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ESTABLECIMINETO DE UNA “ZONA ANTI-DAESH” EN SIRIA. DEBEMOS ENFRENTARNOS AL TERRORISMO YIHADISTA CON MEDIDAS CONCRETAS I PARTE

Por David de Caixal : Historiador Militar. Director del Área de Seguridad y Defensa de INISEG.  Director del Máster de Historia Militar de INISEG / Universidad Pegaso. Director del Grupo de Investigación del CIIA (Centro Internacional de Investigación Avanzada en Seguridad y Defensa de INISEG-Universidad Pegaso. Membership in support of the AUSA (Association of the United States Army) Miembro asesor de la Sección de Derecho Militar y Seguridad del ICAM (Ilustre Colegio de Abogados de Madrid). Miembro del Grupo de Investigación de INISEG y “The University and Agency Partnership Program » (UAPP) proyecto universitario para la difusión de la Cultura de la Defensa de Estados Unidos.

La creación de una zona geográfica, denominada “Zona de Exclusión Anti-Daesh” en Siria, muestra que los planes de agresión contra Damasco, han pasado de una etapa de apoyo al terrorismo a una clara intervención directa y pública en la guerra contra el país levantino. Con esta decisión, consensuada entre Ankara y Washington, se persigue crear sectores  que estarían dotados, dentro del territorio sirio, de una autonomía de facto, que sería protegida por fuerzas militares extranjeras –terrestres y aéreas- disgregadas en el territorio sirio y por ende, fuera del alcance, del poder del Gobierno central sirio. La planificación estratégica sería crear una franja de terreno ubicada en la frontera turco-siria entre las localidades de Yarablus y Azaz, que cumpliría un doble objetivo para las pretensiones del Gobierno de Erdogan, que sería detener los avances de las fuerzas kurdas en su lucha contra Daesh y consideradas un peligroso ejemplo para la población kurda que en un 20% conforma el total de la población de Turquía y al mismo tiempo, tener una base de operaciones, dentro del territorio sirio, que le permita seguir conspirando y ejecutando acciones, para derrocar al Gobierno de Bashar al Assad. Para el Vicecanciller iraní, Hussein Amir Abdullahian, los intentos de los países que trabajan por crear estas fajas de territorios donde impedirán el acceso del poder legítimo es consolidar una zona de exclusión en territorio sirio que es, claramente, una violación de la soberanía de Siria y de su integridad territorial. La seguridad de Siria y los países vecinos sólo serán garantizados cuando los factores de poder exteriores, dejen de usar el terrorismo como una herramienta y cuando aparezca una seria voluntad, para luchar contra ese terrorismo Takfirí, donde la solución de la crisis siria es, principalmente, política”. Convertir a Siria en un país disgregado, una confederación de zonas cada una con un poder distinto, que no responde al poder central. Una Libia, similar a la que vemos hoy tras la caída de Gadafi. De esta manera, se va cumpliendo el plan de división de la nación Siria. Programa elaborado y concertado por asesores civiles y militares del Pentágono, con su expresión más notoria, en un documento dado a conocer, el día 30 de junio del 2015, por el experto en políticas de seguridad nacional y asesor del gobierno estadounidense Michael O´Hanlon. Co-Director, Center for 21st Century Security and Intelligence. Este analista del Instituto Brookings, expresa en toda su magnitud los planes desestabilizadores y el objetivo de fragmentar a Siria, apoyado en esto Turquía y Arabia Saudí; con la clara señal que de esa forma también se frena la influencia de países como Irán y Rusia. El mencionado documento, que lleva por título “Desconstructing Syria: A new Strategy for America´s most hopeless war” – que puede definirse en castellano como: “Desconstruir Siria: Una nueva estrategia para la guerra más desesperanzada de Estados Unidos” señala que el único camino realista que se puede plantear Estados Unidos frente a Siria es un nuevo plan para este país del Levante Mediterráneo, donde se creen zonas autónomas donde el gobierno sirio no tenga posibilidad de influir.

