Era lógico que la noche del 4 de mayo hubiera mucha gente que descorchara botellas de champán, era lógico. También era de esperar, después de toda la tensión-crispación que había impregnado la campaña electoral que la gente se sintiera eufórica, exultante,… fuimos muchos los españoles decentes, de fuera de Madrid que, también participamos de las mismas sensaciones… Sí, la victoria de Isabel Díaz Ayuso ha supuesto que muchos buenos españoles, patriotas, hayan descubierto, esperanzados, que al monstruo totalitario que encabeza Pedro Sánchez -con el apoyo entusiasta de comunistas, etarras y separatistas- se le puede vencer… Fundamentalmente porque la ebriedad en la que están instalados desde hace tiempo, los ha vuelto estúpidos… A pesar de contar con el apoyo de la mayoría de los medios de información -que no hay que olvidar que les regaló Mariano Rajoy- los socialistas y comunistas han sido derrotados y por goleada…
Y, hablando de fútbol, bueno es recordar una frase que se ha acabado popularizando, por elemental, repetida hasta el hartazgo por parte del entrenador -dicen- mejor pagado del mundo, Diego Pablo Simeone, alias «Cholo»: «hay que ir partido a partido»… Cada vez que le ponen un micrófono delante, siempre repite la ya popular frase; incluso en la presente liga, 2020-2021, en la que el Atlético de Madrid lidera la clasificación desde el principio, y raro es quien sea aficionado al fútbol que no dé al equipo entrenado por el «Cholo» como favorito a ganar el título… A pesar de todo, Simeone sigue «erre que erre» repitiendo su «hay que ir partido a partido»…
Y tiene más razón que un santo. Su máxima deberían aplicársela los que en el PP ya han empezado a soñar con desalojar a Pedro Sánchez y sus secuaces del Gobierno de España, y ven a Pablo Casado como presidente del Gobierno…
Bien, demos por terminadas las celebraciones, descendamos de la nube y pongamos los pies en el suelo.
Es imprescindible subrayar que, quien ha ganado ha sido el buen hacer, el buen gobierno de Isabel Díaz Ayuso, independientemente de su pertenencia al Partido Popular. Aunque a algunos le suene a perogrullada, no podemos perderlo de vista. Es más, se puede afirmar que, Isabel Díaz Ayuso ha derrotado al socialcomunismo, a pesar de su pertenencia al PP. La victoria de Isabel Díaz Ayuso no es la victoria de Pablo Casado, por mucho que éste esté empeñado en apropiársela.
Tras la derrota del socialcomunismo el día 4 de mayo en Madrid, vuelvo a insistir en que somos muchos los españoles decentes que consideramos que, no es momento de encogerse, empequeñecerse, lamentarse, fustigarse… y menos rehuir el combate; por el contrario, es imprescindible entrar al trapo, sin complejos, promover la confrontación de ideas, de proyectos; es el único modo de evitar que nuestra Patria, España, pase de estar moribunda a acabar muriéndose. Sí, hay que ser “rotundo” al hablar de compromisos éticos, de comportamientos moralmente aceptables, de DECENCIA. Ese es el camino, «partido a partido» de ir arrebatándole a la izquierda el terreno que inmerecidamente todavía ocupa en muchos lugares de España.
En estos momentos en los que muchos españoles decentes, siguen estando amedrentados, acobardados, muchos víctimas de la ignorancia, del odio y algunos tentados de iniciar un estallido violento (los indecentes ya nos violentan un día sí, y el otro también); cada vez son más los patriotas españoles que acaban llegando a la conclusión (más vale tarde que nunca) de que las terribles circunstancias que sufren España y los españoles, se podían haber evitado si en las últimas, las penúltimas y las antepenúltimas elecciones generales, regionales y municipales, los buenos españoles hubieran ido juntos, coaligados, en una única candidatura. Es más, somos muchos los que consideramos que, hay que hacer algo ya, sin aplazamientos, para crear, poner en marcha una alternativa al gobierno frente-populista de Sánchez e Iglesias; y mañana es posible que empiece a ser demasiado tarde… cualquiera que se considere un buen español estoy seguro de que pensará, hoy más que nunca, que si se quiere vencer a los gángsteres que nos mal-gobiernan y que nos están llevando a la ruina, hay que evitar por todos los medios que, la derecha española vaya desunida en las elecciones regionales que puedan convocarse en los meses próximos y las elecciones generales que, se acabarán convocando cuando menos nos lo esperemos.
