Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada. Edmund Burke
Desde hace ya mucho tiempo, demasiado tiempo, se vienen produciendo situaciones realmente preocupantes en lo concerniente a la libertad de expresión, al libre contraste de pareceres, el orden público, el respeto a la legalidad, etc.; miembros del partido político “podemos”, asociaciones de individuos autodenominados antifascistas, y asociaciones afines (feministas de género, homosexualistas, etc.) tratan de imponer por medios de dudosa legalidad lo que ellos consideran “políticamente correcto” y persiguen, censuran, acosan, violentan e impiden por todos los medios a su alcance que se divulgue lo que ellos consideran “políticamente incorrecto”, y especialmente actúan con odio, rabia, inquina, saña contra todo aquel que ose cuestionar lo que para ellos es –al parecer- más sagrado: la ideología denominada “perspectiva de género”.
Por supuesto, como no aceptan la alternancia en el poder, y solo reconocen como legítimos los resultados electorales cuando ellos son los triunfadores (siempre lo han hecho de esa manera), si se da el caso que, quienes ganan no son de sus simpatías boicotean la toma de posesión de quienes han sido elegidos, y tratan de boicotear sus posibles acciones de gobierno, mediante huelgas, algarabía, alboroto, para sembrar el caos e incitan a la revuelta…
Durante las campañas electorales violentan, agreden, escupen, riegan con excrementos, apedrean, apalean, etc. a quienes consideran sus contrincantes-enemigos para impedir que puedan instalar mesas informativas, celebrar mítines y divulgar sus proyectos.
No es exagerado decir que tales actos intimidatorios recuerdan a las acciones de las “partidas de la porra” y las de los Guerrilleros de Cristo Rey de los últimos años del franquismo y primeros de la democracia.
Lo único que ha cambiado respecto de los años de la llamada “transición” es el sentido de las acciones totalitarias y liberticidas, si entonces los victimarios eran de extrema derecha y las víctimas de izquierda, ahora es al contrario… pero su mentalidad y sus métodos son idénticos. Claro que, quienes estén suficientemente informados y formados, y no sean víctimas de las leyes educativas progresistas, saben sobradamente que el fascismo, el nazismo, el estalinismo y todos los totalitarismos poco o nada se diferencian, ni en sus principios, ni en sus objetivos, y menos en sus formas de actuación, ya sea en el camino hacia el poder o una vez alcanzado.
Pese a que los medios de información y creadores de opinión apenas le presten atención al asunto, tanto las universidades, en especial las facultades universitarias de humanidades y ciencias sociales, como cualquieras otras tribunas, están en manos de gente liberticida y bajo el pensamiento único obligatorio, hace cuarenta años franquista y ahora estalinista.
Y nadie hace nada por impedirlo, o castigar a los culpables, y más cuando se pavonean y jactan sin tapujos de sus hazañas.
Se puede afirmar que los actos de sabotaje que lleva a cabo al extrema izquierda, de represión, boicots, o como ellos los denominan: “escraches”, son casi diarios. Hemos llegado a tal punto que pocas son ya las universidades, o colegios profesionales, o asociaciones en los que sea posible disertar refutando el pensamiento único políticamente correcto… Nadie se atreve, o casi, a invitar o acoger a personas que supongan un reto para la partida de la porra izquierdista y que puedan sufrir sus iras, o acabar silbados, insultados, zarandeados, escupidos… o tengan que acabar saliendo por la puerta trasera, escoltados por las fuerzas de seguridad.
Podemos y sus confluencias (a los cuales parece que tienen intención de sumarse los más fanáticos del PSOE) se ha convertido en la partida de la porra, en guerrilleros liberticidas y campan por sus fueros al grito de “fascistas fuera de la universidad”, o “vamos a quemar a la Conferencia Episcopal”, o “arderéis como en el 36”, o “fascistas os tenemos en nuestra lista”… e impiden toda clase de acto universitario, o no necesariamente universitario, de que quienes discrepen de sus postulados.
El gazpacho totalitario de podemos y quienes se hacen llamar de izquierdas, está cocinado con ingredientes liberticidas de lo más diverso, e incluso opuestos: nacionalistas, antisistema, anticapitalistas, anarquistas, troskistas, estalinistas, socialistas, feministas de género, homosexualistas, islamistas… y todos ellos tienen en común que odian la libre expresión y la civilización occidental judeocristiana, y por supuesto –tal como los hitlerianos- odian a los judíos.
Son tantos ya los altercados, los actos intimidatorios que darían para escribir un libro. Raro es el día que no se hacen notar. Incluso sus líderes en el Congreso de los Diputados adoptan actitudes macarras y matoniles.
Sus razzias no son del calibre de las que emprendían los Guerrilleros de Cristo Rey durante los años 70, aunque ya han pasado a la agresión física cuando salen de cacería,… Y, debido a que las autoridades competentes no le ponen freno, aplicando la Constitución y las leyes, y especialmente la ley de partidos, por desgracia la cosa ha acabado yendo a mayores, todo era cuestión de tiempo.
