Mujer, si quieres desahuciar a tu esposo, repudiarlo… porque tú lo mereces, “empodérate”, presenta una denuncia falsa contra él, no te pasará nada, el sistema te respalda. ¡Destrúyelo!
Mujer: Ahora, con la inapreciable «ayuda» de los jueces y fiscales, puedes darte el gustazo de hundir a tu esposo, o ex esposo, sacarle un buen dinero, desahuciarlo, repudiarlo, quitarle los hijos y… si quieres destruirlo, puedes hasta encarcelarlo.
Aunque te parezca mentira, funciona infaliblemente y es así de sencillo:
Si no te corre mucha prisa, espera a darte un golpe que te produzca algún moratón (hematoma), aunque sólo sea uno y te lo hagas en un brazo o pierna, y ve corriendo a cualquier comisaría, o mejor aún, al Juzgado de Guardia, y denuncia que ha sido él. Si te urge el ataque, bien por estar locamente enamorada de otro o simplemente porque sí, caramba, ¡que para eso eres mujer, porque tú lo mereces…! (Sí, sí… Porque tú lo mereces!) golpéate tu misma en una pierna o en un brazo (tampoco duele tanto).
No obstante, si te da miedo golpearte, no hace falta ni siquiera que lo hagas; las feministas fundamentalistas, subvencionadas y políticamente correctas (también las llaman hembristas o feminazis y femiestalinistas) lo han previsto todo:
Te será suficiente denunciar que te ha zarandeado y te ha dañado las cervicales, ya que bastará con que simules dolor de cuello, tantos días como quieras para obtener del -casi seguro pelele- forense un excelente informe con el que poder sacarle una preciosa indemnización y un castigo que te satisfará mucho.
El informe del forense te será de gran ayuda pues dará valor a tu denuncia, ya que –como si él lo hubiese presenciado- siempre añadirá el canallesco dato de que tu moratón o «dolencia» ha sido por agresión de tu «víctima».
Tómate la precaución de asegurarte de que el día de los presuntos «hechos», él no pueda demostrar que estaba de viaje lejos de tu ciudad.
Lo ideal es que usando tus…. quedes con él, con cualquier excusa para asegurarte de que a la hora de la «agresión»» no pueda estar con alguien que le sirva de coartada.
Si te dejas ver con inocentes personas que te conozcan, ¡mejor! Siempre podrás usarlos como testigos de haberte visto con tu esposo… Si dices que no es la primera vez…, en fin…, ya sabes; conseguirás que el políticamente-correcto juez o jueza de turno le imponga una Orden de Alejamiento mientras sale el juicio. Está es la nueva modalidad de atropello de hombres inocentes que propicia la Ley Integral contra la Violencia de Género de 28 de diciembre de 2004 (día de los Santos Inocentes, según el santoral católico)… Ley que las asociaciones de mujeres han impuesto a los legisladores valiéndose del mercantilismo de votos de los partidos políticos. No obstante, algunos «avanzados» jueces -sobre todo, juezas- ya se anticiparon y recurrían a atropellos semejantes, antes de que se aprobara la perversa ley que, viola claramente el Artículo 24 de la Constitución Española de 1978,…
Si tu esposo es inocente; como será el caso de “tu víctima”; la Orden de Alejamiento con que castigará el juez a tu esposo, padre de tus hijos, es una oportunidad de oro para hundirlo más y sacarle aún más dinero.
Puedes provocarlo llamándole para burlarte de él. Si tienes hijos, no te importe el daño que les hagas por dejarlos huérfanos («el fin justifica los medios»), cuéntales «lo que te ha hecho»; diles que se ha vuelto loco; que le cuelguen el teléfono; etc. Casi seguro conseguirás que él se desespere y se acerque por tu casa a tratar de hablar con ellos para desmentirlo.
¡PERFECTO!, ya tendrás el testimonio de tus inocentes hijos y, tal vez, hasta el de algún vecino que refrende otra nueva denuncia y otra segura condena acumulable para él.
Y…. nada más.
