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Un hombre denuncia que le impiden ver a su hija por una falsa acusación de violencia de género. Miguel Ángel Vázquez denuncia que lleva un año y medio sin ver a su hija mayor pese a que no ha sido condenado.

Unai Cano

El 10 de agosto de 2021 todo cambió en la vida de Miguel Ángel Vázquez. Madrileño y padre de tres hijos, descubrió que su entonces mujer, María, lo había denunciado por violencia de género. Los últimos meses de matrimonio no habían sido fáciles, pero nada le hacía esperar a lo que tendría que enfrentarse desde aquel día. La primera sentencia, gracias a que los hechos «delictivos» relatados por su ex «contaron con testigos», fue clara: sobreseimiento libre en tres instancias. Es decir, que no se encontraron indicios de haber cometido ninguno de los delitos que motivaron la causa.

Un mes antes, su expareja María (nombre ficticio) ya le había amenazado con acudir a los tribunales, por lo que había decidido personarse en la comisaría de San Blas para «dar aviso» y pedir consejo a la Policía: «Me dijeron que, al ser hombre, no podía hacer nada, pero que grabase las conversaciones cuando coincidiésemos en el domicilio para preparar mi defensa»,…

FUENTE: https://theobjective.com/espana/tribunales/2023-09-20/falsa-victima-violencia-genero-recibe-ayudas-madrid/

Sentencia de la primera denuncia a Miguel Ángel.

Un día después de conocer la sentencia, María fue a dejarle a los niños siguiendo el orden que marca la custodia y, mostrándose «claramente insatisfecha», agredió a Miguel Ángel. Así lo asegura un testigo, que le recomendó acudir a comisaría y denunciarlo. Eso hizo Miguel Ángel, pero allí se llevó una sorpresa: «Me transmitieron que sólo podía hacerlo en caso de ser mujer», explica indignado.

Treinta días más tarde, María «decidió atrincherarse en el entonces hogar común», según apunta Miguel Ángel Vázquez; y le obligó a abandonar su casa. Esto, pese a que poco antes «se había llegado a un acuerdo entre abogados para establecer un régimen de custodia compartida con casa nido». La tortura, según su versión, había empezado para él.

Con el paso del tiempo la relación fue a peor, y la negativa de Vázquez a firmar un convenio regulador «desproporcionado» fue la gota que colmó el vaso: «Quería quedarse con el domicilio y pagar un 30% de los gastos comunes, y que yo, que cobro menos, me encargase de llevar a los niños al colegio y a extraescolares», asegura señalando que, tras meditarlo, su abogada y él se negaron: «Al no firmarlo, María decidió saltarse el acuerdo que llevábamos cumpliendo de custodia compartida y se ‘atrincheró’ en el piso con los tres niños, impidiendo que los viese y que accediese a mis pertenencias».

Entonces, Miguel Ángel Vázquez acudió al piso con un testigo para que quedase constancia de que ella, sin ninguna sentencia favorable, no le permitía acceder. Así testificó los hechos en la denuncia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el acompañante: «Después de que ella rechazase su entrada llamamos a la policía. Los agentes nos dijeron que no podían hacer nada porque el convenio regulador se había acordado de palabra y no había firma. Intentaron mediar y el único consejo que le dieron a él fue que aceptase las condiciones que ella había impuesto». Esto, añadido a lo último que le dijo su hijo de tres años por teléfono, le hicieron plantearse firmar el acuerdo: «Uno de mis hijos me dijo, claramente influenciado por la madre, que firmase o no le volvería a ver». Pero finalmente interpuso una denuncia para volver al régimen pactado, y lo consiguió tras la sentencia del juez en diciembre.

El 29 de septiembre, tras varios días sin ver a sus hijos, Miguel Ángel coincidió con ellos y su madre a la salida de una actividad extraescolar debido a que el polideportivo al que acudían estaba al lado de la casa de sus padres. Entonces, ella decidió llamar a la policía alegando Miguel Ángel le había hecho «el gesto de degollarla». La veintena de testigos, una carta que mandó uno de los presentes al juzgado y la inexistencia de un proceso abierto o una sentencia contra Miguel Ángel evitó su detención, pero desde ese día indica que ella «decide desapuntar a dos hijos de sus actividades extraescolares en ese centro deportivo».

La segunda denuncia por violencia de género llegó un mes más tarde. El 7 de febrero, bajo el régimen de casa nido y siendo conocedora del nuevo domicilio de Miguel Ángel, María decide esperarle con el coche: «Me dirigía a mi casa y de repente vi que el vehículo que tenía delante era el suyo. Pegó un frenazo y estuvimos cerca de chocarnos. Entonces llamó a la policía y les dijo que llevaba 45 minutos persiguiéndola», resume añadiendo que esa semana le tocaba a él estar con los niños y tuvo que pasar una noche en el calabozo.

En el juicio, gracias a que la declaración de María contó con algunas «incoherencias» y en la carretera sólo habían coincidido kilómetro y medio, los jueces dieron la razón a Miguel Ángel y dictaron sobreseimiento libre en las tres instancias.

