Divorcio, inmigración y natalidad… y sus terribles alcances.
Alejandro Macarrón
Desde 1990 ha habido en España más de dos millones de divorcios. De ellos, 1,2 millones con hijos que mantener. Además, un número indeterminado -pero también enorme- de separaciones de parejas de hecho con hijos. Devastadores números de ruptura familiar. ¿Por qué no se habla de esto?
El divorcio generalizado tiene efectos muy lesivos sobre la tasa de fecundidad; daña a los niños (según los casos, algo, mucho o muchísimo); si un cónyuge no lo quiere, lo destroza; empobrece (de un hogar para dos adultos y niños, si los hay, se pasan a necesitar dos).
Que haya algunas rupturas de matrimonios/parejas con hijos en una sociedad humana parece un mal inevitable.
Que el 50% de los matrimonios acabe en divorcio en España es un desastre sin paliativos, y si a sus élites esto no les importa nada, es que son manifiestamente mejorables.
Hay aproximadamente 60 divorcios por cada 100 bodas, sí. Pero eso no equivale a que 60% de los matrimonios acaben en divorcio. Si de repente un año se casa la mitad de la gente que el anterior, y sigue habiendo los mismos divorcios, éstos podrían superar a las bodas.
Con tasas de paro desconocidas en Europa, aún hay quien pide más inmigrantes. A corto plazo, con tanto paro, más inmigrantes equivale a tener aún más paro. A largo, fiar a “otros” que hagan los deberes demográficos (relevo generacional) por “nosotros” es arriesgado. ¿Por qué habrían de hacerlo?
El déficit de nacimientos en relación a las muertes de españoles nativos es espeluznante en casi toda España. Y añadiendo los bebés de madres inmigrantes apenas se suavizan un poco estos datos desoladores. ¿Qué más necesita la sociedad española para reaccionar?
Y estas son las provincias con menos de 1,5 muertes de españoles nativos por nacimiento de madre española de origen (todas ya con más defunciones que nacimientos de “autóctonos”) A nivel nacional, la proporción de 2019 fue de tres muertes por cada dos nacimientos, y va a más.
Una tremenda de “memoria demográfica”. No solo hay ahora muchos menos menores de 18 años que en 1976. De los que tienen madre española nativa hay menos que en tiempos de la guerra (in)civil, y hasta de la 1ª Guerra Mundial (cuando España solo tenía 20 millones de habitantes).