ESPAÑA SAQUEADA, POR QUÉ Y CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ. VIGÉSIMO TERCERA PARTE.- La educación y la enseñanza de nuestros hijos son demasiado importantes para dejarlas en manos de los «psico-pedagogos» y demás charlatanes progresistas
CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN.
La pedagogía «oficial» desprecia el conocimiento y la cultura y ha optado por la «felicidad ignorante»… Se ha puesto de moda la idea de que, cualquiera tiene mucho que decir sobre la educación y la enseñanza de nuestros hijos, menos los docentes, y que quien se atreva a hablar del asunto es un «experto»… «Todólogos» que, al parecer, saben más, mucho más que los profesores.
“ Mi abuela quería que yo tuviera una buena educación; por eso no me envió a la escuela. ” Margaret Mead.
La situación de la enseñanza en España, de la instrucción pública, es equiparable a un sistema sanitario en que la dirección del mismo hubiera caído en manos de homeópatas, sanadores, echadores de cartas, quirománticos, astrólogos y demás charlatanes de feria. Desde la implantación de la nefasta LOGSE (o incluso antes) y demás «leyes educativas progresistas», la planificación y la gestión de la enseñanza en España ha sido confiada a una tribu de “expertos” y psico-pedagogos, miembros del sistema, trovadores y bufones que han entrado como un elefante en una ferretería, con un desprecio absoluto hacia la Ciencia, hacia las Humanidades, hacia las Ciencias Naturales y, por supuesto, hacia lo que siempre ha sido considerado de sentido común y nadie cuestionaba, por la sencilla razón de que había probados sobradamente su eficacia…
Algún día habrá que pedir cuentas a quienes confiaron el sistema de instrucción pública a semejantes estúpidos, pues, los objetivos están demasiado claros: destruir nuestra forma de convivencia, rediseñar la cotidianidad, para crear hombres y mujeres «nuevos» y destruir la civilización judeocristiana, grecorromana, las raíces de nuestra nación.
Minorías ruidosas, ideologizadas y con un enorme poder e influencia, imponen sus dogmas en los planes de estudio (lo que ahora han dado en llamar «currícula»), como si vivieran en una realidad paralela, totalmente distantes de la realidad.
En los centros que hasta ahora eran llamados, con razón, «de estudio» se procura fundamentalmente adoctrinar, infantilizar y embrutecer, todo ello de forma festiva… No importa que lo que se enseñe a los alumnos carezca de base científica, no importa que los profesores se contradigan unos a otros (¡Viva la «libertad de cátedra»!).
En los colegios, institutos y universidad se enseña todo, o casi todo, desde la «perspectiva de género», negando lo evidente: que los humanos nacemos hombres y mujeres, machos y hembras, y que las diferencias anatómicas, biológicas y la herencia, determinan nuestro comportamiento y especialmente al ir al encuentro del otros sexo (que no «género», pues el género es un accidente gramatical que en nada guarda relación con el sexo).
El colmo de los colmos es decirles a los niños (y niñas) que hay niños con vulva y niñas con pene…
Todo lo que se enseña en las escuelas, institutos y universidades está en la dirección de «combatir el sexismo», «combatir la xenofobia», promover la «educación afectivo-emocional», el respeto a la «diversidad»… el «igualitarismo». A pesar de que, la igualdad no existe y es un imposible, y si se acaba imponiendo es mediante la coacción, de forma totalitaria y liberticida…
Es importante señalar que, en cada una de las 17 taifas hispánicas se manipula al alumnado, se le adoctrina con una forma u otra de nacionalismo, y se les inculca odio a España, hispanofobia y, por supuesto, se les enseña la «leyenda negra antiespañola»…
Evidentemente, si se le da prioridad a toda esta ristra de estupideces, poco o nada de tiempo les queda a los profesores para enseñar la Lengua y Literatura Españolas, la Historia de España, Filosofía, Matemáticas, y un largo etc. A la ristra elaborada por los psico-pedagogos del régimen, también hay que añadir la enorme cantidad de tiempo que se pasa cualquier profesor tratando de imponer silencio, e intentar hacerse escuchar…
Lo importante, según los psico-pedagogos del régimen es que, los niños sean felices, no sufran traumas que los marquen para el resto de sus vidas y aprendan que lo mejor es acostarse y tener sexo con cualquiera, independientemente de su sexo, e independientemente de que la nación española corra un serio riesgo de desaparecer, debido a que es casi imposible que haya recambio generacional… y bueno, si los alumnos al terminar su estancia en los centros de estudio son analfabetos funcionales, es lo de menos (quizá lo de más), pues ellos acabarán eligiendo al presidente del gobierno.