Fuente: OCATRY (Observatorio contra la Amenaza Terrorista y la Radicalización Yihadista) www.ocatry.org

Es decir, crear zonas confederadas, que comenzarían a recibir apoyo político, diplomático, asistencia económica y militar que haría inviable la posibilidad de recuperar su control, por parte del Estado Sirio. El propio documento reconoce que la creación de estas zonas autónomas sería la parte más difícil sobre todo el despliegue de las fuerzas que deberían ser la cabeza de playa pero “este trabajo no tiene por qué ser apresurado podría llevarse a cabo – afirma O´Hanlon – en las zonas más seguras, tal vez en las zonas kurdas, por ejemplo y a continuación cerca de la frontera entre Siria y Jordania. Dicha medida mostraría la seriedad del trabajo de Estados Unidos sobre el plan general de campaña y permitiría coordinar los trabajos con grupos humanitarios y de desarrollo”. Es decir, la mesa de la intervención servida con contratistas, militares, organizaciones no gubernamentales. No se tuvo que esperar mucho tiempo para hacer efectiva esta decisión y ya se crearon ambas zonas seguras. El camino está señalado, falta esperar los próximos pasos de la ocupación con una clara violación del derecho internacional, que a estas alturas representa letra muerta en Siria. Una Siria estilo Confederación sostiene O´Hanlon que necesitaría probablemente apoyo de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz – N.A que no sería la ONU por supuesto – para hacer que esas zonas sean defendibles y gobernables, a fin de ayudar a suministrar ayuda a las poblaciones del interior y adiestrar y equipar más reclutas de manera que se pueda estabilizar las zonas y luego expandir graduablemente”.

A confesión de parte, relevo de pruebas suelen sostener los abogados. Y en esta confesión queda claro que esas fuerzas de “mantenimiento de paz” serían aliadas de Turquía y por tanto fieles seguidores de las políticas que fueron llevadas a cabo por la administración Obama. El adiestrar y equipar más reclutas significa, lisa y llanamente, seguir expandiendo la formación de grupos terroristas, como se ha hecho con Daesh, el Frente al Nusra o el actual Ejército de la Conquista. Todos ellos movimientos mayoritariamente mercenarios que son financiados, equipados y avalados por Turquía y la Casa Al Saud. En un interesante artículo de Mike Whitney de Counter Punch, este analista da a conocer que el plan fraguado y dado a conocer estaría dirigido, no sólo contra Daesh – que representa la excusa – sino también, en forma principal contra Assad. Sin embargo, siendo realista, no busca explícitamente su derrocamiento, sino más bien negarle control del territorio que todavía podría aspirar a volver a gobernar. Las zonas autónomas se liberarían con la idea evidente de que Assad o un sucesor no volverán a tener el control. En todo caso, Assad no sería un objetivo militar según esta idea, sino las áreas que controla actualmente y si el actual gobernante tardará demasiado en aceptar un acuerdo para el exilio, se enfrentará, inevitablemente a peligros directo para su gobierno e incluso para su persona”.

Fuente: https://www.bbc.co.uk/news

Es evidente que este tipo de análisis ultraja la vida humana de toda una sociedad, que debe soportar intervenciones de objetivos geopolíticos en sus afanes hegemónicos. Una estrategia de dividir para reinar, similar a la que se está ejecutando con Irak a través de la consolidación de tres zonas diferenciadas a partir de la invasión estadounidense del año 2003: una zona bajo control kurdo en el norte del país que ha avanzado en materia de consolidación bajo la cleptocracia del clan Barzani. Un sector Suní, en el centro del país, donde ya operan las bandas armadas takfirí con fuerte influencia de elementos de la vieja guardia de Sadam Hussein y el Partido Baas y finalmente,  un área centro-sur del país bajo hegemonía del actual gobierno iraquí, con dominio chií.  El plan diseñado en la administración Obama ha significado, en el caso Sirio, la muerte de 250.000 personas – entre ellas 40 mil soldados – y el desplazamiento interno de 7 millones de sus habitantes  y la huida a territorios vecinos de otros 4 millones de sirios sobreviviendo en campamentos en Turquía, El Líbano, Jordania e Irak. Todo ello en un marco de destrucción de parte importante de su infraestructura industrial, afectando la vida económica y social de un país que se enfrenta heroicamente a la agresión militar y la invasión de su territorio por organizaciones terroristas Takfirí, que sirven de punta de lanza a los intereses del terror representado por Ankara, y Riad. 

