CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN
En esta España nuestra en la que se suele abusar de celebraciones, hasta el extremo de que el verbo celebrar se aplica en situaciones en las que nada hay que celebrar, pongo por caso un funeral o cuando alguien comparece ante un tribunal; ha pasado desapercibido un cumpleaños, mejor dicho una «cumpledécada» si se me permite la expresión.
El 17 de diciembre de 2023 VOX ha cumplido diez años. El tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos… diez años no son nada.
Pues sí, en 2013 se creó VOX. Pero no fue gestado por Santiago Abascal y sus oligarcas; no. Fueron personas decentes, buenos españoles que ya no están en VOX porque fueron obligados a marcharse o fueron expulsados de malas maneras, con acusaciones falsas, difamados, calumniados y un largo etcétera. Algunos de ellos claramente coaccionados, acosados, violentados por los capos que ahora se arrogan la creación y fundación de VOX.
Antes de nada me gustaría dejar claro que no tengo nada contra las ideas que VOX dice defender y que teniendo en cuenta la terrible situación que sufren España y los españoles son más necesarias que nunca: la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, la defensa del matrimonio y de la familia convencionales, la defensa de la Unidad de España, y como consecuencia la supresión del Estado de las Autonomías, y un largo etc. de cuestiones que los españoles de bien consideramos irrenunciables. Tampoco mi artículo pretende ser un ataque a aquellos que forman parte de VOX, como afiliados, cotizantes o simples simpatizantes, nada más lejos de mis intenciones, éste pretende ser un artículo para intentar abrir ojos y oídos, para que escuchen y miren la mentira, el embuste que están sosteniendo con sus aportaciones económicas mes a mes.
VOX fue puesto en marcha a finales del año 2013 por parte de miembros del Partido Popular que, decían estar desencantados por el camino que había tomado Mariano Rajoy respecto de ciertos asuntos que ellos consideraban señas de identidad del PP, por las renuncias, traiciones y servidumbres, por ciertas políticas que no eran de su agrado, y en suma, porque cada día que pasaba pensaban que el PP se iba volviendo más irreconocible.
Sus promotores fueron Cristina Seguí, José Antonio Ortega Lara, José Luis González Quirós, Ignacio Camuñas y Alejo Vidal Cuadras (víctima hace no mucho de un intento de asesinato que Pedro Sánchez y sus secuaces no tienen interés en que se aclare y menos que se castigue a sus autores). Alejo Vidal Cuadras Roca fue el primer presidente de VOX.
¿Y qué me dicen del «manifiesto fundacional de VOX»»? Pues, está guardado en el baúl de los recuerdos…
VOX echó a andar hablando de «regeneración» y de que era «el partido de los valores».
¿Alguien se acuerda de cuando VOX, en su manifiesto fundacional afirmaba que «El Estado de las Autonomías no ha cumplido los fines para los que fue concebido y su coste ha alcanzado proporciones alarmantes. La descentralización política, que se ha llevado a extremos dudosamente compatibles con la Constitución, lejos de apaciguar la cuestión nacionalista en Cataluña y en el País Vasco, ha agudizado las tensiones centrífugas y ha puesto a España al borde de la desintegración. Nuestro Estado autonómico es políticamente inmanejable y financieramente insostenible.«?
También, el manifiesto fundacional hablaba de profundizar en la separación de poderes (reforma de la composición y de la forma de elección de los Vocales del Consejo General del Poder Judicial, volviendo a la fórmula prevista por la Constitución de 1978.), y de la necesidad de una nueva Ley Electoral que sustituya el actual sistema proporcional por un sistema mixto mayoritario-proporcional. Y de una nueva Ley de Partidos que garantice su funcionamiento democrático y la transparencia y equidad de su financiación. Y de recuperar el estado unitario, con un único Gobierno, un único Parlamento depositario exclusivo de la soberanía nacional y un Tribunal Supremo que actúe como última instancia jurisdiccional en todos los órdenes, comprendido el constitucional.