Sólo te queda esperar el día del juicio. No importará que allí te pongas nerviosa e incluso que llores de miedo, por estar mintiendo con absoluto descaro.
A una mujer que llora todavía se le da más credibilidad.
Las hembristas-feminazis españolas, muchas de ellas parapetadas dentro del Instituto de la Mujer (que habría que llamar “Instituto contra el hombre”) y las sucursales autonómicas, con su asignación anual mil-millonaria y los apoyos «casi» gratuitos de la mayoría de los medios de comunicación; se han encargado durante años de envenenar a la población en general -incluyendo a ingenuos jueces y periodistas- diciendo, cada vez que una mujer es asesinada la famosa frase «en lo que va de año han muerto en nuestro país equis mujeres», pero jamás mencionan cuántos hombres han corrido el mismo final, aunque algunas veces sean incluso más que mujeres, tal como ocurrió en el primer trimestre del 2001. También, dicho «benemérito» Instituto publica cada pocos años los resultados de su amañada macro-encuesta con la cual envenenan a la sociedad en general con un «apropiado» sesgo metodológico…
(Me refiero a la macroencuesta de marzo de 2000 sobre «violencia sobre las mujeres» La «científica encuesta» permitió llegar a la conclusión de que en España había DOS MILLONES DE MUJERES MALTRATADAS. Para ello se consideró «mujer maltratada» a la que respondiera con las palabras «frecuentemente» o «a veces» al menos a UNA de las trece preguntas siguientes, referidas a su esposo o compañero:
– ¿Le impide ver a la familia, o tener relaciones con amigos, vecinos, etc.?
– ¿Le quita el dinero que usted gana, o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse?
– ¿Le insulta o amenaza?
– ¿Decide las cosas que usted puede o no hacer?
– ¿Insiste en tener relaciones sexuales aunque sepa que usted no tiene ganas?
– ¿No tiene en cuenta las necesidades de usted (le deja el peor sitio en la casa, lo peor de la comida…)?
– ¿En ciertas ocasiones le produce miedo?
– ¿Cuando se enfada llega a empujar o golpear?
– ¿Le dice que a dónde va a ir sin él, que no es capaz de hacer nada por si sola?
– ¿Le dice que todas las cosas que hace están mal, que es torpe?
– ¿Ironiza o no valora sus creencias (ir a la iglesia, votar a un determinado partido, pertenecer a alguna organización)?
– ¿No valora el trabajo que realiza?
– ¿Delante de sus hijos dice cosas para no dejarla a usted en buen lugar?
Como la encuesta no se aplicó a hombres, los periódicos y demás medios de información no pudieron sorprendernos con la insólita noticia de que también había dos millones de varones maltratados. Ni se pudo emprender el correspondiente «Plan para combatir la violencia contra el hombre». Ni tampoco adoptar las pertinentes medidas jurídicas y administrativas, incluidas las gigantescas campañas de sensibilización. Ni destinar varios millones de euros de los presupuestos a la luchas contra ese otro «género» de violencia…
Pero sin duda, en la próxima macroencuesta se corregirá esa «pequeña omisión»…
Volviendo al asunto que nos ocupa: En el juicio, sea juez o jueza quien lo juzgue, y salvo honrosísimas excepciones, condenarán, seguro, a tu hombre-víctima. Tal vez no sea lo justo, pero después del mencionado envenenamiento es lo políticamente-correcto y de esa manera el juez se evita un posible linchamiento, o «fusilamiento» por parte las poderosas asociaciones feminazis-hembristas. Además, a buen seguro, el juez o jueza que te toque en suerte, se escudará en la petición del «Ministerio Fiscal»: la mayoría de los fiscales tienen instrucciones muy concretas, y actúan siguiendo las directrices del gobierno, respecto de cómo deben comportarse en estos casos: destrozar al «siempre-criminal-hombre».
