Trump, la Escuela de Frankfurt y la Contrarrevolución
Roniel Aledo
Una cosa que sirve muy bien de prologo para entender la elección de Trump de manera acertada es la breve intervención de una médica rumana en el pasado sínodo de la familia en la Vaticano. La doctora Anca-María Cernea, presidenta de la Asociación de Médicos Católicos de Bucarest nos da el perfecto prologo para comprender la victoria de Trump: ¨La pobreza material y el consumismo no son la causa primera de la crisis de la familia. La causa primera de la revolución sexual y cultural es ideológica. Nuestra Señora de Fátima dijo que los errores de Rusia se propagarían por todo el mundo. Se hizo primero de forma violenta, con el marxismo clásico, matando a decenas de millones de personas. Ahora se hace mediante el marxismo cultural. Hay una continuidad, desde la revolución sexual leninista, a través de Gramsci y de la Escuela de Frankfurt, hasta la actual ideología de los derechos homosexuales y de género. El marxismo clásico pretendía rediseñar la sociedad adueñándose por medios violentos de la propiedad. Ahora la revolución va más lejos: pretende redefinir la familia, la identidad sexual y la naturaleza humana…La misión de la Iglesia es salvar almas. En este mundo el mal proviene del pecado. No de la disparidad de ingresos ni del “cambio climático”.
Estas palabras dichas con gran valentía y mayor luz en el pasado sínodo nos sirven de previa explicación para la victoria de Trump. Si bien es cierto que siempre hay un elemento inmediato y de nivel micro (usualmente los únicos que los medios de comunicación, y como diría Juan Manuel de Prada, ¨las masas cretinizadas¨ pueden ver) hay razones profundísimas, históricas, filosóficas e incluso metafísicas que explican un hecho tan extraordinario como este de manera integral.
A nivel inmediato y micro, se puede ver la explicación en asuntos económicos. Esto es la famosa reforma sanitaria de Obama, el Obamacare, que ha creado muchísimos problemas a las pequeñas empresas, y a decenas de miles que han visto como han tenido que abandonar trabajos de tiempo completo con beneficios por trabajos de tiempo parcial sin beneficios. El que también muchos obreros vieron sus trabajos perdidos porque las grandes empresas movieron producción a China y Méjico entre otros países es razón económica real. Pero lo digo y repito, todo el asunto económico –incluidos los malos tratados de libre comercios— solo influyo en un 20 a 30 % de la victoria de Trump. El resto de la variable no fue para nada económica sino cultural y social. El resto de la explicación se da, como dice la doctora Cernea, por la dictadura del marxismo cultural, creación de la Escuela de Frankfurt.
Estilo tradicional
El hecho es que Trump supo ganarse a la mayoría silenciosa de todo un país. Se ganó a la gente común a la que todavía le queda sentido común. Estas son las personas que no viven en las grandes ciudades y conservan estilos de vida tradicionales. Estas personas que componen la Mayoría Silenciosa son rechazados, relegados, ignorados y burlados por las elites progresistas de las grandes ciudades. Las elites de las ciudades están completamente bajo la influencia y el adoctrinamiento constante de los medios de comunicación, la prensa, la televisión, el cine, la educación, con las que el Marxismo Cultural producto directo de la Escuela de Frankfurt (Lukacs, Benjamin, Adorno, Marcuse, Fromm, etc.) les bombardea día y noche.
Las elites de las ciudades, los adolescentes y jóvenes universitarios son el resultado directo de casi 50 años de ¨revoluciones¨ culturales inspiradas en la Escuela de Frankfurt y la violentísima y radicalísima ingeniería social y cultural que Obama impuso a golpes en EE. UU durante los últimos 8 años. La gente con sentido común que sigue la Ley Natural se vio rodeada, oprimida, burlada, machacada por la Dictadura de lo Políticamente Correcto, por la Gestapo del Pensamiento, por el mazo implacable del Marxismo Cultural. Esta gente machacada y oprimida por la Escuela de Frankfurt vio como en poco tiempo lo que sus padres y abuelos pensaban se convertía bajo Obama en ¨crimen de odio¨, en ¨racismo¨, y en ¨fobias¨.
