¿Por qué todo demócrata está obligado a criticar al gobierno sin tregua?
La vigilancia y crítica dura al gobierno de turno no es una opción sino un deber para todo ciudadano demócrata y decente. La vigilancia y la crítica a los que gobiernan son vitales para la salud de los pueblos y el mejor antídoto para evitar que los canallas nos dominen, empobrezcan y esclavicen. Cada vez que criticas a tus malos gobernantes, frenas sus abusos e iniquidades y defiendes a tu nación.
La critica a los gobiernos es la actividad más positiva y valiosa para los paises democráticos. No es una opción sino un deber. En primer lugar porque lo exige la democracia, que es un sistema para controlar a los gobiernos más que para elegirlos. La democracia consiste en un conjunto complejo de controles, cautelad, reglas y mecanismos todos ellos destinados a controlar a los gobiernos para que no se extralimiten y abusen del poder. La separación y funcionamiento independiente y libre de los poderes básicos del Estado, la competencia entre partidos, las elecciones libres, la prensa libre y sobre todo la vigilancia y crítica de los ciudadanos constituyen la esencia de la democracia y la garantía de que los gobernantes no se vuelvan tiranos.
Los políticos mediocres, los tiranos camuflados de demócratas, los totalitarios, los fanáticos, los paniaguados, los subvencionados, los militantes descerebrados de los partidos, los adictos a los subsidios, los esclavos de vocación y los imbéciles se escandalizan y enfurecen cuando un demócrata critica al gobierno o a su partido, cuando solo cumplen con el principal deber de un demócrata.
Así nos va en España, país donde la crítica ciudadana a los gobernantes es más necesaria que en cualquier otro país del mundo porque la mayoría de los controles democráticos han sido dinamitados por los políticos, lo que ha convertido al país en una dictadura de partidos con los valores y los ciudadanos marginados.
Sólo las tiranías reprimen a los críticos. La URSS los enviaba a Siberia o al otro mundo y con más o menos disimulo hacen lo mismo China, Cuba, Venezuela y otros países comunistas, al igual que lo hacían también el nazismo, el fascismo y la mayoría de las dictaduras del planeta.
En muchos países del mundo, que en apariencia son democráticos pero que en realidad ocultan tiranías inmorales, entre ellos España, los críticos son rechazados por los militantes y votantes de los partidos, fanatizados en la defensa de los suyos, y represaliados por los mismos gobiernos que son criticados, que los incluyen en listas negras, les impiden tener influencia y prosperidad y a veces los castigan y acosan hasta provocar la ruina o el suicidio.
Pero la Historia devuelve siempre el honor y el mérito a los luchadores por la libertad y a los que tuvieron el valor de enfrentarse a los gobiernos delincuentes y corrompidos. Los críticos de hoy suelen ser los héroes del mañana, cuando las dictaduras criticadas y los gobiernos podridos caigan y sean restituidas la justicia y la decencia.
En países como España, donde la libertad y la democracia están amenazadas, la crítica es todavía mñas necesaria e irrenunciable para los demócratas y los ciudadanos decentes. Objetivamente, en España hay tantas razones objetivas para que el pueblo luche por su libertad como las que había en países como Túnez, Egipto o Ukrania cuando sus ciudadanos se lanzaron a la calle en protestar contra sus respectivos gobernantes.
Francisco Rubiales