MARCOS DE QUINTO, EL «CINCINATO» QUE ESPAÑA NECESITA PARA RECUPERAR LA CORDURA, LA SENSATEZ Y LA DECENCIA, FRENTE A LA CORRUPCIÓN PARTITOCRÁTICA…

Bueno es señalar que en España no existe una verdadera oposición al gobierno totalitario y liberticida de Pedro Sánchez que esté dispuesta a dar la batalla mediática y cultural. La supuesta oposición no tiene el necesario ímpetu para defender la democracia, fortalecer las instituciones y exigir los cambios que en estos momentos son imprescindibles en España, pues sus líderes, oligarcas y caciques están instalados en una vida fácil, en una situación de confort, que los empuja a no servir a los españoles, sino a servirse de ellos. Al parecer, la supuesta oposición practica la «política del avestruz», sus dirigentes introducen la cabeza en la tierra para así no verse obligados a ponerse en el lugar del prójimo, prestar atención al dolor, al sufrimiento ajeno, conocer su situación y, obviamente reaccionar.

La supuesta oposición al gobierno de socialistas, comunistas, etarras y separatistas que preside Pedro Sánchez no posee la actitud mental imprescindible para sacar a España de la crisis profunda en la que está inmersa.

España necesita que, un “cirujano experimentado” emprenda una profunda regeneración, regeneración que debería ir más allá de pequeñas reformas que se limiten a apuntalar el sistema, sin ir a la raíz de los problemas; e incluso, ya metidos en faena, España está urgentemente necesitada de iniciar un periodo “reconstituyente” …

Es por ello que, en este texto me voy a tomar la libertad de rogarle, de solicitarle a Marcos de Quinto que dé un paso al frente, con contundencia y sin complejos. Puede estar seguro de que los españoles se lo agradeceremos infinito.

España necesita un “golpe de timón”, un cambio de rumbo, sin complejos, frente al desbarajuste que sufre la Nación Española, un caos de tal magnitud que cada día es más necesaria, urgentísima, una profunda –radical- respuesta democrática, una política regeneracionista, dejando a un lado insensateces, indecisiones o actitudes timoratas…

Estoy plenamente convencido de que Marcos de Quinto es, si no la única esperanza, de las pocas opciones que le quedan a España para ser salvada como nación, y para que retomemos el buen camino y finalmente nos homologuemos con los regímenes políticos más avanzados y las naciones más prósperas de nuestro entorno cultural, político, económico.

Marcos de Quinto tiene el deber moral de intervenir, de no ponerse de perfil, y menos hacerse el Don Tancredo, al mismo tiempo que recaba el apoyo de las élites empresariales, de la élite intelectual no socialista, de los profesionales decentes, que haberlos haylos.

¿Y, por qué Marcos de Quinto?

Pues, sencillamente porque Marcos de Quinto es todo lo contrario de Pedro Sánchez. Marcos de Quinto es amabilidad, cordialidad, frente a la arrogancia, altanería y soberbia de Pedro Sánchez. Marcos de Quinto es una persona calmada, y por el contrario, Pedro Sánchez es la crispación personificada y procura fomentarla por doquier. Marcos de Quinto, cada vez que alza la voz es para fomentar la libertad frente al autoritarismo y a la arbitrariedad (Pedro Sánchez fomenta la arbitrariedad y el autoritarismo, conculcando los derechos individuales). Marcos de Quinto nos habla del amor a España frente al desprecio a la patria y a quienes pretenden destruir España, frente a quienes pretenden, como Pedro Sánchez, darle prioridad y trato de favor a los inmigrantes extranjeros… Marcos de Quinto representa la verdad frente a la mentira, la democracia frente al comunismo genocida y generador de miseria y calamidades de toda clase, por mucho que trate de camuflarse haciéndose llamar progresismo u otros eufemismos de los promotores del nuevo orden mundial y la agenda 2030.

Marcos de Quinto puede ser el «Cincinato» que en estos momentos necesitan los españoles, un «Cirujano que aplique un plan de choque» para sacar a España del atolladero.

Sin duda alguna, Marcos de Quinto suscita enormes simpatías entre muchos españoles, y es apreciado por multitud de españoles decentes, y lo es porque posee un carácter firme y suave al mismo tiempo, a la vez que se manifiesta como un hombre humilde y sólido, con los pies en el suelo…

Marcos de Quinto inspira confianza, y es la persona más idónea para refundar la derecha, y agrupar en torno a sí a hombres y mujeres sabios, capaces, experimentados, exitosos en la gestión de dineros ajenos, para erradicar la plaga social-comunista (con el apoyo entusiasta de separatistas y etarras) que está expoliando y arruinando a España, hipotecándola, destrozando ilusiones y esperanzas y privándola de los más elementales derechos.

