CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS
Desde que en septiembre del año pasado no se hicieron las cosas como debieran y el gobierno no dio ningún paso para renovar los consorcios establecidos entre MUFACE y las compañías aseguradoras que asisten a los funcionarios públicos, ha pasado alrededor de medio año en el que más de un millón de españoles han estado infraatendidos, angustiados, y multitud de sensaciones más, debido a que parte del gobierno que encabeza Pedro Sánchez está empeñado en destruir MUFACE y otras mutualidades como ISFAS y MUGEJU.
Los estalinistas que apoyan a Pedro Sánchez han dicho cantidad de estupideces, a cuál de mayor magnitud, entre otras que el sistema nacional de salud español (ellos lo llaman «sistema público») es maravilloso, excelente, excelentísimo y que, éste es «gratuito» y que los empleados públicos son unos privilegiados, que reciben trato de favor, y acceden a prestaciones que se les niega al resto de los españoles, además de que esta situación de privilegio es sostenida con fondos públicos, lo cual consideran inadmisible… Como si es que el servicio nacional español de salud no lo fuera, y el dinero con el que se paga al personal sanitario, el mantenimiento de instalaciones, los equipamientos, y demás, se hiciera de manera mágica, a la manera del maná bíblico, caído del cielo. Hablamos de los mismos que montan campañas publicitarias en las que advierten a los españoles, por si todavía no se han dado cuenta, de que los diversos servicios de la administración del estado no son «un milagro» sino que se pagan con sus impuestos…
Son, también, los mismos que «se olvidan» de contarnos cómo despilfarran, nos roban, al mismo tiempo que se enriquecen, y se permiten pasearse por todo lo largo y ancho de esta mundo en aviones del patrimonio del estado, para hacer negocios algo más que turbios y acrecentar su patrimonio… los que dicen que «apuestan» por lo público y acuden a la sanidad privada, a la enseñanza privada, etc. generalmente.
Bien, volvamos al título del artículo: Sanidad pública versus sanidad privada. El modelo MUFACE.
Son muchas las voces que se alzan para advertir a los españoles de la quiebra de la Seguridad Social Española y se quejan de que se les está hurtando información imprescindible. El déficit de la Seguridad Social en España ha alcanzado niveles alarmantes, poniendo en riesgo la sostenibilidad del sistema de pensiones a largo plazo entre otras muchas cuestiones. Los datos más recientes muestran una situación preocupante:
Esta situación plantea serios desafíos para el futuro del sistema de pensiones en España y requiere una reforma integral para garantizar su viabilidad a largo plazo. La quiebra del Régimen General de la Seguridad Social también tendrá graves repercusiones en la asistencia sanitaria pública española:
Estas repercusiones subrayan la urgencia de abordar el déficit estructural de la Seguridad Social y buscar soluciones sostenibles para garantizar la calidad y accesibilidad de la asistencia sanitaria pública en España.
Y, mientras todo esto sucede, en España seguimos recibiendo turismo sanitario, sin apenas restricciones, ni supervisión, ni control, se trate de turistas que se dejan caer por nuestro país o quienes entran de forma ilegal, con absoluto descontrol, constantemente por nuestras fronteras…
Y, para remate del tomate, se demoniza a los empleados públicos a los que se presenta como privilegiados, a los que forman parte de MUFACE, MUGEJU, e ISFAS, y son atendidos por aseguradoras privadas, tal como hacen generalmente los políticos que ponen el grito en el cielo al mismo tiempo que en caso de necesidad recurren a la sanidad privada, como llevan a sus hijos a la enseñanza privada, al mismo tiempo que dicen que «apuestan» por lo público…
De veras que existe un profundo cinismo entre quienes se oponen a que en España se cree -aunque ya existe en parte, de facto- un sistema mixto público-privado de asistencia y gestión sanitaria, Muchos países occidentales ya operan con modelos mixtos de sanidad que combinan financiación pública y provisión tanto pública como privada de servicios, manteniendo altos estándares de calidad y acceso universal.
En España ya existe una coexistencia y colaboración público-privada en el sistema sanitario, que ha demostrado ser beneficiosa para garantizar la calidad y sostenibilidad del sistema.
La sanidad privada complementa y alivia la carga del sistema público, especialmente en áreas con largas listas de espera, sin que esto implique el abandono de la atención universal.
Un sistema mixto bien regulado puede mantener los principios de universalidad, equidad y calidad que caracterizan al modelo actualmente existente en España, un sistema gestionado por el Estado, con el objetivo de proporcionar atención médica universal y financiada a través de los impuestos sobre la renta.
La colaboración público-privada puede aportar eficiencias y recursos adicionales para hacer frente a los desafíos del envejecimiento poblacional y el aumento de enfermedades crónicas.
En lugar de desaparecer, la atención a la población podría mejorar con un sistema mixto bien diseñado y regulado, que combine las fortalezas de ambos sectores mientras mantiene los principios fundamentales de acceso universal y equitativo a la atención sanitaria.
Para saber más, y copiar de lo que funciona en el extranjero, sería bueno que le echaran un vistazo a las líneas que siguen:
Los sistemas sanitarios europeos se basan principalmente en dos modelos: el Beveridge y el Bismarck. Ambos se basan en los principios de universalidad, solidaridad y equidad, aunque difieren en su financiación, organización y prestación de servicios.
España presenta un caso único donde conviven:
Esta dualidad implica que muchos ciudadanos «pagan doble» por su atención sanitaria, manteniendo seguros privados además de contribuir al sistema público.
Según los expertos, los sistemas sanitarios europeos se enfrentan a retos comunes:
La competencia entre servicios y la regulación adecuada del sector privado se consideran factores que pueden mejorar la eficiencia global del sistema.
En conclusión, tanto el modelo Beveridge como el Bismarck ofrecen ventajas y desventajas. La tendencia actual apunta hacia sistemas híbridos que buscan combinar lo mejor de ambos modelos para garantizar una atención sanitaria de calidad, accesible y sostenible.
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