La reforma, que ha emprendido el PSOE, de la «ley sólo sí es sí» no evitará la rebaja de penas ni la excarcelación de agresores sexuales.

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

400 son ya los agresores sexuales beneficiados por la ley promovida por PODEMOS y aprobada por una gran mayoría de los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados de España… 35 son ya los excarcelados. Esto ha empujado al PSOE, temeroso de que le perjudique gravemente en las próximas elecciones, a modificarla; sin embargo, las rebajas de pena seguirán sucediéndose pues, los tribunales seguirán aplicando la ley más favorable a los delincuentes, hasta que entre en vigor la nueva ley y sólo podrá ser aplicada a quienes delincan a partir de ese momento.

El hecho de que se haya llegado hasta aquí y se haya puesto en marcha semejante bomba de relojería, se debe única y exclusivamente a que se le ha dado prioridad a la ideología, frente a la sensatez, al raciocinio… dejando la iniciativa a mediocres y analfabetos funcionales, con el único objetivo, por parte de los socialistas, comunistas, etarras y separatistas (con el apoyo de lo que aún queda de «ciudadanos», tontos útiles donde los haya), de conservar el poder a toda costa, o sea, de seguir sirviéndose de los españoles, con el objetivo de seguir parasitando y viviendo de nuestros impuestos, en luga de servir a los españoles, como proclaman constantemente de forma cínica e hipócrita.

Pero.. ¿Qué había cambiado la ley del ‘sólo sí es así’ frente a lo que ya estaba previsto en el Código Penal español?

La ley del sólo sí es sí había sido rupturista por fusionar dos tipos penales -abuso y agresión sexual- en uno único para poner el foco en el consentimiento: «Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona», expone el texto vigente.

Todas las conductas sexuales sin consentimiento se consideran agresiones y se castigan con diferentes penas, dependiendo de las circunstancias y los agravantes del caso. Así se conseguía que una agresión sexual no implicara necesariamente un uso de la fuerza o la obligación de que la víctima se resistiera.

Bueno es recordar que ya la jurisprudencia del Tribunal Supremo de España, desde hace más de dos décadas, reitera que, en caso de haber discrepancia entre la versión de la mujer y el supuesto maltratador, abusador o agresor sexual, en ausencia de testigos, se dará prioridad a la palabra de la mujer y se considerará suficiente para condenar al hombre, supuestamente agresor, violando su derecho a la presunción de inocencia… Esta idea también está implícita en la denominada «ley de violencia de género» de 28 de diciembre de 2004, que considera que cualquier relación entre hombre y mujer siempre es desigual, de dominación, implícitamente violenta y por tanto, cualquier relación sexual -aunque haya consentimiento mutuo- debe considerarse una violación, o casi…

Evidentemente, todo ello, incluida la denominada «ley sólo sí es sí» está en la dirección de criminalizar a los varones y privarlos de sus más elementales derechos constitucionales, pues ya existían suficientes mecanismos en el Código Penal antes de la reforma de 2004 y posteriores, incluyendo la ley promovida por la consorte de Pablo Iglesias, para proteger a las mujeres (y niños, y ancianos, y también hombres) vulnerables, susceptibles de ser agredidos, violentados -con y sin resultado de muerte- y por supuesto, resortes para castigar con dureza a los delincuentes sexuales. Insisto, el objetivo no era proteger (tal como se afirma) a las mujeres, sino criminalizar a los hombres y lograr de paso las simpatías de potenciales votantes en las diversas elecciones, aparte de poseer un perfecto pretexto para poner en marcha oenegés ex profeso y un entramado mafioso del que parasitan multitud de personas, una legión de paniaguados…

Nunca se olvide que, según todos los estudios relativos a la violencia de la que son víctimas las mujeres, España es uno de los países del mundo, y el que más en la Unión Europea, en donde más se protege a las mujeres y donde reciben mejor trato. Todo ello a pesar de que los capos de los diversos cárteles mafiosos con representación en las diversas instituciones pretendan presentar a España como un infierno en el que las mujeres son víctimas constantes de maltrato, abusos, etc.

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