Tijeretazo a la LIBERTAD de Expresión.

Quien hace la ley hace la trampa y es evidente el alto grado de corrupción política y de mentiras que deben taparse y obviarse. El síndrome de Hubris u obsesión por el poder esta muy presente en la silla.

El gusto por la silla, por el bienestar propio antepuesto al bien común. Se legisla para el control de la libertad de expresión especialmente la referida al Estado obviando la referente a la religión y a las redes donde los comentarios e insultos están a la orden del día al igual que los perfiles falsos o identidades ocultas.

Eso sí debería controlarse y no permitir identidades falsas. Es muy fácil insultar sin dar la cara como cobardes.  Recordemos que las redes son una vía importante de captación de menores y adolescentes por pedófilos y pederastas con el peligro tan grave para estas víctimas de depredadores sexuales. Me parece muy bien el control de fake news y de los bulos y mentiras que tanto dañan al honor.  Pero olvidamos una vertiente que es que quien tiene el poder tiene la fuerza y puede usar la manipulación de datos.

Es decir, convertir en realidad se debe ocultar porque pelota un cargo y hacer ver con descaro que es fake news. Yo misma he vivido en algún medio como se añadían contenidos a mis artículos, se modificaban las frases en base a una ideología y lo que yo quería expresar quedaba anulado y le daba un sentido opuesto a mis ideas.  Todo aquel que critique y de forma primordial al Estado es perseguido.  Así surge la figura del disidente, del que tiene personalidad propia y ama la verdad.

Si quien sufre maltrato, sea hombre, mujer o niño, se calla y no denuncia su peligro vital otra in crescendo. El derecho a la opinión y lote pensamiento es un derecho amparado por la Constitución y reflejo de ña personalidad individual y única. Coartar la libertad de expresión es maltrato porque sabemos a ciencia cierta que si no iremos con la verdad.

Que nadie se atreva a callarnos la voz. Somos libres y no encadenados a ninguna ideología.

La verdad nos hará libres. 

LIBERTAD con mayúsculas

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