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Los globalistas y los gobernantes que siguen sus directrices utilizan a los inmigrantes como un ejército mercenario contra Occidente.

¿Por qué los funcionarios occidentales insisten en engañar a la opinión pública sobre los cruces fronterizos ilegales? ¿Por qué intentan destruir a cualquiera que se oponga públicamente a la inmigración masiva procedente del tercer mundo? Las leyes vigentes respaldan la posición mayoritaria de la opinión pública sobre la inmigración: venir aquí legalmente o no venir. En Europa,  el Reino Unido  y los  Estados Unidos, las encuestas muestran  que la mayoría de los ciudadanos quieren reducciones en la inmigración y una mayor seguridad fronteriza. Sin embargo, los funcionarios gubernamentales, que a menudo afirman estar «protegiendo la democracia», ignoran descaradamente estas preocupaciones mayoritarias. ¿Por qué?

Son muchos los que afirman que todo esto es parte de la “Estrategia Cloward-Piven”: un método de ingeniería social que utiliza la reubicación a gran escala de inmigrantes en una sociedad con el fin de desestabilizar esa nación. El objetivo es importar personas con una ideología incompatible u hostil y, con el tiempo, la cultura de destino se desintegrará y se verá obligada a aceptar un nuevo sistema de gobierno (es decir, del libre mercado y la libertad al comunismo y la esclavitud).

Si las poblaciones autóctonas occidentales se unieran para oponerse a la ideología globalista, la tarea de deconstrucción se les volvería imposible. Es por ello que los globalistas se han propopuesto destruir a Occidente desde dentro al introducir a millones de personas que NUNCA se asimilarán ni se unificarán.

Mi teoría va más allá de la explicación de Cloward y Piven. Pienso que la introducción de inmigrantes del tercer mundo en Estados Unidos y Europa tiene un propósito más profundo y aún más siniestro. Resumí mi postura en mi artículo  “Reemplazo cultural: por qué la crisis de la inmigración está siendo deliberadamente diseñada”,  publicado en enero. Señalé lo siguiente:

“ Ya lo he mencionado en artículos anteriores y sigo creyendo que uno de los principales propósitos de la clase dirigente al dejar abiertas las fronteras y atraer a los ilegales para que entren es crear un ejército de inmigrantes; una situación en la que a millones de ilegales se les ofrecerá una ciudadanía fácil a cambio de servicio. También creo que este ejército de inmigrantes será utilizado contra el público estadounidense (la ciudadanía real) para imponer medidas de ley marcial tras un desastre nacional…”

En otras palabras, mi argumento era que los inmigrantes del tercer mundo no están siendo utilizados simplemente como herramientas involuntarias para la saturación cultural de Occidente. No están siendo traídos por millones simplemente para vivir de los frutos de nuestro trabajo y del de nuestros antepasados. Creo que están siendo traídos a los Estados Unidos, el Reino Unido y Europa como ejecutores del establishment.

Piénselo: en esencia, los compran y les pagan. Son mercenarios reclutados con ofertas de ciudadanía fácil, dádivas del gobierno y la oportunidad de brutalizar a las poblaciones occidentales (y generalmente blancas) que desprecian. Y se les permite hacerlo mientras se esconden detrás de las fuerzas de seguridad del gobierno para protegerse.

Con un sistema de vigilancia de dos niveles, los inmigrantes pueden hacer lo que quieran sin temor a sufrir represalias. En Europa existe el problema añadido de la creciente inmigración islámica, dirigida por la doctrina religiosa a conquistar a los no creyentes. Del Corán:

Corán [9:29] Combatid a quienes no creen en Dios ni en el Último Día, no consideran ilícito lo que Dios y Su Mensajero han prohibido, ni adoptan la religión verdadera de quienes recibieron el Libro, hasta que paguen la yizia voluntariamente, estando humillados.

Los inmigrantes del tercer mundo son matones contratados por las élites políticas. Pueden aterrorizar a la población y, si la población nativa toma medidas para defenderse, el gobierno puede intervenir, llamarlos racistas odiosos y declarar la ley marcial. Es una situación en la que todos ganan. Los inmigrantes ayudan a hacer cumplir esa ley marcial mientras el gobierno redobla la vigilancia policial.