Sin duda España está en un momento en el que más que nunca, se necesita una agrupación política que aglutine a todos los españoles decentes, a los que no tienen complejos y afirman sin tapujos que son de derechas, liberal-conservadores, democristianos, social-cristianos… a los españoles decentes que, no se sienten representados en las instituciones, a los españoles decentes que consideran que todas las opciones políticas han renunciado a todo lo que muchos consideramos irrenunciable.
Este 4 de mayo se ha demostrado que cada día que pas son más los españoles decentes que piensan que, no es momento de encogerse, empequeñecerse, lamentarse,… y menos rehuir el combate; por el contrario, es imprescindible entrar al trapo, sin complejos, promover la confrontación de ideas, de proyectos; es el único modo de evitar que nuestra Patria, España, pase de estar moribunda a acabar muriéndose.
Es por eso que, el 4 de mayo ha habido millones de madrileños y en el resto de España que han llegado a la conclusión de que, volver a confiar en las casta de privilegiados y parasitos que se hacen llamar «de izquierdas, progresistas, antifascistas»…, es de mentes cándidas e ingenuas, es pretender que quienes causan los grandes problemas sean la solución, algo así como confiar en un bombero pirómano.
La única salida para el pueblo español pasa por no volver a confiar en quienes causan su desgracia e iniciar una verdadera revolución nacional, pues cuando alguien es engañado por otro, la primera vez es culpa del otro; pero cuando a uno lo engañan por segunda vez, en tal caso ya no es culpa del engañador, sino de la persona engañada.
El verdadero problema de España son sus políticos que se hacen llamar progresistas y declaran «alertas antifascistas», políticos malvados y mediocres que llevan sucediéndose en el poder desde hace ya décadas, ellos son los verdaderos victimarios, los verdugos de los españoles, víctimas de su ineptitud, de su irracional egoísmo, de su mendacidad, de su mal hacer, de su ruindad, desde que murió el General Franco. Ellos, y no Europa, son quienes están destruyendo España, fomentando la crispación, el enfrentamiento de los españoles por doquier, deteriorando la convivencia, fomentando e inculcando «contra-valores», corrompiendo a los españoles… Ellos son, no les quepa duda, no se vuelvan a dejar engañar, quienes tienen como único objetivo parasitar, vivir de nuestros impuestos, aunque ello signifique acabar destruyendo la Nación Española.
El 4 de mayo de 2021 ha comenzado el principio del fin de la indecencia, los madrileños-españoles decentes le han dicho no al al social-comunismo,… pero, esto acaba de empezar; ahora hay que impedir por todos los medios que el PP vuelva a traicionar a España, tal como lo hizo con Mariano Rajoy.
Ahora toca empujar para que, Isabel Díaz Ayuso y su equipo de colaboradores encabecen esa nueva derecha que España necesita; el objetivo, como indicaba más arriba, debe ser agrupar a todos los españoles decentes en torno a una sóla candidatura, para las próximas elecciones generales.
Sí, ahora toca empujar para que Isabel Díaz Ayuso y su equipo de colaboradores sumen a todos los españoles decentes que, hayan demostrado sobradamente que son buenos gestores. Sí, ahora toca empujar para que Isabel Día z Ayuso aparte y quite en medio a todo aquel aquel que tenga por objetivo es vivir de nuestros impuestos…
Ahora toca refundar la derecha, para que quienes se han esperanzado con la posibilidad de que España recupere la decencia, la sensatez, y salgamos de la terrible situación a la que nos han llevado los socialistas y comunistas; no se vuelvan a sentir defraudados ni traicionados.
Ahora el mensaje tiene que ser bien claro: este 4 de mayo no ha ganado el PP de Rajoy, de Casado… ha ganado un proyecto liberal-conservador, frente a las políticas socialdemócratas, liberticidas, totalitarias.
Al PP «rajoyano» (que preside Pablo Casado), debe quedarle muy claro, por si aún no se ha enterado, que ha llegado el momento de apartarse a un lado y dejar hacer a personas como Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo, pues es la única manera de desalojar a Pedro Sánchez y sus secuaces del gobierno de España…
Hablaba anteriormente de que ha llegado el momento de que se lleve a cabo una «verdadera revolución nacional», una revolución que siente las bases de una nación de ciudadanos libres e iguales y destierre la perpetuación de privilegios y prebendas, independientemente del lugar de España en el que hayan nacido o donde habiten. Estoy hablando de un cambio que conduzca a una democracia liberal, con estricta separación de poderes, en la que exista una justicia independiente. Hablo de una revolución nacional que devuelva a todos los españoles el orgullo de serlo. Hablo, al fin y al cabo de un nuevo régimen que, priorice el bienestar de los españoles como primer objetivo de la acción política, de la gestión pública. Hablo de una intervención quirúrgica de urgencia que implante en España una verdadera democracia representativa, y que no quede el más mínimo rastro de la actual partitocracia corrupta y criminal.
