El ‘genocidio’ o el ‘crimen de crímenes’, como lo definió el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en 1998, tiene su origen en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, donde en palabras del historiador y experto en el Holocausto Yehuda Bauer, por primera vez se puso en marcha un proceso cuyo objetivo fue el de «localizar, registrar, marcar, aislar de su entorno, desposeer, humillar, concentrar, transportar y asesinar a cada uno de los miembros de un grupo étnico».
¿Cómo y cuándo surgió el término ‘genocidio’?
Raphael Lemkin, un profesor polaco de origen judío que abandonó su país huyendo del Holocausto, publicó en 1944 su libro Axis Rule in Occupied Europe (El poder del Eje en la Europa ocupada), en el que expuso todas las atrocidades cometidas por Hitler para exterminar al pueblo judío. En esta obra, Lemkin estableció el término ‘genocidio’, a partir del sustantivo griego genos, que quiere decir «raza o pueblo», y del sufijo latino cide, que significa «matar».
La primera vez que se incluyó el término en el derecho internacional fue en el acta de acusación de los juicios de Nuremberg, donde se aludió al delito de la siguiente manera: “Genocidio deliberado y sistemático mediante la exterminación de grupos étnicos y nacionales perpetrada contra la población civil de los territorios ocupados con la intención de destruir etnias, sectores de población y grupos nacionales étnicos y religiosos”.
¿Qué normas del Derecho Internacional prohíben y sancionan el genocidio?
El tratado internacional que define qué es y cómo debe prevenirse y sancionarse el genocidio es la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 de las Naciones Unidas. Dando cumplimiento a esta Convención, España introdujo en el año 1971 el delito de genocidio en su Código Penal.
Este tratado internacional, fruto de los hechos vividos durante el Holocausto nazi y de los juicios de Nüremberg, estableció el genocidio como un crimen de derecho internacional, ya fuese cometido en tiempo de paz como en tiempo de guerra. Muchos años más tarde, diversos estatutos de tribunales internacionales adoptaron la definición de genocidio contenida en la Convención, como el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional o los Estatutos de los Tribunales Penales Internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda.
¿Qué tribunales pueden juzgar actos de genocidio?
Pese a los precedentes que supusieron la creación del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en 1993 y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en 1994, hubo que esperar hasta 1998, cuando se firmó el Estatuto de Roma, para asistir a la creación de un tribunal especial que se ocupara de los cuatro crímenes internacionales: genocidio, crímenes de guerra, contra la humanidad y de agresión. Se trató de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, que comenzó a funcionar el 1 de julio de 2002. Este tribunal, que es permanente, independiente y no forma parte de la estructura de la ONU, ejerce su jurisdicción sobre los crímenes más graves de forma complementaria a las jurisdicciones internas de cada Estado.
¿Qué actos son considerados genocidio por el derecho internacional?
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional recoge la definición de genocidio contenida en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU, que es de obligatorio cumplimiento para todos los Estados, hayan ratificado o no la Convención. Dentro del artículo 6 del Estatuto de Roma se establece que, para que un acto sea calificado como genocidio se requiere que sea perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Dentro de los actos que se consideran como genocidio se encuentran:
¿A quién se puede juzgar por genocidio?
La Corte Penal Internacional tiene competencia para juzgar a personas físicas, de acuerdo con el principio de responsabilidad individual del Estatuto de Roma, y no puede ejercer su jurisdicción frente a Estados. La Corte tendrá competencia para juzgar a toda persona presuntamente responsable de haber cometido este crimen, sin importar el cargo que ostente, incluso jefes de Estado, sin poder alegar inmunidad. Además de los ejecutores materiales del delito, también pueden resultar responsables sus superiores jerárquicos, sin que el autor directo pueda escudarse en haber dado cumplimiento a la orden de un superior.
Principales genocidios durante la historia reciente
1. El Holocausto
Como decíamos al principio hubo un antes y un después en la historia de la humanidad que obligó a buscar un término capaz de condensar la gravedad de actos tan inhumanos como los de genocidio: el Holocausto. Un término que, más allá de los horribles actos cometidos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, hace referencia a lo que Hitler denominó ‘la solución final’, o lo que es lo mismo, el exterminio total con la intención de destruir definitivamente al pueblo judío y demás grupos considerados como una minoría por el nazismo.
Desde el ascenso al poder del nacionalsocialismo en Alemania, el modus operandi contra las poblaciones consideradas “inferiores” se basó en la localización, persecución, secuestro y encierro masivo en campos de exterminio de millones de personas judías, a los que luego se unirían también comunistas, homosexuales, personas con discapacidad y prisioneros de guerra. El más conocido de estos campos fue el de Auschwitz, en Polonia, donde se cometieron aproximadamente 5.000 asesinatos diarios –hasta un total de más de un millón– por distintos medios como cámaras de gas, disparos, ahorcamiento, golpes e incluso horribles experimentos médicos.
Se calcula que más de seis millones de judíos fueron asesinados durante el Holocausto.
