Lluís Carrasco
El rio Vinicius se ha salido definitivamente de cauce y alguien debería parar esto. ¿Cuál es el problema? Que ese “alguien” en vez de frenarlo, alimenta a su antojo el caudal y la bestia está empezando a inundar y a hacer daño en todo lo que encuentra a su paso, ya no solo en el mundo del futbol, que también, sino en la sociedad por donde fluye.
Estoy harto de ver como su presidente ha dado orden a su guardia pretoriano-periodística de más que “cubrir”, “encubrir” las barbaridades y chorradas del jugador en este instante, y que, llegado el momento y ya con Mbappé por Valdebebas, él mismo dará la orden a esa misma guardia de dinamitarlo aduciendo motivos disciplinarios, para sacárselo de encima si sigue incordiando.
Harto de falsedades y mentiras, harto de escucharle decir que le pasa por la cabeza dejar el futbol por sufrir una campaña racista, cuando ni es cierto lo primero ni mucho menos lo segundo, más allá de cuatro imbéciles por las gradas.
Estoy harto de ruedas de prensa victimistas donde las lágrimas por tanto sufrimiento caen sobre relojes de oro macizo de medio millón de euros.
Harto de que el jugador no reconozca que la ira que despierta y la animadversión que genera, nada tienen que ver con aspectos raciales y sí con comportamientos anti-deportivos.
Estoy harto de que se encare con camaradas de profesión y no comprenda que merece el mismo respeto el compañero titular de su gran Madrid, que un suplente del Arandina, emocionado por compartir con él el mismo terreno de juego.
Harto de las concesiones de gracia casi pontificias de las que goza y de la bula arbitral que lo protege, de la bula arbitral que le permite, de la bula arbitral que lo malcría y chinchinea saltándose el reglamento al antojo y beneficio de su persona primero y del club de siempre, después.
Estoy harto de que los aficionados, que de manera inmensamente mayoritaria va a los campos de futbol a animar y jalear a los suyos, tengan que sentirse culpables por campañas fingidas y fantásticas, sentirse mal por despreciar a quien merece desprecio y criticar a quien merece crítica por maleducado, soberbio y provocador.
Harto de ver como se esfuma la sana rivalidad, aun siendo también mordaz naturalmente, que existía en muchos campos de España antes de su llegada, para pasar semana sí, semana también, a la bronca y la crispación allá donde va.
Y solo hay una cosa, una sola, que realmente aprecio en Vinicius Jr, ya ven ustedes, y es el enorme respeto y veneración que siento por el precioso color negro de su piel. De la de él y de la de todos los deportistas del mundo.
FUENTE: https://www.sport.es/es/noticias/opinion/harto-100382748
James Bovard La presidencia de Joe Biden termina el 20 de enero de 2025. Es…
Joseph Sansone Más estadounidenses murieron debido a las inyecciones de COVID 19 que en la Primera…
Vasko Kohlmayer “Se insta a la Comisión Europea a actuar ante la ‘interferencia’ de Elon…
Javier Caraballo Poco importa lo que tú pienses de Donald Trump, porque la realidad no es…
Fernando del Pino Calvo-Sotelo Enero de 2025 Decía Peter Kreeft que una sociedad buena es…
Manuel I. Cabezas González En las democracias consolidadas, en las que es preceptivo —según Ch.…