Se aproxima un otoño convulso y muy posiblemente «caliente»
Carlos Caldito Aunión.
En aquellos tiempos pretéritos, cuando existía la costumbre de «armar caballeros», siguiendo un ritual de cierta complejidad, en ceremonia pública; los candidatos tenían la obligación de «velar armas», guardarlas y no perderlas de vista la noche anterior.
No son muchos los españoles que podrán permitirse algún tiempo de vacaciones (no demasiados, si tenemos en cuenta que las últimas estadísticas sobre la población activa, respecto de quienes están en edad legal de trabajar y desearían poder hacerlo, nos hablan de que hemos alcanzado ya la cifra de 9 millones de personas desempleadas), pero los que decidan abandonar su domicilio habitual e irse a su segunda residencia, o a un camping, o a un hotel, o casa rural, etc. con la intención de descansar, es seguro que, lo harán pidiendo a gritos, y si no tanto, deseando la intervención -ya- de españoles decentes y demócratas, que nos saquen de esta España mal gobernada y de manera despótica, por golfos, malvados y mediocres…
Pero los que se aparten momentaneamente del mundanal ruido, de la vorágine, es recomendable que no olviden «velar armas», tener listos todos los recursos necesarios, pertrecharse para el otoño que nos espera, que a buen seguro no será tranquilo.
Para empezar, si Abascal, sus oligarcas y caciques cumplen con lo que han anunciado, nos espera la moción de censura que VOX ha prometido, dicen que, con la intención de hacer caer al gobierno frentepopulista de socialistas, comunistas y separatistas.
Somos muchos los que consideramos que, casi con total seguridad, no prosperará, pues, VOX no ha pactado -que se sepa- ningún posible apoyo, y no tiene plan alguno, ni tampoco candidato alternativo, para presidir el gobierno que, de prosperar la moción de censura, debería sustituir al que ahora encabezan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias…
Algunos se consuelan y contentan, y hasta se regocijan, pensando en que, por lo menos, la moción de censura servirá para que algunos españoles conozcan la verdad, la «España real» que el gobierno nos oculta y para que -los que aún no se han dado cuenta- descubran que la Nación Española está al borde del abismo, a punto de despeñarse.
Son muchos -incautos ellos y ellas- que afirman que la moción va a abrir, de manera inevitable, un debate, necesario, imprescindible que, si VOX es capaz de rentabilizarlo, hará que consiga un mayor número de adeptos, de seguidores, y en definitiva de futuros apoyos para posibles elecciones… Dicen ellos -incautos- que VOX va a conseguir que España se quite la venda y las orejeras, cuando, mediante la moción de censura se descubran las innumerables mentiras y engaños del Gobierno de Pedro Sánchez y sus secuaces.
Es casi seguro que en septiembre resucite el coronavirus con una intensidad inimaginable, y que el gobierno vuelva a castigarnos con «arresto domiciliario» (lo cual, sería ya la puntilla para nuestra economía), y, no lo duden, los mafiosos que nos malgobiernan aprovecharán para aumentar más todavía su poder, suprimir derechos constitucionales y gobernar de forma despótica, totalitaria y liberticida.
No olviden que, tanto los socialistas, como los comunistas, como los separatistas y los etarras, odian la democracia liberal, la separción de poderes, la libertad de pensamiento, de opinión, de expresión y un largo etc. como vienen demostrando día tras día. A este paso, harán loas al coronavirus, ya que les permite ser más autoritarios.
Inevitablemente (vayan apretándose el cinturón) este próximo otoño nos llegarán múltiples plagas, desgracias, en forma de pobreza, enfermedad y hasta hambruna. El gobierno social-comunista bajará las pensiones, subirá el IVA y otros impuestos, y creará algunos nuevos,…
Este otoño próximo, es muy posible que la situación de ruina que aqueja a España llegue a tener tal magnitud que nos conduzca a una dinámica de ignorancia, miedo, odio y violencia.
La mayoría de los políticos profesionales que, forman parte del consenso socialdemócrata, y tienen actas de diputado, y también sus trovadores, aduladores y demás periodistas-sicarios «biempagaos», tratarán nuevamente de engañar a los españoles decentes, y nos contarán que «es Europa», la Unión Europea, la culpable de todos los males, y que son ellos los que tienen un enorme deseo de hacer a España débil, que son ellos los que no nos quieren libres y los que nos prefieren desunidos, y a ser posible una España rota…
Pero, no permitan que los vuelvan a engañar: El verdadero problema de España son sus políticos, malvados y mediocres que llevan sucediéndose en el poder desde hace ya cuatro décadas, ellos son los verdaderos victimarios, los verdugos de los españoles, víctimas de su ineptitud, de su irracional egoísmo, de su mendacidad, de su mal hacer, de su ruindad, desde que murió el General Franco. Ellos, y no Europa, son quienes están destruyendo España, fomentando la crispación, el enfrentamiento de los españoles por doquier, deteriorando la convivencia, fomentando e inculcando «contra-valores», corrompiendo a los españoles… Ellos son, no les quepa duda, no se vuelvan a dejar engañar, quienes tienen como único objetivo parasitar, vivir de nuestros impuestos, aunque ello signifique acabar destruyendo la Nación Española. Así que, no olviden en este mes de agosto, para velar sus armas, tenerlas listas para ser usadas, en buen estado, ármense, aprovisionense, empezando por «desabrochar su cerebro tanto como la cremallera de su pantalón o de su falda», sean todo lo críticos que sean capaces, atrévanse a pensar por sí mismos, agudicen el intelecto… pues, es la única forma que tendremos para defendernos de la que se nos viene encima.