País | Población judía antes de la segunda guerra mundial | Número de muertos | Porcentaje de muertos |
Polonia | 3,300,000 | 3,000,000 | 90% |
Países bálticos | 253,000 | 228,000 | 90% |
Alemania y Austria | 240,000 | 210,000 | 87.5% |
Bohemia y Moravia | 90,000 | 80,000 | 89% |
Eslovaquia | 90,000 | 75,000 | 83% |
Grecia | 70,000 | 54,000 | 77% |
Países Bajos | 140,000 | 105,000 | 75% |
Hungría | 650,000 | 450,000 | 70% |
Bielorrusia RSS | 375,000 | 245,000 | 65% |
Ucrania RSS | 1,500,000 | 900,000 | 60% |
Bélgica | 65,000 | 40,000 | 60% |
Yugoslavia | 43,000 | 26,000 | 60% |
Romania | 600,000 | 300,000 | 50% |
Noruega | 2,173 | 890 | 41% |
Francia | 350,000 | 90,000 | 26% |
Bulgaria | 64,000 | 14,000 | 22% |
Italia | 40,000 | 8,000 | 20% |
Luxemburgo | 5,000 | 1,000 | 20% |
Rusia RSS | 975,000 | 107,000 | 11% |
Dinamarca | 8,000 | 52 | <1% |
Total | 8,861,800 | 5,933,900 | 67% |
El número total de víctimas del Holocausto es de 11 millones de personas si a los 6 millones de judíos les sumamos los prisioneros de guerra soviéticos, los crímenes contra de etnias polacas, la eutanasia a los alemanes física o mentalmente discapacitados, la persecución de los testigos de Jehová, el intento de exterminio del pueblo gitano y otros crímenes cometidos en contra de etnias, minorías sexuales y políticas.
2. El genocidio de Ruanda: la barbarie de 1994
El 7 de abril de 1994, tras años de tensiones entre tutsis y hutus heredadas del sistema de castas impuesto por el imperialismo belga, comenzó uno de los episodios más terribles y escalofriantes de la historia. Con la toma del poder de radicales hutus se dio inicio al exterminio masivo de la población tutsi y hutus moderados.
Aquel episodio duró apenas 100 días, pero se cobró la vida de 800.000 personas –el 75% de la población tutsi–. Otros miles fueron torturadas, violadas y sometidas a otras formas de violencia sexual. A raíz de estos hechos, se creó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda en noviembre del mismo año, habiendo condenado desde entonces a más de 700 personas, 28 por el delito de genocidio.
3. El genocidio camboyano: Pol Pot y los Jemeres Rojos
Año 1975. Tras una cruenta guerra civil, los Jemeres Rojos liderados por Pol Pot –apoyados por el Partido Comunista de China– se hacen con el gobierno de Camboya a través de su grupo político, Kampuchea Democrática. Su objetivo era instaurar un régimen basado en los preceptos del maoísmo y el estalinismo que incluía un retroceso hacia una sociedad agrícola y a cometer una “purificación de la población” a la altura del régimen nazi. Para ello, empezaron un proceso masivo de asesinatos, torturas, trabajos forzados y malnutrición contra toda aquella persona considerada enemiga del Estado.
Se calcula que durante los siguientes cuatro años (que acabaron con la invasión del país por parte de Vietnam), murieron más un millón y medio de personas –una cuarta parte de la población–.
4. El genocidio bosnio: La masacre de Srebrenica
Tras la desintegración de Yugoslavia en 1991, arrancó una terrible guerra en Bosnia (1992-1995), en la que se cometieron numerosos actos contra los derechos humanos, incluido el genocidio. En 1995, el ejército serbio y grupos paramilitares acabaron con la vida de alrededor de 8.000 personas musulmanas de origen bosnio con el fin de realizar una limpieza étnica. Estos sucesos tuvieron lugar en la región de Srebrenica.
Otros tribunales consideran, sin embargo, que la masacre de Srebrenica no fue el único acto de genocidio durante la guerra. De hecho, la justicia alemana condenó en 1997 a Nikola Jorgic, líder de un grupo paramilitar serbio, por haber cometido actos genocidas en distintas regiones de Bosnia y Herzegovina.
5. Genocidios del siglo XXI: yazidíes y rohingyas
El presente siglo no ha estado exento de actos de genocidio en distintas partes del mundo. El primer caso es el perpetrado por el Estado Islámico contra la población yazidí en Irak. En 2014, el Daesh ocupó la ciudad de Sinjar, donde ejecutaron a miles de hombres, mujeres, niños y niñas y personas mayores. Se estima que alrededor de 11.000 mujeres y niñas fueron secuestradas y vendidas como esclavas sexuales. Miles de personas yazidíes pudieron huir a las montañas, aunque muchas otras murieron de hambre y sed por la escasez de suministros.