Último día con su hija

Tras dos meses con un aparente «alto al fuego», llegó uno de los golpes que más afectó a Miguel Ángel, en el día de su cumpleaños, siempre según su testimonio. Siendo su semana de custodia, fue a recoger a Laura (su hija mayor) de su actividad extraescolar y la profesora no se lo permitió alegando que «la niña no quiere». Se personaron dos agentes de policía y calmaron al padre asegurándole que «la niña está nerviosa pero mañana volverá con él». Hoy, un año y cuatro meses después, sigue sin verla porque, pese a ser menor, prevalece su voluntad.

«No di crédito, la noche anterior habíamos dormido juntos sin problema y habíamos planeado celebrar mi cumpleaños con mi familia a la salida de su extraescolar», recapitula el padre insinuando que María pudo manipularla durante las últimas semanas.

Al día siguiente, 8 de abril de 2021, Miguel Ángel recibió una llamada de comisaría en la que le comunicaron que había sido denunciado por tercera vez, en esta ocasión por maltrato infantil. El juicio se celebró mes y medio más tarde, y la madre aprovechó para reclamar la patria potestad y exigir una orden de alejamiento de los niños. En la sentencia el juez fue claro: sobreseimiento libre en tres instancias y rechazo a las pretensiones de María.

Entonces Miguel Ángel acudió al CAI (Centro de Atención a la Infancia) con el objetivo de retomar su relación con Laura (su hija mayor) lo antes posible. Pero la situación no cambió hasta julio de 2022. Tras más de tres meses sin saber nada el uno del otro, se celebró el juicio por la demanda de divorcio y la custodia de los niños. Miguel Ángel acudió a la cita con «51 firmas de madres y padres que reconocen que soy el único cuidador de los niños», además de varios justificantes de asistencia a las tutorías del colegio y de asistencia a las revisiones de salud. En su contra tenía la negativa de la hija mayor de querer estar con él. A su favor, que el juez ya le había catalogado como el progenitor de referencia de los tres niños en sentencias anteriores.

Desde el juzgado realizaron pruebas psicosociales, que manifestaron el perfil «paranoico, con ideas suicidas, ansiedad y depresión» de la madre frente a la «calidez, cordialidad y empatía» que observan en el padre. Pese a esto, el juez falló a favor de la madre y le concedió la custodia exclusiva con régimen para Miguel Ángel, que perdió el derecho de quedarse en el hogar común.

Carnet de maltratada

El 23 de septiembre de 2022, gracias al Centro de Atención a la Infancia (CAI), Miguel Ángel Vázquez descubrió que María accedió al «Carnet de víctima de violencia de género», otorgado por la Comunidad de Madrid a través del CAPSEM Norte con la firma de Patricia Reyes, directora general de Igualdad.

El título habilitante es administrativo y no judicial, por lo que no afecta al agresor. El carnet facilita que las víctimas de violencia de género reciban protección social sin declarar contra su maltratador. De esta forma, se pueden acceder a generosas ventajas como el ingreso de un pago único de 8.134,56 euros (en el caso de María por el número de hijos) o 451,92 euros mensuales durante 18 meses. Sin contar servicio de psicología, abogacía, ayudas para fomentar el empleo… todo gratuito. Además, tanto el desayuno como el comedor de los hijos en común pasa a ser también gratis. Actualmente, gracias a la Resolución de 2 de diciembre de 2021, es incluso más fácil obtenerlo. Según el BOE, la solicitud de la acreditación administrativa ya puede darse sin haber interpuesto denuncia e incluso cuando los procesos judiciales han quedado archivados o sobreseídos. Es decir, basta con la voluntad para poder acceder a ventajas económicas sufragadas con dinero público.

Un nuevo conflicto entre ellos se produjo seis meses más tarde, según el testimonio de Miguel Ángel a este periódico. La hija mediana se puso enferma a mediodía, dándose la casualidad de que esa mañana le tocaba la custodia a la madre, pero la tarde al padre. Siguiendo el ejemplo de la mayor, dejan elegir a la niña, y ésta decide llamar a Miguel Ángel, ya que ella era conocedora de que esa tarde le tocaba estar con él.

Días después, otra de las tardes que Miguel Ángel va a recoger a sus hijos, una de las profesoras le dice que no podría hacerlo más porque «tenía una sentencia por maltrato»: «Me puse a indagar y vi que en la agenda escolar de la niña María había escrito a las profesoras que tenía la custodia y el carnet de víctima de violencia de género», comenta recordando que instantáneamente le hizo una foto (ver abajo) y se personó en el colegio con la sentencia y el certificado de penales «para demostrar su inocencia».

En mayo de este año se ha celebrado el juicio por el recurso de custodia presentado por el padre. Todavía no se conoce la sentencia, pero Miguel Ángel no pierde la esperanza. También ha presentado hace tan sólo dos meses un 158 (tiene como finalidad la adopción de medidas con carácter urgente para apartar al menor de un potencial peligro) para volver a ver a su hija mayor y solicitar que el carnet de víctima de violencia de género sea retirado a un expareja.

«Me han comunicado que, en principio, el 1 de septiembre comenzarán las visitas con mi hija y que los otros dos niños deben dejar de acudir a terapia psicológica al CAPSEM. Eso sí, respecto al carnet, aseguran no tener potestad, ya que es algo otorgado por la Comunidad de Madrid», concluye Miguel Ángel, quien afirma que no se rendirá hasta obtener la custodia exclusiva de sus tres hijos.

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RedaccionVozIberica

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