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Españoles decentes, cristianos, católicos, liberal-conservadores: no os dejéis engañar más por el Partido Popular.

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

En España, nación de cuyo nombre muchos, demasiados no quieren acordarse, las cosas no son diferentes al resto del mundo, como en todos los sitios, en España también cuecen habas,… es por eso que hay gente que considera que es mucho lo que poseemos que merece ser conservado (a nadie se le ocurre conservar lo malo) y otra que piensa que España (perdón, “estepaís”) no posee nada que merezca ser conservado, que todo lo que nos legaron nuestros ancestros, sean cercanos o menos cercanos en el tiempo, para nada sirve, puesto que quienes nos antecedieron no daban para nada, eran unos incapaces, cuando no unos malvados, o como poco mediocres.

A los primeros, a los “conservadores” es a los que comúnmente se denomina gente de “derechas”, y entre otras muchas características, todos ellos coinciden en que hay que preservar la vida, la institución familiar, el matrimonio entre hombre y mujer (vamos, “el matrimonio de toda la vida”) y que además del derecho a la vida, los hijos también tienen derecho a poseer un padre y una madre, y en lo posible un hogar completo; los conservadores, la gente de derechas también suele coincidir en la idea de que la educación de los hijos (como siempre lo ha sido) es competencia de las familias, de los padres, y que el estado, los gobernantes deben entrometerse lo menos posible, por no decir nada…

La gente de derechas generalmente es cristiana, y en España mayoritariamente católica (aunque algunos afirmen aquel tópico de “católico no practicante”).

La gente de derechas generalmente es partidaria de la economía de libre mercado (eso que algunos denominan despectivamente como “capitalismo”) y partidaria de que el estado se entrometa lo menos posible en la economía (es por ello que muchos que dicen ser de derechas, también se hacen llamar liberal-conservadores)

Igualmente, la gente de derecha es partidaria de que en España haya una estricta separación de los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial; y además coinciden en que el denominado estado del bienestar es posible gestionarlo de manera más eficaz, haciendo que los bienes y servicios que todos pagamos con nuestros impuestos (los que no defraudan, claro) se gestionen de mejor manera, sean de mayor calidad y nos cuesten lo menos posible.

La gente conservadora, de derechas también suelen coincidir que la unidad de España es algo irrenunciable, y que el “estado de las autonomías” habría que darlo por fracasado, desmantelarlo y recuperar el estado unitario. Por supuesto, la gente de derechas también piensa que es necesario recentralizar la enseñanza, la sanidad, la justicia y todo cuanto ha sido transferido a los diversos gobiernos regionales en las últimas décadas, puesto que todo ello no ha reportado nada bueno y solamente ha servido para crear más gasto, más despilfarro, más burocracia (más funcionarios) más corrupción. La gente de derechas suele también coincidir en la idea de que lo mejor sería crear una sola, única, oficina de contratación de bienes y servicios, y por supuesto, recuperar la unidad de mercado, de manera que se facilite la posibilidad de contratación y se eliminen todas las trabas actualmente existentes para crear negocios, y que impiden la inversión extranjera.

La gente de derechas considera que hay que evitar por todos los medios legales el acceso a las instituciones, de terroristas, separatistas y demás gente que quiere romper España.

Las gentes de derechas son personas generalmente comprometidas en la lucha contra la corrupción, y es por ello que suelen coincidir en la idea de que los partidos políticos, los sindicatos, organizaciones sindicales, y “oenegés” de toda clase deben mantenerse con las aportaciones dinerarias de sus afiliados o adherentes y no ser subvencionados con dinero público…

Las gentes de derechas coinciden en multitud de cosas más, a las cuales no están dispuestas a renunciar, es por ello que a estas alturas, están obligadas a preguntarse y reflexionar acerca de cosas tales como las que siguen:

– 1ª.- ¿Para qué sirve volver a votar a un partido que ha traicionado a quienes lo apoyaron, para qué sirve votar a un partido político que una vez alcanzado el poder -con más de 10 millones de votos hace casi 11 años, hizo lo contrario de lo prometido y siguió practicando las mismas, idénticas, políticas que el gobierno anterior?

