La Real Academia Española -de la Lengua- defiende el uso del masculino como neutro y tacha de «artificioso» el lenguaje ‘inclusivo’

La Real Academia Española (RAE) responde de forma tajante al recurrente debate del lenguaje «inclusivo» en el «Libro de estilo de la lengua española según la norma panhispánica», editado por Espasa.

En este libro «enormemente útil», como ha afirmado Víctor García de la Concha, coordinador de la obra y director honorario de la RAE, se aclaran dudas gramaticales y ortográficas, como por ejemplo el uso del género en las palabras, así como cuestiones más actuales, como el uso de los emoticonos y los extranjerismos.

El género neutro

«Desde un punto de vista lingüístico, no hay razón para pensar que este género gramatical excluye a las mujeres en tales situaciones», indica el texto sobre el género masculino. Una de las conclusiones del libro es que, en español, el género masculino puede abarcar palabras femeninas en algunos contextos, por lo que el masculino actúa de modo neutro y puede emplearse para referirse a ambos sexos.

Además, símbolos como el arroba, la «e» y la «x» para abarcar a los dos sexos no son considerados válidos según la RAE, como informó en uno de sus tuits de la cuenta @RAEinforma tras la pregunta de una usuaria: «¿Decir chiques o todes a cambio de chicos y todas es un idiotismo?», a lo que la institución respondió:

#RAEconsultas El uso de la letra «e» como supuesta marca de género es ajeno al sistema morfológico del español, además de ser innecesario, pues el masculino gramatical funciona como término inclusivo en referencia a colectivos mixtos, o en contextos genéricos o inespecíficos.

#RAEconsultas Así es. El uso de la letra «x» como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario (e impronunciable), pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género.

Por otro lado, otras formas para referirse al género femenino, como «los/las» y el signo «@», no son aceptadas por la RAE, pues el académico Salvador Gutiérrez Ordóñez ha señalado que, en el caso del arroba, «no es una letra del castellano, puesto que es un símbolo» y solo debe ser utilizado para el ámbito digital de los correos electrónicos. Asimismo, referirse a ambos géneros cada vez que se realiza una afirmación, como por ejemplo «los ciudadanos y ciudadanas», es artificioso e inútil según la RAE, pues el uso genérico del masculino no hace distinción de sexos, por lo que la palabra «ciudadanos» engloba a ambos sexos.

Motivos extraoficiales

José Manuel Blecua, académico de la RAE, ha dicho que «no se puede pretender que los libros modifiquen una sociedad desde un punto de vista léxico. El querer ver el diccionario como un organizador social capaz de remediar todas las injusticias de una sociedad machista es realmente una utopía. Si alguien lo lee con esa intención, seguro que no tiene buena intención o está condenado al fracaso».

Esta tendencia actual de distinguir entre el masculino y el femenino de las palabras «va en contra del principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas», como ha expresado la institución en su página web.

https://www.rae.es/espanol-al-dia/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas

ESPAÑOL AL DÍA

«Los ciudadanos y las ciudadanas», «los niños y las niñas»

Este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.

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