Hay quienes insisten en que la postura antiinmigratoria es un “falso paradigma”. La noción de “falsos paradigmas” se ha convertido en una plaga entre los librepensadores que debe abandonarse. La realidad es que no sólo luchamos contra los globalistas, sino que también tenemos que luchar contra las personas que, consciente o inconscientemente, los ayudan. Las élites ayudan a instigar conflictos, pero muchas de estas divisiones ya existen sin su influencia.

Por ejemplo, las culturas del tercer mundo son intrínsecamente violentas y autoritarias. Las  20 naciones más violentas  y opresivas del mundo son también las mismas naciones que envían caravanas de migrantes hacia nuestros países. Los progresistas afirmarán que eso es algo bueno y que debemos ayudar a esa gente. No es algo bueno y la mayoría de ellos no pueden recibir ayuda porque no vienen aquí para ser libres, vienen aquí para tomar posesión de todo lo que puedan.

La mayoría de los inmigrantes provenientes de esas regiones nunca podrá coexistir pacíficamente en las comunidades occidentales que los acogen. No entienden la libertad, no entienden la diplomacia, no entienden el compromiso. Para ellos, la tolerancia no es una virtud, es una debilidad que se puede explotar en su beneficio. Este es un hecho que se ha demostrado una y otra vez a medida que se aceleran las emigraciones masivas y sin duda mi teoría ha sido corroborada recientemente por lo que está sucediendo en las últimas semanas en el Reino Unido.

Los ciudadanos británicos han sido víctimas de ataques de inmigrantes y del crimen organizado durante más de una década. El sistema policial de dos niveles del Reino Unido sigue protegiendo a estos inmigrantes de represalias mientras el gobierno oculta estadísticas que muestran cuánta violencia cometen los recién llegados.

Los disturbios británicos de la semana pasada fueron realmente sorprendentes: los patriotas británicos que salieron a protestar a las calles, fueron declarados “nazis” y “racistas”. El uso de la policía antidisturbios para sofocar los daños materiales y los enfrentamientos sería comprensible hasta cierto punto, excepto que las agresivas manifestaciones de los inmigrantes durante meses poco o nada fueron reprimidas por la policía… Una vez más, la doble vara de medir en la actuación policial es obvia.

Luego, el primer ministro británico, Keir Starmer, hizo una declaración en la que condenaba las protestas patriotas y defendía a los inmigrantes. No se ha propuesto ningún referéndum sobre la inmigración. Starmer no ha reconocido ni una sola vez el problema del aumento de la delincuencia entre los inmigrantes y, en esencia, ha declarado la guerra a los patriotas.

En julio, el Partido Laborista supuestamente estaba en proceso de crear un nuevo  “grupo de liderazgo musulmán”  que se pretende que se convierta en el principal punto de encuentro entre el gobierno de Keir Starmer y las comunidades musulmanas en el Reino Unido. Un borrador de documento que establece los planes para la red describe sus objetivos principales, entre ellos “influir en las políticas públicas de una manera que salvaguarde y promueva los derechos de los musulmanes británicos” e “influir en el debate mediático sobre los musulmanes en Gran Bretaña”. En otras palabras, propaganda para silenciar la disidencia nativa.

Las bandas de inmigrantes musulmanes, autodenominadas “Liga de Defensa Musulmana” (MDL), vieron el discurso de Starmer como una invitación a rondar las calles de las ciudades británicas armados con cuchillos y machetes, moviéndose de calle en calle y atacando a los británicos blancos al azar.

Los inmigrantes dejaron muy claro que su propósito era “afirmar su dominio” sobre los británicos y asustarlos para que se sometieran. Hasta ahora, los funcionarios del Reino Unido niegan que existan las bandas musulmanas. Los medios de información se han negado a cubrir la mayoría de las actividades de las bandas de inmigrantes y han puesto toda la culpa en los patriotas nativos. Uno de los únicos lugares donde se pueden ver pruebas en video que exponen a las bandas de inmigrantes es en X (antes Twitter) de Elon Musk. Musk también ha sido atacado por funcionarios del Reino Unido por “fomentar el malestar”, y el «discurso de odio» simplemente porque no censura las imágenes.

