El turismo es la principal industria española, la que más riqueza aporta a la economía nacional. Es del género tonto boicotearla
CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS
El turismo ha experimentado un crecimiento increíble en la última década en España y es un importantísimo motor de crecimiento económico; los beneficios de la industria turística repercuten en toda España…
En 2023, el sector turístico alcanzó cifras históricas, aportando el 12,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) español, lo que equivale a 186.596 millones de euros.
La aportación del turismo a la economía española supone el 12,8 del PIB, casi lo mismo que otros sectores como la construcción (14%), y por encima del comercio (12%) o la sanidad (12%), según WTTC, el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo.
Además, durante la última década, el turismo fue el segundo sector económico de mayor crecimiento en España (aumentó casi un 4% anual), impulsado principalmente por el gasto de los viajeros extranjeros en el país, superado solo por la automoción (+3,44%) y por delante del conjunto de la economía (+1%)».
Otra cuestión importante a destacar es que estas cifras del año pasado nos llevan a poder hablar, sin exagerar, de la consolidación del sector después de la pandemia del COVID 19 (no es necesario que te recordemos lo mal que lo pasó el turismo como consecuencia del confinamiento de la población mundial).
Por otra parte, destaca el WTTC, «el sector turístico en España emplea casi siete veces más puestos de trabajo que la automoción, y casi tres veces más que el sector financiero».
Según Invest in Spain, Dirección Ejecutiva de ICEX España Exportación e Inversiones, entidad Pública y Empresarial presidida por la Secretaría de Estado de Comercio del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, cuyo objetivo es promover la inversión extranjera directa (IED) en España, la recuperación del sector turístico no solo se tradujo en cifras económicas, sino también en la creación de empleo.
En 2023, se generaron 95.224 nuevos puestos de trabajo en el sector, representando el 17 por ciento del total de nuevos empleos en España.
Además, los salarios en el sector turístico aumentaron un 4,4 por ciento de media, con una reducción significativa en la tasa de temporalidad, que bajó hasta el 8 por ciento.
Las previsiones para 2024 son igualmente optimistas.
Se espera que el sector turístico supere por primera vez los 200.000 millones de euros, lo que elevaría su contribución al PIB al 13,4 por ciento.
Este crecimiento anticipado se debe en parte a la fuerte demanda extranjera y la recuperación continua de la demanda nacional.
El turismo aportará el 41,4 por ciento del crecimiento real esperado de la economía española en 2024.
Por si alguien que haya llegado hasta este párrafo todavía no se ha percatado de la enorme importancia del turismo para la economía española, es bueno indicar que el turismo forma parte del Sector Servicios, que es el más grande y el que domina a la economía de España.
El Sector Servicios representa nada más y nada menos que el 67 por ciento del PIB. Como hemos subrayado, el turismo es el principal también dentro de este apartado.
Si observamos el sector industria vemos que aporta el 16 por ciento al PIB, pero aquí se incluye el sector del automóvil, de maquinaría, productos químicos y alimentos procesados.
La construcción, por ejemplo, aporta el 6 por ciento y la agricultura y pesca no llega al 3 por ciento.
TURISMOFOBIA
Pues bien, a pesar de lo expuesto hasta ahora, la ‘corriente turismofóbica’ se hace cada vez más visible: la tendencia a la masificación del turismo, junto a los hábitos poco cívicos de una minoría, al parecer han colmado la paciencia de los residentes de muchas zonas en riesgo de saturación.
En lugares como Ibiza y Mallorca han tenido lugar en reiteradas ocasiones manifestaciones en contra del turismo masificado. Palma acogió en julio una manifestación en la que miles de ciudadanos protestaron contra la masificación turística en la isla, la caída de los salarios, la pérdida de calidad de vida, los atascos en carreteras y playas, el ruido, el consumo del territorio y el elevado precio de la vivienda y el alquiler…
Lo que llama la atención especialmente es (bueno, tampoco es tan de extrañar) que quienes promueven protestas y azuzan a la gente contra el turismo son gente antiespañola confesa que no ocultan que su principal objetivo es destruir la nación española ¿Qué mejor manera que destruir su principal industria, la actividad que más riqueza y empleo crea? Por cierto, también son, por otro lado, los mismos que promueven la llegada descontrolada de inmigrantes y son cómplices de quienes se lucran de la trata de personas… pero claro esos «turistas» al parecer deben ser bienvenidos y hay que acogerlos, darles vivienda, acceso a la enseñanza, atención médica y hospitalaria, subsidios de todo tipo, y un largo etc. Los molestos son «los otros» los que participan en la creación de empleo y riqueza.
Por supuesto, quienes promueven el odio al turismo y crean una mala imagen de España en el exterior, no se les pasa por la cabeza que, una de las soluciones pasa por invertir en infraestructuras que hagan que haya comodidad para unos y para otros, para los residentes y para quienes nos visitan.
Se trata de que nuestras ciudades sean cada día más atractivas, más limpias y seguras y lugares de oportunidades, facilitando la inversión, la apertura de negocios relacionados con el turismo u otras activades. Lo que es un absoluto sinsentido es estrangular, como algunos pretenden, a la gallina de los huevos de oro adoptando actitudes prohibicionistas y de confrontación con quienes nos visitan.
Muchos afirman que están en contra de un modelo de turismo de masas que, según ellos, contribuye a la escasez de agua, el deterioro de los espacios naturales, la congestión del tráfico y el sobreprecio de los alquileres de apartamentos a largo plazo.
Frente a todo ello, sólo cabe una alternativa: España debe elegir un turismo de «calidad», ya que es nuestra principal industria y la que más riqueza y empleo crea. Y ese turismo de calidad pasa por tener en cuenta que más del 80% de los españoles viven en la periferia de la meseta, desde Galicia hasta el País Vasco y desde Gerona hasta Huelva… Con la excepción de Madrid y algún islote como Zaragoza. El 80% de los habitantes de España ocupan apenas el 20% del territorio, lo cual implica que hay que proveer de bienes y servicios a ese 20% del territorio, dotarlo de las infraestructuras, de los equipamientos e instalaciones necesarias, realizar trasvases de los ríos del interior de España para proveer a quienes viven en la periferia de agua para beber, cocinar, asearse… también es imprescindible poner en marcha desaladoras, reciclar las aguas residuales, y un largo etc.
Y, por otro lado, si queremos tener una industria turística de calidad, hay que formar, preparar a nuestros jóvenes para que sean buenos trabajadores, pues, aunque se hable despectivamente de que «España es un país de camareros», lo que sí está claro es que desgraciadamente no todos son buenos camareros… Ni que decir tiene que, también es imprescindible potenciar todas las industrias auxiliares… No es cuestión de olvidarse de aquello de «el sol español» y cuestiones semejantes, sino todo lo contrario.
Continuar con restricciones, prohibiciones, más y más normas y regulaciones, más y más trabas a la inversión, a la creación de riqueza y empleo no es la solución, y menos todavía espantar a quienes nos visitan… Es del género tonto.
Y, por descontado, no se confundan todo ello no tiene por qué ir en perjuicio de quienes vivimos en la «España vacía». También nosotros podemos dar turismo de calidad y atraer a quienes nos visitan, hay muchos que no sólamente buscan sol y playa…