El caso más actual ocurrió en 2017, en Myanmar, donde parte de la población civil, la policía y el ejército del país –de mayoría budista– perpetraron una persecución contra la minoría musulmana rohingya del país, que culminó en la masacre de miles de personas, violaciones, quema de hogares y cultivos arrasados. El objetivo, una vez más, era exterminar por completo a la población rohingya. Este episodio provocó un éxodo masivo de unas 700.000 personas que se refugiaron en la vecina Bangladesh, ocasionando una gravísima crisis humanitaria.
He aquí algunos ejemplos de asesinatos en masa de civiles ocurridos durante conflictos bélicos:
Algunas hambrunas, como las que han tenido lugar en regímenes comunistas y coloniales, son realizadas a propósito como el caso de holodomor: El Holodomor (en ucraniano: Голодомор; pronunciación: ɦɔlodɔmɔr; literalmente: ‘matar de hambre’) es el nombre atribuido a la hambruna que devastó el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, Kubán, Ucrania Amarilla y otras regiones de la URSS, en el contexto de la colectivización de la tierra emprendida por la URSS, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 1,5 y 12 millones de personas.2345 Los archivos secretos desclasificados tras la disolución de la Unión Soviética reflejan un aumento de la mortalidad en 1932 estimado en una tasa adicional a la media de años anteriores de unas 150 000 personas, mientras que 1933 refleja algo más de 1,3 millones de personas —lo que hace un total de unas 1,5 millones de personas fallecidas a consecuencia directa de la hambruna según estos documentos—, si bien desde 1934 tanto la mortalidad como la natalidad descendieron entre el 20 y el 40 % en comparación con la media de los años previos a la hambruna.
Algunos ejemplos más de estas hambrunas son:
La hambruna soviética de 1932-1933
La Hambruna en Bengala de 1943 bajo el Imperio británico
Hambrunas que ocurrieron bajo el imperialismo japonés, como la hambruna vietnamita de 1945
La hambruna de Corea del Norte
Un caso de asesinato en masa, un genocidio del que apenas nadie quiere acordarse fue el que se produjo en la última década del siglo XIX: Las masacres hamidianas, conocidas también como las masacres armenias de 1894-1896, hacen referencia a las diferentes matanzas y asesinatos colectivos que, en esos años, sufrieron los armenios del Imperio otomano y cuyas bajas se estiman entre unas 200.000 y 300.000 personas. Reciben este nombre del sultán reinante en esos años, Abdul Hamid II, quien en su esfuerzo de mantener la integridad territorial del imperio adoptó el panislamismo como ideología de estado. Aunque las masacres estaban destinadas mayoritariamente a los armenios, algunas poblaciones cristianas como los asirios también fueron víctimas.
Tampoco podemos olvidar el genocidio provocado por los turcos contra los griegos, durante y tras la primera guerra mundial: El número de muertos se estima entre 348,000 y 900,000 griegos. A la política de exterminio emprendida por los turcos hay que añadir la muerte de alrededor de 40.000 kurdos entre 1937 y 1938.
Durante el «reinado» de Stalin en la antigua Unión Soviética fueron asesinados más de 120.000 polacos que vivían en territorio de la URRSS entre 1937 a 1938; a esta matanza también hay que sumar los asesinatos de 1940, cuando los soviéticos también mataron a miles de prisioneros de guerra polacos, incluyendo cerca de 22,000 oficiales del ejército polaco, que fueron asesinados en el bosque Katyn.
A los asesinatos efectuados por los comunistas en Polonia hay que añadir los del «otro lado» (no se olvide que Hitler y Stalin se repartieron el territorio polaco cuando aún eran aliados): la acción genocida completamente secreta de la Alemania nazi, en contra de las élites polacas (principalmente; maestros, médicos, sacerdotes, líderes de la comunidad, etc.) en la primera etapa de la Segunda Guerra Mundial. Esto fue, con el fin de completar la germanización de las regiones occidentales de la Polonia ocupada, antes de su plan de anexión. La operación les quitó la vida a 100,000 polacos.
El régimen comunista de Stalin también ordenó la limpieza étnica y la deportación de los tártaros de Crimea como una forma de castigo colectivo por haber colaborado con la ocupación Nazi en el régimen de Taurida durante 1942-1943. La eliminación organizada por el Estado es conocida como Sürgünlik. Un total de 230,000 personas fueron deportadas (la población entera de los tártaros de Crimea), en la cual más de 100,000 personas murieron de hambruna o enfermedades.
Otro genocidio tabú es el efectuado con los habitantes de Norteamérica cuando llegaron los europeos, especialmente ingleses, franceses y holandeses. Evidentemente, hubo una matanza en masa, hasta el extremo de que, en la actualidad, desde la frontera de Méjico con los EEUU hacia el norte, ya no quedan descendientes de aquellos nativos; lo cual no ocurre de Méjico hacia el Sur.