Así mismo, el manifiesto fundacional de VOX añadía que era necesario despolitizar completamente la forma de elección y de las competencias del Tribunal de Cuentas y de los Organismos Reguladores para garantizar su independencia.
Por otro lado, el mencionado manifiesto fundacional afirmaba que otro de los objetivos de VOX es reformar el Régimen Local sobre la base de una descentralización administrativa provincial e insular conducente a una mayor eficacia y eficiencia de la administración territorial compatible con el control de legalidad a cargo de las instancias centrales del Estado. Nuevo mapa municipal que se traduzca en una notable reducción del número de entes locales mediante su agrupación con criterios de proximidad, demografía, optimización de recursos y operatividad.
Prosigamos con el «MANIFIESTO FUNDACIONAL DE VOX»:
VOX se estructurará democráticamente de modo que todos sus candidatos y cargos orgánicos sean elegidos por los afiliados en elecciones primarias y rindan periódicamente cuentas ante ellos, en cuyo nombre actúan.
VOX se financiará mediante cuotas de sus miembros y donaciones de sus partidarios que serán gestionadas por un Director económico financiero, externo a la estructura política y responsable ante los órganos de gobierno. Las cuentas anuales serán auditadas y publicadas.
En el MANIFIESTO FUNDACIONAL DE VOX se afirma que «El reglamento interno de funcionamiento contemplará la tutela de los derechos de los afiliados y la posibilidad de que estos acudan ante cualquier conflicto al comité de garantías y, si no estuvieren conforme con su dictamen, ante las autoridades judiciales.» En fin, imposible de llevar a cabo cuando Abascal y compañía practican el «centralismo democrático»…
Otro punto especialmente jocoso, muestra de sarcasmo cruel es el que dice que «La disciplina de partido no podrá invocarse nunca para coartar la libertad de opinión y expresión de los dirigentes y miembros del partido, puesto que VOX acepta como parte fundamental de su capital político la capacidad de análisis y la libertad de iniciativa de sus miembros.
«¡Que se lo digan a cuantos españoles decentes ha ido yéndose de VOX tras ser acosados, difamados, calumniados, violentados de formas inimaginables a lo largo de la última década…! Respecto de los puntos siguientes del MANIFIESTO FUNDACIONAL poco o nada cabe decir pues la trayectoria del partido que preside Abascal lo dice todo…
Las primeras noticias que tuve de VOX fueron cuando en octubre de 2013, Ignacio Camuñas, exministro con la UCD, abogado y presidente del Foro de la Sociedad Civil, acudió a Badajoz, a conferenciar acerca del “estado de las autonomías” y sobre la necesidad de regeneración de la democracia en el conjunto de España. No mencionó a VOX, pero sí anticipó que se estaba gestando.
Su discurso fue un calco del libro de Joaquín Costa, “Oligarquía y caciquismo como la actual forma de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla”; aunque, me llamó la atención enormemente que en ningún momento lo nombrara.
Transcurrido el tiempo supe que Ignacio Camuñas y otros habían creado VOX y de que tenían intención de presentarse a las elecciones para el Parlamento Europeo, a las que concurrieron y consiguieron un estruendoso fracaso.
Pasaron meses y Francisco Serrano Castro, ex juez de Familia de Sevilla, con el que tenía bastante relación desde hacía años, me invitó a acercarme a VOX. Me convenció de que VOX es el único partido político que está a favor de la custodia compartida de los hijos menores tras el divorcio, y que considera innegociables valores tales como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos, la promoción del bien común en todas sus formas, el mantenimiento de la paz social, y la defensa de la unidad nacional y un largo etc. de cuestiones que yo considero irrenunciables.