Gestionando emociones
La gestión de las emociones y la inteligencia emocional son dos de las columnas básicas sobre las que se levanta el dudoso edificio de la enseñanza progresista.
Más de uno habrá que, haya ya notado que, cuando hablo de los centros de estudio, hablo de «enseñanza» y no de «educación»… Pues, no es casualidadd; vuelvo a retomar lo que ya he subrayado en múltiples ocasiones: No es lo mismo educar que enseñar.
Educar es formar en ideas y creencias, inculcar valores; y como consecuencia, la educación es algo que compete a la familia, y que por supuesto nunca ha de ser considerado exclusivo de la escuela, en todo caso en los centros de estudio se debe reforzar lo “sembrado” en la familia. Pero, debe ser en la familia donde se inculquen esos valores para que perduren para siempre.
Por el contrario, enseñar es sinónimo de instruir (siempre se llamó Ministerio de Instrucción Pública, no “de Educación”), y por supuesto, solo puede instruir quien sabe, y sobre todo aquella persona a la que se le reconocen saberes, autoridad y ante quienes los alumnos están dispuestos a dejarse enseñar.
Los que dicen ser partidarios de la nueva «psico-pedagogía» dicen que hay que fomentar la alegría en la escuela, crear un buen ambiente; por supuesto, nadie en sus cabales cuestiona que una buena relación alumno-profesor y un entorno agradable facilitan el aprendizaje, pero en cualquier caso ese “buen-rollo”, aunque pueda considerarse deseable, no es conditio sine qua non.
Para los ideólogos de la nueva psico-pedagogía, el profesor ha de ser fundamentalmente un showman, un animador que, motive, seduzca… pero, nunca ha de imponer disciplina, ni orden y mucho menos castigar, pues, esas son cosas rancias, anacrónicas, reaccionarias que, lo único que causarían es frustración, traumas, etc. y sobre todo, reproducirían la forma de vida que nos legaron nuestros ancestros, de los que nada o casi nada debemos aprender, forma de convivencia que hay que erradicar (nunca mejor dicho, «desde la raíz») para diseñar una nueva sociedad, un hombre y una mujer nuevos.
Por supuesto, -a más de uno que haya llegado hasta aquí ya lo habrá pensado-, quienes hacen apología y defienden semejantes sandeces nunca han pisado un aula, salvo cuando eran alumnos (generalmente malos o medicres alumnos), y es el pefecto pretexto para medrar y conseguir pingües beneficios dinerarios o de toda clase… A río revuelto.
La caterba de psico-pedagogos del régimen reniegan del «pienso, luego existo» y tratan de imponer «siento, luego existo». Claro que, no se trata de negar la faceta emocional, afectiva, del ser humano, sin duda alguna; pero, de ahí ha darle prioridad absoluta a lo emocional hay un profundo abismo.
Al parecer, los psico-pedagogos del régimen no han leído a un tal Aristóteles (aquel que vivió en Grecia hace dos milenios y medio), o se han olvidado de él, o padecen alzheimer selectivo.
La faceta emocional de los alumnos pueden ser un medio para acercarse a los alumnos, para ganarse su confianza, y poder lograr una mejor enseñanza; pero no puede ser un fin, un objetivo del aprendizaje.
Claro que, muchos partidarios de la «ideología educativa progresista» consideran que, para ser profesor vale cualquiera, siempre que sea divertido, frívolo, fiestero… Da igual si posee preparación, conocimientos que impartir, o habilidades para enseñar… Lo importante, según estos chalatanes de feria, es «la inteligencia emocional», ser comprensivos, tolerantes, colegas de los alumnos… Claro que, los colegas no enseñan (tampoco educan), no reprenden, no castigan, ni ejercen autoridad de clase alguna, pues, pertenecen al mismo grupo, a un «grupo de iguales»…
¿Les extraña ahora que, haya profesores que digan aquello de que son los mejores amigos de sus alumnos y que, tienen mucho que aprender de ellos?