La lista de genocidios cometidos a lo largo de los dos últimos siglos sería interminable, por ejemplo, podemos llamar genocidio a la partición que realizó Gran Bretaña en la India, creando el Estado de Pakistán, Bangladesh y la República India. Esta partición desencadeno una de las migraciones más grandes del mundo de la historia moderna. Cerca de 11.2 millones de personas cruzaron de manera exitosa la frontera entre India y Pakistán. 6.5 millones de musulmanes se desplazaron de India hacia Pakistán y 4.7 millones de hindúes y sijistas llegaron a India. Sin embargo, mucha gente se «perdió» en el camino.
Siguiendo con el Imperio Británico y sus antiguas colonias, en Australia, entre 1900 y 1969 alrededor de 25,000 niños aborígenes fueron obligados a separarse de sus familias biológicas, obviamente, el objetivo era acabar con los nativos.
Si hablamos de nuestros vecinos, los franceses, después de la independencia de Argelia los harkis (musulmanes que apoyaron a Francia durante la guerra) fueron vistos como traidores por muchos argelinos, y muchos de los que permanecieron en su país fueron blanco de represalias después de la independencia. Historiadores franceses estiman que entre 50,000 y 150,000 harkis, y miembros de sus familias fueron asesinados por organizaciones argelinas, en ocasiones bajo circunstancias de atrocidad y tortura.
En lo que concierne a España, en la antigua provincia española, actualmente «Guinea Ecuatorial», durante el mandato de Francisco Macías Nguema,primer Presidente de Guinea Ecuatorial, desde 1968 hasta su derrocamiento en 1979, su país fue apodado como «el Auschwitz de África». El régimen de Nguema se caracterizó por su abandono a todas las funciones de gobierno, menos la seguridad interna, la cual fue lograda por medio del terror; él actuó como jefe de los jueces y sentenció a miles de personas a muerte. Esto llevó a la muerte o al exilio de 1/3 de la población del país. De una población de 300,000, se estima que 80,000 fueron asesinados, particularmente aquellos que pertenecían a la etnia bubi en Bioko, asociados con riqueza relativa y educación.
Y, siguiendo con la lista de atrocidades, genocidios, exterminio, habría que nombrar las Matanzas de Indonesia de 1965–1966; los 100,000 papúes muertos desde que Indonesia tomó el control de Nueva Guinea Occidental tras el abandono del país por parte del gobierno holandés en 1963; el genocidio, también provocado por Indonesia cuando ocupó Timor Oriental que ocasionó 102.800 muertes en el periodo que va de 1974 a 1999.
Tampoco podemos olvidar los crímenes del régimen marxista de Etiopía: Se estima que cerca de 150,000 estudiantes universitarios, intelectuales y políticos fueron asesinados durante el régimen de Mengistu. Amnistía Internacional estima que más de 500,000 personas fueron asesinadas durante el Terror Rojo. Y, siguiendo con África, habría que añadir las acciones genocidas de Somalia y Ruanda. Y en Asia con Sri Lanka y el genocidio de la minoría Tamil…
Sin duda, se podría escribir un enorme libro acerca de la Historia Universal de la Infamia, pero… ¿De veras hay que incluir en él al pueblo judío, al actual Estado de Israel?
Son muchos los que acusan a Israel de estar cometiendo un genocidio contra los árabes palestinos, también algunos hablan de que Israel practica una política de «apartheid» con los musulmanes equiparable a la que existió en Sudáfrica o en los EEUU en el siglo pasado. Hay quienes añaden que más de dos millones de árabes-palestinos vivían poco menos que en una «prisión», en una cárcel, en un territorio diminuto en la Franja de Gaza hasta la invasión por parte de Israel, tras los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023… Casualmente, quienes acusan de genocidio a los israelíes dicen ser herederos de la ideología política que más mortandad ha provocado en el último siglo y medio cuando se ha intentado aplicar: el social-comunismo; la cifra de asesinados, según los historiadores más serios, ronda los 150 millones de seres humanos.
Lo realmente sorprendente es que quienes hablan de genocidio israelí contra los árabes palestinos, ignoran a propósito o por no tener ni la más remota idea, que en el Estado de Israel viven aproximadamente dos millones de musulmanes, obviamente palestinos, y que hasta el inicio de la guerra eran miles los palestinos que cruzaban las fronteras entre Gaza e Israel y Cisjordania e Israel para ir a trabajar… ¡Sorprendente manera de exterminar a los árabes-palestinos!
Por otro lado, no hace mucho que la ONU ha confirmado que las cifras de muertos de la que informaba Hamás eran tremendamente abultada, absolutamente falsa… Israel ha informado constantemente a la población civil de Gaza de que iba a emprender acciones de guerra y ha avisado a los árabes-palestinos de que debían abandonar su lugar de residencia, para no salir heridos o ser muertos… Ante ello, los terroristas de Hamás impiden que se desplacen y los utiliza como escudos humanos…
Al parecer hay quienes piensan que existen «guerras incruentas» en las que nadie muere o algo parecido, que las guerras no afectan a la economía, al sistema productivo de los países afectados y las actuales fronteras existentes en el mundo son resultado de acuerdos cordiales sin previos conflictos… pero, amigos la historia de la humanidad ha sido un continuo de guerras y más guerras, los periodos de paz han sido cosa excepcional y… en estos momentos HAY EN EL MUNDO MÁS GUERRAS, ADEMÁS DE LA ISRAEL Y DE UCRANIA, MÁS DE VEINTICINCO DE ALTA, MEDIA Y BAJA INTENSIDAD… CON CONSECUENCIAS TERRIBLES PARA LA POBLACIÓN CIVIL, AUNQUE NO SALGAN EN LOS INFORMATIVOS DE LAS TELEVISIONES.
