Francisco Rubiales
No todo va mal en España. Los políticos empiezan a tenerle miedo al pueblo, que ya no se calla. Eso significa que la democracia avanza. Temen las grabaciones, los abucheos y las denuncias por corrupción. Hasta hace poco el pueblo agachaba la cabeza ante los abusos y canalladas.
Ya lo advirtió Tomás Jefferson, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos: «Cuando el gobierno le teme al pueblo es que hay democracia, pero si es el pueblo quien teme al gobierno es que hay tiranía. En España ha habido tiranía durante décadas porque los políticos han hecho todo lo que han querido sin oposición ni crítica, con el pueblo doblando la espalda con respeto y miedo a la autoridad, pero eso ya se está acabando. Ahora una parte importante del pueblo, consciente de que es engañado y expoliado por un poder que muchas veces es corrupto, inepto y delincuente, en lugar de doblar la espalda eleva la cabeza y denuncia a los canallas.
Los abucheos a Pedro Sánchez en Extremadura, la salida del poder del ex ministro Ábalos y el hundimiento del corrupto alcalde socialista de Valladolid, denunciado por un informador combativo como Alvise Pérez, son pruebas de que los españoles le pierden el miedo a los corruptos con poder político.
El sistema español entero está corrompido y entregado al mal desde su concepción, pero sólo ahora el pueblo está tomando conciencia de ese drama.
La Gloriosa «transición», que se nos vendió como Democracia y que nosotros, incautos, como tal compramos, no lo fue en absoluto. En realidad fue una estafa, la primera y la mayor del postfranquismo. Fue una estafa porque ha permitido un sistema que solo beneficia a los poderosos y del que están exiliados los ciudadanos, los valores, la verdad, la justicia, la decencia y el bien común.
Los periodistas ciudadanos rebeldes son todo un ejemplo para sus «colegas» con títulos académicos pero entregados al poder y sometidos a la mentira. Han olvidado que periodismo es publicar aquello que el poder no quiere que se publique y que todo lo demás es publicidad y relaciones públicas. También han violado la Constitución, privando al ciudadano a su derecho a ser informado verazmente para que pueda adoptar las decisiones correctas.
El periodista nuevo es rebelde, osado, creativo y libre. Experto en el manejo de las nuevas tecnologías y las redes sociales, utiliza sus recursos para competir con sus informaciones e imágenes, sintiéndose héroes porque contrarrestan la mentira del poder y la suciedad del periodismo comprado.
Todo empezó con los blogs, pero ahora hay muchos otros campos en las redes, en twitter, youtube, facebook, telegram, instagram u otros recursos que permiten que la información circule y se haga viral.
Cada minuto nacen miles de nuevos combatientes en el ciberespacio, el 90 por ciento de los cuales son libres y sólo el 10 por ciento comprados y sometidos. Están sumando su valioso esfuerzo a la revolución y ya han batido records y cubierto metas sorprendentes: han hacho temblar al viejo periodismo y lo han obligado a renovarse, han aportado más investigación periodística que toda la prensa mundial junta, han destapado escándalos, acosado a los corruptos y tumbado a políticos y grandes empresarios, están cambiando la estrategia de los partidos y el comportamiento de los líderes políticos, han obligado a los criminales y mafiosos a ser más cautos, han demostrado una desconocida eficacia a la hora de recaudar fondos, crear campañas y generar corrientes de opinión, y han convertido la información y la opinión, que antes eran productos para las élites, en comida diaria para gran parte de la Humanidad.
Generan grandes masas de información, dentro de la que hay toneladas de basura y también toneladas de descubrimientos y verdades que son ansiadas tanto por los medios tradicionales como por los servicios de inteligencia. Los periodistas rebeldes que triunfan suelen ser rápidos, divertidos, imaginativos y osados, hasta el punto que algunos ganan dinero porque leer sus informaciones suele resultar más atractivo que leer las páginas de un diario tradicional.
Uno de los datos más sorprendentes revelados por las distintas encuestas es que la mayoría de los periodistas, sobre todo los consagrados, suelen inspirarse en los blogs y en las aportaciones del periodismo amateur para escribir sus columnas, lo que los convierte en plagiadores profesionales y hace del humilde activista en las redes un tipo con una gran influencia real.
El nuevo periodismo está transformando la política. Por una parte ha acercado la política al ciudadano y ha elevado la vigilancia y el control sobre los políticos y las instituciones, pero, por otra, ha incrementado la confusión y reforzado los recursos de los malvados, que, asustados, ya recurren a la manipulación, la mentira y el engaño.
Sin embargo, prácticamente nadie duda que la revolución del periodismo libre y amateur ha cambiado y mejorado la información, agilizándola, acercándola al ciudadano y, sobre todo, haciéndola más libre y atractiva. Es una bofetada al viejo periodista comprado, gastado y alineado incondicionalmente con un partido político o con una ideología concreta, al que ridiculiza y convierte en momia del pasado, cuando ofrece al ciudadano y a la sociedad un más cívico, honrado, democrático y brillante periodismo, siempre al servicio de la libertad y la creatividad.
FUENTE: https://www.votoenblanco.com/Los-periodistas-amateurs-estan-salvando-a-Espana_a8331.html
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