Estas personas de sentido común vieron como pensar y hablar lo que la América (y Occidente) cristiana siempre había pensado y dicho, repetir lo que la Biblia nos dice, en unos pocos años se convertía en “crimen de odio” según el Santo Oficio cultural de Hollywood y la prensa. Estas personas vieron en Trump su válvula de escape. Una persona que hablaba con el sentido común de siempre y se atrevía a decir lo que todos opinan, lo que todos piensan, pero nadie se atreve a decir para evitar el mazo de la dictadura de lo políticamente correcto, multas y en algunos casos hasta la cárcel.
De esta forma Trump se ganó las masas de la mayoría silenciosa osea esos que todavía vive bajo la Ley Natural y sin la infección contagiosa viral del Marxismo Cultural de San Francisco, Nueva York, Los Angeles, Chicago, etc. La ira de la mayoría silenciosa de EEUU, aplastada, burlada y humillada, por las elites de Hollywood, los marxistoides profesores universitarios, los ¨Gay Pride Parades¨, las Femen, las cadenas de televisión y sus telediarios, las estrellas de la canción pop, y el 90% de la prensa que les forzaban por la garganta con golpes furiosos toda la ingeniería social y cultural de Gramsci, Marcuse, Adorno, Fromm, Benjamin, Lukacs y otros, llevo a Trump a crear un verdadero movimiento que yo considero una autentica Contrarrevolución cultural.
El Marxismo Cultural
Ante la tremenda contrarrevolución, verdadero milagro, que estamos viendo, cabe preguntarse: ¿Qué es exactamente el Marxismo Cultural, producto de la Escuela de Frankfurt contra la que la Mayoría Silenciosa de Trump se levanta? Pues bien, el Marxismo Cultural, obra de la Escuela de Frankfurt, es la estrategia para debilitar y de hecho exterminar el cristianismo y la cultura occidental. Una estrategia que ha tenido un éxito arrollador en Occidente.
A principios del XX muchos radicales marxistas y anarquistas vieron con rabia como las masas no se levantaban en revolución sangrienta y espontánea por toda Europa. El italiano comunista Antonio Gramsci decía que los obreros no se levantaban en revolución porque estaban impregnados de la cultura tradicional occidental en todas sus formas y síntomas: los hombres eran hombres y se comportaban como tales, las mujeres eran mujeres y se comportaban como tales, la gente creía en Dios, los Europeos estaban orgullosos de su historia, los franceses seguían orgullosos de su imperio, los británicos seguían orgullosos de su imperio, los españoles seguían orgullosos de haber colonizado un nuevo mundo, todos daban por seguro que la Cristiandad era la verdadera religión y las otras religiones falsas, y todos seguían defendiendo que el “todo” Occidental, desde Mozart a Da Vinci, de Copérnico a Cervantes, de San Alberto Magno a Mendel, desde Pasteur hasta Tesla, de Shakespeare a Volta y desde Wagner hasta Miguel Ángel, era superior a las otras culturas. Esto era, según Gramsci, el freno mayor, el impedimento y barrera que no dejaba avanzar la revolución en Occidente.
Para contrarrestar esto, Gramsci decía que había por todos los medios que extirpar la cultura cristiana occidental en un “combate cultural”, al que él llamaba “camino largo” o “marcha larga”. Esta “marcha larga” debía dirigirse hacia todas las instituciones: universidades, escuelas, museos, iglesias, seminarios, periódicos, revistas, hoy día también televisión, cine, etc. desde donde se propague una anti-cultura que acabe con los cimientos y las convicciones de la cultura cristiana occidental para que la gente, una vez debilitada en sus convicciones, se adhiera a los ideales marxistas que antes habían rechazado de forma natural.
Así pues nace la teoría (después puesta en práctica con increíble éxito como vemos hoy día) que hay que destruir todo (y a todos) lo que defienda o promueva el Cristianismo, la familia tradicional, el rol natural del hombre y la mujer, las etnias autóctonas europeas, la superioridad de la literatura, arte, y música europea, la creencia en Dios, el orgullo en la historia europea (especialmente la conquista y colonización de otros continentes, culturas y religiones) , el hetero-sexualismo, y en fin todo lo que componía la cultura y realidad Occidental Cristiana. Había de debilitar cual quinta columna desde dentro la cultural de occidente, debilitar la creencia en Dios, en la Ley Natural, en el Orden Natural de la sociedad y había que defender todo lo que fuera anti cristiano, anti Europa, anti Occidente.
