CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN.
En una universidad americana, un profesor de economía decía que nunca había suspendido a un solo alumno, hasta que una vez suspendió a la totalidad de sus alumnos… a toda la clase.
Ese grupo de alumnos le había insistido en múltiples ocasiones en que el socialismo realmente funcionaba: con un gobierno intervencionista, llevando el llamado «estado del bienestar» hasta sus últimas consecuencias, distribuyendo la riqueza,etc. de manera que nadie sería pobre (pero nadie sería rico), un régimen de plena igualdad y de absoluta justicia social.
Harto de los elogios que sus alumnos hacían respecto del colectivismo, del estatismo, del «socialismo», un buen día les dijo:
– «Bien, de acuerdo, les propongo a ustedes que hagamos un experimento socialista en esta clase. En vez de dinero, usaremos sus notas, las que obtengan de las pruebas. Todas sus calificaciones serán, a partir de este momento, teniendo en cuenta la media aritmética de las notas que consiga cada uno de los alumnos de clase… y por tanto debemos entender que serán «justas». Todos recibirán las mismas notas, lo que en teoría, significa que nadie será suspendido, pero, claro, así será difícil que alguien consiga un 10″ .
Tras la primera prueba, el profesor calculó la media y todos recibieron un «7».
Así, quien estudió con dedicación se quedó indignado, pero los alumnos que no se esforzaron, estaban contentísimos, muy felices con el resultado.
Una vez realizada la segunda prueba, los estudiantes flojos estudiaron mucho menos -pues esperaban sacar notas buenas de cualquier forma; y los que al principio habían estudiado mucho, decidieron que ellos también se aprovecharían de lo que había propuesto el profesor respecto de las notas. Como resultado, la media de la segunda prueba fue de «4».
Por supuesto, a nadie le gustó…
Después de la tercera prueba, la nota media fue de «1».
Y, como era de esperar, las notas nunca volvieron a los niveles de antes de que comenzara el experimento, los desacuerdos entre los estudiantes y la búsqueda de culpables, desembocaron en malos modos, palabras groseras, insultos… que pasaron a envenenar la atmósfera del aula de aquella clase. La búsqueda de «justicia» había hecho que los alumnos aceptaran el plan propuesto por el profesor… y el odio y el sentimiento de injusticia fue a partir de entonces la característica principal del grupo…
Cuando se fue aproximando el final del cursos escolar, nadie quería esforzarse ni estudiar para beneficiar al resto de los compañeros del curso….
Es por ello que ningún alumno aprobó la asignatura y todos se vieron obligados a repetirla el curso siguiente.
Para sorpresa de todos, el profesor una vez terminado el experimento les dijo:
– «El experimento socialista estaba abocado al fracaso, sencillamente porque en cualquier grupo social cuando la recompensa es grande, el esfuerzo por el éxito individual es grande; pero, cuando el gobierno elimina todas las recompensas, y expropia los logros de otros para repartirlos, distribuirlos entre los que no han hecho ningún esfuerzo para merecerlos, entonces llega un momento en que nadie va querer realizar el más mínimo esfuerzo.» Esto es lo que ocurre en lugares como Cuba, Corea del Norte y Venezuela… y sucedía en otros muchos más países antes de la caída del Muro de Berlín en 1989
1. No es posible acabar con la pobreza y conducir a los más pobres hacia la prosperidad, privando de prosperidad a los ricos.
2. Por cada persona que recibe sin haber tenido que trabajar, siempre hay una persona que trabaja y no recibe.
3. No se olvide que los gobiernos no producen riquezas, y por lo tanto, para poder dar, repartir, distribuir… no le queda otra opción que quitar a quienes tienen, a quienes producen, o coaccionarlos para que entreguen parte de lo que consiguen mediante su trabajo…
4. Al contrario de lo que predica el socialismo, es imposible multiplicar la riqueza intentando «dividirla», repartiendo e «igualando» para acabar con las «desigualdades».
5. Cuando gran parte de la población acaba llegando a la conclusión de que no necesita trabajar para poder vivir, el resto de la población acaba, también, llegando a la conclusión de que no vale la pena trabajar para mantener a quienes no trabajan; entonces se inicia el camino hacia el fin de una nación.
6. Después de leer esta información, si te ha gustado, hazles saber a quienes todavía no se han dado cuenta, a quienes lo ignoran, lo que realmente significa el estatismo, el colectivismo, el intervencionismo, el socialismo; da igual que se llame «nacionalsocialismo» que «socialismo democrático, o socialdemocracia», o «socialismo marxista-leninista» y un largo etc.
A partir de este simple experimento es fácil llegar a la conclusión de que las diversas formas de «socialismo» ni son buenas ni es posible que funcionen. Quienes opinan lo contrario, lo hacen generalmente por ignorancia, y acabarán cambiando de opinión, cuando el dinero de quienes producen, trabajan, se acabe, pues el dinero no cae del cielo como si fuera el «maná» del que habla la Biblia.
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