El gobierno social-comunista, aprovechándose de la crisis de saluda pública que ha originado el coronavirus, está dinamitando la Constitución Española de 1978, nuestra forma de vida que, muchos españoles consideraban consolidada, firme, y en la que confiaban; es por ello que, la única esperanza que le queda a España es que algunas personas como Isabel Díaz Ayuso, después de vencer en Madrid a la izquierda, se rodée de “hombres y mujeres sabios y buenos y encabece en el resto de España una gran coalición que, desaloje de las instituciones a los bandidos que nos mal-gobiernan; una gran coalición de españoles decentes que, conduzca a España a la ruptura con las formas caciquiles y oligárquicas como forma de gobierno, y acabemos finalmente homologándonos con los regímenes políticos más avanzados y las naciones más prósperas de nuestro entorno cultural, político, económico.
Aunque sea una frase muy manoseada (como la de «partido a partido» del Cholo Simeone), no olviden que, para que triunfe el mal es imprescindible que las buenas personas miren para otro lado, permanezcan pasivas y dejen hacer a los malvados.
A riesgo de ser reiterativo, e incluso pesado, vuelvo a insistir:
España está en un momento en el que, se necesita una agrupación política que aglutine a todos los españoles DECENTES, a los que no tienen complejos y afirman sin tapujos que son partidarios de defender la Nación Española, defender Nuestra Patria, a los españoles DECENTES que son partidarios de defender el derecho a la vida, el derecho a la propiedad, la economía de mercado, la monarquía parlamentaria, la democracia representativa, con estricta separación de poderes… a los españoles decentes que, no se sienten representados en las instituciones, a los españoles decentes que consideran que todas las opciones políticas han renunciado a todo lo que los buenos españoles consideramos irrenunciable.
Hoy más que nunca, urge que alguien, como Isabel Díaz Ayuso, encabece una agrupación política con aspiración de ser una organización de masas, con el objetivo claro y rotundo de ser una opción de gobierno, de manera que España vuelva al buen camino, recupere la sensatez, y abandone el camino de ruina, de destrucción emprendido por el gobierno frente-populista, social-comunista, de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Es seguro que, tal como ha demostrado el 4 de mayo, Isabel Díaz Ayuso es capaz de agrupar y liderar, a personas capaces a su vez de ilusionar, de seducir y de movilizar a los españoles decentes.
Esa nueva derecha de la que venimos hablando, debe dotarse de un proyecto claro, rotundo en el que se prevea la reforma de todo lo que, necesita ser reformado en el estado del bienestar que, en España es mucho.
Si lo que se pretende, cuando hayamos logrado superar la pandemia del coronavirus, es volver a poner en marcha nuestro sistema productivo, y crear riqueza; poner a España en el camino de lograr un desarrollo sólido y perdurable (“sostenible” lo llaman ahora), es imprescindible promover la salud de las instituciones “democráticas”, y evitar/erradicar situaciones de dependencia asistencial, de clientelismo-servilismo, “estómagos agradecidos”, servidumbres más o menos voluntarias, como el “ingreso mínimo vital” o cosas por el estilo.
Esa nueva derecha española no debe tener ningún reparo, ningún complejo en cuestionar, y llegado el momento enfrentarse al consenso socialdemócrata, al acuerdo, más o menos tácito, respecto de que los derechos individuales pueden ser violados en nombre del “bien común”, del “interés colectivo” –como viene sucediendo durante el estado de alarma que sufrimos desde hace meses, debido a la epidemia del coronavirus- ese consenso de los diversos partidos con representación en el parlamento que, cuando gobiernan les lleva a violar los derechos individuales (el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad) a través de impuestos, redistribución de riqueza, y regulaciones de todo tipo, aunque hasta ahora ningún gobierno haya llegado a los extremos de los regímenes totalitarios del siglo XX, pese a que algunos como PSOE y Podemos no tengan recato alguno en manifestar claramente sus simpatías hacia ellos.
Esa nueva derecha debe expresarse sin rodeos, sin complejos, sin miedos de clase alguna respecto de que, eso que algunos denominan de forma despectiva “el capitalismo”, la economía de mercado, que en lo político se traduce en una “democracia liberal”, es el único sistema social basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo el derecho a la vida y a la propiedad.
La economía de mercado es la única forma de organización social que, ha sido inventada hasta la fecha para que sean respetados nuestros derechos inalienables a la vida, la libertad, la propiedad, y la búsqueda de la felicidad.