Así, en el 1923 nace en Frankfurt Alemania el Instituto para la Investigación Social o simplemente la Escuela de Frankfurt financiada por Félix Weil para diseminar y llevar a la practica la estrategia concebida por Gramsci. Sobre el objetivo de esta Escuela decía George Lukacs:
“Vi la destrucción revolucionaria de la sociedad como la única solución para las contradicciones culturales de la época… Tal volteamiento mundial de valores no puede ocurrir sin la aniquilación de los antiguos valores y la creación de otros nuevos por los revolucionarios”.
Otros pensadores Marxistas se unieron al esfuerzo con dedicación: Adorno, Marcuse, Fromm, Benjamin, Horkheimer, etc. De inmediato la Escuela tuvo muchísimo éxito y tanto en el mundo académico como en el cultural se empezó a notar la puesta en práctica de la estrategia, algo muy reflejado en la decadencia de a finales de la década, o sea los ¨locos¨ años 20.
Sin embargo, tanto el trabajo como la influencia en la cultura del instituto se detuvo bruscamente por la gran Depresión primero y por la guerra mundial después. Muchos de los grandes arquitectos de la Escuela de Frankfurt se instalaron en la Universidad de Columbia de Nueva York y esperaron tiempos más favorables para impulsar de nuevo su revolución cultural. No fue sino hasta la década de los 60s cuando una nueva generación de adolescentes y jóvenes ingenuos que no conocían la depresión ni la guerra mundial tomo de nuevo el proceso revolucionario de la Escuela de Frankfurt. De ahí que la estrategia de la Escuela de Frankfurt “explotara” con rotundo éxito en los 60s por todo occidente.
Así, la obra “Eros y civilización” de Marcuse se convirtió en el máximo fundamento doctrinal del hipismo. También es Marcuse quien reenfoca los esfuerzos del Marxismo Cultural poniendo como máximo objetivo el ganarse y adoctrinar (lavar el cerebro) a los universitarios de clase media y alta. Por su parte Max Horkheimer afirma en su “Teoría Critica” que la manera de destruir la civilización occidental era el ataque sistemático a todos sus valores asociados a esta, y así, por ejemplo, defendía la destrucción del matrimonio y la familia con hijos llegando a decir que el matrimonio puede ser cualquier tipo de unión donde intervenga la atracción sexual sin ningún fin concreto. De la misma manera Fromm decía que la masculinidad y la feminidad no eran reflejo de diferencias biológicas, sino que era imposición debida a la “opresión” que los heterosexuales ejercían en la sociedad.
Así, a la teoría y estrategia de la Escuela de Frankfurt, una vez puesta en práctica, esto es una vez que salió del salón de clase y empezó verdaderamente a destruir la cultura cristiana occidental, se le llamo Marxismo Cultural. Según el Marxismo Cultural, las personas de cultura occidental son por definición una clase opresora y malévola por naturaleza. En contraste, la nueva clase oprimida y buena por naturaleza está constituida por todos los individuos de cultura, religión y etnias no occidentales o por las minorías que contradicen en sus acciones y pensamiento lo tradicional cristiano: todas las razas no blancas, homosexuales, inmigrantes del tercer mundo, feministas, ateos “científicos”, musulmanes, etc.
Entre las armas que usa este Marxismo Cultural producto de la Escuela de Frankfurt para la destrucción de la Cultural Cristiana Occidental esta la inmigración masiva de gentes del tercer mundo con religiones y culturas ajenas a la Europea, y la imposición de leyes de “discriminación positiva” que favorezcan a todas las “minorías” (desde los homosexuales hasta todos los que practican religiones no Cristiana) y una fuerte imposición de leyes que atenten contra los derechos de todos aquellos que defiendan la Ley Natural Moral, la cultura occidental, el rol natural de los hombres y las mujeres, la familia tradicional, etc.