Recuerdo que cuando decidí acercarme a VOX fueron muchos los que me recomendaron que no lo hiciera, unos me hablaron de que eran gente de PP que pretendían refundar el partido o hacer un “PP-bis”; otros me hablaron de que frecuentaban compañías y amistades peligrosas, también me dijeron que su financiación no estaba clara… hasta que eran los representantes del sionismo en España. A todos los comentarios les concedí escasa importancia. De lo cual ahora me arrepiento profundamente.
Como decía, por indicación de Paco Serrano, que fue candidato por VOX en las elecciones autonómicas en Andalucía, me puse en contacto con Rocío Monasterio (aquella mujer que interrumpió un acto de Puigdemont mostrándole unas esposas y el Código Penal Español), tuve una entrevista con ella, con cafelito incluido, y me dijo que tenía buenas referencias de mí, y me derivó al que por entonces era el “representante” de la franquicia en Badajoz, provincia donde yo resido.
A mi vuelta a Badajoz, me entrevisté con Marcelo Amarilla Pérez, el perfecto funcionario mediocre, que para evitar problemas, no da un sólo paso sin pedir permiso al Comité Ejecutivo Nacional, o sea Santiago Abascal y su reducido grupo de oligarcas. Cuando trabé contacto con él estaba absolutamente sólo. Me dijo que en Badajoz era poco lo que se podía hacer, y se manifestó profundamente pesimista. Más tarde supe que estaba más solo que la una, porque quienes se afiliaron cuando se creó el partido, fueron yéndose debido a su inacción, pasividad y actitud del perro del hortelano, que ni come, ni deja comer. Esto condujo a que Santiago Abascal se desplazara a Badajoz, durante el primer año de existencia de VOX y diera un golpe sobre la mesa y ratificara a Marcelo Amarilla, contra la voluntad de los afiliados de entonces.
Con mi larga experiencia de organización y lucha, logré que VOX renaciera en la provincia, siguiendo un esquema tan simple como “propaganda y acción, propaganda y acción… y vuelta a empezar”.
Así pasamos de no tener nadie a más de cincuenta personas en muy poco tiempo. Y presencia en múltiples lugares de la provincia, aparte de la capital, como Mérida, Almendralejo, Zafra, Don Benito… y logramos contactar con multitud de gente dispuesta a integrarse a no mucho tardar.
Durante casi tres años, de estancia en VOX, tuve tenido la oportunidad de asistir a varias “asambleas nacionales”, en las que Santiago Abascal y su grupo de amigos iban renovando sus cargos por unanimidad, o casi por aclamación. Aunque en la primera asamblea a la que asistí hubo un altercado que acabó a golpes y zarandeos, por cuestiones de finanzas y dineros, que guardaban relación con la gente de VOX-Galicia. No le di demasiada importancia, aunque transcurrido el tiempo he sabido que no era cosa insignificante.
En aquella ocasión, como en las siguientes en que fui convocado, sí algo me llamó la atención especialmente era que cuando se hablaba de ingresos, la mayoría eran por donaciones de particulares y que las cuotas no superaban ni la tercera parte de los ingresos.
Siempre se hablaba de gente anónima que, donaba por ser especialmente generosa, y afín al partido, pero no podía revelarse su nombre, pues corrían el riesgo serio de recibir represalias por parte de los gobernantes, y perder la oportunidad de acceder a contratos, para proveer de bienes y servicios a las administraciones públicas, o cosas por el estilo.
https://cadenaser.com/ser/2019/03/18/politica/1552946902_033311.html
“Entre el 15 y el 17 de diciembre de 2017 nos reunieron a todos los responsables provinciales del partido en Soto del Real; fueron las primeras jornadas de coordinación de Vox. Allí, el vicepresidente y responsable de captación de recursos del partido, Víctor González Coello de Portugal, se dirigió a los presentes indicándonos que debíamos ofrecer a los empresarios que quisiesen donar dinero a Vox una vía indirecta para hacerlo sin que su identidad se viese expuesta: utilizar testaferros, parientes o amigos”.