De veras es increíble que haya psico-pedagogos que afirmen que los castigos son contraproducentes y que, no hay que poner frenos a los alumnos, menos contradecirlos, decirles ¡No!, o cuestiones por el estilo, pues, todo ello llevaría a los profesores a «enemistarse» con sus alumnos. Sin duda alguna, ese «pensamiento Alicia», como diría el tristemente fallecido, filósofo, Gustavo Bueno, está en la dirección quienes piensan que desear una cosa es suficiente para que se convierta en realidad.
Sin duda alguna, decir tales cosas implica estar absolutamente alejados de la realidad, o vivir en una realidad paralela, pues, la realidad es otra. Es verdad que no todos los castigos son justos, ni proporcionados, ni la solución correcta; y que, incluso a veces es mejor no recurrir al castigo, y que, no siempre funcionan ni hacen cambiar el comportamiento de los alumnos, o incluso los empujan a aquello de la «profecía autocumplida»… Pero, en este mundo que nos ha tocado vivir, en el que lo que impera es una moral de obligación y sanción, evidentemente, los centros de estudio deben ser lo más parecido a la sociedad, en la que, teóricamente, quien la hace la paga.
Tecnología de la información y la comunicación
Otro de los grandes dogmas que, se repiten hasta aburrir, hasta el hartazgo, por parte de los psico-pedagogos del régimen es lo de las «TIC.»
Evidentemente, es innegable que vivimos en pleno siglo XXI y que, las nuevas tecnologías nos rodean allá donde vayamos. La informática, las redes sociales, internet, son realidades innegable; igual que en un determinado momento los humanos (unos más pronto, otros más tarde) inventaron la escritura, y más tarde la imprenta… Las diversa revoluciones científicas, tecnícas, han acabado inevitablemente influyendo en la enseñanza institucionalizada, pero eso no implica que haya que desterrar de las aulas todo aquello que ha probado sobradamente su eficacia a la hora de enseñar, todo aquello que se sabe que facilita el aprendizaje. No deja de ser asombroso que, los partidarios de la nueva psico-pedagogía se hayan olvidado de que, la inteligencia guarda una íntima relación con la memoria.
De veras, hay que estar alejado de la realidad para pensar que sustituir los libros por ordenadoras, por computadoras, o las clásicas pizarras por «pizarras digitales», es la panacea que lo arregla todo.
Tras de el discurso infantil de las nuevas tecnologías está, también la idea de que, las nuevas generaciones están, poco más o menos, que hechos de otra pasta, que nacen con ciencia infusa, por eso, los psico-pedagogos del régimen, afirman, sin ponerse colorados, que los alumnos «saben más que los profesores» de las nuevas tecnologías de la información, y que hay que aprender de ellos (y no viceversa). Es por ello que los psico-pedagogos recomiendan que los profesores se adapten al lenguaje de los alumnos, para que logren hacerse entender y escuchar y tópicos estúpidos por el estilo.
Por supuesto, los partidarios de esta ideología pedagógica, no tienen en cuenta que las nuevas tecnologías (como cualquiera) no son neutras, nunca se plantean que puedan ser perjudiciales y menos que haya que poner límites.
En resumidas cuentas: los alumnos no se sienten motivados para aprenden porque los profesores, las lecciones y los libros no son alegres y divertidos; introduzcamos el ordenador en el aula y la enseñanza dejará de ser aburrida y tediosa, los profesores lograrán motivar a sus alumnos, y todo irá de maravilla.
Decía mi filósofa preferida, Ayn Rand, que cuando la mayoría ha dejado de tener presentes las cuestiones más elementales, éstas acaban siendo las más difíciles de explicar y de hacer entender. Según parece, aunque sea de Pero Grullo, es necesario recordarles a algunos (especialmente a los psico-pedagogos del régimen y a algunos profesores a los que ya han logrado adoctrinar-manipular) que el estudio, el aprendizaje, no es algo “divertido”. Todo aprendizaje requiere esfuerzo, método, perseverancia, tenacidad… Cualquier proceso de aprendizaje podrá ser más o menos interesante, atractivo e incluso apasionante, pero nunca “divertido”. Y la presencia de los ordenadores en la escuela, podrá ser más o menos placentero para los alumnos, divertido, lúdico, festivo… pero no garantiza el aprendizaje.
