La ceguera de Antonio Guterres, Secretario General de la ONU
Aquilino Cayuela
José Saramago, un eminente portugués (premio Nobel de Literatura), decía en su Ensayo sobre la ceguera: «Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven».
Parece que otro eminente portugués, el actual Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, «viendo no ve».
El embajador de Israel ante la ONU ha denunciado que, aunque le han presentado «durante años» pruebas de la implicación directa de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UMRWA) con el terrorismo, Guterres ha hecho caso omiso y no ha querido ver, hasta que las pruebas ya caen por su peso.
Al menos 12 empleados de la institución dependiente de Naciones Unidas participaron directamente en los ataques terroristas conta población civil israelí el pasado 7 octubre.
Nueve de ellos fueron identificados de inmediato, algunos incluso eran mandos de la operación. Una vez demostrado, nueve de ellos fueron despedidos por la dirección de la UNRWA, otro está muerto y se está investigando la identidad de los dos restantes.
Ya son varias naciones las que han abandonado su colaboración con la UNRWA comenzando por Estados Unidos y, después, Reino Unido, Canadá, Australia, Finlandia, Alemania, Italia, Suiza, Francia, Países Bajos, Japón, Austria y Rumanía.
El frágil gobierno de Sánchez, deudor de amigos de Irán y su círculo, sin embargo, mantiene pertinazmente financiación y apoyo a la organización.
Pero el objeto de nuestro análisis se centra en el Secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres pues, aunque «la Secretaría de la ONU afirma estar dispuesta a cooperar con las autoridades competentes para que se procese a los individuos conforme a los procedimientos fijados», Guterres ha sido durante años un facilitador de esta agencia que ha permitido a través de ella sostener una importante infraestructura a Hamás.
Israel y amplios sectores políticos de Estados Unidos sostienen desde hace mucho tiempo la necesidad de su cierre al considerar que contribuye a perpetuar el conflicto de Oriente Próximo.
Antonio Guterres nació en Lisboa en 1949 y se licenció en Ingeniería en el Instituto Superior Técnico; fue uno de estos líderes surgidos en el catolicismo social elegido diputado del Parlamento de Portugal, en 1976, por el partido socialista, durante 17 años.
En ese tiempo, presidió la Comisión Parlamentaria de Economía, Finanzas y Planificación y, posteriormente, la Comisión Parlamentaria de Ordenación Territorial, Municipios y Medio Ambiente.
Entre 1981 y 1983, Guterres fue miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en la que presidió la Comisión de Migraciones, Refugiados y Población.
Durante muchos años fue miembro activo de la Internacional Socialista, la organización mundial de partidos políticos socialdemócratas.
Fue Vicepresidente de dicho grupo entre 1992 y 1999 y copresidió la Comisión para África y, posteriormente, la Comisión para el Desarrollo.
Fue primer ministro de Portugal entre 1995 y 2002, período en el que participó activamente en las iniciativas internacionales para resolver la crisis de Timor Oriental.
Desde 1999 hasta mediados de 2005 desempeñó el cargo de Presidente del Consejo Europeo.
A principios de 2000, dirigió el proceso de aprobación del Programa de Lisboa para el Crecimiento y el Empleo y copresidió la primera cumbre Unión Europa-África.
Fue miembro del Consejo de Estado portugués de 1991 a 2002.
Asimismo, fundó el Consejo Portugués para los Refugiados. Guterres pertenece al Club de Madrid, una alianza de liderazgo formada por expresidentes y ex primeros ministros democráticos de todo el mundo.
António Guterres, noveno Secretario General de las Naciones Unidas, asumió el cargo el 1 de enero de 2017.
Antes de ser nombrado Secretario General, fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) entre junio de 2005 y diciembre de 2015 y, como tal, dirigió una de las principales organizaciones humanitarias del mundo durante algunas de las más graves crisis de desplazamientos durante los conflictos en Siria e Iraq y las crisis de Sudán del Sur, la República Centroafricana y el Yemen dieron lugar a un gran incremento de desplazados por los conflictos y la persecución, que pasaron de 38 millones en 2005 a más de 60 millones en 2015.
Guterres es un convencido apóstol de la Agenda 2030, utopista, medioambientalista del cambio climático y principal responsable de la actual situación de la ONU que para muchos está mucho peor que en 1948.
Según unos analistas Guterres es vasallo de las élites globalistas y del «izquierdismo woke» que han deteriorado gravemente la credibilidad de Naciones Unidas.
Para otros, Guterres al igual que el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la OMS, sirven al alzamiento hegemónico de China y su dominio sobre el Sur Global. Unos y otros piensan en Guterres como responsable de la fragmentación e ineficacia de la ONU actual.
Según el utopismo en que cree Guterres es posible «una nueva visión de la paz en un mundo multipolar» pero las amenazas son, sin embargo, cada vez más complejas y se entrelazan en un deriva de riesgos catastróficos que apuntan a un mayor conflicto.
Pero ya sabemos que no hay mayor ciego que quien no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír…
FUENTE: https://www.eldebate.com/internacional/20240203/ceguera-guterres_171307.html