La justificación dada entonces por González Coello de Portugal hacía referencia “a los temores que ciertos empresarios pudieran tener a la hora de que alguien pudiera conocer sus simpatías políticas y eso perjudicase sus perspectivas de negocio”.
La consigna fue muy clara: dirigirse a “empresarios locales, profesionales liberales o autónomos que pudieran estar receptivos (para donar) y que se buscaran formas de camuflaje” para “vencer sus reticencias”.
También me sorprendió que en todas las ocasiones hubo una sola candidatura en las elecciones para renovar el Comité Ejecutivo Nacional, y que el margen de maniobras del que podía disponer cualquier afiliado o grupo de afiliados para poder presentar una candidatura alternativa era absolutamente ninguno, pues las trabas que se le ponían más el poco tiempo disponible, hacían de facto imposible tal cosa. Algo así como lo que los comunistas denominan sarcásticamente “centralismo democrático”.
Fueron muchas las situaciones que me hicieron sospechar que, VOX no es lo que parece.
Luego, más tarde, cuando ya me hube marchado, comprobé que yo no era el único que había llegado a tales conclusiones, y también que somos legión los que nos aproximamos a VOX ilusionados, pensando que tal cual dice la propaganda del partido, VOX es “de extrema necesidad”. Pero, la realidad es muy otra, VOX es una estafa piramidal, controlada por un grupo reducido de oligarcas: Santiago Abascal, Javier Ortega Smith, Rocío Monasterio y su esposo, Iván Espinosa de los Monteros, Enrique Cabanas… Por supuesto, esta gente controla absolutamente todo, y en las provincias en las que VOX tiene presencia imponen a “hombres y mujeres de confianza”, saltándose a la torera lo que dicen sus propios estatutos, no hay democracia interna, ni participación de clase alguna, los procesos que ellos llaman –burlona y sarcásticamente- “electorales”, están amañados, y cuando hay riesgo de que no salga para delante la lista oficialista, recurren al pucherazo, de manera descarada.
Entre otras muchas cuestiones que me empujó a abandonar VOX, está lo que narro a continuación: en la primavera del año pasado (2017) me dirigí al Comité Ejecutivo Nacional, para proponerle que se hiciera un manifiesto, para presentar en todas las instituciones: Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, Cabildos Insulares, Parlamentos y Gobiernos regionales, Congreso de los Diputados, Senado… en el que se urgiera a todos quienes estuvieran dispuestos, a exigirle al Gobierno (entonces presidido por Mariano Rajoy) que aplicara el artículo 116 de la Constitución, suspendiera el estatuto de Cataluña, ilegalizara a los partidos separatistas, y recurriera al “estado de alarma”, al “estado de sitio” o al “estado de excepción”, según la gravedad de la respuesta de los separatistas. Lógicamente, la intención era “rentabilizar” el asunto como partido, aprovechar el asunto para erigirse en el máximo defensor de la Nación Española, de la unidad de España… además de promover un debate a escala nacional respecto de la necesidad de convocar un referéndum para desmantelar el “estado de las autonomías”.
El Comité Ejecutivo Nacional no me hizo el más mínimo caso. Pasaron los meses y yo no dejé de insistir, hasta aburrir. Pasó el verano, y ante mi insistencia, por hartazgo, o por alguna razón que aún ignoro, el Comité Ejecutivo Nacional decidió, tras censurar, mutilar y reducir a la más mínima expresión el texto que yo les había enviado, que ya era el momento de ponerlo en circulación.
Se decidió entregarlo –siguiendo el procedimiento que yo les había propuesto- el día 9 de octubre del año pasado (habiendo pasado alrededor de 9 meses desde que yo hice la propuesta) en todas las Delegaciones del Gobierno en las 17 “comunidades autónomas”, y en los registros de los Ayuntamientos de las ciudades de mayor importancia. Aquella acción la coordinamos Alicia Rubio Calle (vicesecretaria de “Movilización”) y yo. Lo cual me permitió conocer cuál es la realidad de VOX, tanto desde el punto de vista organizativo, como respecto de cuántos militantes, realmente, hay en VOX (luego lo corroboraría en las elecciones que el Comité Ejecutivo Nacional convocó a principios de este verano, para que los afiliados participaran en la elección de los Comités Provinciales).