– 2ª.- ¿Alguien recuerda una sola promesa de las que incluía el programa con el que el PP se presentó a las Elecciones Generales del 20 de noviembre de 2011, que el Gobierno de Mariano Rajoy acabara cumpliendo?

– 3ª.- El Partido Popular miente, descaradamente, pues cuenta una cosa en sus documentos programáticos, los aprobados en sus congresos, en sus Convenciones Nacionales, o en sus diversos congresos regionales; y luego promete cosas distintas, en los mítines, campañas, intervenciones en televisión, etc.

El Partido Popular ha abandonado hace ya años el humanismo cristiano, y se ha echado en brazos de la perversa, totalitaria, liberticida, «perspectiva de género», cuyo objetivo es acabar con la civilización occidental judeocristiana, empezando por destruir a las familias, apartar a los hijos de sus papás-varones y condenarlos a situaciones de orfandad.

-4ª.- El Partido Popular es un partido proabortista. Tuvo la oportunidad de derogar la ley del aborto aprobada por el Gobierno Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y no lo hizo, y para más INRI acabó apoyando una propuesta del partido de Pablo Iglesias para que se generalice el aborto libre y de forma gratuita (o sea en centros hospitalarios sostenidos con fondos públicos).

-5ª.- El Partido Popular prometió derogar todas las leyes de «género», aprobadas durante la década que gobernó José Luis Rodríguez Zapatero, al dictado del lobby homosexualista y feminista de género, también llamado lobby feminazi y femiestalinista, a saber: ley de divorcio de 2005 que promueve el desahucio y el repudio de los padres-varones, que impide la custodia compartida, que impide que los papás puedan seguir participando en la crianza y educación de sus hijos menores tras el divorcio, en igualdad de derechos y obligaciones que las madres; la ley de «violencia de género» de 28 de diciembre de 2004 (día de los Santos Inocentes) que priva a los hombres de sus derechos constitucionales, empezando por el derecho a la presunción de inocencia, creó tribunales de excepción (llamados «juzgados de violencia de género») donde se juzga exclusivamente a hombres, y se les castiga más severamente que a las mujeres en caso de incurrir en el mismo «ilícito penal», y generalmente sin pruebas, solamente con la palabra de las mujeres supuestamente maltratadas; también prometió el PP, cuando estaba en la oposición derogar todo lo concerniente a «la paridad» (que incluso está presente en la ley electoral) y todo lo que guarda relación con «cuotas» por cuestión de sexo, y cualquier tipo de situación que rompa con la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, sin discriminación de ninguna clase, tal como dice la Constitución de 1978..

– 6ª.- El Partido Popular, cuando estaba en la oposición, prometió reformar la Administración de Justicia, acabando con la situación de entonces, en la que el Consejo General del Poder Judicial estaba en manos de los partidos políticos con representación en el Parlamento, de manera que la Justicia fuera más «justa», menos arbitraria, menos lenta, y fuera accesible a todos los españoles, Mariano Rajoy y sus correligionarios prometieron acabar con la politización de la Justicia y la corrupción y prevaricación judicial y administrativa… Una vez alcanzado el poder hicieron todo lo contrario, se repartieron el Consejo General del Poder Judicial, dándole una parte incluso a Izquierda Unida…

– 7ª.- El Partido Popular prometió, y no cumplió, hacer una profunda reforma del Sistema de Enseñanza, de manera que se diera preferencia a la preparación, al mérito, a la excelencia, para que la instrucción pública española volviera a ser de calidad, y saliera de la cola de los países de nuestro entorno cultural, tal como demuestran todos los estudios internacionales, tales como el «Informe PISA», que indica año tras año que nuestros niños y jóvenes son quienes más fracaso escolar tienen en la UE, más pronto abandonan los estudios, sin haber cursado la enseñanza obligatoria… El PP habló de hacer «reválidas» periódicamente, evaluar resultados, crear un sistema más selectivo, recuperar la disciplina que se ha perdido en las aulas, recuperar la autoridad de los profesores, también perdida, y un largo etc. Nada de ello se cumplió. Por supuesto, la enseñanza media, o sea, la llamada «secundaria» y el «bachillerato» tampoco fueron reformados, y de la Universidad, mejor no hablar…

¡Y habían recibido la confianza de más de 10 millones de españoles y gozaban de absoluta mayoría en el Congreso de los Diputados!

