“El mundo al revés”, el libro que pone a prueba la libertad de expresión

JOSÉ PAPPARELLI

Cuando los ocupantes ilegales de las casas prevalezcan sobre sus legítimos dueños; cuando se gasta más en un inmigrante irregular que en la pensión mínima de un compatriota; cuando somos llevados a juicio por defendernos del delincuente que entra a nuestra casa; cuando nos vemos obligados a adoptar las medidas anticontaminación más estrictas y costosas, mientras a los productores de casi todos los gases contaminantes que cambian el clima no les importa y prosperan; cuando las ciudades se convierten en lugares para solteros ricos y “alternativos” mientras los trabajadores y las familias se ven obligados a abandonarlas; cuando llamarte padre o madre se vuelve discriminatorio, incómodo y excluyente porque choca con quién no es el padre o la madre; cuando se alienta a gritos la adopción de derechos cada vez más absurdos sin anticipar una contrapartida de deberes; cuando ya no se sabe cómo llamar a una persona de color porque cualquier adjetivo que haga referencia a su evidente y evidente tono de piel es considerado un delito; cuando en un bar te encuentras con gente con correas de cerdo y abrigos rosas… Muchos llaman a esto Civilización y Progreso. Bueno, ¡este libro está dedicado a todos los demás!”.

FUENTE: https://disidentia.com/el-mundo-al-reves-el-libro-que-pone-a-prueba-la-libertad-de-expresion/

Estas líneas se pueden leer en la contraportada del libro titulado el mundo al contrario (El mundo al revés), escrito y autoeditado en Amazon, por el italiano Roberto Vannacci. Lo que en una situación normal nunca habría sido noticia, suscitó una tormenta política sin precedentes reflejada en todas las portadas de la prensa italiana en los últimos días. ¿Cuál es la razón? Vannacci es un general del ejército italiano y ha sido destituido de su cargo por el Ministro de Defensa. Guido Crosetto, al enterarse de la publicación de su libro. Según el ministro –un hombre de confianza en Giorgia Meloni y fundador de su partido, Fratelli d’Italia—, Vannacci habría “expresado opiniones que desacreditan al Ejército, a la Defensa, a la Constitución”, y que “por ello se iniciará el examen disciplinario previsto por el Ministerio de Defensa”. Pero ¿cuál es el crimen cometido por Vannacci? Es difícil de responder. Lo que sí sabemos es que el soldado dejó por escrito lo que muchos piensan y no se atreven a decir, dando su opinión a contracorriente de la corrección política y del pensamiento único, impuesto tanto por la izquierda como por la derecha, que abarca prácticamente todo en el sociedad real. Incluso en esas 373 páginas, Vannacci se ha atrevido a escribir cosas obvias e incluso banales, cosas que muchos piensan o dicen en privado, pero que hoy cada vez es más difícil expresar libremente por miedo a las consecuencias.

VANNACCI CREE QUE UNA CARACTERÍSTICA PRINCIPAL DE LA ACTUALIDAD ES EL MOVIMIENTO DE LA SOCIEDAD EN UN SENTIDO ANTITÉTICO CON RESPECTO A LA RACIONALIDAD Y EL SENTIDO COMÚN

¿Quién es el protagonista del escándalo? ¿Quién es Roberto Vannacci? Hasta hoy ha sido comandante del Instituto Geográfico Militar de Florencia, algo poco relevante teniendo en cuenta su hoja de servicios. Vannacci, de 54 años, fue el comandante de la Task Force 45 durante la guerra de Afganistán y dirigió el contingente italiano en la guerra civil de Irak. También fue comandante del 9º Regimiento de Asalto Paracaidista “Folgore” y sus hazañas en el ejército italiano son innumerables. Participó en misiones especiales en Libia, Somalía, Bosnia-Herzegovina, Ruanda, Yemen, Costa de Marfil, Irán y Afganistán, donde fue jefe del Estado Mayor de las Fuerzas especiales de la OTAN siendo condecorado con la Estrella de Bronce y la Legión al Mérito de los Estados Unidos de América. En enero de 2020 estuvo en Moscú, como agregado militar de la representación diplomática italiana y acreditado también en Bielorrusia, Armenia y Turkmenistán. Esta última etapa se cerró cuando fue declarado “persona non grata” por Moscú y devuelto a Italia, junto a otros compatriotas expulsados en represalia por la posición de Italia frente a la invasión rusa de Ucrania. El compromiso con su patria y su profesión es difícilmente cuestionable, pero sus opiniones sí lo son para el actual Ministerio de Defensa.

En El mundo al revés, Vannacci cree que una característica principal de la actualidad es el movimiento de la sociedad en un sentido antitético con respecto a la racionalidad y el sentido común. Habla de “minorías organizadas” que están subvirtiendo lo que las mayorías consideran normal, donde lo marginal prevalece sobre la norma general y lo habitual. Vannacci apela a una vuelta al sentido común, a los valores y principios que han transmitido nuestros antepasados. Se atreve a opinar sobre el cambio climático, la transición ecológica, el ambientalismo, la ideología de género, la homosexualidad, la inmigración ilegal, la patria o la legítima defensa, entre otros asuntos muy sensibles para la izquierda, y sorprendentemente para una parte de la derecha que se encuentra al frente del actual gobierno de coalición italiano integrado por Fratelli d’ItaliaLega y Forza Italia. El general ha hecho públicas sus opiniones. Su libro podrá gustar mucho, poco o nada, pero es injusto y peligroso sentar un precedente, de que ejercer el derecho inviolable de pensamiento, palabra y expresión pueda tener consecuencias penales y profesionales, aún por parte de un gobierno cuyo compromiso con la sociedad ha ido en línea con muchos de las cuestiones expuestas en este libro.

Vittorio Feltri, periodista y director editorial del diario “Libero” escribió al respecto:

Quisiera señalar a nuestro Crosetto que no es Vannacci quien desacredita la Constitución. Para desacreditar la Constitución están los que cada vez, puntualmente, se rasgan las vestiduras frente a la verdad, sólo porque no corresponde a una determinada visión considerada válida. Son los que defienden la libertad de pensamiento pero sólo de los que piensan como ellos. Son los del pensamiento único. Son quienes dicen estar dispuestos a morir por la libertad de opinión de los demás y sin embargo regañan y condenan a muerte a quienes lo expresan. Se definen como ‘liberales’ pese a que la única libertad que les importa es la de cumplir, so pena de censura. Concluyo precisando que admiro al general cuando señala que, a pesar de que el libro había puesto en peligro su carrera, no daría ningún paso atrás, dado que fue despedido ‘por una causa justa: la libertad de expresión’. Necesitamos gente así. Con carácter y valores”.

Este asunto puede ser una prueba de fuego para la libertad de expresión en Italia y marcará la diferencia de la derecha respecto al discurso y las demandas de la izquierda. Lo peor que puede pasar es que los conservadores, patriotas, liberales y soberanistas, transijan a las demandas de la corrección política izquierdista, actuando en consonancia, coincidiendo con ellos en los límites de lo permitido. Lo que no puede aceptarse es la cobardía, cosa que Vannacci no sabe de lo que se trata.

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RedaccionVozIberica

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