Se intentó que el texto, light, descafeinado (que al final apenas difería de la peculiar aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno de Mariano Rajoy, decretada el 27 del mismo mes de octubre) se entregara, mediante registro en las Delegaciones del Gobierno, a lo largo de semana y media, más o menos. Pues bien, solamente se logró entregar en aproximadamente la mitad del territorio nacional.
La pretensión era hacerlo llegar a los más de 8.000 municipios de España, y apenas llegaría a 4.000. Evidentemente, si tal cosa ocurrió, es porque VOX carece de implantación en la mayoría del territorio español; a pesar de que sus caciques y oligarcas se pavonearan y jactaban entonces de haber superado los 5.000 afiliados (ahora hablan de que están cercanos a los 10.000).
Ni que decir tiene que, esto que cuento, me hizo plantearme muy seriamente mi permanencia en VOX.
Más tarde, debido a que yo intenté que se divulgara al máximo la trama mafiosa, de financiación ilegal del PP en la provincia de Badajoz (de la que tengo un dossier completísimo y pongo a vuestra disposición) y que lograra que algunos medios de información se hicieran eco de ello. Fui coaccionado y apercibido varias veces, de abrírseme expediente disciplinario, e incluso de ser expulsado de VOX.
Finalmente, el Comité Nacional de VOX acabó convocando elecciones en 35 provincias (que es de suponer que son en las que entonces VOX posía implantación) para elegir a los Comités Provinciales. Yo presenté una candidatura alternativa a la “oficialista”. No le extrañará a nadie si afirmo que ni hubo campaña, ni nada que se le parezca, y por supuesto, hubo pucherazo. Hasta tal extremo fue el descaro que, el candidato apoyado, sin ningún tipo de pudor, por parte del Comité Ejecutivo Nacional, aparte de afirmar con antelación que la última palabra la tenían en “Madrid”, llegó a anticipar cuando el periodo de votación aún no había terminado, con dos días de antelación (sin ponerse colorado) cuál iba a ser el resultado… Y… ¡acertó!
Por supuesto, impugné las elecciones, pero, el comité electoral (que coincide con el “comité de garantías” y es nombrado por Abascal y sus secuaces), como era de esperar, no me hizo ni puñetero caso.
A continuación, Santiago Abascal, Javier Ortega Smith y compañía, procedieron a expulsar a cuantos me habían apoyado.
Aquello fue la gota que colmó el vaso.
Y me marché. Dando un portazo.
Pero… ¿quién es realidad Santiago Abascal?
Santiago Abascal, exdiputado del PP vasco, amadrinado por la “lideresa” Aguirre recibió 156.452 € en cuatro años para DENAES y 183.000 € en 2013 por la Fundación para el Mecenazgo, además de su salario de 82.491,80 €. La web de ésta fundación costó 15.600 € y un manual sobre Dependencia, 92.000 €. Para su actividad, Abascal no tuvo que preocuparse ni por el alquiler del local, ya que la Consejería de Economía y Hacienda le cedió uno… acogido por Esperanza Aguirre en Madrid, fue nombrado Director de la Agencia de Protección de Datos para cuyo cargo no tenía ni el conocimiento, ni la formación, ni la capacidad, ni la experiencia exigidas.
El “lidereso” Abascal lleva toda su vida viviendo del dinero de los contribuyentes, como diputado vasco y, como edil primero y luego en la Comunidad de Madrid, no se le conoce oficio ni beneficio ni actividad laboral o profesional alguna al margen de la citada, pues pasó de las juventudes del PP a dichos cargos directamente…
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