La locura de Djokovic sigue siendo relevante. He aquí el porqué.
Priscila Guinovart
El tenista serbio Novak Djokovic (o «No-vax Djocovid», como se le ha calificado recientemente) tomó la decisión de no vacunarse contra el COVID-19. Esta decisión (que personalmente considero «tonta», por no decir menos) lo arrastró a un dilema de «te deporto, no te deporto» en Australia, donde el deportista se enfrenta a una importante batalla legal, ya que su visa ha sido cancelada, de nuevo.
El Gobierno australiano argumentó que la medida se tomó en nombre del «interés público» (¡por supuesto!), ya que Djokovic podría suponer una amenaza para la salud en medio de la pandemia.
Como la mayoría de la gente normal, me estremezco cada vez que el gobierno toma medidas en nombre del interés común. Tantas atrocidades, desde genocidio hasta segregación, han caído bajo la categoría de «bien común» que ciertamente me parece sospechoso cuando los burócratas se alían para defender lo que etiquetan como «común» o «público».
Esto ya no se trata de Djokovic. Seamos sinceros: pase lo que pase, el tipo será considerado un héroe en su país (y en el extranjero por muchos) y seguirá su vida (bastante cómoda, por cierto). Lo que está en riesgo aquí es la libertad, nuestro derecho más básico a tomar decisiones libres aunque vayan a contracorriente. ¿Es moralmente correcto humillar públicamente, con todos los recursos de un Estado, a un semejante por… elegir? ¿Es esto lo que queremos ser? Y lo más importante, ¿no entendemos que hoy van a por Djokovic, pero mañana podría ser cualquiera de nosotros?
Nuestro deber ético ahora es apoyar a Novak Djokovic, no porque él tenga particularmente razón, sino porque el Gobierno australiano está equivocado.
Que tengan un excelente fin de semana.
Priscila Guinovart
FUENTE: https://elamerican.com/florida-lucha-contra-el-aborto-presenta-la-fetal-heartbeat-bill/?lang=es&utm_source=El+American&utm_campaign=b4c446ba49-EMAIL_CAMPAIGN_2022_01_15_11_24&utm_medium=email&utm_term=0_71985df3a4-b4c446ba49-1341208874