¿TODAS ESAS GUERRAS DE LAS QUE NO NOS CUENTAN NADA LOS MEDIOS DE INFORMACIÓN SON, TAMBIÉN, GUERRAS GENOCIDAS, DE EXTERMINIO, ¿MATANZAS EN MASA… TAL COMO CALIFICAN LA DE ISRAEL?
En el mundo, desgraciadamente hay más guerras en las que, como siempre, los perjudicados son personas inocentes, unos heridos, otros muertos, muchos condenados a la ruina, al hambre, a la enfermedad… De ellos, insisto, no nos cuentan nada los medios de manipulación de masas.
Según el «Heidelberg Institute for International Conflict Research», HIIK, Instituto Heidelberg para la Investigación de Conflictos Internacionales, de la Universidad de Heidelberg (Alemania), que estudia los «conflictos políticos» en el mundo, tanto los violentos como los no violentos; los conflictos violentos se diferencian según su intensidad en crisis violentas, guerras limitadas y guerras. En los conflictos no violentos el HIIK diferencia entre disputas y crisis no violentas. La intensidad se compone de los medios de conflicto observados (soldados, uso de armas) y las consecuencias del conflicto (muertos y heridos, refugiados, destrucción).
El informe anual se complementa con mapas y gráficos de conflicto, así como con textos destacados que arrojan luz sobre el contexto más amplio de la dinámica actual del conflicto.
Por poner un ejemplo (y las circunstancias del presente año apenas han variado) durante 2019 el HIIK documentó un total de 358 conflictos en todo el mundo, 196 de los cuales fueron violentos y 162 no violentos. En comparación con el año anterior, el número de guerras se redujo ligeramente de 16 a 15. El conflicto de las drogas en Brasil, dos disputas internas en la República Democrática del Congo y el conflicto en la región del Sahel alimentado por grupos islamistas se convirtieron en guerras. Al mismo tiempo, disminuyó la intensidad de cinco guerras y continuaron once guerras. El número de guerras limitadas en todo el mundo cayó de 25 a 23.
El HIIK clasifica y define los conflictos políticos en función de los tipos de conflicto, los actores del conflicto y los objetos del conflicto. Queda claro que el tipo de conflicto más común es el conflicto interno. El tema de conflicto más frecuente es la discusión sobre la orientación política o el alineamiento ideológico del sistema político.
En Afganistán, Egipto, Siria, Libia, Yemen y Turquía, HIIK observó un total de ocho guerras, mientras que el conflicto de oposición en Siria fue degradado a una guerra limitada. En particular, los conflictos de oposición recientemente estallados en la región, como en Irak e Irán, fueron el foco de atención de los medios globales. En África subsahariana, el número de guerras se redujo de seis a cinco en comparación con el año anterior, y las guerras limitadas se redujeron ligeramente de nueve a ocho. Los conflictos de drogas en México y Brasil fueron considerados guerras en las Américas en particular debido al alto número de muertos observado. También se libraron otras tres guerras limitadas, dos en Colombia y una en México. El conflicto opositor en Nicaragua, por otro lado, fue degradado a una crisis violenta. En Asia y Oceanía, el HIIK registró una disminución de las guerras limitadas de siete a cinco. Los puntos problemáticos aquí fueron las disputas fronterizas en curso entre India y Pakistán, que llevaron a los primeros ataques aéreos desde 1971. Continúan dos guerras limitadas en Filipinas, mientras que el conflicto entre el Ejército de Arakan y el gobierno del estado de Rakhine en Myanmar y el conflicto de independencia de Papúa en Indonesia se convirtieron en guerras limitadas.
El panorama de conflictividad política global en 2021 se caracterizó por un número persistentemente alto de conflictos de alta violencia. El número de guerras disminuyó de 21 a 20, mientras que el número de guerras limitadas aumentó de 19 a 20. No se observaron guerras en Europa y América del Norte y del Sur. El número de guerras en la región de Asia Occidental, África del Norte y Afganistán (WANA) se redujo de siete a tres.
En Asia y Oceanía, por otro lado, el HIIK observó la primera guerra desde 2017. África subsahariana siguió siendo la región con el mayor número de guerras. Once guerras continuaron mientras que cinco guerras limitadas se convirtieron en guerras en toda regla. Como en años anteriores, las crisis domésticas violentas continuaron siendo el tipo de conflicto más común y configuraron el panorama de conflictos a nivel mundial. Los altos el fuego, como el de India y Pakistán, y las iniciativas de paz, como el Foro de Diálogo Político Libio, deberían allanar el camino para unas relaciones futuras más pacíficas.