– 8ª.- El PP afirmó hasta el hartazgo, hasta aburrir, cuando era oposición, que iba a impedir todo intento secesionista, separatista, de romper la unidad de España que se produjera durante su mandato, si es que recibía la confianza de los españoles y lograba gobernar. Luego hizo todo lo contrario… Permitió que los separatistas catalanes desobedecieran las leyes, las sentencias del Tribunal Supremo, persiguieran la lengua española, discriminaran a quienes no les hacen el caldo gordo, y un largo etc.

– 9ª.- El PP cuando estaba en la oposición prometió que se investigarían hasta donde fuera necesario, y que no quedarían impunes escándalos tales como el «chivatazo del bar Faisán», que se produjo por orden del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, siendo. el ya fallecido, Alfredo Pérez Rubalcaba Ministro del Interior, para impedir que la Guardia Civil y la Policía Nacional detuviera a etarras cuando iban a recibir dinero, resultado de la coacción, la extorsión, lo que ellos llaman «impuesto revolucionario»… Una vez en el poder, nada de nada se hizo. Es más, para mayor escarnio, mayor burla cruel, el Gobierno de Mariano Rajoy acabó excarcelando a etarras, les dio trato de favor, e incluso algunos se acabaron yendo impunemente al extranjero… Y para remate del tomate permitió que los etarras estén cada día más presentes en las instituciones (a la vez que se jactaba, sin rubor, de que ETA ya había dejado de matar porque «la hemos vencido», cuando ha sido la ETA la que ha llegado a la conclusión de que ya no necesitaba seguir matando, pues ha sido el estado el que se ha acabado rendiendo a ella).

– 10ª.-El Partido Popular prometió acabar con la estupidez zapateril de la «Alianza de Civilizaciones», la cual nos costaba miles de euros anuales… Por supuesto, lo incumplió.

– 11ª.- El Partido Popular prometió reorganizar la administración pública, disminuir la burocracia, dar por finalizado y fallido el llamado «Estado de las Autonomía» y redefinir la organización territorial del Estado… NADA DE NADA hizo durante el gobierno de Mariano Rajoy. También habló de reformar la administración a escala provincial y local, empezando por la «ley de régimen local»… También fue incumplido.

–  12ª.- El Partido Popular prometió intentar acabar con la corrupción, empezando por su propia casa, habló -cuando estaba en la oposición- de abrir un debate serio acerca de las diversas subvenciones y subsidios a los partidos, sindicatos, oenegés, asociaciones diversas….

Nada de ello se hizo. Al contrario, durante el tiempo que Rajoy se mantuvo en la presidencia del Gobierno de España aumentaron las subvenciones, ayudas a todo quisqui que estuviera en su cuerda, o buscando simpatías y estómagos agradecidos.

– 13ª.- El Partido Popular dio trato de favor a determinados medios de información, y concedió licencias de emisión a televisiones que van en el sentido contrario a los principios que dice defender, y privó de ello a grupos empresariales que supuestamente son «afines» a las ideas católicas, liberales y conservadoras…

– 14ª.-  El Partido Popular prometió acabar con los «pinganillos» de traducción simultánea en el Senado… Por supuesto, tampoco cumplió su promesa. También prometió estudiar la manera de dotar al Senado de alguna potestad, de alguna atribución, vamos, que tenga alguna utilidad, pues nadie sabe para qué vale, tras más de cuarenta años de existencia, más allá de para premiar con una jubilación dorada a sus militantes/afilados cuando los diversos partidos, o mejor dicho el grupo de oligarcas y caciques que en ellos mangonean, así lo deciden.