Tal es así que, las jaurías izquierdistas campan por sus fueros en las principales ciudades españolas, destrozando el mobiliario urbano, formando barricadas, provocando hogueras, destruyendo todo lo que encuentran a su paso… y agrediendo a las diversas policías… ya gozaron de completa impunidad en Cataluña, hace tres años; y ahora, de nuevo, con motivo de la detención y encarcelamiento del delincuente que, dicen que canta, y que se hace llamar Pablo Hasél; ahora con la particularidad de que son azuzados por miembros del gobierno socialcomunista…
Es importante señalar que los que pretenden erigirse en los nuevos gestores de la moral colectiva y decidir acerca de todo lo que nos concierne, y, por supuesto, destruir nuestra actual forma de vida, generalmente son gente ignorante, aparte de golfos, gánsteres, mafiosos, estalinistas y fascistas (al fin y al cabo apenas tienen diferencias, aunque su ignorancia les lleve a «pensar», es un decir- pues dudo que piensen- que, son diferentes e incluso son alternativa unos de los otros).
Los que pretenden erigirse en los nuevos gestores de la moral colectiva, son gente cobarde que se esconde en el anonimato, y actúan cuando van en manada, y lo último a lo que están dispuestos es a un debate abierto, con público… Es por ello que ponen todo su empeño en que no haya debates, ni libre exposición de ideas, etc.
¿Hasta cuándo tenemos que soportar a la izquierda macarra, mamporrera que actúa con completa impunidad que, incluso cuenta con el aplauso entusiasta de algunos jueces y fiscales y el silencio cobarde y cómplice del gobierno?
¿Hasta cuándo hay que aguantar su actitud violenta, vejatoria, sus modos mafiosos hacia todo aquel que no comulga con sus ideas y acciones?
¿Hasta cuándo va a continuar la “omerta”, hasta cuándo van a seguir aplicando algunos medios de información y creadores de opinión la ley del silencio?
Pues sí, la izquierda española cada día es más canalla, corrupta, y mamporrera; sí hablo de esa izquierda que dice ser heredera de la izquierda de la segunda república española, de aquella izquierda que se opuso mayoritariamente a que se le concediera el voto a las mujeres, y persiguió, maltrató y vejó, con saña a Clara Campoamor y ahora dice ser la defensora de los “derechos de las mujeres”.
Sí, hablo de la izquierda que dice ser heredera de aquella izquierda que hasta hace bien poco consideraba a los homosexuales gente depravada, pequeñoburguesa a la que había que psiquiatrizar, reeducar, y encarcelar, sí aunque parezca mentira, la izquierda fue durante la segunda república la principal promotora de la perversa “ley de vagos y maleantes”, en la que luego, transcurridos los años se inspiró el régimen del General Franco para aprobar la “ley de peligrosidad social” de 1970.
“Casualmente” gente de tanto predicamento y prestigio como Enrique Tierno Galán –sí, aquel de la “movida”- fue favorable a reprimir y rehabilitar a los homosexuales, y no fue el único de entre los “progresistas”; tampoco podemos olvidar que don Carlos Marx y sus seguidores también eran partidarios de perseguir y rehabilitar a ese tres por ciento de la población, tal es así que todavía en la actualidad sigue habiendo presos en Cuba por su condición de homosexuales.
Pues sí, hablo de esa izquierda que dice ser progresista (en español progresar es avanzar para mejorar) y a la vez adopta actitudes liberticidas, como lo hizo la izquierda de la que se considera heredera, esa izquierda que pretende implantar un sistema político, un régimen de partido único en el que no haya discrepantes, no haya posibilidad de disentir; y a la vez dice ser la representante del pueblo trabajador, de la “gente”, de la voluntad popular, y una larga ristra de palabras “talismán” que nadie osa discutir, esa izquierda que dice ser la máxima defensora del librepensamiento y de la libre expresión, a la vez que persigue, acosa, violenta a sus disidentes y monta bronca continua a quien osa oponérsele.
Pues sí, hablo de esa izquierda que no tolera que nadie le rechiste y practica el mobbing, el bullying, y violenta y acosa duramente a todo quisqui, aunque ahora lo llamen “escrache” y digan que es una forma de más de ejercer el derecho de manifestación y libre expresión y, dado que ya está feo eso de contratar los servicios de un sicario y asesinarlo con un piolé, tal como hicieron con un tal León Trosky, procuran asesinar socialmente y civilmente a los que no se pliegan a su conveniencia, con procedimientos más “suaves”.
Sí, hablo de esa gente de izquierda que se solidariza con los terroristas vascos y terroristas de toda clase –incluyendo a los musulmanes- y les muestran comprensión y apoyo, e incluso les desean los mayores éxitos, y reclama para ellos libertad de expresión, de manifestación e incluso la posibilidad de que concurran a las elecciones y estén presentes en las instituciones.
