cada día.

En estos momentos, el COVID ha pasado a ser simplemente una causa más y no el principal o de los más importantes motivos por los que mueren los españoles.

Los medios de información (que viven de las desgracias y hacen de trovadores y bufones del gobierno) se regodearán y harán todo lo posible, de forma machacona, hasta aburrir, en que son 16 familias especialmente afectadas, y más en estas fechas «tan señaladas»…

Es cierto que, no es aceptable que en una nación de más de 47 millones de habitantes, se considere «normal», aceptable que mueran 16 personas, sea cual sea la causa de su muerte, pero, esa es la única realidad, y cada cual la vive como se la cuenta a sí mismo… y por supuesto, no van a volver a la vida porque nos obliguen de forma estúpida y tiránica a ir con un bozal por la calle, y menos con toques de queda, o paralizando la economía, o con arrestos domiciliarios…. Salvo que la pretensión sea acumular más poder, privarnos de los más elementales derechos, y arruinarnos.

Matar a la gente en vida, con restricciones, como se ha hecho hasta ahora, es absolutamente inadmisible, aparte de inmoral e inconstitucional.

En España se suicidan diariamente alrededor de 11 personas (lo intentan casi 200). A este paso el número de suicidios superará al número de muertos por COVID19.

Hablar de pandemia en estos momentos, es hablar de la pandemia de tedio, de tristeza, de privación de derechos,… pues, todas las limitaciones de libertad son injustificadas, y además, como se está viendo, en ello nos va la vida.

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Carlos Aurelio Caldito Aunión

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