– 15ª.- El PP prometió acabar con el despilfarro, con el déficit, con el continuo endeudamiento en que nos han metido los gobiernos nacionales de las últimas décadas y los gobiernos de las diversas regiones/taifas. Prometió, también, bajar impuestos. Pues bien, hizo todo lo contrario; aumentó el gasto, el despilfarro, la burocracia, los «asesores» por doquier… y como era de esperar acabó aumentando la presión fiscal y empobreciendo a la clase media.

– 16ª.- El PP prometió hacer todo lo posible para animar a quienes pretendieran crear empleo, invertir, crear empresas… remover toda la legislación, todos los obstáculos que lo impiden; pues es la única manera de reducir las cifras de desempleo… También prometió hacer lo posible para recuperar la unidad de mercado en todo el territorio español, y crear una única “oficina de contratación de bienes y servicios”; también prometió meterle mano al asunto de las pensiones de jubilación, pues con la cada día mayor esperanza de vida, y el cada vez menor número de nacimientos, el asunto puede llegar a ser realmente preocupante. Por supuesto, nada de nada hizo el Gobierno de Mariano Rajoy.

– Y así, una larga lista de incumplimientos…

– Y, a pesar de ello, son muchos quienes aún dicen que, en las próximas Elecciones Generales más vale seguir votando al Partido Popular ¿para qué?, ¿para que sigan aplicando políticas similares a las que practicarían los partidos socialdemócratas y comunistas?

– Hay que preguntarles a quienes aún tienen intención de seguir votando al Partido Popular, aunque sea tapándose la nariz, o con el pretexto de evitar que los socialistas, comunistas, etarras y separatistas acabe haciéndose, nuevamente, con las riendas del poder:

¿De veras tenéis la certeza de que Alberto Núñez Feijó y su tropa no os volverán a traicionar, engañar, e incumplir todas, absolutamente, todas las promesas que os vienen haciendo desde hace meses, tal como hizo Mariano Rajoy, cuando creó en vosotros esperanzas, ilusiones, que luego se vieron defraudadas?

Es evidente que, el común de los españoles no es capaz de reaccionar (de veras que es triste, al mismo tiempo que terrible) ante peligros tales como, el golpismo de los separatistas catalanes, o los infames pactos con los etarras, o el adoctrinamiento de género, o la ineficacia y egolatría de Pedro Sánchez, o la malísima gestión de la pandemia,… Nada de ello ha incomodado suficientemente a los españoles, como para provocar un rechazo mayoritario a la gestión del gobierno frente-populista-social-comunista. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los españoles, ha sido cuando han visto amenazados sus bolsillos.

Que nadie se engañe, esa es la única explicación del aplastante triunfo del PP en Andalucía. 

Y, en las próximas Elecciones Generales, el Partido Popular, pretende conseguir el trinfo apoyándose en el mito de que, «el PP es mejor gestor, menos despilfarrador, menos manirroto y mejor recaudador de impuestos» que los partidos de izquierda».

¿De veras se puede afirmar tal cosa de los diversos gobiernos del PP? 

Tal vez se pueda afirmar tal cosa de la época en que gobernaba José María Aznar, pero, afirmar tal cosa de la época Rajoy sería incurrir en un enorme embuste. La presión fiscal ordenada por el ministro de Hacienda de Rajoy, Montoro, del 1% del PIB, no fue muy diferente de las de Zapatero, que subió los impuestos a los españoles el 1,5% del PIB. Y, si comparamos la deuda pública que se produjo durante el gobierno de Zapatero, con el posterior de Rajoy, apenas hay diferencias: José Luis Rodríguez Zapatero, incrementó  la deuda pública un 46,4 % y Mariano Rajoy en un 41,1 %. 

En estos momentos, los que mandan en el PP han decidido que Feijoo sea el nuevo salvador, para con tranquilidad, estabilidad y nada de estridencias saque a España del atolladero.