Por otra parte, lo más probable es que casi nada de lo que él declare en el juicio sea tenido en cuenta… De todas formas, el juez y el fiscal querrán hacerle pagar a tu víctima el horror que sienten cada vez que, se regodean en la televisión cuando una mujer muere en una disputa conyugal y entrevistan a todos los vecinos y a cualquiera que pasa por el lugar y repiten hasta el hartazgo aquello de “una nueva víctima de la violencia machista… y van…”, y ya puestos, es posible que lo acusen del atentado a los trenes de Madrid de 2004, o el ataque de los talibanes en Nueva York a las «torres gemelas»…
Otra posibilidad, es que tu esposo no llegue siquiera a juicio, pues, si tal como ya te habrá informado alguna amiga, lo denuncias el viernes, antes del medio día, a ser posible cuando el padre de tus hijos esté en el bar junto a los amigos, tomando el aperitivo de medio día, será detenido, esposado, humillado… y llevado a la comisaría de la Policía Nacional, o al cuartel de la Guardia Civil, y permanecerá allí “retenido” hasta el lunes por la mañana (privándosele de todos sus derechos constitucionales). Antes de ser llevado a presencia del juez, el abogado del turno de oficio de “género” ya habrá convencido a tu esposo, padre de tus hijos, de que se declare culpable, y firme una sentencia de conformidad…
¡Pero eso no es todo!: Si él NO tiene dinero: ¡BINGO!, ya que, gracias a la «justa y políticamente-correcta sentencia» que a buen seguro le endiñarán, puede hasta llegar a dar con sus huesos en la cárcel si le imponen una multa y no pudiera pagarla.
Otra cosa, si él quiere obtener un abogado de oficio tendrá que hacer una peregrinación por múltiples ventanillas de diferentes y «eficaces» organismos oficiales para conseguirlo. Y, además, el abogado que le asignen casi seguro le defenderá sin esmero por ser consciente de que, haga lo que haga y diga lo que diga, lo condenarán, ya que: DENUNCIA + EL VALIOSO PARTE FORENSE = CULPABLE EL DENUNCIADO. Así lo ordena la jurisprudencia del «justo e inefable» Tribunal Supremo y las directrices del Consejo General del Poder Judicial a jueces y fiscales.
Y si él recurre la sentencia por considerar que es un atropello, no te preocupes porque lo más seguro es que los jueces de la Audiencia Provincial ‘pasen’ de lo que el pobre diablo diga, y ratifiquen la sentencia de primera instancia, absolutamente calcada. No te olvides del corporativismo: ¿Cómo un juez va a contradecir a otro juez? ¡Por Dios, dónde se ha visto eso! Sería reconocer que otro juez se ha equivocado y eso ¡es imposible!. ¡¡Los jueces son perfectos!! ¡¡ Son Dioses!!! Si a tu «ex»se le ocurre denunciar al juez ante el Consejo General del Poder Judicial, tampoco te preocupes. Sucederá tres cuartos de lo mismo. Cuando cansado de esperar quiera interesarse por su denuncia, se enterará que ha sido archivada y no ha sido ni informado.
Nada más. Sólo me queda animarte a que lo hagas cuantas veces quieras, pues aún en el remoto caso de que descubran que mientes, no te pasará nada a pesar de que los jueces tienen obligación de perseguir de oficio las falsas denuncias (Art.456 C.Penal).
Es más, puedes volver a intentarlo cada poco tiempo, ya que, por el mero hecho de haber sido denunciado y aunque lo declaren inocente, él seguirá constando en la «Lista oficial de maltratadores» que algún espabilado político usa como reclamo propagandístico. ¡Pero, no existe lista alguna de falsas-denunciadoras! Además las denuncias -aunque tu hombre sea absuelto- se le acumulan y eso le perjudica aún más: ¡ES UN CHOLLO!
El único posible inconveniente es que él, al verse atropellado y condenado injustamente, piense que la justicia es una FARSA y se tome la justicia por su mano. Mejor aún, pues entonces sí que se pudrirá en la cárcel.
Además, ¡mujer!, bien vale la pena arriesgarse un poco con tal de darse el gustazo de hundirlo y sacarle un buen dinerito.