Mientras tanto, Keir Starmer y otros funcionarios del gobierno se han reunido con grupos musulmanes para asegurarles que el gobierno está de su lado. Los inmigrantes ahora se sienten envalentonados para hacer lo que quieran, mientras que los británicos se enfrentan a la realidad de que si se defienden, el gobierno los meterá en prisión. Los inmigrantes son ahora, en el sentido más básico, un ala mercenaria del gobierno del Reino Unido.

Esta dinámica es aún más innegable cuando observamos la medida del gobierno del Reino Unido de eliminar los eventos relacionados con los cristianos del ejército británico, al tiempo que fomenta el reclutamiento de musulmanes. Tengamos en cuenta que la semana pasada el gobierno del Reino Unido amenazó con la posibilidad de que el ejército fuera utilizado contra el pueblo británico. Los imperios corruptos a lo largo de la historia han preferido utilizar mercenarios extranjeros para reprimir a sus propios ciudadanos. No es coincidencia que un porcentaje tan grande de la gente que viene del tercer mundo  (alrededor del 80%) sean hombres en edad militar .

La población británica de posguerra ha vivido durante mucho tiempo sin tener relación con la violencia verdadera. Es cierto que hay disturbios y peleas en partidos de fútbol, ​​pero me refiero a una guerra étnica fría y calculada, diseñada para subyugar. Los inmigrantes extranjeros que vienen de África y Oriente Medio están íntimamente familiarizados con ese tipo de violencia. La conocen bien y la han adoptado totalmente como parte de su cultura.

No muchos británicos son capaces de comprender un ataque con cuchillo en un recital de danza infantil, o el apuñalamiento masivo de niños pequeños que juegan en un parque, o el funcionamiento de bandas organizadas de violadores que secuestran a adolescentes. Cuando uno experimenta por primera vez este tipo de voluntad demoníaca, puede resultar aterrador. Temo que el pueblo británico se esté enfrentando a algo que está tan fuera de su alcance que tal vez no sepa cómo afrontarlo. La combinación de delincuencia organizada migratoria y opresión gubernamental podría intimidar a los británicos hasta llevarlos a una apatía devastadora.

Sospecho que la situación en el Reino Unido es sólo un anticipo de lo que pronto veremos en la mayoría de los países de Europa Occidental y en los Estados Unidos. Starmer es un defensor acérrimo del Foro Económico Mundial y está siguiendo su programa al pie de la letra. Las condiciones en el Reino Unido son las que la gente de Davos quiere en todas partes.

Independientemente del resultado de las elecciones estadounidenses de noviembre, la crisis de la inmigración ilegal será un tema central en todo lo que hagamos en los próximos años. Si los izquierdistas siguen en el poder político, es probable que veamos un intento similar de reprimir a los patriotas por parte de la arrogante administración Harris, así como los burócratas de la Unión Europea.

Es seguro que Harris definitivamente ofrecerá la ciudadanía a todos los ilegales que ya están en el país (muchos de ellos a cambio del servicio militar), comprando una fuerza mercenaria y un bloque de votantes progresistas al mismo tiempo, poniendo fin a cualquier posibilidad de que los conservadores vuelvan a participar en el gobierno. Tampoco sería extraño que siguieran el mismo camino los países de UE…

En el caso de un segundo gobierno de Trump, la situación sería muy diferente. La expulsión de los inmigrantes ilegales será el tema principal y los izquierdistas en Estados Unidos tratarán de evitarlo. Consideran a los inmigrantes como la clave para su reino; la manera de “destruir el capitalismo” e introducir el socialismo progresista. Están convencidos de que la expulsión de los inmigrantes ilegales los haría retroceder décadas. Los izquierdistas preferirán rebelarse antes que perder. Es una certeza.

La diferencia es que los patriotas estadounidenses están armados (50 millones de personas con más de 400 millones de armas y cientos de miles de millones de cartuchos).

Estos días estoy recibiendo muchos correos electrónicos de lectores del Reino Unido y de Europa que dicen que están desesperados por no tener los mismos derechos de armas de fuego que tenemos en los Estados Unidos.

Todos me dicen: «Nunca entregues tus armas». Podéis estar seguros de que no lo haremos. Sabemos lo que se avecina gracias a los acontecimientos en el Reino Unido.

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RedaccionVozIberica

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