Bien, pues, para corroborar que Feijóo es la solución, echemósle un vistazo a sus «logros» económicos en Galicia:

Llegó al poder en 2009 con una tasa de paro del 12,6 % y lo deja en 2022  con el 11,4 %. En 2009 el Producto Interior Bruto gallego fue de 56.304 millones de euros, en 2022 de 59.105 millones. El PIB per cápita de Galicia en 2009 fue de 20.333 euros, en 2020, fue de 21.903 euros, frente a los 25.460 euros de PIB per cápita en España. En 2009 Galicia poseía 4.859 millones de euros de deuda, mientras que en 2021 era de 11.715 millones de euros. Si hacemos la lista de las diversas regiones españolas, teniendo en cuenta las que tienen mayor deuda, vemos que Galicia ocupa la 10ª posición de las 17 Comunidades Autónomas y la 3ª posición en cuanto a deuda por habitante. Los resultados no son precisamente para pavonearse o jactarse de ellos públicamente.

Si hoy repartiéramos la deuda pública del Estado entre todos los españoles, cada español posee una deuda de 30.263 euros, frente a los 8.996 de cuando finalizó el mandato de Aznar, y tras aquello de los trenes de Atocha, se hizo con el poder José Luís Rodríguez Zapatero… piensen en ello cada vez que se encuentren con un titular que resalte la ortodoxia económica de un PP y su cambio tranquilo, que -según ha manifestado Feijóo- va seguir por la senda de Rajoy, es decir, no cambiar nada. Es más, Feijoo ha manifestado, sin tapujos ni rodeos, que su principal referente es su paisano Mariano y que, “no es fácil levantar la situación de deterioro” de la economía. 

Los diversos gobiernos del PP han ido demostrando, uno tras otro que, han asumido los postulados de la social democracia que, obligan a un continuo aumento del gasto público, a un mayor endeudamiento y la constante creación y subida de impuestos para satisfacer la demandas crecientes de los ciudadanos, sin cuyos votos, las élites políticas, económicas y mediáticas se verían privadas de su posición de privilegio. No da la impresión de que el PP tenga intención alguna de poner fin a este camino perverso que, ya ha provocado el empobrecimiento de las clases medias, cuya calidad de vida, bienesar y poder adquisitivo han retrocedido a niveles de hace tres décadas. Por el contrario, el PP pretende apuntalar el sistema, maquillarlo y seguir practicando políticas similares a las del gobierno social-comunista. Tal es así que, hace unos día ha apoyado a Pedro Sánchez en las decisiones que éste ha tomado, para supuestamente poner fin a la terrible situación que vive España, todas ellas de mayor despilfarro y más impuestos, más impuestos… 

Por otro lado, tampoco podemos olvidar que Feijoo ha traicionado constantemente a sus electores en cuanto a la cuestión lingüística, intentando ser más nacionalista que los nacionalistas gallegos. Es impensable que el PP ponga remedio a los separatismo y nacionalismos diversos que, amenazan la unidad de España cuando su presidente apenas se diferencia en nada de los nacionalistas catalanes y vascos. Y de la «perspectiva de género», de la memoria histórica, de la inmigración ilegal, y un largo etc. Poco podemos esperar por parte de Feijóo… Y más si tenemos en cuenta que, el PP se ha acabado sumando a la denominada agenda 2030, promovida por los promotores del «nuevo orden mundial».

En el escenario de gran depresión que nos llega, Feijoo es un peón del globalismo para que en España todo siga igual.  Hoy, cuando ya es evidente que Sánchez está quemado, hay que preparar su relevo, pero sobre todo, la preocupación de los amos del mundo es cómo impedir que alguien, o algunos estropeen los planes de las élites, e impidan que Feijóo y su futuro gobierno sigan las directrices de la agenda mundialista progre. 

¿Deben los españoles decentes, los buenos españoles, perder toda esperanza?

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Carlos Aurelio Caldito Aunión

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