Y, «Dios no lo quiera», pero, si -como viene ocurriendo algunas veces- te asesina; consuélate pensando en la causa: Las asociaciones feminazis-hembristas necesitan muertas, para poder justificar y aumentar el presupuesto de su «Industria del Maltrato».
Pero, ¡¡ánimo mujer!! excepto esa remotísima posibilidad, ¡sólo puedes salir ganando! ¡ESTÁ «CHUPAO»!
Si quieres conocer otras formas de hundir legalmente al varón, contacta la «Casa de la Mujer» más próxima a tu domicilio, o con el «Instituto Autonómico de la Mujer», o alguna asociación de mujeres, o cualquier prestigioso bufete de abogadas feminazis-hembristas.
ALGUNAS NOTAS COMPLEMENTARIAS, REFERIDAS AL TEXTO:
– Las asociaciones feminazis-hembristas camufladas tras el «Instituto de la mujer» (realmente «Instituto contra el hombre»), en su descarado propósito de conservar su «Industria del Maltrato», efectúan cierto tiempo lo que denominan Macro-Encuesta sobre violencia doméstica, sin rigor científico alguno pues, además de emplear el sesgo metodológico de sólo preguntar a mujeres, como quiera que con la pregunta directa de ¿se considera usted maltratada? el número de «víctimas» que obtienen es bajo para sus propósitos, consideran víctimas «maltrato-técnico» (único resultado que publican) a cualquier mujer que conteste simplemente «a veces» a una de 13 preguntas, la mayoría de ellas de esta índole: «¿Ironiza o no valora sus creencias tal como ir a la iglesia o pertenecer a algún partido político?, ¿no valora el trabajo que realiza?. ¡Por supuesto!, tan siquiera preguntan si «a veces» ella inflige el mismo trato a su pareja. Asimismo este Organismo Oficial; que vive gracias a los impuestos de todas las españolas, pero también de los de todos los españoles; publicó en una recóndita casilla de su recóndita pantalla («La mujer en cifras») de su página web que en el año 2000, en el entorno doméstico o familiar, habían sido asesinadas 67 mujeres y también 44 hombres. Pero tal envenenadora institución, con su presupuesto milmillonario, únicamente publicó machaconamente a través de todos los medios de comunicación, durante todo el año, y cada vez que una mujer era asesinada, la noticia que se daba con la consabida frase . Pero jamás pasan notas a la prensa del total de hombres que son asesinados en el mismo entorno. Por otra parte; como quiera que algunas asociaciones de padres separados comenzaron a divulgar dicha cifra de hombres asesinados casi oculta en la mencionada página del Instituto de la Mujer, esta «benemérita» institución dejó de publicar tal cifra en los posteriores años: «Muerto el perro, se acabó la rabia».
– En la publicación, «Acuerdo del Pleno del CGPJ de 21 de marzo de 2001» pág.24, se dice el siguiente disparate «el testimonio de la victima, aunque no haya otros testigos del hecho delictivo, puede ser en estos casos suficiente para fundamentar una condena y desvirtuar la presunción de inocencia». Se conculcan así, el principio ancestral «in dubio, pro reo», la Carta Universal de derechos Humanos en su Art.11 y la Constitución Española en su Art.24 que, en esencia, dictan que toda persona debe ser considerada inocente si no se demuestra lo contrario. ¿Y qué demostración es la sola declaración de una persona -sin testigos-, máxime si sus lesiones son en alguna de sus extremidades claramente factibles de habérselas podido producir accidental o voluntariamente, y peor aún, cuando se condena basándose únicamente en un parte médico-forense por sólo referir dolor?
– Es innegable que existe violencia doméstica, intrafamiliar y extrafamiliar, pero es del género estúpido afirmar que las mujeres que sufren violencia -con o sin resultado de muerte- “la sufren por el hecho de ser mujeres”…
– Éste escrito satírico fue publicado con motivo del Día Contra la Violencia de Género, el 25 de noviembre de 2003. Transcurridos los años, nadie, ciudadano, jurista ni juez alguno, se ha atrevido a actuar contra su autor. Señal de que lo que aquí se dice en forma de sátira, es cierto. «Quien calla, otorga».