Marxismo Cultural
En su ensayo “Tolerancia Represiva”, Marcuse da nacimiento indirecto a lo que se convertiría después en el concepto de nuestros días de lo “Políticamente Correcto” o sea la dictadura del pensamiento que condena con el martillo del rechazo, la vergüenza e incluso la multa o la cárcel a todo aquel que se atreve a cuestionar los nuevos “dogmas” impuestos a golpes y lavado de cerebro por el Marxismo Cultural.
De ahí que entendemos que el propósito del Marxismo Cultural era destruir todo lo que hasta entonces había sido la Civilización Occidental: la cultura, la Ley Natural, el rol masculino en la sociedad, el rol femenino en la sociedad, la creencia en Dios, todo lo pro europeo, todo lo pro cristiano, la historia basada en la superioridad de una civilización e historia fundamentada en la verdadera religión cristiana.
De esa manera y después de la gran “explosión” del Marxismo Cultural en la década de los 60s, EE. UU y el resto de occidente lleva ya casi 50 años sufriendo bajo esta revolución cultural y social impuesta por los medios de educación y comunicación. Más aun, los últimos 8 años de Obama solo sirvieron para acelerar al máximo la profundidad y la devastación de esta. Durante los últimos 8 años Obama impuso a martillazos y de manera radical la revolución de la Escuela de Frankfurt, y por supuesto, la Europa occidental siguió el ejemplo de su referente por excelencia (EE. UU) intentando copiar en todo a Obama para demostrar lo “modernos” que eran (como decimos en EE. UU, ¨monkey see, monkey do¨).
En España también se vive aun con las leyes Marxistas Culturales Zapateristas y a diario se crean nuevas otras, además de las persecuciones que cada día vemos contra los nuevos ¨herejes¨ que se atreven a defender el sentido común, la ley natural y la razón contra la Gestapo del pensamiento y la Dictadura de lo políticamente correcto. Lo que intentaron hacer con el cardenal Cañizares y lo que Cristina Cifuentes intenta hacer con el director del Colegio Juan Pablo II de Alcorcón y con David Pérez el alcalde de Alcorcón (¿para ganarse un par de votos homosexuales cuando intente sustituir a Rajoy?) es solo la punta del Iceberg de esta brutal persecución contra todo aquel que defienda los valores tradicionales cristianos occidentales.
La Contrarrevolución
Por eso veo en Trump una clara muestra de la Contrarrevolución. Una Contrarrevolución que ha tardado 50 años en llegar pero que finalmente está aquí presente. El Brexit es también síntoma de que la contrarrevolución ha comenzado. La gente se revela, la mayoría silencia empieza a hablar, y los regímenes y engendros masónicos Volterianos se empiezan a tambalear.
En EE. UU una mayoría silenciosa, oprimida, ignorada, burlada, por las elites de la CNN, ABC, MSNBC, HBO, Hollywood, NBC, etc. y el establishment de Washington DC, se reveló contra la dictadura de lo políticamente correcto apoyando, contra viento, marea y la mega colosal propaganda mediática que buscaba destruirlo a toda costa, a Trump. Solo en Trump veían el Némesis, la sal en la herida, el dedo en el ojo, el bofetón descomunal contra el Marxismo Cultural reinante en todas las elites, desde Lady Gaga hasta Miley Cyrus, desde Katy Perry hasta Madonna (que ofrecía sexo oral a quienes votaran contra Trump), desde los reporteros de la CNN hasta los actores de cine de los Avengers (Vengadores).
Por eso comparto la opinión del gran historiador católico H.W Crocker (autor del brillante libro “Triunfo: El Poder y la Gloria de la Iglesia Católica”) quien dijo que solo Trump era el ¨exorcista¨ de lo políticamente correcto y la única esperanza para hacer frente a este. Y también comparto lo que dijo el escritor australiano católico Blaise Joseph, quien defendió a Trump como un posible o hipotético nuevo Emperador Constantino en el sentido de que, sin ser un cristiano devoto, solo él podía destruir el Marxismo Cultural en guerra abierta y así ayudar con sus políticas al cristianismo a resurgir de su persecución y cenizas.