Las pretensiones kurdas en el conflicto de Siria

El laberinto geopolítico subyacente que se ha puesto de manifiesto por el conflicto con el Estado Islámico, ahora Daesh (ad-dawla al-islāmiyya, Daesh, ISIL o ISIS), amenaza, según algunos autores, con un cambio en el statu quo sostenido sobre los cimientos del Acuerdo Sykes-Picot. Este cambio se debería a la implosión que sufrirían los actuales estados de Siria e Irak, los cuales son incapaces de mantener la definición de estado de Weber, pues el monopolio la violencia ha devenido en liberalizado por varios motivos. En primer lugar por la ausencia de legitimidad del régimen de Bachar Al-Assad, seguido del reparto de la fuerza y la violencia del que participan otros actores, que oscilan desde la legítima resistencia de los grupos de oposición al régimen, hasta la caterva de terroristas enfrentados tanto contra la oposición como con el gobierno de Damasco.

El decaimiento de Irak y Siria en cuasi-estados beneficiaba tanto las pretensiones kurdas como las del Daesh, pero afirmar que asistimos a una reconfiguración de las fronteras de Oriente Medio que establecerá un nuevo orden en la región con un Kurdistán libre parece, en principio, muy osado. Aunque Irak y Siria son incapaces de mantener el monopolio de la violencia en el interior de sus fronteras y el pueblo kurdo aspira a su reconocimiento, este se encamina más a la autonomía o independencia de las regiones de los países en los que se encuentran que el establecimiento de un único estado Kurdo sobre el desgastado mapa de Sèvres. No debe olvidarse que el nacionalismo basado en el territorio se encuentra muy arraigado entre los estados árabes, muy a pesar de los continuos estallidos de violencia de carácter sectario que sufre la región. Las diferencias entre los distintos grupos kurdos que habitan en Siria e Irak y lo mucho que beneficiaría al Daesh la unión geográfica de las regiones habitadas por kurdos a ambos lados de la frontera sirio-iraquí, no parece que faciliten una reconfiguración de Oriente Medio. Conviene recordar que en 2014 el Estado Islámico escenificó en un vídeo el final del Acuerdo Sykes-Picot mediante la eliminación de la frontera, con un bulldozer, entre las provincias Anbar y Deir al-Zor de Irak y Siria respectivamente, dibujando una quimérica “Syriaq”. Ningún actor con intereses en la zona quiere se produzca semejante cataclismo geopolítico. La estabilidad y viabilidad de los actuales estados es una necesidad para ellos por diversas razones. Turquía quiere mantener alejado el fantasma político del nacionalismo kurdo que comprometa su integridad, y menos aún tras las ínfulas neootomanas de su presidente, Recep Tayyip Erdogan. Por su parte Rusia apuesta por la estabilidad y viabilidad de Siria, y no solo a pesar de, sino que con Al-Assad, pues constituye su cabeza de puente en la región y al Mediterráneo. La OTAN y la UE persiguen el mismo objetivo pero sin Al-Assad, la cuestión está en que Rusia no aceptaría un cambio de régimen en Siria que le privara influencia en la región. Los Estados Unidos han pretendido salir de Irak y centrarse en el pacífico desde que Barack Obama entró por la puerta de la Casa Blanca. No obstante, el cierre en falso que se ha llevado a cabo del desbarajuste iraquí hace que su sucesor, Donald Trump, no pueda desligarse de la región dejando sin resolver una situación militar que es continuación de otra política, mucho más compleja. Los kurdos a menudo han luchado con los gobiernos centrales para obtener los derechos más básicos. En ocasiones, han dado un paso al frente y han intentado establecer un estado territorial independiente propio. Esto es más evidente en Irak. Los kurdos del norte de Irak establecieron un estado de facto, y los kurdos sirios declararon una región provisional de autogobierno en medio de la guerra civil que estaba en curso en el país. Como la nación apátrida ahora más grande del mundo, los kurdos están entrando en una nueva era debido a los desarrollos caóticos en sus países, especialmente en Siria. Los kurdos han demostrado durante mucho tiempo una fuerte inclinación a ser un estado independiente en la región. Esta tendencia ha sido muy clara, especialmente en la parte sur de Kurdistán, al norte de Irak. La rebelión armada de Ismail Agha Simko fue el primer intento serio de crear un estado kurdo independiente en la parte oriental de Kurdistán a principios de la década de 1920, pero el único estado kurdo independiente fue la efímera república kurda de Mahabad (1945-1946). Además, el jeque Mahmoud al-Hafid luchó por una patria kurda a principios del siglo XX en Sulaimaniya, pero su pequeño reino colapsó tras la guerra con las fuerzas británicas. El jeque Mahmoud fue capturado y exiliado a la India. En virtud del Tratado de Sèvres (10 de agosto de 1920), en particular el artículo 64, se concedió la independencia al Kurdistán, pero este tratado no fue ratificado por los países signatarios y la autonomía kurda volvió a ser un sueño. El acuerdo incumplido fue reemplazado por el Tratado de Lausana en 1923, sin mencionar un estado kurdo. Kurdistán estaba dividido entre Turquía, Irán, Siria e Irak, aunque dentro de esos estados los kurdos habitan un área de gran importancia estratégica.