He aquí, a continuación, una lista de los principales conflictos bélicos de alta intensidad, de los que -insisto- apenas nadie habla, y menos las televisiones, medios de información, creadores de opinión y los medios de manipulación de masas:
1) Aceh
Aceh es una provincia autónoma de Indonesia, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra. Desde 1976 es escenario de una guerra entre los rebeldes del Movimiento Aceh Libre (GAM) y el ejército indonesio. Según las fuentes más fiables, hasta finales de 2021 habían muerto al menos 12.000 personas, pero otras fuentes hablan de 50.000 o incluso 90.000.
2) Afganistán
Osama Bin Laden fue juzgado como responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono. La reacción de Estados Unidos y sus aliados fue derribar el régimen del mulá Omar y los talibanes, a los que se acusó de esconder a Bin Laden. A pesar de la muerte del líder talibán, el conflicto duró más de 20 años (hasta agosto de 2021) con más de 186.000 muertos, la mayoría de ellos civiles. Sólo en 2020-21 hubo más de 50.000 víctimas. El 15 de agosto de 2021, los talibanes volvieron a Kabul con fuerza.
3) Argelia
Hacia la segunda mitad de la década de 1990, las sangrientas masacres cometidas por los extremistas islámicos contrastaron con las violentas contraofensivas del ejército gubernamental. Después de 100.000 muertos (150.000 según informes independientes) la guerra aún no ha terminado, aunque actualmente atraviesa una fase de relativa calma.
4) Burundi
La última década de guerra entre los dos mayores grupos étnicos de Burundi, los tutsis y los hutus, que comenzó en 1993, ha dejado al menos 300.000 muertos y un millón de desplazados. Tras una interrupción en 2004, se reanudaron las guerras civiles étnicas.
5) Brasil
En la actualidad se está librando una verdadera guerra entre los cárteles de la droga y el gobierno. En el último año, más de 5.000 personas han muerto en el conflicto.
6) Colombia
Durante casi cuarenta años, Colombia ha sido asolada por una sangrienta guerra civil entre el gobierno, los paramilitares y los grupos rebeldes de extrema izquierda. En la raíz de este conflicto (300.000 muertos) hay una enorme desigualdad social entre las clases dirigentes y la población. Otra parte interesada en una situación ya compleja son los poderosos cárteles de la droga. Los enfrentamientos de este año se han cobrado casi 700 vidas.
7) Congo
Una «guerra mundial africana», como se la ha llamado, en la que los ejércitos regulares de seis países luchan en territorio congoleño por una razón muy simple: el control de los ricos yacimientos de diamantes, oro y coltán del este del Congo. Ha habido al menos 350.000 víctimas directas de este conflicto, 2,5 millones si contamos también las muertes por hambruna y enfermedades causadas por el conflicto. Este año se han producido casi 2.000 sucesos violentos en los que han muerto unas 4.500 personas.
8) Costa de Marfil
Costa de Marfil, antigua colonia francesa, obtuvo su independencia el 7 de agosto de 1960 y el 27 de noviembre del mismo año fue elegido presidente Félix Huophouet-Boigny, que gobernó el Estado africano durante siete mandatos consecutivos hasta su muerte en diciembre de 1993. Tras una década de guerra civil, se firmaron acuerdos de paz en 2003, pero la situación ha seguido siendo inestable, a pesar de las primeras elecciones libres en 2010.
9) Egipto
En la península del Sinaí, el gobierno egipcio se ha enfrentado a menudo con grupos fundamentalistas islámicos armados en los últimos años.
10) Eritrea-Etiopía
Tras 30 años de guerra (1962-1991), Eritrea se independizó finalmente de Etiopía en 1993. Sin embargo, sin establecer fronteras claras y definitivas. Tras un rápido deterioro de las relaciones entre ambos países, las tropas de Asmara decidieron cruzar la frontera en 1998, iniciando una guerra total (1998-2000). Tras dos años de conflicto y decenas de miles de víctimas (más de 70.000), Etiopía y Eritrea cesan las hostilidades y acuden a la ONU, pero ambos países siguen lejos de alcanzar un acuerdo.
11) Filipinas
Desde 1971, los musulmanes de Mindanao llevan a cabo una lucha armada por la independencia de la isla. La guerra entre el ejército de Manila y los militantes del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) ha causado hasta ahora 150.000 muertos. En el último año ha habido más de 1.500.
12) Yemen
La situación política de Yemen, actualmente el país más pobre del mundo, es muy compleja. Por un lado, existe un conflicto entre los rebeldes chiíes Houthi y el gobierno de Abed Rabbo Mansour Hadi, respaldado por Occidente. Esto ha provocado la intervención de Arabia Saudí (suní) en el país, que considera que una victoria de los rebeldes podría suponer un fortalecimiento de la minoría chií en territorio saudí. Existe también un segundo conflicto, el que enfrenta a los terroristas de Al Qaeda, que tienen la célula más poderosa en Yemen (AQAP), con el gobierno yemení, apoyado por Estados Unidos. El número de víctimas es muy elevado: 21.768 sólo en el último año.