Y esto lo dice Blaise Joseph sabiendo muy bien que Trump está muy lejos de haber tenido una vida moral y personal ejemplar desde el punto de vista cristiano. Todo lo contrario, lo dice sabiendo muy bien que Trump siempre fue un mujeriego playboy total, con múltiples divorcios y fama de cristiano presbiteriano muy “light” y no practicante. Pero por eso mismo es que se le compara con Constantino pues este no fue cristiano sino hasta sus últimos momentos en su lecho de muerte, y sin embargo fue quien por sus políticas más ayudo al cristianismo otorgándole libertad y protección.
También tenemos que entender que en la Victoria de Trump está la venganza de los que Obama se burlaba diciendo que “se aferran a sus Biblias y Pistolas”. Hay que entender que detrás de Trump están 60 millones de votantes Republicanos (o nuevos Republicanos pues Trump para siempre destruyo el partido Republicano de los Bush, las elites, y los Neocones de ¨cruzadas democráticas¨ globalistas) que quieren seguir con su estilo de vida tradicional, bajo la ley Natural, que quieren seguir llamando Navidad a la Navidad, no saben que diablos es un ¨Kwawanzaa¨ y no entienden porque no pueden llamarle inmigrantes ilegales a los inmigrantes ilegales, ni terroristas islámicos a los terroristas islámicos. Estos son los votantes de los que Obama se burló cuando paso por el oeste de Pennsylvania en el 2008 diciendo que se ¨aferraban a sus Biblias y pistolas¨. Esos de los que Obama se burló en el 2008 son los mismos que quieren seguir llamando blanco a lo blanco, y negro a lo negro, y que se niegan rotundamente (pistola en mano) a que un hombre se ponga pintalabios, se auto declare ¨mujer¨ y le enseñe sus muy masculinos genitales a sus niñas de 6 años en el servicio femenino.
De manera más inmediata los cristianos en EE. UU, tanto católicos como protestantes practicantes, le dan gracias a Dios por la victoria de Trump, pues solo Trump podía salvar la corte Suprema de EE.UU. Esto así, porque en EE. UU el Tribunal Supremo es poderosísimo, y es como la unión del Supremo y el Constitucional de España, pero combinado en un solo Tribunal. En muchas ocasiones los 9 jueces vitalicios del Supremo tienen más poder que el mismo Presidente y el Congreso. Solo el Tribunal Supremo de EEUU puede limitar el aborto, defender la familia cristiana, defender la verdadera libertad religiosa, interpretar las leyes y la Constitución.
Hace unos meses el muy católico y practicante juez del Supremo Antonin Scalia murió creando una vacante, y el muy católico practicante juez Thomas se retirará pronto creando una segunda vacante. Una Presidencia de Hillary (la bruja Hilaria como la llama Juan Manuel de Prada) hubiera sido apocalíptica y devastadora pues ambas vacantes se hubiesen reemplazo con rabiosos de la Escuela de Frankfurt con sus nefastas consecuencias para los cristianos y los que siguen la Ley Natural. Trump va a salvar la Corte Suprema de EEUU pues prometió llenar las vacantes con jueces pro vida y pro familia y de hecho ya dio una lista con nombres de potenciales candidatos, todos cristianos conservadores practicantes y defensores de la vida y la familia. Esta salvación de la Corte Suprema de las garras del Marxismo Cultural es solo el primer paso practico que los cristianos en EEUU y el mundo esperamos se convierta en una verdadera Contrarrevolución.
Igualmente las nominaciones de Trump son una luz de esperanza: el senador y campeón de la lucha contra el aborto Jeff Sessions como Fiscal General del país, la también anti abortista Nikki Haley como embajadora ante las Naciones Unidas, el muy devoto cristiano ortodoxo Reince Priebus como jefe de gabinete, el católico conservador y apasionado defensor de la cultura occidental Stephen Bannon como jefe de estrategia de la Casa Blanca y el conservador General de 4 estrellas de los Marines James “perro furioso” Mattis (admirado y casi venerado por los militares conservadores) como futuro Secretario de Defensa.
Si Trump consigue llevar a cabo su agenda, aun teniendo en cuenta la guerra abierta que la prensa y las elites le han declarado, pronto veremos que no solo es Orbán en Hungría, o Putin en Rusia, los que se divorcian del nuevo orden mundial (NOM) y establecen políticas pro familia y Ley Natural, pero que EE. UU podría tomar liderato en Occidente para una gradual y muy bienvenida Restauración; una verdadera Contrarrevolución.