«No puedes reclamar el título del mundo libre si tu gente ni siquiera es libre para caminar por las calles sin temor a ser acosada, robada o asesinada”, relató el presidente salvadoreño.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pronunció ayer un discurso en la 79ª asamblea general de las Naciones Unidas en el que puso en valor el valor de la seguridad de los ciudadanos, defendida por el Estado, frente a la violencia y la delincuencia del crimen organizado.
«Cuando vine por primera vez a la Asamblea General de la ONU en 2019, sé que muchos no conocían o no habían oído hablar de El Salvador. Y si lo conocían solo tenían malas referencias: el país más violento del mundo o el país de las maras. Otros, ni sabían dónde quedaba en el mapa. Pero gracias a Dios eso ha cambiado significativamente en muy poco tiempo. Cinco años después de aquel primer discurso, vengo acá como Presidente de un país que ahora sí tiene voz en el mundo».
«En los últimos cinco años, El Salvador renació. Devolvimos las calles de nuestro país a nuestra gente y establecimos una floreciente industria turística, siendo sede de eventos internacionales de surf, deporte y entretenimiento. Le dimos a miles de salvadoreños que huyeron de las guerras y de la pobreza, un país al cual regresar. Hicimos de nuestra nación, que fue una vez la capital mundial de los homicidios, el país más seguro del hemisferio occidental».
«La transformación de El Salvador no tiene comparación y nuestro éxito es innegable, cualquiera puede visitar El Salvador y comprobarlo».
«Los salvadoreños, independientemente de por quienes hayan votado antes, del pueblo o la ciudad donde hayan nacido, de lo poco o mucho que hayan tenido, de si están dentro o fuera de nuestras fronteras; se han unido para trabajar y apoyar cada una de nuestras decisiones, cada una de las decisiones que permitan a El Salvador ser un país donde la gente viva tranquila y feliz. Donde las aspiraciones espirituales, más allá de las materiales, trasciendan a todos».
«Hoy, el mundo mira el ejemplo de El Salvador y se pregunta: ¿Cómo puede una nación levantarse tan rápido? Pero tal vez esa no sea la pregunta que deberían hacer. Tal vez deberían estar haciendo otra pregunta: ¿Cómo es que el mundo está cayendo tan rápido?».
«Dicen que El Salvador nada contra la corriente porque se volvió más seguro mientras el mundo se volvía más peligroso, y el pueblo salvadoreño se volvió más optimista, mientras la mayoría de la gente en el mundo moderno se volvía cada vez más pesimista. Y sí, tienen razón».
«En algunas ciudades del llamado primer mundo, las tiendas necesitan asegurar sus productos detrás de puertas de vidrio con llaves, para evitar robos. Y no hablo de productos caros, sino de cosas sencillas como una barra de chocolate o una rasuradora. En otras ciudades, las calles ya no pertenecen a la gente, sino que han caído en manos de la indigencia, las pandillas, el crimen organizado y las drogas».
«No puedes reclamar el título del mundo libre si tu gente ni siquiera es libre para caminar por las calles sin temor a ser acosada, robada o asesinada».
«En El Salvador no encarcelamos a nuestra oposición. No censuramos opiniones. No confiscamos los bienes de quienes piensan diferente. No arrestamos a las personas por expresar sus ideas. En El Salvador, tu libertad de expresión, así como tu propiedad privada, siempre estarán protegidas».
«En El Salvador priorizamos la seguridad de nuestros ciudadanos inocentes sobre la comodidad de los criminales. Algunos dicen que hemos encarcelado a miles, pero la realidad es que hemos liberado a millones. Ahora son los buenos los que viven libres, y sin miedo, con sus libertades y derechos humanos siendo totalmente respetados».
«Hace unos años El Salvador solía ser uno de los lugares más oscuros del planeta. Pero en poco tiempo nuestra nación renació, porque nos recordamos a nosotros mismos que la libertad se toma, no se da ni se regala, y como todo lo que vale la pena tener, necesita cuidado y mantenimiento».
«El Salvador ha dejado atrás su pasado, al que juramos nunca más volver. Tal vez sea demasiado tarde para evitar los tiempos oscuros que enfrenta nuestro mundo hoy, pero no es demasiado tarde para construir un arca y capear la tormenta. Que Dios bendiga a la humanidad. Muchas gracias».
Todas estas declaraciones de Bukele en la ONU tienen especial valor en un contexto de creciente inseguridad ciudadana en Occidente.
En otro orden de cosas, recientemente, el presidente salvadoreño adelantó que el próximo presupuesto del país estará “completamente financiado” con recursos propios. Aseguró que el plan para 2025 no emitirá “ni un centavo de deuda”: «Anuncio que para este 30 de septiembre presentaremos ante la Asamblea Legislativa, por primera vez en décadas, el primer presupuesto completamente financiado, sin la necesidad de emitir un solo centavo de deuda para gasto corriente». «El Salvador ya no gastará más de lo que produce anualmente, ni siquiera vamos a prestar dinero para pagar los intereses de las deudas que nos heredaron. Hasta eso lo pagaremos de nuestra propia producción».
De esta manera, Bukele se compromete a que el Estado no gaste más de lo que ingresa y a terminar con el déficit público.
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