13) Iraq
La crisis sobre la orientación política del país ha degenerado en una guerra entre la oposición y el gobierno.
14) Oriente medio, conflicto Israel-Palestina
Un largo conflicto que tiene sus raíces en la posguerra, el 14 de mayo de 1948, cuando Ben Gurion declaró la independencia de Israel, tras la decisión de las Naciones Unidas de dividir Palestina en un Estado árabe y otro judío. Tras más de medio siglo de guerras y pactos históricos, actos terroristas y esperanzas de paz esfumadas, el sueño de «dos pueblos dos estados» sigue siendo, por desgracia, una utopía.
15) Libia
En 2014, estalló una segunda guerra civil entre dos coaliciones. Poco después, el Estado Islámico también intervino. Más de 3.000 personas han muerto y la guerra civil no parece detenerse. Sólo en el último año han muerto 2.500 personas en tiroteos, explosiones y disturbios.
16) Cachemira
El levantamiento de Cachemira, que sigue en pleno apogeo a pesar de las alentadoras iniciativas de paz, comenzó en 1989 y siempre ha sido una guerra por delegación entre los dos gigantes asiáticos, Pakistán e India (que también tienen cabezas atómicas).
17) Kurdistán
Desde hace más de medio siglo, los kurdos dispersos entre Turquía, Irak e Irán reclaman el nacimiento de un Estado kurdo. Ni siquiera la detención de Ocalan, líder del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), fundado en 1973 con una fuerte inspiración marxista, ha interrumpido los conflictos que se han agravado aún más con el conflicto de Irak.
18) Nepal
La guerrilla maoísta de Nepal lucha contra la monarquía constitucional del rey Gyanendra (que se cree que es la encarnación del dios Visnhu) desde 1996. Se han producido 8.000 víctimas a lo largo del conflicto. Diariamente se producen tiroteos, secuestros, ataques y extorsiones.
19) Nigeria
Nigeria está dividida en más de 250 grupos étnico-lingüísticos diferentes. Las principales religiones son el catolicismo y el islam, pero también muchas religiones tradicionales africanas. Estas diferencias religiosas están en la raíz de los conflictos que se han desarrollado en este país. En los últimos años, la mayor violencia proviene del grupo terrorista Boko Haram. El año pasado murieron más de 5.000 personas.
20) República Centroafricana
Desde el 25 de octubre de 2002, la República Centroafricana está desgarrada por una guerra civil que enfrenta a los rebeldes de François Bozizé, antiguo jefe de las fuerzas armadas, con el presidente Félix Patassé, fallecido en 2011. La guerra civil continuó incluso después de la muerte del líder. Los enfrentamientos se cobraron unas 500 vidas entre 2019 y 2020.
21) Siria
Desde 2011, Siria está desgarrada por una guerra civil, que comenzó con el objetivo de conseguir la dimisión del presidente Bashar al-Assad. Este conflicto se ha visto agravado por la presencia y la actividad del Estado Islámico. Según algunas estimaciones, hasta ahora han muerto más de 300.000 personas. En el último año han muerto más de 13.500 personas en esta región.
22) Somalia
Tras la salida del presidente Siad Barre en 1991, comenzó una guerra de poder extremadamente violenta entre los distintos clanes del país, dirigidos por los llamados «señores de la guerra». Una espiral de violencia que, hasta la fecha, ha causado casi medio millón de muertos. Desde 2006, las fuerzas gubernamentales de Somalia y Kenia luchan contra el grupo militante islámico Al-Shabaab. Entre 2019 y 2020, más de 3.700 personas murieron.
23) Sudán
La guerra civil en Sudán dura ya 20 años. En Darfur, una zona que tiene casi dos veces el tamaño de Italia, existe un conflicto extremadamente violento entre los grupos armados locales y las milicias progubernamentales. Según la Organización Mundial de la Salud, unas 70.000 personas han muerto desde marzo de 2003. Actualmente, unas 10.000 personas mueren cada mes en Darfur.
24) Uganda
Una guerra civil que dura más de 20 años y que ha provocado una grave crisis económica. El LRA es la fuerza rebelde que aterroriza desde 1987 a las provincias del norte de Uganda habitadas por los acholes, en la frontera con Sudán. Es en Sudán donde los Olum («hierba», como se les llama en lengua acholi) tienen sus bases y desde allí parten muchos de sus ataques…
¿SÓLO ES CALIFICABLE DE GENOCIDIO LA GUERRA EMPRENDIDA POR ISRAEL CONTRA HAMÁS COMO RESPUESTA A LOS ATAQUES SUFRIDOS EL 7 DE OCTUBRE DE 2023?