La región de autogobierno kurdo en Siria se encuentra cerca de las fronteras turca e iraquí. En este tema, tendremos como objetivo investigar el estado del autogobierno kurdo en el derecho internacional y el largo camino por recorrer hacia el reconocimiento de Kurdistán como estado en el derecho internacional. Este estudio también aborda las diferencias y similitudes de la situación kurda siria con el Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) en Irak. Aunque han soportado algunas etapas difíciles a lo largo de los siglos, a diferencia de los kurdos en Irak, los kurdos sirios enfrentan un camino largo e incierto por delante si quieren convertirse en un estado-nación. Además, a diferencia de sus homólogos iraquíes, no han ganado autonomía bajo el régimen de Assad. El KRG se está preparando ahora para declararse un estado, ya que ha cumplido con la mayoría de los requisitos del derecho internacional. Recientemente, fueron objeto de discriminación y represión sistémicas, incluida la denegación de la ciudadanía siria plena. Esta situación surgió en Irak y Siria como resultado de la decisión que tomaron las potencias francesas y británicas después de la Gran Guerra de dividir a los kurdos entre cuatro países, por lo que se convirtieron en la nación más grande de la región sin estado. Lo que está sucediendo en Siria se ha complicado porque el régimen de Assad dejó a los kurdos solos para enturbiar la situación del levantamiento de 2011. Desde el inicio de los levantamientos en marzo de 2011, los kurdos mantuvieron una postura neutral, declarando que no actuarían ni con el régimen ni con la oposición, y luego, después de un tiempo, los partidos kurdos declararon la región autónoma y reemplazaron a la Banderas sirias con las suyas propias y se hicieron cargo de las instituciones estatales.

Fuente: http://www.understandingwar.org/

Administración interina autónoma en el ‘Oeste de Kurdistán’, ‘Rojava’