Aparte de todo ello, habría que tener en cuenta determinadas situaciones que provoca la presencia de ordenadores en el aula que, al parecer los psico-pedagogos del régimen no pensaban que pudieran suceder: ¿Cómo evitar que los alumnos abran una ventana de Facebook o de Instagram, u otra «red social» en lugar de realizar la tarea propuesta por el profesor? ¿Qué hacer si el ordenador se estropea? ¿Qué hacer si la conexión «se cae»? ¿Cómo debe controlar el profesor, la activida de los alumnos para evitar que éstos no entren en páginas que no deben? ¿Deben situarse delante de los alumnos o detrás, o al lado, para vigilarlos?
Hay otro factor que, al parecer los psico-pedagogos del régimen no fueron capaces de prever: Actualmente toda la sociedad, los niños, los adolescentes, los adultos, los ancianos… están siendo constantemente, sistemáticamente bombardeados con información que, la mayoría de las veces no es más que un ruido atronador, adormecedor, cantidad de información casi imposible de «procesar»… ruido, ruido, mucho ruido… Hemos llegado a tal grado de dependencia respecto de ese ruido que, si le confiscamos el teléfono a un alumno, le provocaremos, como poco ansiedad y estrés, y la persona más aparentemente pacífica, acabará tornándose agresiva, violenta. La inmediatez, la impaciencia, fomentan la dispersión, fomentan la incapacidad de concentración en el estudio, y evidentemente, dificultan el aprendizaje.
Una condición indispensable para crear un ambiente propicio para el aprendizaje es la tranquilidad, la ausencia de ruido… sin ellos, la concentración en el estudio es tarea imposible. Saltar de un asunto a otro constantemente, imitando a los contertulios de los medios de información y manipulación de masas, puede ser muy divertido, lúdico, festivo, espectacular, en una tertulia de televisión, pero no es lo mejor en un centro de estudio. Claro que, cualquier malpensado, que haberlos haylos, dirá que, así se consigue una enseñanza muy divertida, festiva y sobre todo, analfabetos funcionales que, insisto: serán los que acaben eligiendo al presidente del gobierno…
Enseñanza de lenguas extranjeras
El plurilingüismo es otro de los eslóganes requeterrepetidos hasta vencer por machaconería, y que nadie osa cuestionar, que repiten los psico-pedagogos del régimen. Cuando hablan de aprender idiomas extranjeros, no están hablando de convertir a los españoles en políglotas, sino de usar idiomas como el Inglés, como lengua «vehicular» (otra palabreja de moda entre los charlatanes de feria) para la enseñanza de las diversas asignaturas… Eso que ahora, los psico-pedagogos del régimen llaman «materias». Una más de las múltiples ocurrencias encaminadas a hacer mucho ruido, pocas nueces y conseguir que los alumnos sean analfabetos funcionales al terminar su estancia en los centros de estudios, a la vez que se les crean falsas expectativas a ellos y a sus familias.
El primer impedimento para llevar a cabo tal ocurrencia es que, la mayoría de los profesores no está capacitada para impartir clases en inglés.
El segundo impedimento es que, lo último que se debe hacer es que los alumnos reciban enseñanza en inglés. Si en algunos casos su nivel de comprensión de la lengua española (o de las lenguas regionales, allí donde las hay), es altamente deficiente, imaginemos lo que pasaría si la clase se impartiera en Inglés. Quizá algunos alumnos mejorarían su conocimiento de la lengua inglesa -está por ver- pero, lo que sí es seguro es que el aprendizaje de la asignatura de la que se trate, sería paupérrimo.
Pero aparte de estos impedimentos que, condicionan la práctica y que los “expertos” no fueron capaces de prever, ya que nunca han pisado un aula, salvo cuando eran alumnos, hay otros factores todavía más importantes: El español cuenta con el honor de ser el cuarto idioma más hablado del mundo, con aproximadamente 550 millones de hablantes, de los cuales más de 450 millones lo tienen como lengua materna. No hay ninguna razón para ceder a esa actitud estúpida, «snob» que se deja arrastrar por todo lo que huele a anglosajón. La defensa del inglés como lengua vehicular va pareja a la estúpida costumbre de introducir continuamente anglicismos, generalmente innecesarios y sin venir a cuento, en nuestra habla habitual, que únicamente revelan complejo de inferioridad y actitud servil frente al inglés, que es, no lo olvidemos, la lengua del globalismo.
“El espíritu emprendedor»
Ahora lo que hay que producir no es gente culta y formada –el conocimiento ya está en internet-, sino emprendedores. Bien, pero ¿Eso cómo se transmite?