Posiblemente, Marcos de Quinto es la única opción que tienen quienes hoy día se reconocen como gente de derecha en España, los liberal-conservadores (y los españoles decentes que dicen no serlo). España está en un momento en el que más que nunca, se necesita una agrupación política que aglutine a todos los españoles decentes, a los que no tienen complejos y afirman sin tapujos que son de derechas, liberal-conservadores, democristianos, social-cristianos… a los numerosos españoles decentes que, no se sienten representados en las instituciones, a los numerosos españoles decentes que consideran que la mayoría de las opciones políticas han renunciado a todo lo que muchos consideramos irrenunciable. Estoy convencido de que Marcos de Quinto sería un gran aglutinador, catalizador, capaz de congregar en torno a sí gente de la élite intelectual «no progresista», a la élite empresarial, a los profesionales liberales necesarios para poner en marcha es proyecto ilusionante del que vengo hablando… Él es el más indicado para encabezar una agrupación política, a la manera de Javier Milei en Argentina, un bloque de derechas, con aspiración de ser una organización de masas, con el objetivo claro y rotundo de ser una opción de gobierno, de manera que España abandone la ruta emprendida por el gobierno frente-populista, social-comunista, de Pedro Sánchez.

Esa nueva agrupación política, encabezada por Marcos de Quinto, de la que venimos hablando, aparte de rodearse de los hombres y mujeres, sabios, expertos y exitosos en la gestión de dineros ajenos, debe elaborar un proyecto claro, rotundo en el que se prevea la reforma de todo lo que, necesita ser reformado en el estado del bienestar, que en España es mucho.

Esa nueva derecha española no debe tener ningún reparo, ningún complejo en cuestionar, y llegado el momento enfrentarse al consenso socialdemócrata, al acuerdo, más o menos tácito, respecto de que los derechos individuales pueden ser violados en nombre del “bien común”, del “interés colectivo», ese consenso de los diversos partidos con representación en el parlamento que, cuando gobiernan les lleva a violar los derechos individuales (el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad) a través de impuestos, redistribución de riqueza, y regulaciones de todo tipo, aunque hasta ahora ningún gobierno haya llegado a los extremos de los regímenes totalitarios del siglo XX, pese a que algunos como PSOE y Podemos no tengan recato alguno en manifestar claramente sus simpatías hacia ellos.

Esa nueva agrupación política, encabezada por Marcos de Quinto, debe expresarse sin rodeos, sin complejos, sin miedos de clase alguna respecto de que, eso que algunos denominan de forma despectiva “el capitalismo”, la economía de libre mercado, que en lo político se traduce en una “democracia liberal”, es el único sistema social basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo el derecho a la vida y a la propiedad.

La economía de libre mercado es la única forma de organización social que, ha sido inventada hasta la fecha para que sean respetados nuestros derechos inalienables a la vida, la libertad, la propiedad, y la búsqueda de la felicidad.

Por supuesto, hablar de economía de libre mercado, de democracia liberal es hablar también de gobierno limitado. De un gobierno cuya función es proteger nuestros derechos individuales e impedir que sean violados por agresores nacionales o extranjeros.

Capitalismo, economía de libre mercado significa un escrupuloso respeto a la propiedad y a la iniciativa privadas, rigiendo el principio de mínima intervención gubernamental; hablamos de un régimen político, una forma de organización social en la que el estado y la economía gozan de separación, comparable a la separación de la religión y el estado.

Ese bloque de derechas, esa derecha refundada, con Marcos de Quinto al frente, debe tener muy claro que, en un régimen de democracia liberal y de economía de libre mercado, en el que exista una estricta separación de estado y economía, los gobernantes no deberán dar trato de favor, proteger ninguna actividad amparándose en el interés colectivo, en el bien común, o subterfugios por el estilo; debe regir el principio de “mínima intervención gubernamental” y tenderse a separar economía y gobierno, para que los privilegios dejen de existir o sean los menos posibles.

Un buen gestor de dineros ajenos ahorra costes a los ciudadanos, evita conflictos, resuelve problemas y es un gran mediador a la hora de solucionar discrepancias o asuntos que se enredan por la sana disparidad de criterios entre quienes habitan en la nación, y quienes nos honran con su presencia y nos visitan diariamente.

Si lo que se pretende, es volver a poner en marcha nuestro sistema productivo, y crear riqueza; poner a España en el camino de lograr un desarrollo sólido y perdurable (“sostenible” lo llaman ahora), es imprescindible promover la salud de las instituciones “democráticas”, y evitar/erradicar situaciones de dependencia asistencial, de clientelismo-servilismo, “estómagos agradecidos”, servidumbres más o menos voluntarias, como el “ingreso mínimo vital” o cosas por el estilo…

Otra premisa imprescindible es que el programa de gobierno que elabore el equipo de Marcos de Quinto, integrado por personas sabias, capaces, españoles decentes, que haberlos hay y muchos no están en política, se comprometa a no usar de forma arbitraria el presupuesto, y por supuesto, a no despreciar de ningún modo la legalidad vigente, o boicotear la seguridad jurídica; de modo que se evite espantar las inversiones, ya sea de españoles o de emprendedores extranjeros, y por el contrario, recibirlas con los brazos abiertos. Es la única manera de poner a España, y a los españoles, nuevamente en el camino del bienestar y del crecimiento,…

También es imprescindible que el grupo de personas que agrupe, coordine y dirija Marcos de Quinto acabe siendo un gobierno previsible, para que acabe infundiendo confianza. Y esa confianza sólo se puede lograr con gente capacitada, con experiencia exitosa, sobradamente probada, en gestión de dineros ajenos, y que, no tenga intención de hacer carrera en la política, para hacerse de un patrimonio.

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