Aunque hay otros partidos que tienen estrechos vínculos con Masoud Barzani como presidente del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) en Irak y jefe del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), el Partido Unión Democrática (Partiya Yekîtiya Demokrat, PYD) es el principal Partido kurdo en Siria. Fue fundada en 2003 y está dirigida por Salih Muslim Muhammad. Cientos de sus miembros fueron arrestados y muchos de sus líderes ejecutados por el régimen sirio Ba’ath. El PYD ha tenido un papel importante en el conflicto sirio y cuenta con el apoyo de la mayoría de los kurdos. Poco después de que estallara el levantamiento de 2011, el PYD, que había estado acampado con el PKK en las montañas del norte de Irak, regresó a Siria para recoger a sus combatientes. En julio de 2012, aprovechando la retirada parcial de las fuerzas de seguridad del régimen de las zonas kurdas, el PYD tomó el control de al menos cinco bastiones kurdos, reemplazando las banderas sirias por las suyas. Después de declararse una región autónoma, hubo enfrentamientos entre los combatientes del PYD y otros grupos armados de oposición porque el ala, en parte militar, YPG (Yekîneyên Parastina Gel, las unidades de Defensa del Pueblo) se mostró reacia a enfrentarse a las fuerzas de Assad. Esta fuerza controla las regiones kurdas y las áreas fronterizas con el KRG y Turquía. También proporciona seguridad a los edificios gubernamentales y mantiene puestos de control en las ciudades y en las carreteras. El Partido de la Unión Democrática Kurda (PYD) y el Consejo Nacional Kurdo (un grupo de 15 grupos kurdos sirios en Siria, KNC) procedieron a fundar el Comité Supremo Kurdo (KSC) para controlar la región kurda en Siria. El 19 de julio de 2012, las YPG sitiaron edificios gubernamentales en la ciudad kurda de Kobanê y las fuerzas gubernamentales se vieron obligadas a marcharse sin luchar. Acontecimientos similares ocurrieron en Efrîn y Cizrê. Las fuerzas del gobierno central no mostraron resistencia. No está claro por qué el régimen permitió que el PYD controlara la región kurda y las ciudades fueron entregadas a los kurdos, pero algunos creen que Assad se retiró del norte de Siria y entregó el norte al PYD para contrarrestar la influencia turca en el norte de Siria. Assad no quería luchar en varios frentes al mismo tiempo. Aunque los kurdos y el ejército sirio luchan conjuntamente contra ISIS en algunos frentes, el gobierno sirio todavía se opone a cualquier estabilidad kurda; por ejemplo, el ejército sirio atacó un puesto de control kurdo y sus fuerzas en Hasake el 19 de mayo de 2014. Para reforzar la seguridad en la región, los kurdos en el «Kurdistán occidental (» Rojava «) celebraron reuniones para mantener la estabilidad. Estas reuniones locales dieron lugar a una conferencia más amplia convocada el 12 de noviembre. Asistieron a la conferencia delegados de 35 partidos y organizaciones cívicas y sociales, incluidos kurdos, árabes y asirios. Con el control de las regiones kurdas por las YPG y las YPJ (Yekîneyên Parastina Jin, las Unidades de Protección de la Mujer), aprobaron una Constitución federal para el «Kurdistán Occidental» en virtud de la cual se establecieron tres cantones autónomos. Un día antes de la segunda Conferencia de Ginebra sobre Siria (a la que no se invitó a los kurdos), los kurdos declararon los cantones kurdos: Cizîre (este) el 21 de enero de 2014, Kobanê (centro) el 27 de enero de 2014 y Efrîn (Afrin) (oeste) el 29 de enero de 2014. En junio de 2015, la milicia YPG arrebató a ISIS la ciudad de Girê Spî con la ayuda de ataques aéreos liderados por Estados Unidos, y el 21 de octubre de 2015 se declaró oficialmente como un nuevo cantón que conectaba Kobanê y Cizîre. Después de la retirada de las fuerzas del gobierno central sirio de las regiones kurdas, los kurdos han establecido una administración autónoma. El PYD anunció la Constitución kurda el 21 de julio de 2013, en el que Siria es un país independiente que tiene un parlamento democrático y un sistema federal, y el ‘Kurdistán occidental’ es parte del país.La Constitución tiene 96 artículos. El Centro Kurdo de Estudios y Consultorías Jurídicas publicó su borrador el 21 de diciembre de 2013 en Erbil (Hewlêr).

ENFRENTAR EL TERROR CON INICIATIVAS CONCRETAS

Utilizando para ello al gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan, para encubrir sus acciones criminales contra el pueblo sirio, bajo la excusa del combate a Daesh. Se requiere, igualmente, una posición más firme en el seno del Consejo de Seguridad y las Naciones Unidas de gobiernos como el ruso y Chino, que debían exigir el cese de los apoyos financieros, militares y logísticos que se otorga a Daesh, en esta política de doble rasero de las potencias occidentales y sus socios en la región, que dicen combatir el terrorismo takfirí al mismo tiempo que incentivan la política del terror, la agresión y los ataques contra Siria y contra el gobierno Iraquí.

 

Fuente: http://politicainternacional.es/el-estado-islamico-y-la-redistribucion-de-la-geopolitica-en-oriente-medio/

A pesar de lo sostenido, la intervención en la guerra que libra Siria contra el terrorismo Takfirí y la injerencia de Turquía, Jordania y Arabia Saudita, principalmente, se encubre bajo el artificio de cierta legalidad internacional. Se apela así a la lucha contra el terrorismo de Daesh, tanto en Siria como en la parte centro y norte de Irak. Y ese propósito encubierto, al cual me refiero, se expresa en que aquellos que supuestamente atacan a los grupos takfiri en Irak, en Siria y ciudades como Aleppo, Raqqa, Deir ez Zor, Abu Kamal, Hassaka y otras ciudades, pueblos y regiones sirias, son los mismos países que alentaron el desarrollo de Daesh y otros grupos terroristas como el Frente al Nusra. Principalmente a partir del año 2011 cuando se definió alentar, financiar y apoyar financiera y militarmente a los movimientos takfirí con el objetivo de acabar con la Libia de Gadafi en el Magreb y Siria en Oriente Medio. “Resulta también una muestra de esa doble moral, que a la par de sostener que hay que buscar soluciones políticas para Siria se hable de entrenar, junto Turquía a rebeldes Moderados” a los cuales se les suministra armas y financiamiento ilimitado. ¿Qué es un rebelde moderado en el escenario sirio? Tal vez se refieran a los miles de mercenarios europeos, yemeníes, saudíes, chechenos y otros que han entrado por la frontera Turca y Jordana para destruir un país y asesinar a su población. Porque en Siria no hay una guerra Civil, lo que existe es una guerra de agresión criminal.