Por supuesto, hablar de capitalismo, de economía de libre mercado, de democracia liberal es hablar también de gobierno limitado. De un gobierno cuya función es proteger nuestros derechos individuales e impedir que sean violados por agresores nacionales o extranjeros. Capitalismo, economía de libre mercado significa un escrupuloso respeto a la propiedad y a la iniciativa privadas, rigiendo el principio de mínima intervención gubernamental; hablamos de una forma de organización social en la que el estado y la economía gozan de separación, comparable a la separación de la religión y el estado.
Ese bloque de derechas debe tener muy claro que, en un régimen de democracia liberal y de economía de libre mercado, en el que exista una estricta separación de estado y economía, los gobernantes no deberán dar trato de favor, proteger ninguna actividad amparándose en el interés colectivo, en el bien común, o subterfugios por el estilo; debe regir el principio de “mínima intervención gubernamental” y tenderse a separar economía y gobierno, para que los privilegios dejen de existir o sean los menos posibles.
Un buen gestor de dineros ajenos (al fin y al cabo en eso consiste ser un buen gobernante) ahorra costes a los ciudadanos, tal como haría un administrador de fincas eficaz y decente, evita conflictos, resuelve problemas y es un gran mediador a la hora de solucionar discrepancias o asuntos que se enredan por la sana disparidad de criterios entre quienes habitan en la nación, y quienes nos honran con su presencia y nos visitan diariamente.
Y, para que tengamos un buen gestor al frente del Gobierno de la Nación Española, es imprescindible que sea una persona de probada experiencia, con un currículo exitoso, como gestor de dineros ajenos en la empresa privada; pues, a estas alturas es de sobra conocido que ningún político de los que forman parte de los diversos partidos con presencia en el Congreso de los Diputados, salvo honrosas excepciones, ha dado un palo al agua en su vida adulta, todos o casi todos son miembros de eso que se denomina “la clase política” : hijos, amigos, hermanos, cuñados… y tienen como único objetivo formar parte de las diversas instituciones para seguir viviendo de nuestros impuestos.
Esa nueva derecha, que estoy seguro que la persona más indicada para liderarla se llama Isabel Díaz Ayuso, debe comprometerse ante los españoles, a no usar de forma arbitraria el presupuesto, y por supuesto, a no despreciar de ningún modo la legalidad vigente, o boicotear la seguridad jurídica; debe comprometerse ante los españoles a no espantar las inversiones, ya sea de españoles o de emprendedores extranjeros, y por el contrario, recibirlas con los brazos abiertos. Es la única manera de poner a España, nuevamente en el camino del bienestar y del crecimiento,…
Isabel Díaz Ayuso debería rodearse de gente previsible, para que acabe infundiendo confianza. Debe rodearse de gente capacitada, con experiencia exitosa en la gestión de dineros ajenos, y sobre todo que, no tenga intención de hacer carrera en la política, para hacerse de un patrimonio.
A nadie medianamente informado se le escapa que, España acabará siendo rescatada económicamente, de un modo u otro y evidentemente, con los actuales gobernantes, las autoridades de la Unión Europea no lo harán, pues saben sobradamente que no son los más indicados para salir del atolladero. ¿Alguien puede aún pensar que quienes controlan los dineros de la UE van a darle carta blanca al gobierno social-comunista de Sánchez e Iglesias para que gestionen y dispongan a placer de los millones de euros que han prometido que harán llegar a España a lo largo de los próximos meses?
Por ello es imprescindible desalojar a Pedro Sánchez y sus secuaces del Gobierno de España y la única forma es mediante una gran coalición de españoles DECENTES, agrupados en una derecha «refundada» y encabezada por Isabel Díaz Ayuso, de manera que el nuevo gobierno esté integrado por gestores que inspiren confianza, debido a su –insisto- probada experiencia en la gestión de dineros ajenos.
Si quienes están al frente de las agrupaciones políticas no socialistas, no comunistas, son tal como afirman, patriotas, decentes, etc. deberían dar un paso al lado, apartarse para dejar paso a personas como Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo que, tal como vienen demostrando no tienen como objetivo hacer de la política su medio de vida y acrecentar su patrimonio…
Y, ya para terminar, permítanme un par de reflexiones más:
¿No sería cuestión de tomarse en serio lo de incluir en los planes de estudio alguna asignatura con el nombre de “educación cívica y para ser buenos ciudadanos”, o algo similar, y poner en marcha un “Plan de Alfabetización y Educación para la Honradez y la Decencia”?
Y, por último: sólo es posible sumar sumandos homogéneos.
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