Y, por otro lado, «educar-enseñar a los jóvenes para el futuro» no resulta una buena idea. Es tarea casi imposible, pues, es difícil saber cómo será el trabajo del futuro. Cuando algunos hablan de educar «para el futuro», hablan de educar para el mundo laboral (siempre al servicio de las empresas, por supuesto), e insisto: ¿Alguien sabe cómo será el mundo laboral dentro de cinco, de diez, o de veinte años? Lo que es seguro es que, los psico-pedagogos, los políticos a los que asesoran y los medios de información y manipulación de masas no lo saben.
Tanto en la red estatal de centros de enseñanza, como en los centros privados, el objetivo principal debería ser preparar a la juventud para que acabe asumiendo cargos de responsabilidad, ya sea en la empresa privada como en la administración de la cosa pública; tanto en un ámbito como en el otro, deberían estar presentes la honestidad, la decencia, la laboriosidad y la lealtad.
El sistema de instrucción pública debe tener como meta formar personas de orden, metódicos y enérgicos; lograr una élite activa, emprendedora y bien educada.
Aparte de conseguir personas alfabetas que, conozcan y dominen, al finalizar sus estudios, su propio idioma, la historia de su país, posean un conocimiento suficiente de matemáticas, etc. la enseñanza institucionalizada debe tener como referente el ideal de “ciudadanos hechos a sí mismos”, para lo cual, para progresar, tanto académicamente como profesionalmente, o en la gestión de lo público, han de ser tenidos en cuenta la capacidad y el mérito, sin olvidar el compromiso ético de servicio a sus conciudadanos.
Los españoles tienen que empezar por ser educados en casa, en la responsabilidad, en la justicia y en el sentido del deber… para que, luego, cuando se incorporen a la enseñanza reglada, todo lo sembrado en casa pueda ser reforzado. Todo lo contrario de lo que actualmente se practica en España.
Retomando lo de que, la enseñanza debe estar orientada a insertar a los alumnos en el mundo laboral, cuando lleguen a adultos, si damos prioridad al aprendizaje de conocimientos “útiles” corremos el peligro de que cuando el más tarde «ex-alumno» busque trabajo, los conocimientos adquiridos se hayan quedado ya algo más que anticuados. Es por ello que, el aprendizaje de contenidos aparentemente “inútiles”, según el entender de los psico-pedagogos del régimen, puede contribuir a sentar las bases que más tarde faciliten enormemente la adquisición de nuevos conocimientos. De todas maneras, sea cual sea el conocimiento adquirido, siempre su adquisición necesitará de esfuerzo, de concentración y de método.
La actual instrucción pública, la enseñanza institucionalizada en España no produce, ni personas con la cabeza bien amueblada ni trabajadores competentes. Ni siquiera la formación profesional es de la calidad que sería deseable, salvo en determinados centros de enseñanza privada.
Este discurso de fomentar “espíritu empresarial” es una burla cruel, puro sarcasmo, cuando tiene lugar en centros públicos situados en zonas marginales. Dirigirse a gente cuyo futuro laboral (para la mayoría) es el, con suerte, el empleo precario, no cualificado y con bajos salarios, o el paro para hablarles de emprendimiento y espíritu empresarial, aparte de una tomadura de pelo, es inculcarles que ellos son los únicos responsables de su futuro “fracaso” laboral y que su circunstancia personal no es susceptible de ser cambiada…
Educación “en valores”
La escuela, como las familias, siempre han transmitido valores (o contravalores) y, por tanto hablar de la educación “en valores” es una absoluta estupidez. Pero, en los tiempos que corren, los psico-pedagogos del régimen, cuando hablan de «educar en valores» están enmascarando el adoctrinamiento que pretenden con los nuevos planes de estudio que ellos han elaborado; valores que, evidentemente no son coincidentes con lo que se siembra en casa, en familia, y menos con los valores comúnmente admitidos para la mayoría de la sociedad.
El mejor ejemplo es el adoctrinamiento que se realiza en los centros de estudio «desde la perspectiva de género». La ideología totalitaria y liberticida de nombre «perspectiva de género» procede del movimiento “gay», del homosexualismo (no todos los homosexuales son gais u homosexualistas) y del denominado feminismo de género, también llamado «femiestalinismo» y «feminazismo», para disgusto de las y los feministas. Quienes saben de qué va la «perspectiva de género», de la cual ya hemos hablado en otras ocasiones, generalmente no comparte sus dogmas, y menos sus objetivos, pues es una ideología contraria a la vida, proabortista, antifamilia, contraria a la civilización occidental judeocristiana (a la que no oculta que pretende destruir), etc. pero nadie se atreve a decirlo por miedo a ser tachado de “homófobo” o “machista” o lindezas por el estilo.