Fuente: www.caixal.com

Según informó el canal libanés Al Mayadeen, el texto del plan de paz diseñado por Irán – del cual aún no se tiene el texto concreto – tendría cuatro puntos principales: Primero, un alto al fuego inmediato en Siria. Segundo, la formación de un gobierno de unidad nacional. En tercer lugar una enmienda de la Constitución para garantizar los derechos de las minorías y finalmente la organización de elecciones supervisadas por observadores internacionales. Plan que no varía mucho de aquel que ya el año 2012 Irán presentó ante la comunidad Internacional y que en 2015 y con un aval y prestigio ganado a punto de enfrentar a los países más poderosos del mundo en lo que se llamó los acuerdos nucleares. El Canciller Zarif continuó su periplo no sólo por El Líbano – donde entrevistó con el líder de Hezbolá – sino también por Paquistán, la India y Rusia, buscando los apoyos necesarios para llevar adelante su propuesta de plan de paz para la región. En Paquistán el alto funcionario persa señaló que era necesario impulsar la cooperación económica en la región como también una cooperación efectiva con Islamabad y todos los Estados vecinos en la lucha contra el terrorismo y el extremismo “flagelos que amenazan a toda la zona”.

Las operaciones contra el Estado Islámico han sido un fracaso absoluto, tuvieron su comienzo en septiembre del año 2014, por parte de la denominada Coalición Internacional liderada por Estados Unidos, debemos matizar que han sido realizadas sin coordinación y sin autorización del Gobierno Sirio de Bashar al Assad y a contrapelo de cualquier apoyo de organismos internacionales. Decisión que confirma el objetivo final de la participación de Washington en estas operaciones a través de la doctrina del Leading From Behind: “Derrocar al Gobierno de Damasco, cercar a Teherán –más aún ahora que se ha llegado a diversos acuerdos con el G5+1 en materia de su programa nuclear y al mismo tiempo restar protagonismo regional a la Rusia de Putin, que posee la base naval de Tartus en territorio sirio y que se ha negado, sistemáticamente, a avalar cualquier operación militar de la ONU con el aval del Consejo de Seguridad”. En septiembre de 2014 en un discurso pronunciado por Barak Obama ante la Asamblea General de las Naciones Unidas señaló que: “La única solución a largo plazo para el conflicto en Siria es política, una transición política incluyente, que responda a las legítimas aspiraciones de todos los ciudadanos sirios, independientemente de su etnia o credo” La verdad es que no son más que palabras sin fondo real pues desde aquella alocución la agresión contra Siria se ha incrementado, no solo por la nula eficacia de los bombardeos de la Coalición Internacional contra Daesh en territorio sirio, sino porque esos bombardeos han estado dirigidos contra refinerías, pozos petroleros  e instalaciones que afectan a la capacidad industrial de Siria y disminuyen claramente, su capacidad económica.

Fuente: www.caixal.com

En ningún momento esos bombardeos han estado dirigidos a mermar la capacidad militar de los terroristas del Estado Islámico, sino que se ha facilitado su expansión atacando a las fuerzas gubernamentales de Bashar Al Assad.

La situación en los combates contra el Estado Islámico

La guerra contra Estado Islámico es el conflicto armado desatado el 5 de junio de 2014, cuando el grupo Estado Islámico, junto con militantes suníes leales a la antigua dictadura baazista secular de Sadam Husein y tribus antigubernamentales, lanzó una ofensiva contra los ejércitos de Irak y Siria. Las fuerzas de Estado Islámico ―también conocido como Daesh​― atacaron Samarra (Irak) ese mismo día y se apoderaron de Mosul y Tikrit durante los días 9 y 11 de junio. A finales de mes, Irak había perdido el control de toda la frontera occidental con Jordania y Siria. ​ El 29 de junio de 2014, Estado Islámico declaró un califato que incluía a Siria e Irak. Abu Bakr al-Baghdadi, líder del grupo, fue declarado por este «califa y líder de todos los musulmanes». A medida que las fuerzas de seguridad iraquíes se retiraban hacia el sur, las fuerzas del Gobierno Regional del Kurdistán ocuparon parte de los territorios disputados entre Irak y Kurdistán, incluyendo el centro petrolero de Kirkuk. Los observadores internacionales interpretaron la movilización kurda como la última señal de la «creciente anarquía» en Irak. ​ El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, pidió un estado de emergencia nacional el 10 de junio, tras el ataque en Mosul pero fue denegado por el Consejo de Representantes de Irak, donde muchos parlamentarios suníes y kurdos boicotearon la sesión oponiéndose a un incremento de los poderes del primer ministro. En agosto de ese año, una coalición internacional lanzó su propia ofensiva en la región para hacer frente a la insurgencia de Estado Islámico.

