LLEGAN MUY MALAS NOTICIAS DE CHILE, Y A LA GENTE DE DERECHAS LE QUEDA MUCHO QUE APRENDER…
El triunfo del comunismo en Chile nos deja una clara y rotunda advertencia.
Ayer domingo, 19 de diciembre de 2021, tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile. Era mucho lo que estaba en juego. Obviamente el futuro de Chile, pero en gran parte, también, el futuro de la región. Y la posibilidad de que el mundo perdiera un símbolo tan importante del éxito de la economía de mercado, de la economía capitalista.
José Antonio Kast, liberal-conservador, se echaba un pulso con Gabriel Boric, de izquierda, para ocupar el Palacio de la Moneda.
Kast representa el modelo de economía de mercado que hizo de Chile el país más exitoso, próspero y estable de Iberoamérica. Políticas que convirtieron a Chile en un país de primer mundo, con una clase media sólida, robusta y creciente. Boric, por el contrario, representa la interrupción de esa tradición capitalista. Representa el desmantelamiento del Estado, para someterlo a los delirios socialistas de quienes odian a Chile, de quienes odian la libertad, la prosperidad, la creación de riqueza.
Para mejor entender este dilema, la necesidad de elegir entre el conservadurismo de Kast y el comunismo de Gabriel Boric es observar quiénes respaldan al primero y al segundo.
Boric ha recibido el apoyo de gente del mundo del espectáculo, de la “cultura” de múltiples lugares del mundo, tales como Michelle Bachelet, expresidente socialista de Chile y actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet; responsable del deterioro económico chileno,… Bachelet, entre otras muchas cosas se ha destacado en la defensa y el blanqueamiento de la narcodictadura venezolana.
Otras dos “personalidades” que apoyan a Boric, son Piketty y Stiglitz, ambos keynesianos y partidarios del gasto público desmedido, de la irresponsabilidad financiera y de hacer aumentar el poder del Estado. Thomas Piketty y Joseph Stiglitz firmaron esta semana una carta en apoyo a Gabriel Boric.
Piketty, economista francés, es teórico de la desigualdad y propone un modelo de redistribución y “circulación de bienes” con el objetivo de “superar el modelo capitalista”. En 2018, poco antes de las elecciones presidenciales de Colombia, Thomas Piketty le dio su apoyo al candidato de la extrema izquierda colombiana, Gustavo Petro.
“¡Por un nuevo ciclo progresista en América Latina y el mundo, yo voto por Gustavo Petro!”, escribió Piketty en Twitter. Petro, quien fue guerrillero del movimiento comunista y terrorista M-19, le agradeció a Piketty el respaldo y afirmó que es “uno de los mejores economistas del mundo”.
En cuanto a Stiglitz, también ha tenido momentos notables en su carrera. En el año 2002, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, expresó su admiración por Fidel Castro y su modelo económico y de salud. Confesó admirarlo, pese a que Castro sumió a Cuba en una de las peores crisis humanitarias de Iberoamérica y en una de las dictaduras más feroces y crueles. Luego, en 2006, Stiglitz respaldó a Hugo Chávez y aseguró que las críticas en contra de su modelo socialista eran injustas.
Chávez solo quería “brindar educación y beneficios de salud a los pobres, y luchar por políticas económicas que también garanticen que los frutos del crecimiento se compartan más ampliamente”, dijo entonces Stiglitz sobre Chávez. Pero no fue suficiente. El economista fue mucho más allá y en 2007 viajó a Caracas para decirle, en persona, cuánto lo admiraba.
También es importante señalar que Stiglitz apoyó de forma entusiasta al dictador Evo Morales, a quien asesoró en su política de nacionalización de hidrocarburos.
Otro personaje que se ha decantado abiertamente por apoyar a Boric es el británico Jeremy Corbyn, el “Hugo Chávez de Reino Unido”. Jeremy Corbyn, también se sumó a quienes llamaban a votar a Gabriel Boric.
Corbyn es el responsable de la radicalización del Partido Laborista y que, por ello, los británicos hayan apoyado con tanta fuerza a los conservadores. Sus políticas socialistas, de extrema izquierda, convirtieron a Corbyn en un líder indeseable del partido, hasta el punto de que terminó retirándose.
“Soy un amigo de Chile. Envío mi solidaridad y apoyo a los chilenos. Hay una elección entre regresar a un pasado muy malo o seguir adelante, a desarrollar un servicio de salud nacional, un sistema de pensiones que funcione para todos y entrar en el proceso emocionante de armar una nueva constitución”, dijo Corbyn en un video.
Otro importante apoyo a Boric es el del expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, causante de una de las peores crisis económicas de las que ha sufrido España (y de la que aún no ha logrado salir), amigo íntimo de Nicolás Maduro y figura fundamental del criminal Foro de São Paulo.
Zapatero ha sido acusado recientemente por el exjefe de seguridad de Chávez, de haber sido financiado por el régimen venezolano y de ser dueño de una mina de oro en Venezuela.
“Ante el peligro real de una involución en Chile, no podemos ser, ni somos, indiferentes o neutrales. Decimos no a la normalización de las políticas de ultraderecha”, se lee en la carta firmada por Zapatero.
Supongo que quienes lean estas líneas se habrán despertado y desayunado con la terrible noticia:
Chile, el país más próspero y estable de Iberoamérica, donde se han demostrado sobradamente, durante décadas, las bondades de la economía de libre mercado, acaba de suicidarse.
Ayer domingo, 19 de diciembre de 2021, los chilenos decidieron aupar al estalinista Gabriel Borica la presidencia de la nación.
Han tenido que pasar 48 años para que, desde 1973, haya vuelto a entrar un fanático comunista en el Palacio de la Moneda.
Sin duda alguna son noticias terribles, no sólo para los chilenos sino para toda Iberoamérica, en la que acabarán notando las consecuencias del avance de la extrema izquierda.
El estalinista Gabriel Boric ha contado con el apoyo entusiasta de todos los comunistas y estatistas del mundo. Los resultados de su presidencia los empezaremos a ver muy prontito: más regulaciones, más intervencionismo, más intromisión en la vida privada de los ciudadanos, más impuestos, más desempleo y más limitaciones para las empresas… un discurso revanchista y de odio. Más pobreza y control social, a través del ensanchamiento del Estado.
Estamos hablando de una enorme tragedia para quienes somos partidarios de la economía de libre mercado, de la democracia representativa, con estricta separación de poderes. Quienes desde hace décadas venimos hablando del modelo chileno como referente de prosperidad, de progreso, sin duda tenemos que tomar nota y aprender de esta cruel experiencia.
Al parecer no era suficiente con que Chile gozara de gran riqueza, estabilidad y prosperidad. Los ciudadanos de Chile, el país más exitoso de la región, han votado a un fanático comunista. La gente de derecha de todo el mundo tiene mucho que aprender. No es suficiente con arreglar la economía. No podemos rehuir el combate en la guerra cultural en la que estamos inmersos (nos guste más o menos, es lo de menos), se trata de defender las ideas frente a los disparates, a la estupidez de la izquierda…
Sí, la guerra es “cultural”.