Ni que decir tiene que, lo que proclama la «perspectiva de género» es contrario a todo lo que se enseña en la totalidad de las Ciencias, como por ejemplo la Biología, o la Historia, o la Sociología, y un largo etc. Pero, existe un miedo terrible a cuestionarla…
Según la «perspectiva de género” el comportamiento sexual es una construcción, resultado de la educación y de la cultura. «Constructo social» lo llaman. Evidentemente, sus seguidores niegan la influencia de la herencia y las características biológicas y anatómicas en el comportamiento, y cualquier clase de inclinación natural de ir al encuentro del otro sexo, y menos por razón de la procreación y la perpetuación de la especie.
Hay una realidad que la “perspectiva de género” se empeña en negar: los seres humanos venimos al mundo con un sexo biológico masculino o femenino, y ello viene determinado genéticamente por los cromosomas sexuales (XX en las mujeres, XY en los hombres) y aquí no hay “construcción social” que valga.
Pero ahora viene la gran contradicción: si uno es hombre (biología aparte) porque la sociedad lo ha tratado como hombre y le ha asignado roles sociales como hombre ¿Cómo puede afirmar un hombre que se “siente” mujer y decir que es “una mujer atrapada en un cuerpo de hombre”, o viceversa? ¿si su cuerpo es de hombre, cual es la “entidad” que “se siente” mujer, o al revés? Para rizar el rizo, acaban hablando de identidades «autopercibidas».
Todo ello lleva a auténticas aberraciones: adultos (e incluso niños) que son intervenidos quirúrgicamente para alterar sus órganos sexuales externos y sometidos a tratamiento hormonal de por vida para que su sexo biológico (su apariencia física) coincida con su autopercepción, con lo que él o ella «se siente que es”.
Esta ideología, que no resiste el más mínimo análisis, y que presenta graves problemas empíricos y conceptuales se enseña en la mayoría de los centros de estudio, tanto públicos como privados, como si de una nueva religión se tratara, por mucho que ésta sea «laica». De veras que es una broma de mal gusto enseñarles a los alumnos que «hay niños con vulva y niñas con pene” y sin ruborizarse.
Además de la «perspectiva de género», también hay otros adoctrinamientos como la «memoria histórica» (da igual el nombre que se le dé), o la “Educación para la ciudadanía” que, también ha sido rebautizada en varias ocasiones. El adoctrinamiento avanza en detrimento de la enseñanza de la Lengua y la Literatura Española, la Historia de España, las Matemáticas, etc… Todo sea por conseguir un mayor embrutecimiento y una mayor infantilización de los españoles, aparte de hacer que aumente el número de analfabetos funcionales, que, no me hartaré de repetir: acaban siendo quienes deciden quién es el presidente del gobierno de España.
Corolario
La única educación y la úica enseñanza que fomenta ciudadanos libres, que tengan la valentía y se atrevan a pensar por sí mismos, es aquella que se basa en el conocimiento y el buen criterio. Un conocimiento analítico y racional del mundo. Un criterio formado en la prudencia y en el reconocimiento de la propia ignorancia, pues ese debe ser el punto de partida de quien considera que tiene mucho que aprender y otros que enseñarle. Evidentemente, estoy hablando de una educación y una enseñanza que pongan a la gente en camino de ser capaces de discernir cuál es la realidad que, tal como afirmaba Aristóteles hace dos milenios y medio, es única, así como que, lo verdadero, lo cierto, lo correcto (en todas las facetas de la vida) no puede ser contradictorio…
Sí, es imprescindible que las futuras generaciones, los actuales niños y adolescentes comprendan el mundo en que viven, para lo cual es imprescindible que conozcan la Historia de España, la Lengua y Literatura Españolas (para aprender, también la historia sentimental-afectiva de nuestra nación)… y tantas cosas más que los psico-pedagogos del régimen pretenden que no se impartan en los centros de estudio, ya que si fuera al revés, los ciudadanos no se dejarían arrastrar por las muchedumbres ruidosas, tumultuosas, que acaban aupando al poder a los charlatanes de feria, a los demagogos, oligarcas y caciques de los diversos cárteles mafiosos que nos malgobiernan.