El articulo fue publicado por LA NACION (ARGENTINA) el 8 de noviembre de 2021 y escrito por Mariano de Vedia.
La denuncia con la que la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia pidió que los atentados y crímenes de los Montoneros sean declarados delitos de lesa humanidad e imprescriptibles revela conexiones de la agrupación guerrillera con organizaciones palestinas.
Basado en pruebas de expedientes judiciales y distintas publicaciones, la denuncia señala la existencia de un pacto celebrado por la cúpula de Montoneros, conducida por Mario Firmenich, con el extinto líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, y con Abu Jihad, cuyo nombre verdadero era Khalil al Wazir, líder del brazo armado Al Fatah. Esos lazos se habrían activado como preparación para la llamada Contraofensiva, como se denominó la etapa de los atentados que el grupo armado argentino intentó perpetrar en el país a partir de 1979.S
En la denuncia radicada hoy en el juzgado de Servini se menciona que la escuela de cuadros de los Montoneros, dependiente del Comando Táctico, se ocupaba de la formación de los grupos TEA (tropas especiales de agitación) y TEI (tropas especiales de infantería). En referencia a estos últimos, se advierte que “estaban entrenados en técnicas de tiro, explosivos y táctica militar, adiestrados en campos de instrucción situados en Beirut (Líbano) y Tahl (Siria), en virtud de convenios celebrados entre Montoneros y Al Fatah en 1978″.
Además de citar fragmentos de la causa judicial “Scagliusi, Claudio Gustavo y otros s/privación ilegal de la libertad”, los denunciantes agregan que los detalles de ese acuerdo fueron revelados por varias publicaciones, entre las que cita el libro “Montoneros, conexión local de los atentados a la embajada de Israel y la AMIA”, de George Chaya, y los más recientes, “La Contraofensiva Estratégica de Montoneros. Entre el exilio y la militancia revolucionaria (1976-1980)”, de Hernán Eduardo Confino, del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín, y “Montoneros y Palestina”, de Pablo Robledo, promocionado por la Agencia Paco Urondo.
Indican, así, que las relaciones entre ambas organizaciones databan de 1973, pero solo se hicieron públicas en 1977, luego de una reunión entre Firmenich y Fernando Vaca Narvaja con Arafat, en Beirut.
El acuerdo incluía cooperación en materia de documentos, logística y objetivos de cada organización y un capítulo militar. Montoneros debía aportar transferencia de tecnología para el desarrollo, construcción e instalación de una fábrica de explosivos plásticos y proveer un técnico químico para dirigirla.
A cambio, Al Fatah se comprometió a ceder armamento de origen soviético, lanza cohetes RPG7 y entrenamiento militar de los pelotones de infantería, que luego protagonizarían la llamada “Contraofensiva Estratégica” de Montoneros.
Según la denuncia, la práctica militar se realizó durante meses en los campos de entrenamiento de Al Fatah en Damour, ciudad libanesa ubicada en la costa mediterránea; en Sidón, tercera ciudad de El Líbano y en Siria, en un destacamento situado en las cercanías de Damasco. El entrenamiento estaba a cargo de instructores de Al Fatah.
Firmenich, Vaca Narvaja y Yäger acudieron al campamento de Damour. Y se indica que el sacerdote Jorge Adur, capellan de los Montoneros, asistía espiritualmente a los efectivos.
El entrenamiento militar había comenzado ya en Libia, México y Cuba, pero los contingentes de voluntarios que participarían de las prácticas terroristas habían llegado desde España.
También se advierte en la denuncia que Imad Fayez Mougnieh, jefe de inteligencia de Hezbolla y uno de los acusados por el atentado a la AMIA, habría sido entrenador de grupos de guerrilleros, de acuerdo con una declaración testimonial recepcionada en México.
Otro punto de conexión en la denuncia llega a Nicaragua. Se afirma que Daniel Ortega se benefició con los fondos obtenidos por Montoneros a través del secuestro de los hermanos Born, considerado el rescate más alto de la historia de los secuestros extorsivos”.
Las entidades que firman la denuncia señalan que el dirigente Emilio Pérsico es uno de los que se entrenó en las bases de Siria y el Libano para la preparación de la Contraofensiva. Añaden que intervino en el homicidio de Francisco Soldati y habría participado también en el atentado a Guillermo Walter Klein y su familia.Emilio Pérsico en el acto de la militancia llevado a cabo en el club Nueva ChicagoLA NACION
“Pérsico era miembro de la organización “Montoneros” y su nombre de guerra era Arturo o Pedro. El titular del Movimiento Evita, que vive actualmente en una casa perteneciente a Firmenich, fue Subsecretario de Coordinación de Políticas Públicas, vicejefe de Gabinete del gobierno de la provincia de Buenos Aires durante en la gestión de Felipe Solá y ahora es secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”, completa la denuncia.
Y concluye: “La grotesca y extravagante política exterior de la Argentina, con el apoyo a la OLP, la falta de condena a las acciones terroristas de Hammas, el acuerdo celebrado con la República de Irán, la falta de condena de la dictadura venezolana, desde donde se auspició dicho acuerdo, así como la omisión de condena al régimen de Ortega en Nicaragua, encuentra su explicación en el siniestro pasado de la organización criminal Montoneros”.
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