Sorprende de veras, que los mismos detractores de Israel emplean unos criterios historicistas y de defensa de derechos humanos que no aplican a otros estados soberanos, por ejemplo, con China respecto al Tíbet (invadido de manera ilegal y ocupado desde 1950). ¿Alguien ha visto reiteradas manifestaciones contra la ocupación de China? ¿Se manifiestan esas mismas personas a favor de Argentina y contra la ocupación británica de las Islas Malvinas? Doble rasero. Hay, por desgracia, territorios en disputa en todos los continentes, recordemos los casos de Kosovo (territorio serbio, y no albanés, durante mil años), el Cáucaso (Abjasia, apoyada por Rusia, le arrebató territorios históricos a Georgia, como también hizo Osetia del Sur), Cachemira, región en disputa entre la India, Pakistán y China desde 1947 —mismo año del inicio de la guerra entre israelíes y palestinos— cuando se retiró el Imperio británico. Cuando en 1981, la colonia británica de Belice se constituyó como Estado soberano y le arrebató territorio legítimo a Guatemala, ¿alguien se manifestó en España por tamaña «ocupación»? Guatemala no reconoció a Belice hasta 1993. Nadie cuestiona la legitimidad de Nueva Zelanda, fundada en 1947 en una colonia británica en la que durante décadas se despojó de territorios a los maoríes, desplazándolos y privándolos de derechos. Más de cien años de injusticia. ¿Alguien ha escuchado hablar del genocidio maorí? Hoy en día sólo el 7% de los neozelandeses son de etnia maorí. Los descendientes de los ingleses y otros europeos jamás les han devuelto sus tierras. ¿Se manifiestan los activistas a favor de ellos? También en 1947, con la caída del Imperio británico, se creó la República Islámica de Pakistán, sobre territorios británicos que eran de la India y cuyo gobierno musulmán expulsó a millones de ciudadanos hinduistas de aquellas tierras. ¿Qué habría pasado si fuesen judíos los ocupantes? Se aceptó y se acepta un Pakistán musulmán, pero no una Palestina judía: Israel. Este cambio de criterio es el que ahoga el disfraz del anti sionismo, que en no pocas ocasiones esconde el antisemitismo. Es legítimo defender al pueblo palestino y criticar los abusos israelíes, incluso cuando se producen con fines defensivos. Pero es sospechoso que existan personas que se movilizan por Palestina y jamás lo hagan por el Tíbet, por ejemplo. Cuando el norte de Sudán, islámico en su mayoría, inició una guerra civil contra sus hermanos cristianos del sur de Sudán, cristianos y/o animistas, casi nadie movió un dedo, ni en la Primera Guerra Civil Sudanesa (1955-1972) ni en la Segunda Guerra Civil Sudanesa (1983-2005), una de las más sangrientas de nuestra historia, con casi dos millones de civiles asesinados. ¿Se imagina alguien qué habría ocurrido si los militares sudaneses del norte, auténticos genocidas, hubiesen sido judíos en lugar de musulmanes? ¿Cómo habría reaccionado la opinión pública de Occidente ante ese genocidio? Mejor no pensarlo. En 2005 se llegó a un acuerdo de paz que incluía un referéndum, celebrado en 2011, año en que se constituyó un nuevo estado soberano: Sudán del Sur. Respecto al genocidio de los aborígenes australianos, Europa y Occidente siempre han guardado silencio, pese a que no lograron tener igualdad jurídica en Australia ¡hasta 1967! Aún hoy, en pleno siglo XXI, las comunidades aborígenes de Australia denuncian discriminación social, sin recursos sanitarios y económicos dignos, propios de un país rico, con deficiencias escandalosas en materia de educación, empleo, salud, etcétera. Los índices de pobreza, delincuencia y alcoholismo son altos. Las discriminaciones respecto a los blancos anglosajones protestantes y las distancias económicas son mucho mayores que las que pueden existir entre ciudadanos israelíes judíos, árabes o cristianos. ¿Alguien ha visto manifestaciones a favor de estas minorías u otras? Es esta diferencia de rasero lo que invita a la sospecha razonable de que, dentro de los grupos anti sionistas y de boicot anti-Israel se esconden antisemitas, los mismos judeófobos históricos de siempre. Lo que la historia nos ha enseñado es que el antisemitismo, absolutamente irracional e incomprensible, adopta nuevas formas con el devenir de las sociedades y su evolución.
Y ya, para terminar, permítaseme una última reflexión:
Es evidente que hay un conflicto con la otra parte de la población de Oriente Medio, y el resto del mundo musulmán, que hay que resolver, pero eso no quita la legitimidad del Estado de Israel. Sería deseable que se lograra un camino hacia la paz entre ambos pueblos, pero está claro que deben vivir en territorios separados por la sencilla razón de que no se llevan bien. Pero debemos recordar que tanto para la guerra como para la paz hacen falta dos. Por ello se debe forzar a ambos a ceder y construir un espacio para la convivencia civilizada. No se trata de alcanzar la amistad, sino de vivir en paz y recuperar la dignidad de ambos pueblos… La cultura es lo único que puede salvar a la sociedad del odio.
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