Fuente: https://www.bbc.com/news

Siria decidió intervenir en la guerra con apoyo aéreo, y varios medios afirmaron que la Guardia Revolucionaria Iraní, al mando del general Qasem Soleimani, participaba en el conflicto desde hace tiempo, cosa que el gobierno iraní había desmentido. El 8 de agosto de 2014, a petición urgente de Irak, Estados Unidos decidió intervenir en la guerra, para defender las minorías cristianas y yazidies, además de resguardar a las instalaciones y militares estadounidenses situados en dicho país. Estados Unidos decidió bombardear posiciones de los terroristas, limitándose a realizar solo ataques aéreos. Más tarde, Obama expresó su deseo de crear una coalición internacional con el objeto de acabar con los yihadistas, apoyada y conformada por treinta países y respaldada por las Naciones Unidas. Estados Unidos denominó a su operación militar en la guerra contra Estado Islámico como Operación Determinación Inherente. Tanto Nahla Al-Hababi (representante de la provincia de Nínive en el Parlamento iraquí) como Qasim Al Araji (legislador iraquí) y Hadi Al Ameri (secretario general de Badr), afirmaron que Estados Unidos había entregado armas al grupo Estado Islámico. Por otra parte, Yousaf al Salafi (un comandante de Estado Islámico capturado por los servicios de inteligencia pakistaníes) afirmó también que el grupo estaba recibiendo financiación de Estados Unidos para comprar armas, operar y reclutar jóvenes que combatan en Siria, Irak y Pakistán. Pese a que la ofensiva de la coalición contra Estado Islámico se basa en los ataques aéreos, sus tropas se han visto atacadas mientras entrenaban a fuerzas iraquíes en sus respectivas bases. Estas respondieron de manera defensiva, respetando el protocolo de guerra planeado, aunque se llevaron a cabo algunas misiones ofensivas para rescatar rehenes. En enero de 2015, Estado Islámico penetró y se instaló en Afganistán (estando este ya en guerra) para rivalizar con los talibanes, pero la OTAN detuvo su avance. Estado Islámico estaba ya interviniendo en esta fecha en el conflicto libio iniciado en 2014. 

Posteriormente, la guerra contra Estado Islámico se expandió a Egipto, Nigeria y Rusia además de Israel, Turquía, Yemen y Líbano entre otros. En julio de 2015, la coalición confirmaba la baja de numerosas unidades de Estado Islámico, entre combatientes, vehículos y demás unidades tácticas. En diciembre de 2015 Rusia entró oficialmente en la Guerra de Siria y contra Estado Islámico. En marzo de 2016, Vladimir Putin, Presidente de Rusia, anunció oficialmente el inicio de la retirada de las tropas de Rusia en Siria al dar por cumplida su misión antiterrorista, pero dijo que Rusia mantendrá su presencia en el puerto sirio de Tartus y en el aeródromo Hmeymin. ​Si bien Rusia solamente expresó mantenerse dentro de sus bases militares en Siria, pero continuaría la acción bélica directa en conjunto con acciones ofensivas de las Fuerzas Armadas Sirias para recuperar sus posesiones perdidas que estaban en manos de Estado Islámico. Personalidades como el ministro de Relaciones Exteriores jordano Nasser Judeh, el rey jordano Abdalá II o el Papa Francisco han expresado que la guerra contra Estado Islámico es de hecho la «Tercera Guerra Mundial ».  El 6 de diciembre de 2017, Rusia anunció la derrota total de los terroristas de Daesh en Siria, mientras que Irak declaró la derrota del grupo terrorista en su territorio tres días después. Al mismo tiempo, Irán, también declaró la derrota de la organización terrorista en Irak y Siria.

Fuente: https://www.cbsnews.com/

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David Caixal

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