Hablo de esa gente de izquierda que, nunca aceptan los resultados de las urnas, salvo que les sean favorables, y en el pasado recurrieron a la insurrección y llamaron a la gente a desobedecer al gobierno salido de las urnas (aunque lo llamaran “gloriosa revolución del 34), y durante las campañas electorales tratan de impedir que se celebren mítines, conferencias, y actos diversos cuando quienes pretenden llevarlos a cabo no son de su cuerda.
Hablo de esa gente que diferencia entre “guerras” y guerras, dependiendo de quién sea el agresor y quién el agredido; y que cuando gobierna un partido “progresista” y declara la guerra a otra nación o se suma a la guerra, entonces sí es legítimo, pues “es una guerra justa, de liberación, progresista”.
Sí, hablo de esa gente que se dice progresista, demócrata, y tras la caída del muro de Berlín, y el fracaso de la socialdemocracia sueca, ha sustituido aquello de la “lucha de clases” por la “lucha de sexos” y tiene como libro de cabecera el “Manifiesto Scum” de Valerìe Solanas, y promueve leyes para perseguir a los varones, destruir la institución familiar y tiene como objetivo último la destrucción de la civilización occidental judeocristiana. Es por ello que aplican en su quehacer cotidiano la máxima de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”… así se entiende su apoyo entusiasta al terrorismo de origen musulmán, ya sea de forma disimulada o de manera entusiasta.
Sí, hablo de esas gentes que llevan décadas fomentando la ignorancia y el odio, desde que se hicieron dueños de todos, o casi todos, los centros de enseñanza -desde el parvulario a la universidad- así como de los medios de información y creadores de opinión, y que han llegado con intención de quedarse, y no paran de jactarse, pavonearse, gloriarse de ello.
Sí, hablo de esas gentes, de izquierda que cuando tratas de conversar con ellas, no tardan ni un minuto en ponerles etiquetas a quienes con ellos discrepan, tales como “fascista”, sin haberse leído, ni tan siquiera un poquito de la historia del siglo XX y especialmente lo referido a la época de los totalitarismos, y en particular lo concerniente a Benito Mussolini, Lenin, Stalin, y Adolf Hitler… Gente que si leyera, descubriría que sus ideas están más próximas de lo que imaginan a las de Benito Mussolini, del cual demuestran con sus comentarios que lo ignoran todo o casi todo.
Hablo de gente que puestos a ignorar –pues, no leen, ni falta que les hace- ignoran que un tal Lenin se manifestó ferviente admirador de las ideas de Benito Mussolini que, tal como él proponía un programa “socialista”. Sí, hablo de gente que también ignora que la mayoría de las “soluciones” que proponen los partidos políticos a los que pertenecen y apoyan con su voto coinciden mayoritariamente con el programa del “Partido Obrero Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes”, cuyo líder, “casualmente” fue un tal Adolf Hitler. Ni que decir tiene que el tal Adolf era antijudío, tal como lo es la mayoría de la gente que en España dice ser de izquierda. Stalin y Lenin, y Marx también lo eran… ¡Curiosas coincidencias! y todos, sin excepción se hacían llamar socialistas y pretendían acabar con la economía de mercado y la democracia liberal… ¡Qué cosas, ¿verdad?!
Y, claro, de semejantes incultos y analfabetos se puede esperar uno de todo, posiblemente muchos de ellos hasta ignoran que el muro de Berlín desapareció en 1989, y que el fascismo y el nacionalsocialismo fueron vencidos hace más de medio siglo,
Por cierto, para los que no lo sepan: Hitler llegó al poder a través de las urnas. Seguro que para algunos eso legitima que hiciera lo que luego hizo.
Por el contrario, los camaradas Lenin, Stalin, Mao, Pol-Pot, los hermanos Castro, y el argentino con boina que no cantaba tangos, y un largo etc. no lo hicieron precisamente de forma pacífica, luego implantaron “democracias populares” en las que todo aquel que disintiera era encarcelado, psiquiatrizado, e incluso eliminado (como el camarada Troski); resultado; más de cien millones de asesinatos en los países de “socialismo real” en menos de un siglo… Al lado de las bondades de quienes admiran los que en España se hacen llamar de izquierdas, lo sucedido en el régimen hitleriano, que dieron como resultado algo así como 6 millones de muertos, es pecata minuta…
La izquierda mostrenca y mamporrera siempre dirá que hay “violencias” y VIOLENCIAS, y que la que ellos practican es “revolucionaria”, y por lo tanto, legítima.
Y ya para terminar: han sido muchos los “pensadores” que han afirmado que, generalmente la maldad acaba triunfando, se acaba imponiendo, porque la gente buena no hace nada para evitarlo, se pone a silbar, o mira para otro lado, o se cruza de brazos.
Permítanme recordarles el poema de Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller, (injustamente atribuido al escritor estalinista Bertolt Brecht):
“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar”.
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