Sí, España necesita urgentemente una cirugía regenerativa que, empiece por extirpar el verdadero cáncer en el que se convertido la casta política parasitaria, una cirugía de choque que expulse de las instituciones a los políticos corrompidos -y corruptores- y mediocres y los sustituya por españoles decentes, preparados, generosos y que no tengan como objetivo principal medrar, hacer carrera en la política, y labrarse una inmensa fortuna. Esos españoles decentes, aunque algunos no se lo imaginen, existen, están entre nosotros, la mayoría, trabajando en la empresa privada, de manera exitosa, gestionando dineros propios y ajenos… y existen arcadas, repugnancia, asco de acercarse a esa política que se ha convertido en un basurero y un lupanar.
En fin, si se van de vacaciones este mes de agosto, vuelvan bien pertrechados, y no olviden que, España, la Patria común de todos los Españoles siguirá estando en grave peligro, como nunca lo ha estado desde hace siglos, como lo estaba a principios del siglo XIX, cuando el alcalde de MÓSTOLES decidió redactar el “bando de la independencia” el dos de mayo de 1808. Entonces el estado español, el jefe del estado y el presidente del gobierno, como ocurre, estaban desaparecidos, pecaban de pasividad e inacción, habían hecho absoluta dejación de sus funciones y obligaciones, en definitiva eran casi inexistentes. Sin duda alguna estamos en unas circunstancias similares a las que España sufrió hace dos siglos.
Es por eso que, confiar en las castas extractivas, privilegiadas y parasitarias, es de mentes cándidas e ingenuas, es pretender que quienes causan los grandes problemas sean la solución, algo así como confiar en un bombero pirómano. La única salida para el pueblo español pasa por no volver a confiar en las instancias que causan su desgracia e iniciar una revolución nacional, pues cuando alguien es engañado por otro, la primera vez es culpa del otro; pero cuando a uno lo engañan por segunda vez, en tal caso ya no es culpa del engañador, sino de la persona engañada. Estoy hablando de una revolución que nos conduzca a un régimen constitucional que siente las bases de una nación de ciudadanos libres e iguales y destierre la perpetuación de privilegios y prebendas. Estoy hablando de un cambio profundo que conduzca a una democracia liberal, con estricta separación de poderes, en la que exista una justicia independiente. Hablo de una revolución nacional que devuelva a todos los españoles el orgullo de serlo. Hablo de un nuevo régimen que priorice el bienestar de los españoles como primer objetivo de la acción política, de la gestión pública. Hablo de un cambio social profundo, de una intervención quirúrgica de urgencia que implante en España una verdadera democracia, y que no quede el más mínimo rastro de la actual partitocracia corrupta y criminal. Por supuesto, que nadie se asuste, hablo de una revolución nacional no-violenta, inspirada en el patriotismo. España, tal y como la venimos conociendo ha dejado de existir, debido al silencio cómplice del PP y a la maldad e ineptitud, sin recato del del gobierno frentepopulista de PSOE y de “podemos”.
El gobierno social-comunista, aprovechándose de la crisis de saluda pública que ha originado el coronavirus, está dinamitando la Constitución Española de 1978, nuestra forma de vida que, muchos españoles consideraban consolidada, firme, y en la que confiaban. Y, como únicas respuestas los representantes de los partidos que se hacen llamar constitucionalistas (PP, Ciudadanos y VOX) pretenden tomarnos el pelo.
La penúltima ocurrencia es, sin duda, la moción de censura que Santiago Abascal ha prometido presentar en septiembre, dice que, para derribar al gobierno de Pedro Sánchez. La cruda y tozuda realidad es que, hemos llegado a tal situación que solamente cabe que la sociedad civil sea la que actúe, ya que no hay ningún partido político que esté por la labor, y promueva la ilegalización de todas las agrupaciones políticas, sean de las regiones españolas que sean, que tengan como objetivo acabar con la Unidad de España. Y, para rematar la faena, la sociedad civil debería igualmente exigir al Gobierno de la Nación Española que ponga en marcha un referéndum de ámbito nacional-español para desmantelar el “estado de las autonomías”, recuperar las competencias transferidas a los gobiernos de las diversas regiones, que nunca debieron ser transferidas, y especialmente Educación, Justicia y Sanidad. Recuerden que para que triunfe el mal es imprescindible que las buenas personas miren para otro lado, permanezcan pasivas y dejen hacer a los malvados… Todavía no es tarde, todavía podemos parar el proceso de destrucción de la Nación Española. Y ya para finalizar, no olviden lo que decía el dos de mayo de 1808 el Alcalde de Móstoles: ¡ESPAÑOLES, LA PATRIA ESTÁ EN PELIGRO, ACUDID A SALVARLA!